sábado, 9 de octubre de 2021

LA MUSA OSCURA - de Armin Öhri



Novela criminal con una gran ambientación de época, pero escrita por un escritor actual como es Armin Öhri (Liechtenstein, 1978) cuya orientación literaria parece haberse inclinado por un género negro con tratamiento historicista y decimonónico. Lo subraya el hecho de que la escueta dedicatoria del libro sea A Wilkie.

En el Berlín de 1865 el excéntrico profesor de Filosofía Botho Goltz asesina a una prostituta. Es encontrado en el lugar de los hechos, con la ropa ensangrentada y un cuchillo en las manos después de confesarle educadamente a la vecina:
—Perdone la molestia, señora, pero ¿tendría la bondad de avisar a la policía? Acabo de asesinar a su vecina...
El asunto parece claro y el asesino está detenido; pero cuando comienza el juicio el profesor hace gala de una astucia maquiavélica que le permite ir desmontando una a una todas las pruebas de la fiscalía. El arma homicida no se corresponde con las heridas, el móvil resulta contradictorio y hasta la identificación del asesino y la víctima acaba resultando confusa.

Todo ello hace que esta novela negra no sea nada convencional, empezando por el propio criminal, un respetable profesor universitario de Filosofía y Ontología, miembro de la Sociedad Antropológica Renan y Feuerbach al que vemos asesinar en directo y con perfecta sangre fría a una prostituta en el capítulo inicial. Tampoco es convencional el investigador inopinado que logra resolver los asesinatos, el joven Julius Bentheim, colaborador de la policía dibujando las escenas del crimen. Su pericia para bosquejarlas así como su mirada analítica sobre ellas logrará captar las claves para descifrarlas. 



Cuando se revela la línea de defensa del profesor todo cobra una nueva luz, indicando que se trata de un perverso crimen ejecutado como mero juego intelectual, con desprecio de todo tipo de valores morales y una planificación milimétrica. De modo que el relato no trata de la clásica investigación de pistas y deducciones; sino que su centro lo ocupa el juicio con la exposición de pruebas y las hábiles refutaciones que el despiadado profesor despliega en su defensa. Un juego que nos va a deparar más de una sorpresa.

A pesar de que el responsable de la investigación es el comisario Horlitz, el protagonista es Julius Bentheim, que además de colaborar con la policía es estudiante de Derecho. Esta circunstancia hace que la novela contenga dos líneas argumentales: por un lado, la propia del asesinato y posterior juicio; y por otro los problemas que tiene Bentheim para ver a su amada Filine, hija del muy estricto pastor Gottfried Sternberg, que la vigila estrechamente llegando a confinarla cuando descubre unos dibujos escabrosos de su pretendiente.

El joven dibujante conoce los bajos fondos del Berlín de 1865 por su colaboración con la policía y, por ser estudiante, está vinculado a la vida bohemia de la ciudad. Sus correrías permiten a Öhri retratar ese período histórico con una ambientación muy colorida tanto en las costumbres y la moral de la época, como en el retrato de las condiciones de vida de una sociedad desigual, plagada de miseria, hambre y muerte. 


Tan documentada es la ambientación que no duda en incluir a personajes históricos tan fascinantes como el de la escritora feminista Fanny Lewald, escritora alemana y anfitriona de salones literarios, que fue una de las principales defensoras de la emancipación femenina. También encontraremos a Rudolf Virchow (1821-1902), etnólogo, arqueólogo, político, médico y, sobre todo, cofundador de la patología moderna, que llega a reflexionar:
“No me canso de advertir sobre la miseria. Algunas de estas pobres personas viven como animales, hacinadas en casas de vecindad, rodeadas por la inmundicia y en pleno foco de innumerables enfermedades y epidemias. En semejante entorno, los gérmenes se reproducen a toda velocidad. Llevo mucho tiempo protestando ante el ayuntamiento al respecto. Un ambiente negativo moldea el carácter de una persona. Ustedes, señores míos, también se tornarían agresivos y finalmente violentos en un entorno como ese. Uno se embrutece en esas condiciones”











Esta documentación nos describe una muy incipiente ciencia forense y ciertas curiosidades de esa Prusia bullente y “moderna”; pero se podría decir que más que el ambiente histórico o el desafío jurídico que plantea el profesor Goltz, en esta novela priman una serie de debates morales que la conectan con nuestros días. En una de las tertulias organizadas por Fanny Lewald se llega a debatir sobre si la moral es un atributo que nos proporciona la religión o nos viene dado como atributo biológico. El propio Bentheim es contratado por un misterioso grupo de caballeros que tienen reuniones secretas donde traspasan sin pudor las fronteras de la estricta moral de la época. Y por supuesto el criminal profesor Goltz, no tiene empacho en soltar un alegato donde aboga por el supremacismo de algunas razas o clases sociales; asunto que inspira su crimen.

“Por lo que a mí respecta, podemos dar carpetazo a la extendida idea de que el mal no puede experimentarse sin el bien. Como el filósofo Alfredo Casanelli ha demostrado de un modo incontrovertible, el mal no es más que aquello que contradice las normas morales vigentes. Pero si, como se ha comprobado, el negro guineano pertenece a una raza inferior a la nuestra, resulta por tanto natural que se le esclavice. Y, seamos sinceros: si alguien se deja tiranizar, es que de todos modos no vale nada. Pero ¿por qué apuntar a ultramar, por qué detenernos en África? Quiero transmitirles a todos ustedes la certeza definitiva de que no debemos dejar que esta terrible idea nos devore, sino que debemos jugar con ella. ¡Demos la bienvenida por una vez a la musa oscura, a lo que conocemos como el mal! Sumerjámonos con nuestra imaginación en la anormalidad, la repugnancia y la crueldad… Sigan sin reservas este razonamiento. ¿Quiénes son nuestros negros, nuestra raza subdesarrollada? Los desempleados, los alcohólicos, las putas y los envilecidos, por supuesto, que se arrastran fuera de sus agujeros una vez se ha puesto el sol y convierten nuestra ciudad en una cloaca de enfermedad y degeneración."


La novela es muy interesante aunque peca de irregular. El protagonista carece de desarrollo psicológico y la frialdad del juego intelectual que ejecuta el profesor Goltz afecta a la propia novela, que resulta un tanto mecánica. Hay poca acción en cuanto a los hechos y algunas de las deducciones a las que va llegando el joven Bentheim aparecen de forma precipitada. Asimismo hay alguna prueba, como la declaración escrita del profesor Goltz, cuya trascendencia resulta inverosímil.

Eso sí, a una primera parte un tanto morosa y descriptiva sucede una segunda donde la acción se acelera y los giros argumentales que proporcionan los descubrimientos de Bentheim son constantes, demostrando una trama de potente armazón lógica. Esto me hace concluir la lectura con una satisfacción que me empujará a continuar leyendo la serie, sobre todo si tiene un título tan sugerente como "El Gabinete de los Ocultistas".






__________________________________________
Armin Öhri nació en Ruggell (Liechtenstein) en 1978. Ha estudiado historia, filología alemana y filosofía. Suele escribir novelas detectivescas inspiradas en los esquemas de los clásicos decimonónicos. En todas destaca una ambientación muy estudiada. Su libro «La musa oscura» (2012; Impedimenta, 2016) le hizo merecedor del Premio de Literatura de la Unión Europea en 2014, e inauguró la serie que protagonizan los detectives berlineses Julius Bentheim y Albrecht Krosick. Recientemente la editorial Impedimenta ha editado su segundo caso, titulado «El Gabinete de los Ocultistas» (2014). La serie se completa con «La dama en sombras» (2015) y «El corazón negro» (2021).



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.