Este libro es más que un cómic.
Es un libro valiente. Un reportaje completo y sentido que retrata la vida cotidiana en Brancaccio, un barrio empobrecido de Palermo, bajo la sombra insidiosa de la Mafia.
Es una ficción porque combina diversas historias que provocan una reflexión y sobre todo una emoción. Pero también es un ensayo sociológico porque la introducción de María Paz López, periodista de La Vanguardia, y los diversos epílogos tanto de los autores como de Rita Borsellino, hermana del magistrado asesinado por la mafia, como del periodista Saverio Lodato, nos acercan una fotografía desnuda del barrio:
"¿Cómo es hoy Brancaccio? Es feo, definitivamente feo, como en tiempos de padre Puglisi. Es un revoltijo de caserones de cemento armado que sobresalen desde detrás de casas ruinosas de uno y dos pisos. Cuenta con trece mil habitantes, de los que solo el veinte por ciento tiene una ocupación digna de tener ese nombre. El turbio mar del trabajo ilegal. El turbio mar de la pequeña y mediana delincuencia. Uno de los porcentajes más altos de la ciudad de ex-convictos y detenidos. Ya era así en tiempos de "don" Puglisi. Y por eso, intentando cambiar las cosas, "don" Puglisi se dejaba el alma, y al final se dejó la vida."
En Brancaccio no existe el Estado como garante del derecho y la libertad. Gobiernan las costumbres que vienen de antaño, los poderes fácticos que condicionan la vida entera de todos sus habitantes. El cómic (fumetto en italiano) tiene una profunda carga de humanidad. Los seres que lo pueblan son comunes y corrientes, con medios y cultura escasos. Hasta continuar los estudios puede constituir todo un acto de rebeldía en este barrio duro como el pedernal que, en cada gesto, te obliga a plegarte.
Los autores no se han acomodado al espectáculo del crimen y el policial. Han preferido bajar a las calles, a la escuela y a la panadería para reproducir los pequeños clics que van encadenando las vidas. La mafia es una organización que se infiltra insidiosamente en cada estrato de la sociedad estableciendo sus propias reglas, fijando a cada uno en un engranaje macabro. En ese sentido el cómic es la crónica de un desgarro, de quienes se saben inocentes y condenados. También se puede decir que está dirigido a los que continúan condenándose a sí mismos acatando el ritual del silencio y la obediencia.
Dividido en tres partes y un epílogo, la humilde historia de la familia de Nino es suficiente para ilustrar todo el ecosistema. Nino y la presión grupal de la delincuencia juvenil ocupan la primera parte. Su padre Pietro la segunda y Angelina, su madre, la tercera. El cómic nos muestra la jornada de cada uno de ellos por separado para acabar todos confluyendo en el mismo sitio, la terca tragedia.
En Brancaccio no existe el Estado. Se intentó poner una comisaría de policía y saltó por los aires justo antes de su inauguración. El periodista Saverio Lodato nos informa de que en el barrio no hay cine, ni gimnasio, ni biblioteca. Hay muchas chicas que son madres con doce años y el agua corriente llega un día sí y otro no.
Los autores nacieron en Palermo y tenían muy claro desde el principio el objetivo de su creación:
"Se puede hablar de la mafia de muchas maneras. Porque tiene muchas caras. Pero la única que transciende es la judicial-militar, la punta del iceberg. (...) Nosotros queríamos hablar del iceberg. La mafia vista desde abajo, la de todos los días. Este pantano estancado de ilegalidad, violencia y resignación que todo lo contamina.
Nadie habla nunca de esta mafia. No hay asesinatos ni redadas de la policía que enseñar en televisión. No es noticia. Todos lo ven, y sin embargo es invisible. Por esta razón es la más peligrosa de todas. Por eso es necesario hablar de ella."
"No queríamos contar la historia de grandes personajes, sino describir la cotidianidad, porque ése es el sustrato en el que la mafia encuentra su fuerza, la cultura del silencio, de la pobreza y la opresión. Lo peor de la mafia es la cultura que genera, porque ha conseguido organizar a su alrededor todo un sistema social."
Los autores ante una de sus viñetas |
En una entrevista (de 2009) en la web Café Babel.com podemos conocer un poco más a estos dos fumettistas. Giovanni hace años que dejó Palermo; Claudio se estaba mudando: "No puedo soportar que Sicilia se haga tratar así, convirtiéndose en el juguete de Berlusconi ¿Qué te parece a ti que en las últimas elecciones para elegir al gobernador, entre un casi condenado por mafioso y un símbolo de la lucha contra la mafia (Raffaele Lombardo y Rita Borsellino), haya vencido el primero con el 60%?”.
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