martes, 12 de marzo de 2024

DUNE - de Denis Villeneuve

2024


Lo primero que quiero decir es que desde que vi la primera parte de esta Dune me pareció un despilfarro que un tío con las cualidades de Denis Villeveneuve (autor de películas tan poderosas como La llegada, Sicario, Incendies o Prisioneros) esté pasando los mejores años de su vida profesional embarcado en proyectos secundarios.

Porque no nos engañemos, tanto  Blade Runner 2049 como Dune son películas muy buenas pero también son cartuchos rellenados que nunca tendrán la luminosidad de la detonación original. Con esto no quiero decir que la Dune de David Lynch sea muy superior a esta de Villeneuve; sino tan sólo que el cartucho ya está gastado (recordemos que además existen dos miniseries y varios videojuegos). Aunque también hay que decir que mientras la primera parte era una fría introducción a la historia y los personajes, en esta segunda parte Villeneuve ha planteado una película distinta, más centrada en las dudas y emociones de un supuesto mesías que se resiste a reconocerse como tal. Esto es loable y además está conseguido: Contar cómo Paul Atreides se ve rodeado de profecías (por parte de los fremen del sur y su líder Stilgar) e intereses y manipulaciones (por parte de su propia madre) que le presionan para se reconozca como el Elegido mientras él se resiste hasta que, finalmente, el ataque despiadado de los Harkonnen a los poblados fremen, le empuja a aceptar su destino. 

Esta es la esencia de la película y está contada de manera sobresaliente, con unas imágenes y un sonido que logran meterte de lleno en el indeciso corazón del joven Paul Atreides. Lo que ocurre es que esto no es más que una de las caras de ese poliedro multifacético que es la novela original de Frank Herbert. De ahí que se eche en falta la complejidad del relato original, ese universo de conspiraciones entre Grandes Casas feudales, la presencia de la intrigante Cofradía Espacial e incluso una más profunda reflexión ecológica, cuestión muy principal para un Herbert que había investigado con sumo interés los ecosistemas desérticos y el impacto de la acción humana en su entorno medioambiental. 






Si tuviésemos que elegir sólo cinco novelas de ciencia ficción para señalar las cumbres del género, Dune sería una de ellas. Una novela densa como pocas donde se representa de nuevo la eterna lucha entre el bien y el mal en uno de los universos más elaborados, complejos e imaginativos que ha alumbrado la literatura fantástica. La acción se desarrolla en la época de un imperio feudal intergaláctico sustentado en un conjunto de Casas Nobles (el Landsraad) que gobiernan los distintos planetas bajo el mandato de la Casa Imperial Corrino, representada por el Emperador Padishah Shaddam IV. 

En la obra se describen las intrigas y conspiraciones palaciegas de este imperio feudal constituido por un complejo entramado socio-político y religioso habitado por humanos, superhumanos, nuevas especies y estilos de vida desconocidos; impregnado todo ello por un profundo misticismo representado por órdenes religiosas como los Mentats, las reverendas madres Bene Gesserit o la Cofradía Espacial.


Publicada en 1965, la novela vendió millones de ejemplares y obtuvo los premios Hugo y Nebula. El propio Georges Lucas supo beber de este manantial para crear su extraordinaria saga espacial Star Wars: La "fuerza" que define a los Jedi tiene su correlato en la especia "melange", un recurso exclusivo de Arrakis y que es clave para cualquiera que quiera ostentar el poder por su capacidad para desbloquear todo el potencial del ser humano. Sin ir más lejos, los miembros de la Cofradía Espacial -los "Navegantes"- son humanos mutados por el consumo continuo de la especia melange. Su mutación les permite discernir el futuro y el profundo universo e incluso plegar el espacio para posibilitar el viaje a cualquier punto de la Galaxia.







Pero vayamos al asunto.
Entre todas las tramas y temáticas que incluye la novela, Dune, Parte 2 se centra totalmente en el ascenso de Paul Atreides, un adolescente dotado de extraños poderes abocado a convertirse en dictador, mesías y mártir. Recordemos que la primera parte nos narraba el traslado de Paul con toda la Casa Atreides hasta Arrakis para gobernarla por orden del Emperador que, una vez allí, los traiciona respaldando a la Casa Harkonnen que los ataca por sorpresa hasta casi extinguirlos. Pero Paul y su madre logran escapar huyendo al desierto donde son acogidos por sus misteriosos habitantes, los fremen. 

Toda esta segunda parte trata del aprendizaje de Paul respecto a la cultura y tácticas fremen y de su resistencia a reconocerse como el Elegido. También asistimos al ascenso de su madre, lady Jessica (Rebecca Ferguson), al puesto de Reverenda Madre de los fremen, desde donde estimula las creencias y supersticiones que identifican a Paul con el líder mesiánico que están esperando, "Muad'Dib". Incitación que es secundada por Stilgar (Javier Bardem) uno de los líderes fremen. En este sentido es muy interesante la oposición de la joven Chani (Zendaya), de la que Paul se ha enamorado, puesto que defiende que estas creencias no son más que una impostura que les dirige a un nuevo modelo de opresión. 

 
El despiadado ataque de los Harkonnen a los poblados fremen acabará empujando a Paul a tomar una decisión que marcará su destino y el del universo. Reta al Emperador a venir hasta Arrakis con su corte bajo la amenaza de destruir la única fuente de la especia...y en ese épico enfrentamiento Paul acabará perdiéndose a sí mismo, completando una venganza que le llevará hasta la cúspide del poder. 

Me gusta especialmente el mundo secreto de las Bene Gesserit, mujeres que han sido entrenadas durante años para controlar su cuerpo y su metabolismo.  Por eso lady Jessica es capaz de tomar el Agua de la Vida -el veneno azul procedente de la bilis de un gusano- y sobrevivir al trance ganando una superior consciencia. Las Bene Gesserit pueden decidir quedar embarazadas de un niño o de una niña y de ahí viene la traición de Jessica a su Hermandad, que la encargó concebir una niña; pero por su amor al duque Leto, eligió darle un heredero. 

Al cometer este crimen lady Jessica albergaba la esperanza de concebir al Kwisatz Haderach, culminación del larguísimo programa de selección genética que la Hermandad lleva ejecutando desde hace siglos. El resultado final sería un super-ser con conocimientos proféticos que gobernaría el universo bajo la influencia de las Bene Gesserit. El plan original pasaba por casar a la hija del duque Leto Atreides con el sobrino del barón Harkonnen para acabar con las luchas de ambas casas y colocar a un Emperador bajo el influjo de la Hermandad en el Trono del León Dorado. Pero ahora todo ese plan se ha trastocado. 








Si entre la primera parte y la segunda hay un evidente avance en la intensidad y emoción del relato es de esperar que, en una más que previsible tercera parte, Villeneuve consiga mostrar por fin en todo su esplendor este complejo mundo del que sólo nos ha mostrado una pequeña parte.
 

Por lo que parece el director tiene la ambición de que estas dos partes de Dune sean un punto de partida para el desarrollo de una nueva franquicia intergaláctica. En sus propias palabras «Dune será una saga al estilo de Star Wars, pero para un público adulto». Esa tercera parte adaptaría el segundo libro de la saga, ´Dune Messiah´ y así lo deja entender el final un tanto abrupto de esta Parte 2 en el que Paul Atreides vence al Emperador Padishah Shaddam IV y decide tomar por esposa a su hija Irulan (Florence Pugh) para inmediatamente declarar la guerra al resto de Grandes Casas dado que no reconocen su ascenso al trono imperial.
  


Cabe decir que, paradójicamente, esta tercera parte ¡ya se hizo hace 20 años! Se trata de una miniserie de 3 capítulos (con un joven James McAvoy), Hijos de Dune, que actualmente se puede ver tanto en HBO Max como en Filmin. Las intrigas palaciegas son muchas y jugosas; pero los efectos especiales cantan por obsoletos.

Actualmente también está en producción una serie de televisión que expandiría este universo de Dune, se trata de Dune: Profecy que se centra precisamente en la orden matriarcal de las Bene Gesserit. La serie se ambienta 10.000 años antes de la ascensión de Paul Atreides y pone el foco en las Hermanas Harkonnen mientras luchan contra las fuerzas que amenazan el futuro de la humanidad y establecen la legendaria hermandad conocida como Bene Gesserit. La serie adapta el libro Hermandad Bene Gesserit (2012) escrito por Brian Herbert, hijo del creador de Arrakis, y K. J. Anderson.

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