Don Quijote, el caballero que va desfaciendo entuertos.
Así se llama y actúa la nave Rocinante con su grupo de rebeldes buscavidas que siempre se encuentran en la encrucijada donde se enfrentan la Tierra y Marte.
El trapicheo de ambos planetas es el Cinturón de asteroides, donde se hacinan y mueren los mineros que dan sustento a las dos potencias. Y el objeto del deseo de todos ellos es la protomolécula, ese maligno invento que en la primera temporada se mostró incontrolable y letal; pero que en esta segunda muestra su enorme potencial, bien para controlar asteroides, producir monstruos o transformar soldados en supersoldados que puedan vivir y respirar sin atmósfera y sin traje espacial.
El trapicheo de ambos planetas es el Cinturón de asteroides, donde se hacinan y mueren los mineros que dan sustento a las dos potencias. Y el objeto del deseo de todos ellos es la protomolécula, ese maligno invento que en la primera temporada se mostró incontrolable y letal; pero que en esta segunda muestra su enorme potencial, bien para controlar asteroides, producir monstruos o transformar soldados en supersoldados que puedan vivir y respirar sin atmósfera y sin traje espacial.
Así se inicia esta segunda temporada, con unos soldados marcianos sufriendo un ataque de estos supersoldados en Ganímedes. Pero ¿Quién son y de qué planeta provienen? Ahí conoceremos a la sargento Draper, cuya conciencia y testimonio de estos hechos tendrán un gran peso en el desarrollo de la trama.
En el transcurso de la primera temporada se desarrollaban tres líneas narrativas principales que nos introducían en la frágil estabilidad que mantenían una Tierra gobernada por la ONU y un Marte que después de ser colonizado acaba convirtiéndose en una potencia militar a la búsqueda de su destino. Las tres líneas eran la Tierra, donde la alta ejecutiva de la ONU Avasarala (Shoreh Aghdashloo) investigaba los rumores de un ataque por parte de Marte; la investigación policíaca que seguía el agente Miller para encontrar a la desaparecida Julie Mao, hija de un millonario de la Tierra y las aventuras del grupo de buscavidas de la Rocinante, con Holden a la cabeza, siempre en medio de todas las porfías.
Esta segunda continua desarrollándose en tres líneas pero con una diferencia: la primera sigue siendo la Rocinante, lo mismo que la segunda cuenta con Avasarala intentando desentrañar las maniobras de Marte y los trapicheos del ricachón Mao. Pero como novedad en la tercera nos encontramos con los soldados y delegados de Marte, cuya acción prácticamente sustituye al escenario del Cinturón.
La acción nos lleva hasta el asteroide Eros donde Miller finalmente encuentra a Julie Mao; pero transformada en una protomolécula extraña y omnisciente que lanza al asteroide contra la Tierra. Finalmente Miller la convence y se desvía hacia Venus. Mientras tanto en Ganímedes todo es un desastre y amenaza ruina. La que es una delicada frontera entre los dos planetas se desintegra y cientos de personas van a morir si no se les rescata.
La segunda temporada amplía su bagaje de escenarios y personajes presentando a la sargento marciana Draper (Frankie Adams) y profundizando en las teorías de la conspiración de la primera temporada: todos detrás de la protomolécula que les de preeminencia sobre los demás. Echo en falta el encanto del cine negro que alumbraba la anterior temporada; pero esta segunda regala drama y mucho espionaje. En esta segunda son protagonistas la protomolécula y Marte, cuyos dirigentes y políticas se pondrán sobre el tapete. Pero sobretodo es más social (el drama de los desahuciados en trance de morir ocupa todo un tenso capítulo 8) y más política. La sargento Draper se convierte en un testigo privilegiado a la que sus líderes quieren callar y de la que Avasarala quiere obtener el testimonio que lo aclare todo. Solo que Avasarala tiene al enemigo en casa, donde está el avieso subsecretario Sadavir Errinwright (Shawn Doyle).... conjugando su propia maquinación.
Mientras la primera temporada resolvía la investigación de dónde estaba Julie Mao; esta segunda nos lanza a un mundo futuro desconocido, que amenaza colisión y en el que la protomolécula es el centro. Quién la produjo, qué pretendían y, sobretodo, quién se la quedará, proporciona conflictos sin tregua. Marte, la Tierra y el Cinturón creen estar en su posesión, pero el tablero sigue girando y alumbra las maquinaciones del multimillonario Jules-Pierre Mao, padre de Julie Mao que estaba buscando algo más que a su hija.
En esta segunda temporada encontramos conceptos tan interesantes como el de Efecto Cascada, la interrelación en un ecosistema. Cuando algo empieza a fallar otras cosas ayudan al equilibrio; pero en un asteroide o en un cinturón no hay recursos para reponer y equilibrar, por lo que cuando algo empieza a fallar condena a todo el sistema al deterioro en cascada. Esto lo explica el botánico de Ganímedes, Prax Meng, cuya hija desaparecida Mei Meng, anuncia nuevos secretos relacionados con los experimentos de la protomolécula.
En la propia pandilla de Holden afloran dudas. Naomi Nagata desobedece a Holden y en vez de destruir la muestra de protomolécula que tienen, se la entrega a Fred Johnson, líder del Cinturón. Aunque Johnson también peligra porque otro líder más populista y violento (Dawes), pretende derrocarlo. Parece que todo se va ordenando por tensión en parejas: Marte y la Tierra, Miller y Holden, Avasarala y Errimwright o la propia tripulación de la Rocinante que se divide en dos.
La serie continúa con su gran acierto en la representación de escenarios espaciales realistas y creíbles (los efectos de la gravedad, las naves destartaladas) y profundiza con destreza en el drama humano y las negociaciones políticas. Éste es su nuevo reclamo; porque lo que más destaca es el desarrollo del drama humano. En The Expanse 2 se manifiesta el miedo a la muerte, el miedo al otro, la resistencia a lo nuevo, la injusticia, la desigualdad y los dilemas morales como el que afronta la soldado Draper que, después de su educación espartana y feroz lealtad, tiene que elegir entre cumplir una orden o seguir sus principios.
O el de Noemi Nagata que ha de afrontar el riesgo de morir con tal de salvar a un puñado de refugiados desesperados. Un buen puñado de historias personales muy reales y cercanas que luchan por sobrevivir en un pequeño rincón del universo. Por mucho que se trate de ciencia ficción y space opera, las imágenes nos trasladan traición, empatía, sacrificio o pobreza con gran verosimilitud.
O el de Noemi Nagata que ha de afrontar el riesgo de morir con tal de salvar a un puñado de refugiados desesperados. Un buen puñado de historias personales muy reales y cercanas que luchan por sobrevivir en un pequeño rincón del universo. Por mucho que se trate de ciencia ficción y space opera, las imágenes nos trasladan traición, empatía, sacrificio o pobreza con gran verosimilitud.
El cuidado y detalle de la veracidad científica es de lo más inhabitual: en muchas ocasiones la acción se detiene en los efectos y situaciones que provoca la gravedad o su ausencia. Cuando la Delegación marciana llega a la ONU para negociar, los delegados vomitan y sufren mareos por una gravedad a la que no están acostumbrados. Cuando la sargento Draper ve el horizonte abierto ante sí sufre vértigos, ya que siempre ha vivido bajo cúpulas en Marte.
La temporada se puede dividir en dos segmentos. En el primero se persigue a un Eros timoneado por la protomolécula y Julie Mao. Esta parte concluye en el episodio 5, titulado Hogar, que es uno de los más intensos y emocionantes de la temporada. Producto seguramente de que ahí concluye la adaptación del primer libro, El despertar de Leviatán. En el segundo segmento se persigue al monstruo Calibán en Ganímedes y seguimos las investigaciones de Avasarala, la cual acude a una cita con Jules-Pierre Mao sabiendo que es una trampa, con tal de descubrir la verdad.
Errinwright juega con el Sr. Mao. El Sr. Mao juego con Marte. El Cinturón no se resigna. Julie Mao fue la incógnita de la ecuación en la primera y ahora en la segunda se nos descubre una nueva incógnita con las pruebas a las que ha sido sometida la desaparecida Mei Meng. Tendremos que seguir indagando.
El final de esta segunda temporada son unos puntos suspensivos y un continuará; porque no hay una llegada a ninguna parte. Todos los misterios siguen abiertos: que pasó en Venus con Julie Mao-protomolécula y Miller, qué pasó con la niña Meng cuyas dotes hacen sospechar poderes, que pasará con Calibán y sobre todo ¿terminará explotando la enorme tensión que viven Marte y la Tierra?. Estamos en la mitad del segundo libro de la serie, "La guerra de Calibán", y se nota. Tengo ganas de seguir. Esta serie me cautiva.
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La saga de libros de James S.A. Corey se completa con 'Caliban's war', 'Abaddon's gate' y 'Cibola burn', y hay también relatos cortos y otras historias ambientadas en ese mundo que no están relacionadas con la trama principal. Los encargados de adaptarlo todo a televisión son Mark Fergus y Hawk Ostby, guionistas de 'Hijos de los hombres', y su co-showrunner es Naren Shankar, con gran experiencia en las series de la saga 'Star Trek'.
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