de Fernando Trueba y Javier Mariscal
¡...Uhmmm, qué lástima! Qué maravilla de película si hubiesen dado un paso más. Una historia de amor. La Habana, años 50. Los músicos cubanos rumbo a Nueva York........y la música inundándolo todo.
Todos los ingredientes para el deleite. Incluidos unos dibujos que otros discuten, pero yo no: convincentes, cálidos, carnales. Yo disfruté de la película, me recreé y hasta me emocioné con el final, esa especie de recogida de velas que a todos nos acecha.
Todos los ingredientes para el deleite. Incluidos unos dibujos que otros discuten, pero yo no: convincentes, cálidos, carnales. Yo disfruté de la película, me recreé y hasta me emocioné con el final, esa especie de recogida de velas que a todos nos acecha.
Creo que el esfuerzo, la concentración se fueron en el diseño y la música que son maravillosos, pero dejaron la historia y los personajes huérfanos, embrionarios.....Y el caso es que ahí están: Una historia de amor de encuentros y desencuentros, una historia de músicos a la búsqueda del paraíso, un momento histórico evocador.
Pero el hilo de la historia es tan delgado que no te da tiempo a engancharte a los personajes, a sufrir con ellos. El contraste del frío neoyorkino con el calor del trópico, del arte con el capitalismo no te muerde, sólo está apuntado, ¡qué lástima! Qué película tan hermosa queda apuntada.
Pero el hilo de la historia es tan delgado que no te da tiempo a engancharte a los personajes, a sufrir con ellos. El contraste del frío neoyorkino con el calor del trópico, del arte con el capitalismo no te muerde, sólo está apuntado, ¡qué lástima! Qué película tan hermosa queda apuntada.
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