En estos tiempos en que una niña (Greta Thunberg) nos grita nuestros crímenes contra el planeta, mientras los gobernantes y poderosos se entretienen con las fake news; no encuentro mejor forma de tomar distancia con este Antropoceno destructivo y ciego que volver a leer este delicioso librito a modo de reconciliación. Porque el secreto que guarda este Bosque Viejo no es otro que el de los valores esenciales, la inocencia de la infancia y el vínculo que el género humano está perdiendo con la Naturaleza. El bosque antiguo al que nos invita Buzzati es una metáfora de la vida y sobretodo de la infancia; un lugar sin tiempo (aunque el autor lo fecha en 1925) donde percibir y contrastar los sentimientos y las acciones humanas en un ámbito esencial.
Todo comienza cuando el coronel Sebastián Procolo, de carácter fiero e irritable, hereda una parte de la finca en el valle de Fondo, mientras la otra parte mucho más extensa, que ocupa el Bosque Viejo, la hereda su frágil sobrino de 12 años, Bienvenido Procolo. Desde el primer momento el coronel sólo piensa en rentabilizar el bosque y su madera; pero no tardará en descubrir que ese valle por donde se desparrama el bosque milenario conforma un microcosmos de características muy especiales.
Nada más llegar conoce a una enorme urraca que no solamente advierte al dueño de la finca de la llegada de extraños, sino que se entretiene recitando poesía. Posteriormente conocerá al altivo y soberbio viento Mateo, autor de catástrofes pero también un músico consumado; para acabar tratando con los genios del bosque que habitan en los árboles, o recibiendo la visita de unos extraños trasgos...
Pero no esperemos un cuento infantil, ñoño y colorista.
Con la apariencia de un sencillo cuento de hadas, Buzzati nos sumerge en un entorno social complejo donde se disputan tradiciones y terrenos o se debate la autoridad y el vasallaje.
Realmente hay pocas obras en la literatura universal en que el autor logre articular un territorio mítico, donde el cruce de realidad y fantasía tenga un carácter pragmático. Ésta es una de ellas. El coronel consigue aliarse con Mateo para forzar la colaboración de los genios en sus negocios de madera, mientras los genios están presentes en la Junta de Inspección Forestal del municipio... y todo rodeado por la magia de la infancia y ese vínculo especial que establece con animales y plantas.
"Otra cosa que asombraba al coronel era la animación vital que mostraba el bosque mientras jugaban los niños; parecía como si la presencia de éstos hiciese a los pájaros acudir en bandadas a los árboles y salir de sus escondrijos a toda clase de animales."
El autor hasta apunta una nota a pie de página.
1.Este fenómeno, hasta ahora poco estudiado, se da siempre en el campo, sea bosque, desfiladero, valle o prado. Los animales y las plantas manifiestan una mayor vitalidad cuando se sienten acompañados de los niños, y sus dotes de expresión aumentan hasta producir verdaderos vooquios. En cuento una persona mayor aparece, se rompe el encanto." pág. 94
No cabe duda de que el bosque representa la infancia siempre tan frágil, auténtica y esencial; mientras que el arrogante coronel representa el mundo adulto, sordo a cualquier asunto que no sea el beneficio propio o el predominio. Pero del mismo modo que el agua es más dura que la piedra, así el bosque lo irá remodelando. Primero será su propia sombra quien lo abandonará por no compartir sus fechorías, luego asistirá inadvertidamente al juicio al que le someten los animales del bosque y finalmente el peligro de muerte que acecha a Bienvenido logrará sacar lo mejor de él.
Porque el Bosque y sus genios no están al alcance de cualquiera. Sólo los niños, libres de prejuicios y con mirada inocente pueden apreciar las cosas bellas y simples del mundo. Procolo no entiende al Bosque porque es mayor: sus intereses le nublan tener una visión clara. Pero el Bosque hará que se pierda para poder encontrarse.
"Aquel olor intenso a savia, aquellos densos vapores de descomposición vegetal, le producían, en efecto, una pequeña angustia.Tampoco llega hasta él el son de la campana de la iglesia de Fondo que anunciaba las horas, ni la voz de Bienvenido, que seguramente estaría gritando de terror, ni el estruendo de los automóviles, ni ningún otro sonido.Esperando al nuevo día el coronel se sentó y por vez primera en su existencia acertó a distinguir los rumores del bosque.Aquella noche sonaron quince. Procolo los fue contando de uno en uno.1. Sordos bramidos intensos que parecían salir de la tierra, como si se avecinase un terremoto.2. Crujir de hojas.3. Chasquido de ramas tronchadas por el viento....Aparte de esto también hubo aquella noche ratos de grave silencio; el religioso silencio de los bosques primitivos, no comparable a ningún otro silencio en el mundo, y que muy pocos hombres han oído." pág 84,85
Dos cosas me llaman especialmente la atención.
Por un lado el juego literario de Buzzati al presentar el relato como una crónica histórica. Por otro, la melancólica constatación de que este vínculo entre los niños y el bosque se rompe con la edad adulta.
Ya desde la Nota inicial el autor presenta su obra como una noticia:
"Numerosos testimonios nos han permitido recoger las siguientes noticias sobre el coronel Sebastián Procolo. Tanto se ha discutido acerca de este hombre y con tanto apasionamiento, que nos parece justo establecer, finalmente, su verdadera personalidad y desvanecer la triste sombra que hasta ahora pesaba sobre su memoria. No nos incumbe a nosotros formar un juicio definitivo respecto al difunto coronel. Pero pocos saben cómo aquel viejo tan odiado, que algunos tomaron por loco y que todos, temiéndole, maldecían, cómo aquel ser impasible, era también un hombre".
En esta entradilla y el posterior desarrollo del relato, Buzzati pone el foco en la vida legendaria del coronel Procolo, aclarando que "era también un hombre". Creo que con ello el autor nos coloca a nosotros, los lectores, en la posición del coronel: testigos ajenos de algo mágico a los que se invita a restablecer su fascinación.
"Hasta aquí llega la parte histórica, comprobada. Lo que luego hicieron los genios para curar a Bienvenido se halla en el misterio. Ni él, ni nosotros, ni nadie podrá saberlo nunca. El mundo no está capacitado para conocer los encantos del bosque." pág 147
El paso de la infancia a la vida adulta y como consecuencia la pérdida del hechizo, se hace más evidente en la segunda parte del libro. El bosque es la infancia. Ambos comparten el misterio y la fragilidad. Los niños se reúnen allí de noche, en fiestas secretas junto a los genios y juntos escuchan las viejas historias que cuenta Mateo. Pero cuando crezcan ya no recordarán su bosque, ni los caminos de esas reuniones secretas. Ya no sabrán escuchar el secreto del bosque.
Este adiós queda perfectamente plasmado en la despedida que le brinda el viento Mateo al todavía niño Bienvenido:
"-¿Cómo puedes saber lo que yo haré?-Lo sé porque he visto a muchos como tú. Todos sois iguales, Así es vuestra vida. También los otros venían a jugar a la Spacca, también se escapaban de noche para venir a nuestras fiestas; también hablaban con los genios y cantaban con el viento; también pasaban aquí, con nosotros, días felices. Al cabo del tiempo volvían alguna primavera queriendo reanudar su antigua vida. Pero algo no funcionaba ya. Como si el bosque fuese diferente. Entendámonos: los árboles eran iguales; idéntico su tamaño, idénticas sus ramas y daban la misma sombra. Sin embargo, no nos entendíamos ya." pág 126
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