sábado, 6 de agosto de 2022

NENÚFARES NEGROS - de Fred Duval, D. Cassegrain y M. Bussi



Si básicamente un blog existe para transmitir una opinión sobre algo que hayamos leído, aquí va la mía pronto y rápido: ¡excelente!
Como además el álbum tiene una conclusión tan impactante y sorprendente que debería estar prohibido comentar nada sobre ella, no tengo más que decir: cómprate el libro y pásate un par de tardes gloriosas disfrutando de una obra de trasfondo criminal con un guión, una estructura narrativa y un apartado visual de trazo impresionista realmente espléndida.

La trama se centra en la investigación del asesinato de Jérôme Morval, optometrista de éxito en Paris que tiene una mansión en su pueblo natal de Giverny. Su cadáver ha aparecido en el arroyuelo de unos jardines y el comisario Sérénac junto al detective Sylvio iniciarán las pesquisas para desvelar el crimen. En paralelo conoceremos la historia de tres mujeres de distinta edad que han nacido y viven en Giverny: una niña de 11 años efervescente y llena de vida con un talento enorme para la pintura, una hermosa joven de 36 que ejerce de maestra en el pueblo y que mantiene vivo su sueño de huir de allí y encontrar el amor, y una una anciana con ojos de búho, pertinaz observadora de todo lo que ocurre en Giverny y que ejerce de narradora no sabemos hasta qué punto fiable. Siempre parece presente en todas las circunstancias de los protagonistas mientras pasea con su perro Neptuno. 

Ella misma juega con el lector y le interpela: "os preguntaréis a qué estoy jugando ¿no? qué pinto yo en todo esto. En qué momento dejo de espiar a todo el mundo e intervengo". Ella será quien reúna para nosotros todas las piezas de este dispar y único puzzle donde se superponen el presente y el pasado.




El álbum se divide en tres partes. La primera es una introducción misteriosa y evocadora sobre estas tres mujeres de Giverny, el famosísimo pueblo donde se retiró Monet durante los últimos 27 años de su vida para pintar obsesivamente nenúfares. Las otras dos partes desarrollan tanto las historias de estas tres mujeres como la investigación policial y tienen unos títulos irónicamente pictóricos: "Cuadro 1: impresiones" (¿podría titularse de otro modo estando implicados en la trama Monet y Giverny?). Este capítulo es notoriamente el más largo y en él se desarrollan las tramas, mientras que en el "Cuadro 2. Exposición" asistiremos a un desenlace totalmente impactante que resuelve una trama tan bien urdida que funciona como un reloj. 

Ya la anciana nos había anticipado (¿?) al comenzar el relato que, a pesar de su encanto, Giberny no era más que una hermosa cárcel/parque en la que palpita una tragedia cuyo relato le ocupará 13 días:
"Durante 13 días, durante 13 días solamente, las puertas del parque se abrieron. Entre el 13 y el 25 de mayo de 2010, para ser exactos. ¡Las puertas del parque se abrieron para ellas! Solo para ellas, o eso pensaban. Pero las reglas eran crueles: Solo una podía escapar. Las otras dos debían morir. Era así.
Esos tres días fueron como un paréntesis en sus vidas, demasiado breve; cruel, también. Ese paréntesis se abrió con un asesinato el primer día y se cerró con otro el último día" pág. 7
Los inspectores Sérénac y Sylvio comienzan por analizar la escena del crimen y pronto se hace evidente que al muerto lo han asesinado tres veces: primero lo apuñalaron mortalmente en el camino, luego el asesino lo arrastró hasta el riachuelo y posteriormente le destrozó la cabeza con una piedra, para acabar metiéndolo en el arroyo como si quisiera ahogarlo. El forense lo resume con sorna: "Triple asesinato, cuchillo, piedra y ahogamiento". Al mismo tiempo en el cadáver encuentran una postal de felicitación con el texto "11 años. Feliz Cumpleaños" a la que alguien ha adherido una tira de papel con un verso de Louis Aragon impreso: “Consiento en que soñar se declare delito”.

Cuando descubren que la postal es de hace 15 años mientras que la tira de papel con el verso es reciente y lo suman a que la escena del crimen ha sido manipulada como queriendo componer un cuadro ya existente, la conclusión les remite a un sombrío pasado. El misterio está servido.  

La investigación enseguida se centra en las dos pasiones de Morval, la pintura y las mujeres. El optometrista era un mujeriego redomado como prueban una fotos con varias amantes que alguien envía anónimamente a los policías. Y, por otro lado, su gran deseo era poseer un Monet de nenúfares; lo que relaciona al muerto con el lucrativo y falaz mercado del arte. Entre estas líneas de investigación destaca todo lo relativo a Eugène Murer, acaudalado pastelero que animó y ayudó económicamente a Van Gogh, Renoir o Monet, y cuya nieta Allyson aparece entre las relaciones de Morval. 



Como se ve el álbum atesora múltiples valores. El primero es un guion apasionante que articula con suma precisión varios crímenes,  rumbos de investigación y distintas líneas temporales; lo cual hay que achacárselo a monsieur Michel Bussi, autor de la extraordinaria novela original en la que se basa el cómic. Las diferentes tramas, además, asimilan numerosos personajes y hechos históricos, tal y como lo reseñó el autor al principio de su novela:
"las descripciones de Giverny pretenden ser lo más exactas posibles. Los escenarios existen, (...) La información relativa a la vida, obra y herederos de Claude Monet es auténtica, al igual que la referente a otros pintores impresionistas, especialmente Theodore Robinson o Eugène Murer. Los robos de obras de arte mencionados son sucesos reales...El resto me lo he inventado."

Sin duda las alusiones históricas son de lo más relevante, pero es un asunto no comprobado y casi legendario el que planea sobre la obra de un modo siniestro, la historia del cuadro con Nenúfares Negros. Monet se pasó la vida tratando de captar la luz, por eso tenía al color negro desterrado de su paleta; pero cuando sintió llegar la muerte pintó un cuadro con nenúfares negros que nunca fue encontrado. Un cuadro que acaba convirtiéndose en toda una metáfora.

La adaptación de la novela es modélica y por eso no me extraña que en los créditos figure el mismísimo M. Bussi, ya que las viñetas reproducen con exactitud los capítulos, las escenas, los diálogos, las descripciones y hasta el desarrollo dramático y los pensamientos de los personajes. En este sentido, y dado que el desarrollo de la historia es gemelo, se puede decir que el cómic ofrece un plus sobre la novela, ya que cuenta con el añadido de unas delicadas viñetas que reproducen el estilo impresionista de Monet. Y es un plus nada despreciable.



El volumen no deja indiferente y propone varios juegos de contraste que acrecientan su interés narrativo. Por ejemplo comienza como si se tratase de un cuento infantil: “En un pueblo vivían tres mujeres… la primera era mala.... la segunda mentirosa... la tercera egoista.”. Parece un cuento de niños y brujas. Y lo es pero en otro sentido.

Otro fuerte contraste se da entre la luminosidad de las viñetas impresionistas y la investigación de un oscuro crimen que al final serán tres. Esta idea de manchar algo maravilloso me recordó el cuadro de Bansky, "Show me the Monet", que también utiliza un cuadro de Monet para guarrearlo y presentar así una crítica a la sociedad de consumo que nos consume.

También hay un contraste enorme entre el carácter bucólico del pueblo, con sus casas de vigas cruzadas, puentes y jardines preservados por ley y la sensación de cárcel o de jardín de psiquiátrico que asedia a sus habitantes, tal y como se queja la maestra del pueblo al inspector Sérénac: “Voy a contarle un secreto, Inspector: ¡Giverny es un engaño! Un pueblo maravilloso, pero el paisaje es fijo, inamovible. Está prohibido cambiar la decoración de las casas, pintar las paredes, coger una flor… las leyes lo prohíben. ¡Vivimos en un cuadro! ¡Estamos atrapados!"
Efectivamente esa belleza estática que fija al pueblo como si fuese un inmarchitable cuadro hace que todo parezca fuera del tiempo... y éste es uno de los factores con los que el guión juega brillantemente.

Por último hay un doloroso contraste que afecta a los versos del poema Nymphée, de Aragon, que todos los escolares de Giverny conocen de memoria. Pegados en la tarjeta de felicitación por los 11 años, estos hermosos versos sobre el sueño del amor esconden en la obra una idea abominable.
 










Didier Cassegrain acierta a plasmar unos escenarios encantadores con unos delicados colores pastel, mucho verde y una etérea iluminación que nos acerca, como una experiencia inmersiva, al espíritu del pintor impresionista. Mientras que Duval utiliza con habilidad la voz en off narrativa y el salto temporal sin transición para guiarnos por los meandros de este sólido y eficaz relato que acumula múltiples pistas.











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Michel Bussi, nacido en 1965, es un reconocido autor francés de novela negra, además de politólogo y profesor de Geografía en la Universidad de Rouen. Empezó a escribir ficción en los años noventa pero sufrió varias negativas editoriales. Finalmente encontró la inspiración en las aventuras de Arsène Lupin y logró publicar su primera novela en 2006, Code Lupin. Su relativo éxito lo empujó a escribir al año siguiente Los crímenes de Omaha, con la que ganó varios premios regionales antes de ser reeditada en 2014 por Presses de la Cité bajo el título Gravé dans le sable . Le siguieron Mourir sur Seine y Sang Famille.
Pero sería en 2011 cuando la popularidad de Michel Bussi despegó al publicar Nymphéas Noirs que triunfó unánimemente entre crítica y público, convirtiéndose en la novela negra francesa más vendida de 2011.Con ella obtuvo los premios Prix du Polar Méditerranéen, Prix des Lecteurs du Festival Polar de Cognac, Grand Prix Gustave Flaubert y el Prix Goutte de Sang d’Encre de Vienne entre otros.

Este éxito determinará la impronta de su estilo marcada por el equilibrio perfecto entre intriga y emoción, enigmáticos juegos de espejos y un giro final impredecible que remata su juego permanente con el lector.  
Hasta ahora en España se han publicado 5 novelas:
Nenúfares negros (2011), Un avión sin ella (2013), Mamá no dice la verdad (2017),
No lo olvides jamás (2020), Quizás soñé demasiado (2022)
Tres de sus libros se han adaptado con éxito a la TV en formato de miniserie y Bussi también ha participado en la adaptación al cómic de algunas de sus novelas, como la presente Nenúfares Negros, Gravé dans le sable (2020) y Un avion sans elle (2021).

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