domingo, 18 de noviembre de 2018

La CIUDAD y la CIUDAD - de China Miéville




Una ciudad oculta pero a la vista de todos. Dos ciudades entramadas con sociedades y culturas muy dispares pero que extrañamente comparten un mismo espacio-tiempo. Un libro perdido que logra que quien se interese por él desaparezca. La investigación del pasado como llave del futuro. Estos son los trazos de esta fascinante novela, simbiosis entre novela negra y ciencia-ficción que comienza con el descubrimiento del cadáver de una chica.

Este escenario de dos ciudades entramadas calle a calle, edificio a edificio, puerta a puerta es lo que convierte este libro en fascinante. Cada una de las dos ciudades tiene sus propias leyes, su propio idioma. Hasta sus costumbres, relaciones sociales y arquitectura son radicalmente diferentes; pero el hecho es que comparten edificios y callejero como dos ciudades superpuestas aunque vivan de espaldas una de otra.
El inspector Tyador Borlú según la serie de la BBC



























Jugando con las últimas ideas de la física teórica en cuanto a que más de un objeto puede ocupar el mismo espacio físico, los habitantes de Beszel y Ul Qoma -la ciudad y la ciudad- practican desde niños la habilidad de "desver" y "desoír" con respecto a todo lo que no sea su propia ciudad. En la práctica nada de una ciudad puede afectar a la otra; cualquier contacto supone una "brecha", el peor delito. Si te quedas mirando a una persona de la otra ciudad cometes una "brecha" y La Brecha puede detenerte. El adoctrinamiento resulta demoledor y el poder de La Brecha semeja un Gran Hermano omnisciente y temible.

La Brecha vigila para evitar todo contacto. Sus acciones son expeditivas e inapelables. Se trata de una Corporación secreta, transfronteriza y totalmente autónoma. Las dos ciudades la desconocen y temen. Cuando se produce una "brecha" interviene de forma expeditiva haciendo desaparecer todo vestigio.

En la misma calle de pronto un edificio o un parque está en la otra ciudad. Es muy curioso cómo puedes encontrarte en un lado de una puerta para salir a la calle, pero no la puedes utilizar porque esa calle corresponde a la otra ciudad. Para llegar al otro lado a veces tienes que dar un rodeo de muchos kilómetros.

En este escenario el inspector Tyador Borlú será el encargado de la investigación del cadáver. Las pistas le llevarán de una ciudad a otra, tendrá que retar a las autoridades y cometer "brechas" hasta descubrir que es en el pasado de las dos urbes donde se encuentra la clave que cambiará todo.

La división entre una y otra ciudad es más mental que física, pero he de reconocer que en muchas páginas de la novela me veía recorriendo las calles viendo una parte enfocada y otra desenfocada, como si se encontrase en otra dimensión. Creo que esto me ha proporcionado un placer supletorio, ver con los ojos distorsionados del inspector Borlú.

Los vestidos coloristas, la presencia de especias, los olores, el té y la canela... o la emigración de Ul Qoma a Beszel nos hacen pensar en la primera como una ciudad de Oriente Medio, abierta, alegre y tumultuosa. Mientras que Beszel nos recuerda a una especie de Berlín Oriental, más cerrada y llena de prohibiciones. Una es caótica y bullanguera, otra espartana. Las dos se ignoran. Las dos se temen. Las dos no quieren ni oír hablar de La Brecha.

La literatura de China Miéville es poderosa en ideas y fecundísima en imaginación. El lenguaje, la política e incluso la antropología siempre están en el centro de sus novelas. Miéville nos refiere unas sociedades realmente complejas, abigarradas en el detalle y confusas con sus remotos orígenes. Así de vivas están. En cada una nos encontramos grupos unionistas y nacionalistas separatistas (¡!); aunque nadie conozca el origen de las dos ciudades.

Todo se complica cuando descubren que la chica asesinada era universitaria, se había mezclado con grupos rebeldes unionistas y estaba obsesionada con Orciny, una mito detrás de las dos ciudades
.
"-Orciny es la tercera ciudad, situada entre las otras dos. Está en los dissensi, las zonas disputadas, los lugares que Beszel cree que son de Ul Qoma y Ul Qoma de Beszel. Cuando la antigua comuna se dividió no se dividió en dos, sino en tres. Orciny es la ciudad secreta. La que mueve los hilos.
Si es que había habido una división. Aquel comienzo es una sombra en la historia, una incógnita: los archivos de todo un siglo desaparecen y se borran en las dos ciudades. Podía haber sucedido cualquier cosa."

Llegados a este punto, por supuesto me vienen a la cabeza las Ciudades Oscuras de Schuiten y Peeters. Como en esa maravillosa serie de cómics, en las novelas de Mieville las urbes ejercen un papel protagonista. La diferencia es que Mieville es menos arquitectónico y más sociológico. En sus obras afloran siempre metáforas referidas a la desigualdad económica y a la opresión que practican ciertas élites. Este autor londinense, activista político y doctorado en Filosofía del Derecho le ha dado a la ciencia ficción un nuevo alcance, más profundo y complejo. Sus tramas son sumamente originales, en ellas siempre podemos encontrar una reflexión sobre el lenguaje, la comunicación y las relaciones económicas y sociales.

De hecho en algún momento la novela me llevó a concebirla como un experimento sociológico: mezclar en un mismo espacio-tiempo a Londres y Trípoli o Berlín y Estambul. Algo que ya se está produciendo de hecho y sobre lo que Miéville nos ofrece una acerba crítica. Las distintas culturas que pueblan una ciudad viven de espaldas. Londres es una de las ciudades más multiculturales del mundo; pero muchos jóvenes de origen africano, asiático o musulmán sienten que viven un Londres "entramado" que no se mezcla con el Londres de los europeos. ¿Acaso no todos nosotros "desvemos" diariamente a ciertas personas por motivos económicos (mendigos, inmigrantes), de raza o religión?

De todos modos estas tentaciones alegóricas son superadas por el brío narrativo de la novela y el enigma que plantea. La verdad es que Miéville aborrece dar preeminencia a otras cuestiones. Él simplemente rechaza la idea de que se vea la literatura como una alegoría de la realidad. Llegó a decir, "para que la ficción sea interesante, es imperativo que haya espacio, al lado de las referencias, para que la literatura desarrolle sus propios significados".

Tan detallado está el urbanismo que destaco dos escenarios. 
Como Little Italy en Nueva York o Chinatown en Londres, también en Beszel cuentan con un Ul Qomatown, centro de la vida cultural de la comunidad de expatriados ulqomanos que viven en Beszel.

"Los aromas de la pequeña Ul Qomatown de Beszel producen confusión. El instinto te lleva a desolerlos, a considerarlos como una corriente de aire que cruza la frontera, tan irrespetuosa como la lluvia ("La lluvia y el humo de madera quemada viven en ambas ciudades", dice el refrán.)"
El otro espacio es la Cámara Conjuntiva, el punto de unión entre las dos ciudades, el punto de entrada y salida, el ombligo que comparten las dos:
"Un coliseo gigante, barroco y parcheado en hormigón en el centro de BesYel y del casco antiguo de UlQoma. Es uno de los poquísimos lugares que se llama igual en las dos ciudades: la Cámara Conjuntiva. Eso es porque no es un edificio entramado, exactamente, ni uno de entrecortada totalidad-alteridad, una planta o habitación en besYel y la siguiente en Ul Qoma: por fuera está en ambas ciudades, por dentro la mayor parte de él está en las dos o en ninguna. Todos nosotros (veintiún legisladores por cada estado, con sus ayudantes y yo) nos encontrábamos en una coyuntura, un instersticio, una especie de frontera construida una sobre otra."

Este entramado de dos ciudades-estado, asunto realmente complejo de desarrollar, está resuelto maravillosamente en su extraña cotidianidad y además, en el colmo del virtuosismo, la propia trama de la novela se origina y desarrolla enroscada en ese profuso entramado. 

La riqueza de la novela se multiplica en capas y capas: la inicial novela policíaca, pronto sigue derroteros políticos, luego arqueológicos. Sus páginas alumbran diversas extrañezas: Estas ciudades son del futuro, pero me provocan una sensación de ciudades medievales: hay censores, vigilantes, prohibiciones varias y hasta libros prohibidos. Otra extrañeza: en estas ciudades del futuro no dejamos de mirar el pasado. La joven asesinada era estudiante de arqueología e investigaba cómo ocurrió y por qué se produjo la Escisión: ¿fue la división en dos de una sola ciudad o la suma de una a la otra?.



Entre la obras de Miéville, tanto La ciudad y la ciudad, como Embasytown, La Estación de la Calle Perdido y El Consejo de Hierro me parecen excelentes. 

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China Miéville en Londres, foto de Lionel Derimais

























China Miéville ha hecho avanzar la ciencia y ficción y la fantasía a nuevas cotas que lo equiparan con los grandes. La urbe como personaje, la denuncia de la desigualdad aun en entornos distópicos, la reflexión sobre el lenguaje y la comunicación así como la mezcla de géneros son asuntos que cultiva con pericia y tesón. Su propia personalidad resulta de lo más atrayente. Desde muy joven escribió relatos de fantasía y ciencia ficción mientras dibujaba cómics lovecraftianos en blanco y negro. A los 19 años marchó a África para impartir clases de inglés. La estancia en Egipto y Zimbawe le dejó una profunda huella cultural y antropológica cuyo rastro es evidente en sus creaciones.
Es un marxista convencido que desde muy joven militó en colectivos antinuclerares y antiapartheid. Cursó un Master en Derecho Internacional en la London School of Economics y se doctoró en Filosofía del Derecho. Junto al director de cine Ken Loach y otros intelectuales y artistas británicos, promovió la fundación del partido de izquierda Left Unity que se lanzó en 2.013. "El socialismo y la ciencia ficción son las dos influencias más fundamentales de mi vida", dijo en una entrevista.

En sus novelas ha creado mundos y razas verdaderamente delirantes que se alejan de lo común y demuestran lo exuberante de su imaginación. En cada obra une la construcción de un universo fantástico con la exploración de una idea subyugante (el lenguaje, la segregación o incluso la propia revolución). En sus obras se alían oscuras fantasías urbanas con elementos de ciencia ficción, novela negra y terror. En ninguna de ellas falta una cierta carga política y una innegable complejidad moral.

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