Los VENGADORES: La Era de Ultrón - de Joss Whedon

No soy un renegado de los superhéroes, ni mucho menos. Considero excelente la trilogía del Caballero Oscuro firmada por Nolan, me gustó mucho el primer Spiderman de Sam Raimi, doy un notable alto a las dos entregas del Capitán América y disfruto como un loco con las peripecias e ironías de Iron Man (aunque menos con la segunda). Pero dicho esto, tengo que reconocer que no me atrae  esta serie de Los Vengadores: la veo, me entretiene y la olvido al salir del cine. No haré nada por volver a verla en mi casa.

Y es que creo que el problema es de fondo. Podría resumirlo como "demasiado grande y aparatoso pero nada épico". Enseguida me siento saturado de tanto vuelo, choque y explosión. Acabo pensando que estoy en un parque de atracciones viendo una nueva y vertiginosa máquina. Sin más.

La intriga es nula, el drama inexistente, la acción repetitiva.  Me sorprendo parado a mitad de secuencia, apreciando la complejidad de su rodaje. Lo que cuenta no me atrae. Sólo me quedo con el humor.

Reconozco la armonía del conjunto (muy difícil con tanto personaje) y la espectacularidad de las secuencias de acción. Pero esto se da por supuesto. La película roza levemente asuntos de enjundia, pero en vez de pararse los sobrevuela. Ultrón habla de la necesidad de evolucionar y que los Vengadores lo impiden. También se habla de que la búsqueda de la paz suele llevar a la guerra.

Hay un intento de dramaturgia al conocer la vida privada de Ojo de Halcón y al insinuar la relación entre la Romanoff y Hulk, pero es una leve pátina que no da sabor.

Los sueños y premoniciones que provoca la Bruja Escarlata en los Vengadores  son quizás de lo mejor de la película; pero son poco más que una postal. 

La ausencia de desarrollo y profundidad no puede sustituirse verbalizando dos ideas hasta la náusea (la tragedia que les sobreviene, "no podremos con ellos", "alguno de nosotros morirá";  y la lucha todos juntos, en equipo). En cine hay que plasmarlo.
Para pasar el rato sin más.