China Miéville es una singularidad.
Autor de la famosa trilogía "Bas-Lag" y de dos obras mayores como son "La ciudad y la ciudad" y "Embassytown" además de cuentos y cómics, su obra es absolutamente personal y transgresora.
Su feraz imaginación dota a sus novelas de una gran potencia visual para presentarnos mundos complejos, abigarrados y poliédricos. En sus libros se trasluce un nítido compromiso político utilizando el potencial imaginativo de la ciencia ficción para interactuar osadamente con la realidad social y política actual. Las sociedades que nos presenta están brutalmente estratificadas y los grupos que retrata sufren marginación o directamente xenofobia. Es constante la presencia en sus textos de las problemáticas relaciones entre el contexto (político, social, cultural) y la identidad. Asimismo se puede decir que entre las ideas centrales de su universo creativo, se encuentra el lenguaje.
Una de las características principales de sus obras es la definición de los entornos, siempre urbanos y barrocos, profusos en los detalles y con profundos claroscuros donde se mezclan ciencia ficción, fantasía, conflicto social y crimen. Miéville acepta la tradición de los géneros pero para desenredarlos y mezclarlos de nuevo alumbrando inéditas posibilidades de lo fantástico donde igual se cita lo gótico que la sociología urbana o el horror lovecraftiano. Es lo que se conoce como new weird. Una etiqueta de la que él reniega pero a la que saca todo su fulgor.
Un escritor tan portentoso merece que tracemos su territorio.
EL REY RATA (King Rat, 1998)
La trama es relativamente simple. Saúl Garamond vuelve a casa y tras una noche de sueños inquietos, descubre que alguien ha asesinado a su padre y le ha colgado el muerto. Encerrado en una celda recibirá una visita inesperada que le abrirá los ojos a su verdadera herencia. A partir de ahí su vida transcurrirá en un mundo insospechado, las alcantarillas, donde el Rey Rata y otros personajes míticos extienden sus redes de poder.
Se trata de una fantasía gótica de corte urbano, inspirada en una pantomima que vio cuando era niño.
Se trata de una fantasía gótica de corte urbano, inspirada en una pantomima que vio cuando era niño.
El libro nos traslada a un Londres actual, pero oculto y subterráneo, donde el joven se ve inmerso en una fábula claustrofóbica. Con todo su poder, el Rey Rata necesita algo de Saúl mientras un extraño músico les acecha para acabar con ellos. En definitiva un oscuro thriller acerca del flautista de Hamelin y el mito del Rey Rata.
Es un texto inaugural, con una poderosa idea central, pero lastrado por altibajos en el ritmo narrativo (¡esas detalladísimas descripciones de las calles de Londres o del Drum´n´Bass y el Jungle!). El Londres oculto, superpuesto al real nos remite al universo de Neil Gaiman (incluso sale un sorprendente Anansi). También hay referencias a cuentos clásicos pasados por el tamiz de una visión mucho más oscura y cruel. Las cloacas y catacumbras conforman todo un territorio mítico habitado por dioses arquetípicos que caminan entre los humanos sin que éstos los perciban.
Ilustración de Mayo Bous en Cachivache Media |
Soberbio, egocéntrico, mentiroso y rastrero, el Rey Rata es un personaje memorable con trazas de hombre lobo. Otros personajes acompañan a Saúl en la cruzada compartida contra su padre, el Rey Rata, y contra el mismísimo Flautista de Hamelín. Del lado mágico, Anansi, el dios araña de las tradiciones africanas, y Loplop, el señor de los pájaros, tomado de la inventiva surrealista del pintor alemán Max Ernst. Del lado humano, un inspector de policía que no cree en la culpabilidad de Saúl; Fabian, un amigo fiel que busca al joven príncipe rata sin sospechar la naturaleza de su radical transformación y Natasha Karadjian, una talentosa disc-jokey, también amiga de Saúl.
El tema de un Londres paralelo también será tratado por Miéville en Un Lun Dun, su novela juvenil, de manera algo más fantasiosa y menos sangrienta. Una ciudad secreta y sucia, a la vez refugio, infierno y vínculo; llena de cloacas y subterráneos, mansiones abandonadas y discotecas secretas con pinchadiscos clandestinos. En ella pulula una fauna de seres marginales de inquietante naturaleza. Todos ellos inmersos en una guerra por el poder donde las ratas son la impresionante fuerza invasiva.
A través de ciertos análisis, King Rat también puede verse como un relato urbano marxista. El Londres industrial del siglo XIX ya había sido conceptualizado por Dickens o Blake como una metrópolis extraña e inhumana. Pero Miéville además introduce elementos fantásticos para presentar a Londres como un lugar híbrido donde se celebra la heterogeneidad y la dialéctica.
El tema de un Londres paralelo también será tratado por Miéville en Un Lun Dun, su novela juvenil, de manera algo más fantasiosa y menos sangrienta. Una ciudad secreta y sucia, a la vez refugio, infierno y vínculo; llena de cloacas y subterráneos, mansiones abandonadas y discotecas secretas con pinchadiscos clandestinos. En ella pulula una fauna de seres marginales de inquietante naturaleza. Todos ellos inmersos en una guerra por el poder donde las ratas son la impresionante fuerza invasiva.
A través de ciertos análisis, King Rat también puede verse como un relato urbano marxista. El Londres industrial del siglo XIX ya había sido conceptualizado por Dickens o Blake como una metrópolis extraña e inhumana. Pero Miéville además introduce elementos fantásticos para presentar a Londres como un lugar híbrido donde se celebra la heterogeneidad y la dialéctica.
“Ha llegado la hora de la revolución. Fuisteis liderados por un monarca durante años, y os abocó al desastre. Después atravesasteis años de anarquía y miedo, de búsqueda de un nuevo soberano, el miedo os aislaba a todos para que no tuvieseis fe en vuestra nación. Ahora que sabéis lo que sois capaces de hacer, las ratas ya no volverán a doblegarse servilmente al antojo de los reyes nunca más. Yo no abdico en favor de otro. Declaro este año el Año Uno de la República de la Rata. (…) A partir de ahora no habrá reyes. Tan solo soy uno de vosotros. Soy el ciudadano rata.”
EL AZOGUE (2002)
El espejo es un objeto muy afín a la literatura fantástica. Se multiplica en relatos y películas de terror. Miéville se planta ante el espejo reconociendo en una cita la herencia de Borges ("Animales en los espejos" en Manual de zoología fantástica) y actualiza su legado, transformando los espejos en la puerta a un mundo postapocalíptico.
En las primeras páginas, Londres aparece devastada por una guerra insólita. La humanidad se disgrega, despavorida. El Támesis ya no refleja nada, tampoco los charcos, ni los metales. Pero la guerra no es contra otros hombres, sino contra los Imagos: criaturas que, durante siglos, han vivido oprimidas al otro lado de los espejos condenados a la simple imitación. Por fin se han rebelado, escapando del azogue, para volcar todo su odio acumulado sobre la raza humana. Ahora gobiernan el cielo, anidan en el subsuelo y combaten en las calles bajo formas vacilantes. La nouvelle nos propone un interesante acercamiento a la mitología de los vampiros y al porqué del tabú vampírico sobre los espejos.
Sencilla pero inquietante aúna fantasía, ciencia ficción y terror a partes iguales. Como es natural en Miéville no podía faltar el sesgo político. Aquí toma la forma de la lucha de clases, la resistencia y la dinámica del poder.
Sencilla pero inquietante aúna fantasía, ciencia ficción y terror a partes iguales. Como es natural en Miéville no podía faltar el sesgo político. Aquí toma la forma de la lucha de clases, la resistencia y la dinámica del poder.
UN LUN DUN (2007) es su primera novela juvenil y eso se nota en el abandono de su típico estilo barroco. Unlundun es la ciudad reverso de Londres a la que se llega de modo mágico a través de un túnel. Ambas ciudades se solapan y se ignoran a la vez. Londres está habitada por gente normal, mientras que en Lun Dun vive un grupo de gigantes. Del mismo modo que en La ciudad y la ciudad, la idea subyacente es la de presentar dos sociedades que coexisten juntas, pero que evitan cualquier forma de contacto. Una especie de alegoría sobre la segregación de razas o etnias.
Un Lun Dun es un Londres distorsionado donde se pueden ver sus miserias y contradicciones (una especie de Londres tras el espejo al estilo de Lewis Carroll). Allí habitan todos aquellos personajes y objetos que ya no son utilizados y han sido olvidados. Alondres es el vertedero de Londres, su oficina de objetos perdidos. Zanna y Deeba son dos niñas que accidentalmente cruzan ese espejo, como Alicia, y aparecen en una versión mugrosa y oscura del Londres que conocen. Allí comprenderán que tienen que cumplir una profecía: ser quienes libren a Alondres de su mayor amenaza, del más grande desperdicio que el Londres industrializado ha volcado en sus calles y su aire, 'el Esmog'; convertido aquí en un malvado monstruo hecho de humo, contaminación y basura.
Miéville tiene habilidad para sorprender en cada capítulo e imaginación para poblar de objetos extraños y fascinantes cada rincón de este fantástico mundo.
Miéville tiene habilidad para sorprender en cada capítulo e imaginación para poblar de objetos extraños y fascinantes cada rincón de este fantástico mundo.
Los habitantes de Alondres se defienden del Esmog con paraguas rotos y son tan pintorescos como, a veces, satíricos: el mediofantasma Hemi, el libro parlante Facistola, el costurero Obaday Fing que lleva alfileres clavados en la cabeza o los hedoinómanos, los subalternos del Esmog, drogados por su polución. Personajes tan locos como en su día lo fueron el Gato de Cheshire o el Sombrerero Loco.
La potencia visual de Miéville se traduce en imágenes maravillosas como las jirafas asesinas, los bibliotecarios rodeados por torres de libros o las palabras que tienen vida propia.
La vertiente política de Miéville se refleja en el toque ecológico de la trama, la discriminación social que sufren los espectros de Espectralia o el carácter feminista de las protagonistas (viven una aventura de riesgo sin necesidad de que un príncipe las rescate).
LA ESTACIÓN DE LA CALLE PERDIDO
Es el thriller fantástico que da inicio a la trilogía «Bas-Lag». Después vendrían La Cicatriz y El Consejo de Hierro.
La novela es una metrópolis, Nueva Crobuzon, que durante más mil años ha sido gobernada por el Parlamento y su brutal milicia. No cuesta ver en el espejo a Londres: ciudad inmensa, bulliciosa, multirracial, sucia y peligrosa; atacada por el cáncer de una gran desigualdad social. La ciudad está cruzada por ferrocarriles elevados y dos ríos. Los seres humanos, los mutantes y las razas arcanas se apiñan en barrios segregados bajo la penumbra del humo y el hollín. Su gran cantidad de seres fantásticos la convierten en un lienzo de El Bosco o en el territorio ucrónico de un nuevo Oliver Twist.
La novela posee una enorme densidad descriptiva que posteriormente se confirmaría como un sello característico del autor. En ella se despliega por primera vez todo el talento de este fascinante autor.
Bas-Lag es un mundo barroco y complejo, poblado por seres de diferentes especies inteligentes, creados sobre la base de muchos mitos europeos, asiáticos y africanos. Existen aldeas, enclaves rebeldes, pueblos secretos y ciudades-estado. La más importante de estas últimas es Nueva Crobuzon, una megalópolis barroca y caótica donde bullen la corrupción gubernamental, el arte multiétnico, el comercio al más feroz estilo capitalista, la violencia de pandillas y los clanes. Está dirigida por un gobierno fascistoide con contactos con el infierno y seres multidimensionales capaces de comerte el cerebro de muchas maneras diferentes. La magia convive con la tecnología steampunk en este mundo absolutamente fantástico.
La novela es una metrópolis, Nueva Crobuzon, que durante más mil años ha sido gobernada por el Parlamento y su brutal milicia. No cuesta ver en el espejo a Londres: ciudad inmensa, bulliciosa, multirracial, sucia y peligrosa; atacada por el cáncer de una gran desigualdad social. La ciudad está cruzada por ferrocarriles elevados y dos ríos. Los seres humanos, los mutantes y las razas arcanas se apiñan en barrios segregados bajo la penumbra del humo y el hollín. Su gran cantidad de seres fantásticos la convierten en un lienzo de El Bosco o en el territorio ucrónico de un nuevo Oliver Twist.
La novela posee una enorme densidad descriptiva que posteriormente se confirmaría como un sello característico del autor. En ella se despliega por primera vez todo el talento de este fascinante autor.
Bas-Lag es un mundo barroco y complejo, poblado por seres de diferentes especies inteligentes, creados sobre la base de muchos mitos europeos, asiáticos y africanos. Existen aldeas, enclaves rebeldes, pueblos secretos y ciudades-estado. La más importante de estas últimas es Nueva Crobuzon, una megalópolis barroca y caótica donde bullen la corrupción gubernamental, el arte multiétnico, el comercio al más feroz estilo capitalista, la violencia de pandillas y los clanes. Está dirigida por un gobierno fascistoide con contactos con el infierno y seres multidimensionales capaces de comerte el cerebro de muchas maneras diferentes. La magia convive con la tecnología steampunk en este mundo absolutamente fantástico.
Un garuda y una khepri según Marc Simonetti |
Paradójicamente, esta ciudad híbrida y bastarda, poblada de razas alienígenas, se rige por leyes que las prohíben convivir entre sí y mucho menos aparearse.
Tenemos a los khepris, criaturas semejantes a escarabajos con la extraña habilidad artística de crear bellísimas esculturas a través de sus secreciones; los cactóides, criaturas desconfiadas que habitan un barrio segregado conocido como El Invernadero; los vodyanoi, una especie de hombre/rana; los constructos (seres reformados mediante magia y tecnología como castigo); sin olvidarnos de los garudas, águilas inmensas con estructura humana que poseen sus propias leyes y cultura.
Isaac Dan der Grimnebulin, un científico humano con ideas radicales mantiene una relación amorosa con la kephri Lin; lo que va contra todas las normas. Por otro lado aparece Yagharek, un garuda al que le han arrancado las alas como condena y que desea volver a volar: "Esta lengua no puede expresar mi crimen", le dice a Isaac. Los garudas no cuentan con tradición escrita en su propia lengua; pero son guardianes de una biblioteca nómada con manuscritos en incontables lenguas vivas y muertas. (¡...!)
Grimnebulin cree que puede ayudar al garuda. Tiene una teoría sobre algo llamado “energía de crisis”, capaz de alterar las frágiles leyes de su extraño mundo. Se desencadena entonces una ola de terror que convierte el paisaje urbano en un campo de caza. Una plaga de depredadores de sueños provoca una colectiva infección de pesadillas entre los ciudadanos de Nueva Crobuzon.
La novela tiene la textura de la serie negra -ciudad corrupta, connivencia entre poder político y submundo criminal-; pero lo que de verdad explora es la voracidad de una sociedad capitalista con la que están en guerra un grupo de desclasados, vinculados al periódico anarquista El Renegado Rampante. En el fondo se podría decir que Miéville elabora una historia alegórica de derrocamiento capitalista. Las polillas asesinas de la novela representan a los monstruos capitalistas insaciables con sus víctimas.
Tenemos a los khepris, criaturas semejantes a escarabajos con la extraña habilidad artística de crear bellísimas esculturas a través de sus secreciones; los cactóides, criaturas desconfiadas que habitan un barrio segregado conocido como El Invernadero; los vodyanoi, una especie de hombre/rana; los constructos (seres reformados mediante magia y tecnología como castigo); sin olvidarnos de los garudas, águilas inmensas con estructura humana que poseen sus propias leyes y cultura.
Isaac Dan der Grimnebulin, un científico humano con ideas radicales mantiene una relación amorosa con la kephri Lin; lo que va contra todas las normas. Por otro lado aparece Yagharek, un garuda al que le han arrancado las alas como condena y que desea volver a volar: "Esta lengua no puede expresar mi crimen", le dice a Isaac. Los garudas no cuentan con tradición escrita en su propia lengua; pero son guardianes de una biblioteca nómada con manuscritos en incontables lenguas vivas y muertas. (¡...!)
Grimnebulin cree que puede ayudar al garuda. Tiene una teoría sobre algo llamado “energía de crisis”, capaz de alterar las frágiles leyes de su extraño mundo. Se desencadena entonces una ola de terror que convierte el paisaje urbano en un campo de caza. Una plaga de depredadores de sueños provoca una colectiva infección de pesadillas entre los ciudadanos de Nueva Crobuzon.
La novela tiene la textura de la serie negra -ciudad corrupta, connivencia entre poder político y submundo criminal-; pero lo que de verdad explora es la voracidad de una sociedad capitalista con la que están en guerra un grupo de desclasados, vinculados al periódico anarquista El Renegado Rampante. En el fondo se podría decir que Miéville elabora una historia alegórica de derrocamiento capitalista. Las polillas asesinas de la novela representan a los monstruos capitalistas insaciables con sus víctimas.
Es el segundo volumen de la trilogía Bas-Lag, aunque en modo alguno es una secuela. Las referencias a otras naciones y a los extensos mares en La Estación de la Calle Perdido encuentran aquí su pleno desarrollo. La Cicatriz consigue mostrar un mundo que se extiende más allá de Nueva Crobuzon y se conforma como la historia de una búsqueda.
La lingüista Bellis Coldwine se ve obligada a salir de Nueva Crobuzon debido a sus nexos con Grimnebulin. El barco donde viaja es tomado por piratas y todos sus tripulantes son llevados a la ciudad-barco de Armada, donde Bellis descubrirá los planes de la dualidad reinante conocida como Los Amantes (The Lovers). La singladura se orienta hacia la búsqueda de la cicatriz, una herida en el tejido de la realidad, para aprovechar los poderes y posibilidades que quedaron allí como reminiscencias de un Imperio ya olvidado.
No es la mejor novela de Miéville pero tiene el hechizo del viaje y los monstruos. Tampoco es una novela para consolar nuestro ocio. No habla de búsqueda y triunfo, sino de un poder violento, de traiciones y de muchos tipos de cicatrices que arrastramos después. En sus páginas el viaje lo es todo.
Esta excéntrica novela de piratas incluye magia, abordajes, un enemigo misterioso, un leviatán gigante como un país y una protagonista cínica y asocial. A pesar de desarrollarse en el mar no por ello abandona Miéville su obsesión por lo urbano. La ciudad flotante es una amasijo de naves en constante crecimiento a la que se van añadiendo más barcos, pasarelas y calles (idea que ya vimos en Snow Crash, de N. Stephenson): un peculiar mundo urbano donde hay varios distritos con sus gobiernos, leyes, idiomas y un modelo de democracia criminal donde todos son igual y deben aportar.
Armada se nos muestra como una comunidad igualitaria que contrasta con el imperialismo capitalista de la ciudad de Nueva Crobuzon. La colonia de piratas proporciona a Miéville la excusa perfecta para reflexionar sobre las aristas de un proyecto utópico de verdadera democracia social.
La lingüista Bellis Coldwine se ve obligada a salir de Nueva Crobuzon debido a sus nexos con Grimnebulin. El barco donde viaja es tomado por piratas y todos sus tripulantes son llevados a la ciudad-barco de Armada, donde Bellis descubrirá los planes de la dualidad reinante conocida como Los Amantes (The Lovers). La singladura se orienta hacia la búsqueda de la cicatriz, una herida en el tejido de la realidad, para aprovechar los poderes y posibilidades que quedaron allí como reminiscencias de un Imperio ya olvidado.
No es la mejor novela de Miéville pero tiene el hechizo del viaje y los monstruos. Tampoco es una novela para consolar nuestro ocio. No habla de búsqueda y triunfo, sino de un poder violento, de traiciones y de muchos tipos de cicatrices que arrastramos después. En sus páginas el viaje lo es todo.
Esta excéntrica novela de piratas incluye magia, abordajes, un enemigo misterioso, un leviatán gigante como un país y una protagonista cínica y asocial. A pesar de desarrollarse en el mar no por ello abandona Miéville su obsesión por lo urbano. La ciudad flotante es una amasijo de naves en constante crecimiento a la que se van añadiendo más barcos, pasarelas y calles (idea que ya vimos en Snow Crash, de N. Stephenson): un peculiar mundo urbano donde hay varios distritos con sus gobiernos, leyes, idiomas y un modelo de democracia criminal donde todos son igual y deben aportar.
Armada se nos muestra como una comunidad igualitaria que contrasta con el imperialismo capitalista de la ciudad de Nueva Crobuzon. La colonia de piratas proporciona a Miéville la excusa perfecta para reflexionar sobre las aristas de un proyecto utópico de verdadera democracia social.
(Iron Council, 2004)
Cierra brillantemente la trilogía de Bas-Lag. Es una obra atrevida y netamente política de luchas y revueltas donde se mezclan magia y revolución en un contexto que, por momentos, nos recuerda a los pioneros del ferrocarril en el Oeste americano.
El libro es sin duda un subversivo y fantástico panfleto anarquista. Los trabajadores explotados en la construcción de una línea ferroviaria se rebelan, roban el tren y los materiales y crean un pequeño estado independiente sobre raíles que sobrevive en una huida permanente.
"Esta es la historia de una revolución convertida en leyenda y de un monumento detenido en el tiempo. La narración se desarrolla in media res, técnica narrativa de la que el autor demostró un dominio exquisito. En esta novela se busca un líder, se construye un ferrocarril, se roba un tren, se atraviesa una zona cargada de magia perversa, se destruye una cultura, se construye otra, se acaba con una invasión taumatúrgica… En realidad se hace y se vive mucho más, a un ritmo tan veloz que el lector puede sentirse abrumado. Al final de la historia uno se siente como que si hubiese atravesado los miles de kilómetros y decenas de años que El Consejo de Hierro viajó, primero hacia lo desconocido y después de regreso hacia la revolución. Y como todo el que regresa de un viaje trascendental, luego de leer El Consejo de hierro, algo habrá cambiado en ti: no verás de la misma manera los ferrocarriles, los westerns ni los grafitis de la pared."
(extracto tomado del artículo de Yadira Álvarez Betancourt en CachivacheMedia.com
"Esta es la historia de una revolución convertida en leyenda y de un monumento detenido en el tiempo. La narración se desarrolla in media res, técnica narrativa de la que el autor demostró un dominio exquisito. En esta novela se busca un líder, se construye un ferrocarril, se roba un tren, se atraviesa una zona cargada de magia perversa, se destruye una cultura, se construye otra, se acaba con una invasión taumatúrgica… En realidad se hace y se vive mucho más, a un ritmo tan veloz que el lector puede sentirse abrumado. Al final de la historia uno se siente como que si hubiese atravesado los miles de kilómetros y decenas de años que El Consejo de Hierro viajó, primero hacia lo desconocido y después de regreso hacia la revolución. Y como todo el que regresa de un viaje trascendental, luego de leer El Consejo de hierro, algo habrá cambiado en ti: no verás de la misma manera los ferrocarriles, los westerns ni los grafitis de la pared."
(extracto tomado del artículo de Yadira Álvarez Betancourt en CachivacheMedia.com
Nueva Crobuzon se encuentra en guerra con la ciudad rival de Tesh, una guerra remota que pocos recuerdan cómo empezó. A las extrañas máquinas de guerra y monstruos artificiales se les suma la guerra como maniobra política con sus juegos de propaganda y desinformación. Cuando la revolución parece ya inminente en Nueva Crobuzon, un pequeño grupo parte a la búsqueda del Consejo de Hierro para que vuelva a la ciudad y la libere.
LA CIUDAD Y LACIUDAD (The City and the City, 2009)
Una ciudad oculta pero a la vista de todos. Dos ciudades entramadas con sociedades y culturas muy dispares pero que extrañamente comparten un mismo espacio-tiempo. Un libro perdido que logra que quien se interese por él desaparezca. La investigación del pasado como llave del futuro. Estos son los trazos de esta fascinante novela, simbiosis entre novela negra y ciencia-ficción, que comienza con el descubrimiento del cadáver de una chica.
Este escenario de dos ciudades entramadas calle a calle, edificio a edificio y puerta a puerta es lo que convierte este libro en fascinante. Cada una de las dos ciudades tiene sus propias leyes, su propio idioma. Hasta sus costumbres, relaciones sociales y arquitectura son radicalmente diferentes; pero el hecho es que comparten edificios y callejero como dos ciudades superpuestas, aunque vivan de espaldas una de otra.
Jugando con las últimas ideas de la física teórica en cuanto a que más de un objeto puede ocupar el mismo espacio físico, los habitantes de Beszel y Ul Qoma practican desde niños la habilidad de "desver" y "desoír" con respecto a todo lo que no sea su propia ciudad. En la práctica nada de una ciudad puede afectar a la otra; cualquier contacto supone una "brecha", el peor delito. Si te quedas mirando a una persona de la otra ciudad cometes una "brecha" y La Brecha puede detenerte. El adoctrinamiento resulta demoledor y el poder de La Brecha (una especie de Corporación secreta) semeja un Gran Hermano todopoderoso y omnisciente.
Jugando con las últimas ideas de la física teórica en cuanto a que más de un objeto puede ocupar el mismo espacio físico, los habitantes de Beszel y Ul Qoma practican desde niños la habilidad de "desver" y "desoír" con respecto a todo lo que no sea su propia ciudad. En la práctica nada de una ciudad puede afectar a la otra; cualquier contacto supone una "brecha", el peor delito. Si te quedas mirando a una persona de la otra ciudad cometes una "brecha" y La Brecha puede detenerte. El adoctrinamiento resulta demoledor y el poder de La Brecha (una especie de Corporación secreta) semeja un Gran Hermano todopoderoso y omnisciente.
En este escenario el inspector Tyador Borlú será el encargado de la investigación del cadáver. Las pistas le llevarán de una ciudad a otra, tendrá que retar a las autoridades y cometer brechas hasta descubrir que es en el pasado de las dos ciudades donde se encuentra la clave que cambiará todo.
El género negro está muy acentuado en una trama que tiene similitudes con la obra de Kafka y Philip K. Dick, por la exploración del fenómeno de autoridades arbitrarias o la impotencia y la desorientación individual en una realidad artificialmente distorsionada.
El género negro está muy acentuado en una trama que tiene similitudes con la obra de Kafka y Philip K. Dick, por la exploración del fenómeno de autoridades arbitrarias o la impotencia y la desorientación individual en una realidad artificialmente distorsionada.
Continuará...
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