Clovis es un chismoso.
Y un dandy.
Y un bon vivant cínico que pasea su innata elegancia por los salones y campiñas de la aristocracia inglesa soltando obviedades mordaces e ironías y cazando mecenas para su eterno ocio.
Clovis también es un espejo.
Puesto que lo que mejor hace es reflejar esa sociedad inglesa de principios del siglo XX, perfectamente educada y estricta, perfectamente vacua y clasista. Más preocupada por la corrección y las rutinas absurdas que por la verdad o la autenticidad.
En El pecado secreto de Septimus Brope, un editor aparentemente está cortejando a la doncella de Mrs. Troyle, algo que escandaliza a la señora y que no está dispuesta a permitir.
-"Estamos ante algo muy serio. No en vano, una buena doncella es un auténtico tesoro.-Sin lugar a dudas. Yo, por mi parte, no sé lo que haría sin Florinda -confesó Mrs. Troyle-. Ella, por poner un ejemplo, ha sido la única que ha llegado a entender mi pelo. Incluso yo misma, tras muchos años intentando domarlo y arreglarlo, hace ya mucho tiempo que me di por vencida. Para mí, el pelo es como un marido: mientras en público se comporte con corrección, da igual lo mal que una se lleve con él en privado."
En la Enciclopedia Britannica se describe a Saki como "escritor y periodista escocés cuyas historias representan la escena social eduardiana con un ingenio frívolo y el poder de una invención fantástica utilizada tanto para satirizar la pretensión social, la desdicha y la estupidez, como para crear una atmósfera de horror.
Saki era hijo de un oficial de la policía de Birmania. A los dos años murió su madre por lo que fue enviado a Inglaterra, donde quedó a cargo de sus dos viejas tías solteronas cerca de Barnstaple, Devon. Fue una infancia desdichada bajo la estricta vigilancia de dos estúpidas damas victorianas, empeñadas en una infatigable guerra doméstica, y que cobijaban un odio irracional contra los animales. Más tarde se vengó de su rigor y falta de comprensión al retratar una buena serie de tías tiránicas en muchas de sus historias. La más evidente en este volumen es La paz de Mowsle Barton, donde un hombre de ciudad pretender asentarse a vivir en el campo y dos viejas brujas en constante pelea acaban poniéndole de los nervios.
Las crónicas de Clovis están cargadas de elocuencia, ingenio, sátira y un punto macabro que cuando aparece convierte al cuento en un prodigio. Leyendo sus crónicas queda claro que desprecia el adocenamiento social y la fatuidad.
"Al parece, ella aún no se ha dado cuenta de que hoy día todo ciudadano que se considere a sí mismo decente vive por encima de sus posibilidades, mientras que aquellos que no son tan respetables viven por encima de las posibilidades de los demás. Son sólo unos cuantos los que poseen el don de conseguir las dos cosas a la vez."
Estas crónicas se podrían dividir en dos escenarios. El de las amables recepciones y picnics de aristócratas donde priman las conversaciones, los buenos modales y la estupidez. Y otro grupo de narraciones más autónomas donde el genio narrativo de Saki se muestra en todo su esplendor. Aunque el primer grupo no es despreciable, es en el segundo donde encontramos un buen puñado de obras señeras donde indefectiblemente está presente lo macabro: Sredni Vashtar, El huevo de Pascua, La música de la colina o los perros del destino son indiscutibles piezas maestras.
El niño Conradín de Sredni Vashtar es el prototipo de niño solitario cuyo poder imaginativo es capaz de revertir -incluso trágicamente- una situación perversa.
"De Ropp era la prima y tutora de Conradín, y a los ojos del chico representaba esas tres quintas partes del mundo circundante que están formadas por lo inevitable, lo desagradable y lo real, mientras que los dos quintos restantes, como en una perenne oposición a todo lo anterior, se resumían para él en sí mismo y en su imaginación. Conradín estaba firmemente convencido de que el día menos pensado acabaría sucumbiendo ante la insalvable presión que sobre él ejercían cosas tan inevitables como las enfermedades, la ausencia de afecto y el interminable aburrimiento, y de no ser por su imaginación, que se veía estimulada por el acoso implacable de la soledad, haría ya tiempo que hubiese pasado a mejor vida."
Sredni Vashtar era el cuento preferido por Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares y narra la historia de un niño que se libra del acoso de una tutora mediante el ejercicio de la imaginación. Una tutora que "jamás hubiera sido capaz de reconocer, ni siquiera en sus momentos de mayor honestidad, que Conradin le desagradaba, si bien sí hubiera llegado a confesar tímidamente que reprenderle ‘por su bien’ era una tarea que no le resultaba irritante en lo más mínimo”.
El Huevo de Pascua vuelve a tener como protagonista a un joven solitario y en esta ocasión además, cobarde. Hasta que las circunstancias lo colocan en el punto central de un atentado. El relato no se centra tanto en el carácter del protagonista o la crítica social, sino en la propia narración, pulcra y detallista, que va colocando los elementos de la intriga con gran precisión hasta el sorprendente desenlace.
El Huevo de Pascua vuelve a tener como protagonista a un joven solitario y en esta ocasión además, cobarde. Hasta que las circunstancias lo colocan en el punto central de un atentado. El relato no se centra tanto en el carácter del protagonista o la crítica social, sino en la propia narración, pulcra y detallista, que va colocando los elementos de la intriga con gran precisión hasta el sorprendente desenlace.
La Música de la Colina es un cuento delicioso y cruel en el que una mujer ofende al dios Pan en plena campiña inglesa y sufre las consecuencias. Mientras que Los Perros del Destino recuerda indefectiblemente a R. L. Stevenson con ese hombre desesperado al que todo le ha salido mal y que marcha hacia su fin en el mar... aunque el destino le hará un último regalo como una broma cruel.
Se podría decir que las historias más centradas en las costumbres y la crítica social suelen adoptar dos esquemas narrativos: el "tiro por la culata" y la "reductio ad absurdum". Es en este tipo de cuentos donde aparece directamente Clovis para dar cuenta de las contradicciones y absurdos en que se basaba la sociedad inglesa de su época.
Tobermory, ilustración de Javier Olivares -Ed.Nórdica |
En Los Ministros ejemplares, un joven místico logra convertir a los ministros del gobierno en animales mientras ellos mismos son sustituidos por ángeles. Cuando empiezan a actuar con toda su buena voluntad, la estrategia se demuestra contraproducente. Todo se vuelve caótico. "De buenas intenciones está el infierno empedrado", parece decirnos Saki. Lo mismo ocurre en "La conferencia de paz".
En El Camino de la Lechería una jugosa herencia y una tía les juega una mala pasada a tres sobrinas que ya habían hecho sus cuentas de la lechera. Para inclinar la balanza de la herencia a su favor proponen un viaje a su tía del que ellas mismas saldrán escaldadas.
En otros se sirve de la reducción al absurdo para criticar ciertos asuntos. En La cura de no-reposo Clovis es capaz de provocar todo un caos simplemente con una malévola sugerencia. Por su parte las leyes son el objetivo satírico de El lienzo humano, donde un hombre tatuado con una obra de arte es vedado por el gobierno para salir del país ya que considera la obra un bien nacional. Más desafortunada es la propuesta que se desarrolla en Hermann el colérico. Aquí el rey de Inglaterra harto de la alharaca de las sufragistas por el voto femenino promulga una Ley del Sufragio Femenino Obligatorio, según la cual las mujeres estarán obligadas a votarlo todo: votarán para elegir a los jueces y a los serenos, a los intérpretes de los tribunales y a los profesores de natación, a los directores de coro y a los sacristanes, etc. La mujer que no acuda a votar será multada o detenida hasta que el hartazgo por votar les cure su frenesí. Evidentemente un cuento que hoy en día está fuera de lugar y que tiene bastante que ver con el carácter misógino, antisemita y militarista del autor.
En los pueblos y ciudades aquello acabó convirtiéndose en una auténtica pesadilla. Parecía que las elecciones no dejaban de sucederse. Lavanderas y costureras tenían que ausentarse apresuradamente de sus trabajos para poder ir a votar, lo cual tenían que hacer muy a menudo por un candidato cuyo nombre no habían oído en su vida y a quien no tenían más remedio que escoger al azar. Oficinistas y camareras se levantaban mucho antes de lo que en ellas había sido siempre habitual para ir a votar antes de emprender el camino a sus lugares de trabajo. Las mujeres de clase alta veían cómo tenían que alterar e incluso anular sus planes y compromisos debido a la continua necesidad de acudir a los centros electorales. Las fiestas de fin de semana y las vacaciones de verano fueron convirtiéndose poco a poco en un verdadero lujo que sólo los hombres tenían la posibilidad de disfrutar. En cuanto a los centros turísticos del estilo de El Cairo o la Riviera, sólo pudieron ser visitados por los inválidos y los más ricos de entre los ricos, pues la cantidad de multas de diez libras que podían llegar a acumularse durante una ausencia demasiado prolongada suponía un riesgo que ni siquiera la gente medianamente rica podía permitirse correr.
Emmeline Pankhurst, líder sufragista |
Como Chesterton, Saki es un hábil urdidor de paradojas e invectivas y sus frases más aparentemente inocentes siempre esconden una aguja o un puñal. Uno de sus títulos dice Filboid Studge, o cómo un ratón ayudó a un león, en el que un joven muerto de hambre logra salvar la empresa de un potente empresario con una campaña publicitaria realmente original con la que "Spayle demostró haber caído en la cuenta de que la gente tiende a hacer por obligación todo aquello que nunca haría por placer". En Los ministros ejemplares, los ángeles que ocupan los escaños nos parecen confirmar que "a veces la paz puede llegar a causar tantos estragos como la guerra".
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Las Crónicas de Clovis fueron publicadas como artículos en la Westminster Gazette, siendo finalmente publicados en forma de libro en 1911, quizás por eso muchos de ellos tienen que ver con cuestiones sociales y políticas del momento, como los comentarios sobre la Triple Alianza, el sufragio femenino o la incapacidad de los ministros.
El estilo y los temas de las narraciones de Saki siempre ha favorecido que se presenten agrupadas en antología y colecciones de muy diversa manera: Cuentos impertinentes, Cuentos de humor y horror, Cuentos malévolos, Cuentos de humor negro, Cuentos macabros,
Fue la Editorial Valdemar quien pondría a nuestro alcance su obra en volúmenes reconocibles: Las Crónicas de Clovis (1911), El insoportable Basington (1912), Animales y más que animales (1914) y Los juguetes de la paz / La cuadratura del huevo (1923 y 1924).
Finalmente sería la Editorial Alpha Decay quien apostaría por publicar en un solo volumen y definitivamente sus Cuentos Completos.
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