domingo, 16 de febrero de 2025

Un ASESINATO en EL FIN DEL MUNDO - creada por Zal Batmanglij y Brit Marling



















La Inteligencia Artificial (IA) ya ha llegado y está en boca de todos por la supuesta amenaza que representa... y no sólo para miles de puestos de trabajo. Esta es una serie de intriga y asesinatos que se desarrolla en un hotel perdido en los confines de Islandia; pero que se remata con un comentario muy relevante sobre el papel que podría jugar la IA.

Darby Hart (Emma Corrin) es un joven escritora que está en el candelero por la publicación de un libro "true crime" sobre su experiencia investigando a un asesino en serie de mujeres. También es hacker aficionada y admiradora de Lee Andersen (Brit Marling), una pionera en el campo del hackeo y las redes que se retiró para casarse con Andy Ronson (Clive Owen), multimillonario y máxima autoridad mundial en tecnología e Inteligencia Artificial. El éxito del libro hace que sea invitada por el gurú Ronson a un retiro de máximo nivel junto a ocho personas célebres por liderar sus campos en la ciencia, el arte o la tecnología. El reto que lanza a sus invitados es morrocotudo: el cambio climático ya es irreversible y la tecnología nos tiene que ayudar a mantener habitable la Tierra. Espera que entre todos puedan detectar y debatir las ideas que conformarán nuestro futuro. 

El lugar del retiro es un hotel remoto y poco accesible en el borde del Círculo Polar Ártico. Es un especie de refugio construido por Ronson y está dotado de todos los avances que la tecnología puede ofrecer, incluida una avanzadísima IA recién creada por él que igual te prepara un baño caliente a 34º exactos que te resuelve una ecuación de fluidos o te ayuda a gestionar tus problemas de ansiedad. Cuando Darby llega allí se encuentra con dos sorpresas sucesivas. La primera es que entre los invitados está Bill (Harris Dickinson), su antiguo socio de investigación criminal, ahora convertido en Colmillo, un excéntrico artista callejero con modales de poeta maldito. La segunda ocurre esa misma noche, cuando Darby se lo encuentra muerto en su habitación. Todo el mundo lo ve como un accidente, pero Darby intuye que ha sido un asesinato e inicia una investigación por su cuenta.



La serie se articula en torno a dos líneas temporales que se van alternando. Por un lado seguimos la cruzada amateur que Darby y su compañero Bill mantuvieron contra el psicópata asesino de mujeres. Y por otro asistiremos en directo al desarrollo de la investigación que Darby lleva a cabo en el hotel, sin asistencia de la policía, ya que están aislados por una brutal tormenta.

Darby tiene un aspecto aniñado y frágil, siempre ensimismada con sus auriculares, pero es muy inteligente y decidida. Tras el éxito de su libro se la conoce como «la Sherlock Holmes de la Generación Z». Su afición detectivesca le viene por haber acompañado desde niña a su padre forense en docenas de autopsias y escenas del crimen. Pero también es una experta hacker muy sensible con los asesinatos de mujeres. Pirateó la base de datos de la policía y quedó abrumada por la cantidad de asesinatos de mujeres archivados sin resolver; así que se puso manos a la obra. El hilo que descubre son pequeñas joyas de plata que siempre aparecen junto a los cadáveres. Movilizando a la colonia hacker la pareja va tirando de ese hilo que les acaba llevando hasta el origen de la serie y la identidad del psicópata.

En paralelo asistimos al grueso de la investigación en el hotel, un espacio de lo más inquietante por estar aislado en medio del hielo y porque a pesar de la abrumadora tecnología que lo sustenta esconde secretos en cada habitación. La alerta de Darby tiene premio cuando descubre al experto biólogo saliendo del hotel y dirigiéndose a una montaña cercana. Desde allí lanza unas señales luminosas en código morse hacia la costa cercana... pero cuando al día siguiente intenta hablar con él, también aparece muerto.



Antes de meterse en un laberinto de cadáveres y pistas, la serie explora inquietudes contemporáneas como la dependencia de la inteligencia artificial, el perturbador rol mesiánico que adjudicamos a los empresarios tecnológicos y la inoperancia de gobiernos y sociedades ante el cambio climático.

Son sólo 7 episodios de intriga muy consistente que están muy bien rodados e interpretados; pero en sus episodios centrales encuentro un desagradable parón. En ellos los guionistas juegan al mismo juego que Agatha Christie estableciera en el clásico "Los diez negritos". Un espacio cerrado y un grupo de personas que debemos ir descartando como sospechosos mientras se suceden los asesinatos. Para mí es la parte menos interesante. Ahora bien la serie vuelve a activarse en los episodios 6 y 7 con el propio matrimonio Ronson en el centro de la intriga. ¿Los crímenes esconden un complot contra el magnate? ¿O un plan secreto de dominación?

Por su parte la investigación que llevan a cabo Darby y Bill profundiza en la relación personal de estos dos jóvenes revelando contradicciones muy contemporáneas. Muchos críticos han subrayado este desarrollo dramático como algo muy novedoso, donde se puede percibir el modo en que se relaciona la generación Z. Yo creo que no es para tanto. En cambio sí me llama la atención la dualidad sorprendente que se establece entre Darby y las mujeres asesinadas. Las mujeres víctimas tienen un rol tradicional, muy diferente del de su vindicadora; aunque éste no tiene por qué ser el de una mujer granítica o robusta. La fortaleza de Darby se cifra en su empatía y una fina inteligencia.



La guionista y actriz Brit Marling se ha encargado de dejar muy claras sus pretensiones:
“Queríamos entrelazar dos géneros, está el clásico whodunit [quién lo hizo], pero también la historia de los orígenes de Darby, que en realidad es una historia de amor y una road trip, mientras ella y Bill viajan por el oeste de Estados Unidos, dos detectives aficionados lidiando con un caso sin resolver y lo que ocurre con ellos mientras hacen ese viaje juntos. El whodunit hace que la historia de amor en ese viaje en coche sea más tensa, y la historia de amor hace que el misterio sea más emocional y con más peso. Esa especie de polinización cruzada era muy interesante”.







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Brit Marling
y Zal Batmanglij son una actriz y un director que junto a Mike Cahill  (director de I Origins) han compartido tareas de escritura y dirección en diversas películas independientes con gran reconocimiento en el festival de Sundance. Marling y Batmanglij buscaron ampliar horizontes narrativos creando la serie 
‘The OA’, para Netflix; una historia compleja y enrevesada  que fascinó e indignó a partes iguales. Brit Marling se estrenó como protagonista televisiva en la serie “Babylon”,  un original policíaco creado por Danny Boyle.

domingo, 9 de febrero de 2025

Dr. NO - de Percival Everett



Este libro es una parodia o mejor dicho, una cáustica travesura. Con un desparpajo inusitado Everett urde una trama típica de James Bond, con un malvado ególatra y poderoso que quiere apropiarse del mundo. 

El multimillonario John Sill reconoce que quiere convertirse en un villano como los que enfrenta James Bond. Aúna los perfiles del Dr. No y de Goldfinger para conseguir su doble objetivo; por un lado fraguar la tecnología de la "nada", capaz de hacer desaparecer ciudades y áreas enteras (al estilo de Dr. No); y por otro apoderarse de Fort Knox (al estilo de Goldfinger). Aunque no para adueñarse del oro allí guardado sino de una caja de zapatos que contiene... nada. Para conseguirlo contrata al profesor universitario Wala Kitu, un “matemático experto en nada” que anda perdido buscándola. Él será nuestro protagonista y narrador; a través de su voz Percival Everett vuelve a utilizar el absurdo para hacer una brillante crítica de los valores norteamericanos.

Como se ve el argumento es tan fabuloso como inverosímil, pero en las manos prestidigitadoras de Everett esta travesura deviene en sátira que igual apunta a la política que a la cultura popular, al racismo o a la filosofía. Y todo esto mientras desarrolla una novela de acción que sigue el esquema clásico de las aventuras de James Bond. Ahí están las instalaciones secretas y ultratecnológicas del malvado, su cuartel general escondido en una isla, el sicario invencible, el yate de megalujo lleno de hermosas mujeres o la reunión de secuaces en la que Sill expone su plan a la vez que se deshace del típico socio dubitativo mediante la típica escotilla que se abre a sus pies haciéndolo caer en la típica piscina de tiburones. 


Pero no todo es juego. La novela entrega novedades nada inocentes. No es casualidad que los dos personajes principales sean hombres de raza negra. Sill quiere vengarse de América y su idiosincrasia, causantes de su orfandad. Su padre fue asesinado por una versión ficticia de James Earl Ray, asesino de Martin Luther King Jr.; mientras que un jefe de policía blanco mató a su madre. En una escena de prisión que recuerda el enfrentamiento de Ray con el hijo de Luther King, en 1997, Sill se enfrenta al asesino de su padre. 
"—Gracias por tu tiempo —dijo—. Una cosa sí te puedo decir: América lo pagará. Tú me importas un carajo. Sería como enfadarse con una bala.
—Maté a tu padre, chaval.
—Ya lo sé. Pero no te voy a quitar la vida. Tampoco tiene mucho valor. Te voy a quitar tu mundo.
Fue entonces cuando John Sill decidió hacerse villano.
¿Pero cómo convertirse en villano, en enfermedad cultural, en enemigo del sistema? Para contestar esa pregunta, John Milton Bradley Sill acudió a lo que mejor conocía: las películas de James Bond."
Everett lo condimenta todo con elementos de lo más extravagante, como el héroe de la historia que está dentro del espectro autista y habitualmente se desconcierta ante la simple realidad. Además es dueño de un perro con una sola pata, Trigo, con el que tiene diálogos filosóficos mientras duerme. 
"—Levanta una pezuña —le instruí. Levanté yo también la mano vacía— ¿Qué tienes en la pezuña?
—Nada.
—¿Qué tengo en la mano?
—Nada.
Asentí con la cabeza.
—Así pues, se podría decir que tanto mi mano como tu pezuña están llenas de nada. ¿Estás de acuerdo?
Trigo asintió con la cabeza.
—¿Y mi mano es más grande que tu pezuña?
—Sí.
—Por tanto, mi mano contiene más nada que tu pezuña. Si mi mano contiene más, ¿cómo es posible que lo que hay en tu mano sea igual que lo que hay en la mía?
Trigo me mordió."

© Tasia Graham en Financial Times



Kitu anda perdido buscando la nada por lo que se dedica a no hacer nada: "Me he pasado la carrera entera en mi pequeño despacho de George Street, Providence, buscando y contemplando la nada. No la he encontrado. Me parece triste que el simple hecho de adentrarme en el tema que me interesa estropee ya de forma necesaria mi estudio. Trabajo mucho y me gustaría poder decir que no tengo nada que mostrar."

El hecho de que la historia se cuente desde su perspectiva, con su mirada perpleja y singular, le da al relato un aire de extrañamiento muy apropiado. Quizás no sea la mejor novela de Everett, pero seguro que es una de las más divertidas y perspicaces. Tanto los malabares con la "nada" como el personaje de Kitu, mirando al mundo desde su burbuja, son dos asuntos muy potentes. 

"Me llamo Wala Kitu. Wala quiere decir nada en tagalo, aunque no soy filipino. Kitu quiere decir nada en suajili, aunque mis padres no son de Tanzania. Mis padres, matemáticos los dos, sabían que dos negaciones forman una afirmación, de manera que es así como me llamo". Desde el mismo umbral de la narración ya se aprecia que estamos entrando en un verdadero laberinto mental. Así comienza esta novela mordaz e inteligente: 
"Me acuerdo de que soy extremadamente olvidadizo. O eso creo. Creo saber que soy olvidadizo. Me acuerdo de haber olvidado cosas, pero no recuerdo qué cosas, ni tampoco la sensación de olvidarlas. Cuando era niño, mi madre intentaba convencerme de que era olvidadizo diciéndome: «¿Te acuerdas de cuando te olvidaste de tu cumpleaños?». Y creo que le contestaba: «¿Cómo me iba a olvidar de eso?». Pero era una pregunta trampa. Decir que sí habría supuesto admitir que me olvidaba de las cosas, mientras que decir que no habría sido un ejemplo más de olvido. «El cerebro hace lo que puede», le decía. Si nos acordáramos de todo, no habría lenguaje para recordar ni tampoco para olvidar. No habría nada importante. En realidad, nada es importante. La importancia de nada es servir de baremo de lo que es no nada. ¿Es lo mismo decir «nada» que decir «la nada»? A los estudiantes les encanta especular con esas cosas. La realidad es que la nada no existe; la argumentación simplista de esta afirmación es que la observación de la nada requiere a un observador, y por tanto la presencia del espectador niega lo que habría sido una ausencia pura, lo que habría sido en efecto la nada. Si la nada cae en un bosque y no hay nadie para verla, ¿acaso es pura nada? Un argumento mejor, que abarca tanto el simple como todos los demás, es que se puede deletrear nada. Puede que Parménides fuera un desarrapado, pero sabía lo que decía."

Aunque habituales, estas reflexiones paradójicas no estorban el ritmo de la acción ya que el complot en marcha nos lleva en volandas. Wala Kitu viaja a toda velocidad en el jet privado de Sill, recorriendo sus fortalezas en Córcega o en Kentucky, pero sin estar seguro de si es su cómplice, su enemigo o su prisionero. En ocasiones huye, queriendo salirse de la conspiración; pero siempre es devuelto al redil. Un cómplice de Sill le intenta convencer de la virtud de la operación terrorista:
"-Profesor, piénselo de esta manera. Este país siempre nos ha dado nada y siempre nos la dará. Nosotros se lo hemos dado todo. Creo que ya es hora de que le devolvamos la nada. ¿Qué le parece?"
En medio de la aventura y las persecuciones Everett desliza su habitual mirada política, aquí centrada en el racismo sistémico estadounidense, los agravios a las minorías, los prejuicios y los sesgos de la misoginia... pero sin olvidar el toque irónico y ligero. Una de las mejores cosas que hace Everett es normalizar a personajes negros en roles tradicionalmente blancos, como genios científicos o multimillonarios. Así podemos verlos triunfar y tropezar y hasta podemos reírnos de sus sandeces y sarcasmos.... como lo haríamos de cualquier blanco:
"—¿No le molesta que se vaya a ver afectada tanta gente negra, Señor Sill? -preguntó Farnsworth.
—Los sacrificios son inevitables —dijo Sill—. Si todo el dinero que tengo ha ejercido algún efecto en mi, es convertirme en blanco."
La lectura es a la vez ligera, inteligente y divertida. No en balde esta novela fue finalista del premio National Book Critics Award de ficción de 2023 y recibió el premio literario PEN America. Los jueces estimaron que “Es un libro extraño y brillante”. Everett es un estilista del absurdo y la sátira, hace que Kitu nos relate su peripecia con un estilo directo y desenfadado, que recuerda al de un colega que nos refiere una pesadilla. El asunto de la "nada" le permite al autor lanzarnos toda una batería de felices equívocos y fuegos artificiales entorno al concepto de la nada y la imposibilidad de definir su ausencia: 
"Acabo de recibir una beca que espero que no lleve a nada".

A un matemático le preguntan si prefiere tomar un café frío o encontrarse con Dios. Y contesta que prefiere el café frío.
—¿Por qué? —le pregunté.
—Pues porque le han dicho que nada es mejor que conocer a Dios y que el café frío es mejor que nada."
 
 
"Tengo que estar listo para lo que venga, pero sobre todo listo para nada. Si puedo estar ahí y afirmar la nada y por tanto negarla, entonces Sill tendrá la nada, o mejor dicho, no tendrá nada, o por lo menos tendrá menos de lo que tenía de entrada o más de lo que quiere."
-Arte Abstracto de ecuaciones Algebraicas-

Las reflexiones no son hueras, llegan hasta el cuestionamiento del Big Bang, el comentario de ecuaciones de sistemas no lineales e incluso llegan a plantear cuestiones existenciales sobre la nadería en que nos movemos: "No solo me veía incapaz de articular el problema y de representarlo simbólicamente, sino que ni siquiera podía estar seguro de que el problema fuera real y significativo."

Pero no solamente el asunto de la nada es disparatado, la obra atesora una galería de personajes a cual más extravagante. Al lado del impasible Kitu y su perro Trigo tenemos a Eigen Vector (por el complejo concepto algebraico lineal) una introvertida colega profesora de la que Kitu se enamora aunque ella sienta atraída por la aventura y la liberación que supone Sill. Además la trama se complica por la presencia de un agente del gobierno que los persigue, cuyo nombre es Bill Clinton, y la de un sacerdote católico, esbirro de Sill, que es ateo y nihilista y que encima se llama Damien Karras. 

... Y si afinamos nuestra percepción en torno a ese enojado y dinámico multimillonario que se esfuerza por provocar un impacto perdurable en el mundo de una manera grotesca, ¿Quién se nos viene a la mente? Si señores, el joker Kekius Maximus.

La mayor parte de las obras de Percival Everett se pueden catalogar como comedias desenfrenadas, pero este genio transgresor no da puntada sin hilo. Así ocurrió con su anterior novela, Los árboles, 2022, una comedia de ritmo rápido qua apunta directamente al racismo y la violencia policial. En ella narra una venganza con tintes zombis en respuesta a una serie de linchamientos racistas. Como en las películas de Jordan Peele, este autor utiliza lo paranormal para representar la espantosa experiencia afroamericana que regresa fantasmalmente para acechar a la conciencia de los Estados Unidos de América. 






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Percival Everett
nació en Georgia (EE.UU) en 1957. Ha escrito treinta libros. En España se han publicado Dr. No, Cancelado, X, Los Árboles, James, Cuánto azul y No soy Sidney Poitier. Pertenece a esa clase de autores no comerciales, muy valorado por la crítica por su originalidad y su voz satírica.
Vive en Los Ángeles y es Catedrático en la University of Southern California. Ha ganado el premio Pen Club de Estados Unidos y el de la Academia Americana de las Artes y las Letras entre otros muchos.

miércoles, 5 de febrero de 2025

LA LOTERÍA - de Miles Hyman




"La lotería" es un famoso relato de Shirley Jackson que fue publicado en 1948, pero que aun hoy en día sigue siendo relevante y perturbador. En él se nos narra la extraña tradición de un pueblo que todos los 27 de Junio reúne a sus habitantes para celebrar una lotería. Aparentemente es una celebración más de las que pautan cada año, como la fiesta de la vendimia o el Halloween, pero una vez conocido el ganador, el premio nos dejará helados.

Miles Hyman (1962) es un ilustrador y autor de cómics especializado en adaptaciones literarias -como ha hecho con La Dalia Negra de J. Ellroy o La vida secreta de los escritores de G. Musso-; pero además coincide que es nieto de Shirley Jackson. Por eso le ha costado más de treinta años afrontar la adaptación gráfica del pasmoso relato de su abuela.

Lo que nos aterra de esta historia es la indiferencia y normalidad social -casi jovialidad- con que los vecinos de este pueblo ejecutan un concurso de consecuencias trágicas. Todos aceptan el día de la Lotería como algo cotidiano. En una viñeta vemos a los parroquianos llegar a la plaza y saludarse cordialmente mientras "vigilaban a sus hijos y hablaban de la siembra y de la lluvia, de tractores y de impuestos". En otra un vecino comenta que lleva siete décadas participando en la Lotería y en otra una mujer comenta lo rápido que pasa el tiempo de un año a otro.



Se trata de una tradición y las tradiciones están para respetarlas parece subrayarse. Este día 27 ha aparecido soleado, acaban de terminar las clases y los niños juegan en las calles amontando piedras, los granjeros acuden desde sus campos y las amas de casa desde sus hogares. La tradición está tan asentada que incluso se refleja en un refrán: "Cuando en junio la lotería yo el trigo recogería". La Lotería es pues inamovible; como las estaciones o las cosechas sucede cada año.

Los jóvenes y sus ganas de cambios o la modernidad no tienen sentido en este engranaje que une férreamente a los habitantes del pueblo. Alguno desliza un rumor que enseguida es desestimado:
"-Dicen que en un pueblo del norte están hablando para suprimir la lotería.
-Vaya panda de cretinos...Cuando oyes hablar a los jóvenes, nada es lo bastante bueno para ellos."
Tanto el relato de Shirley Jackson (lo puedes leer aquí) como esta adaptación nos invitan a una ceremonia comunal que inopinadamente se desliza hacia la barbarie, mientras los lectores miramos de reojo a esa caja que esconde una papeleta con un círculo negro. El misterio del premio nos mantiene en vilo el corazón.

Como muchas de las obras de Shirley Jackson el comienzo es casi insignificante mientras nos introduce en la vida cotidiana e inocente de esta comunidad. Hyman aprovecha esta presentación para enlazar unas primeras páginas sin texto alguno. Sólo vemos a personas en su quehacer diario hasta que, de pronto, como si sonasen las campanas llamando al Angelus, vemos a todo el mundo abandonar sus tareas y dirigirse a la plaza del pueblo. Las viñetas son estáticas y realistas, con trazo fuerte y sombras duras. Parecen fotografías antiguas sobre cómo se vivía en este pueblo.

Hyman tiene un estilo clásico y rotundo. Parece más un ilustrador que un historietista, por eso esta narración le viene como anillo al dedo. Estamos ante una narración puramente visual. Cada viñeta es como un estampa con una composición y un colorido únicos que acentúan la frialdad y el distanciamiento que percibimos en el relato. Es como que sospecháramos que nos acercamos a un abismo.



La novela gráfica tiene la virtud de mantener el timing de la historia original. Todo es normal, las conversaciones y las expresiones de los rostros son neutrales. Todo es amable hasta que se conoce el ganador de la Lotería. Es entonces cuando un huracán nos golpea. No nos explicamos lo que ocurre y la actitud complaciente de toda la población nos deja sin respuestas a los interrogantes que palpitan en nuestro interior.

Leyendo este estupendo volumen sobre una ceremonia a la postre horrenda he recordado la película de Ari Aster, Midsommar; cuyos rituales sangrientos sobrecogen a los joviales visitantes. La inocencia escalofriante con que los llevan a cabo desgrana asuntos como el origen bárbaro de los rituales, la conformidad social, la sacralidad de las tradiciones o la permisividad con las atrocidades. En este sentido también me ha recordado al concepto de la banalidad del mal de Hannah Arendt. Recordemos que esta filósofa, en su ensayo sobre el juicio a Eichman en Jerusalén, se planteó una pregunta que la tenía extrañada: ¿por qué Eichman no parecía un malvado, sino una persona normal, cuando había sido plenamente consciente de haber contribuido al horror del holocausto? Como las personas que participan en la Lotería, Eichman se consideraba "un buen ciudadano".







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Edición polaca de ´La Lotería´
´La Lotería´ es un cuento publicado en la revista The New Yorker el 26 de junio de 1948 y hoy su fama es universal; pero su publicación produjo un auténtico terremoto. Los lectores enviaron cartas enojadas a la redacción durante todo el verano y muchos incluso cancelaron sus suscripciones en protesta por una historia que parecía distorsionar los "buenos" valores estadounidenses. Hubo gente que creyó que el relato hablaba de una ciudad real, porque en la década de 1940 era común que la gente se reuniera en centros rurales de todo Estados Unidos para participar en loterías con premios en efectivo, con los que los ayuntamientos pretendían estimular el comercio local. 
Recordemos también que era la época de la caza de brujas impulsada por el senador McCarthy, cuando se perseguía ferozmente la disidencia política y la delación era una moneda común entre amigos y familiares.  

En una entrevista en DarkBlog el propio Miles Hyman comentó por qué el cuento de su abuela sigue vigente:
"Se publicó aproximadamente entre el final de la Segunda Guerra Mundial y cuando toda la locura anticomunista empezó a afianzarse en los Estados Unidos. Es una obra que comenta el pasado reciente, pero también predice lo que está por suceder en la cultura norteamericana. Sigue siendo completamente relevante e importante, yo diría incluso esencial, hablar de algo todavía presente en nuestras sociedades. Cuando escribí el libro, se publicó después de las elecciones presidenciales de 2016. Mucha gente me preguntó si era una alegoría sobre las elecciones y las emociones que despertaron en la cultura estadounidense. No lo fue. Pero entiendo por qué esta historia sigue siendo una obra importante, año tras año: porque nos lleva a algo muy incómodo sobre la naturaleza humana. Y nos muestra de una manera implacable, casi despiadada, lo fácil que es para personas que se consideran normales, correctas, ceder de repente ante algo inhumano, violento y que probablemente va en contra de la mayoría de sus principios."



* Miles Hyman nació en Vermont, pero vive en París. Asistió a la Wesleyan University, donde estudió Literatura, así como Grabado con David Schorr, antes de mudarse a París para asistir a la École des Beaux-Arts. Sus ilustraciones aparecen regularmente en la prensa francesa y estadounidense. Su obra ha estado expuesta en galerías de todo el mundo. Ha ilustrado numerosas obras para diversas editoriales y cientos de portadas de libros, así como decorados para películas. Ha colaborado con Le Monde, GQ, Libération, The New Yorker o The New York Times.
 Puedes aprender más sobre la obra de Miles Hyman visitándole en su página web: www.mileshyman.com; o en: www.facebook.com/mileshyman.visualarts. También puedes aprender más sobre la creación de este libro en la siguiente página de Facebook: www.facebook.com/thelotterygraphicnovel.

viernes, 31 de enero de 2025

THE BRUTALIST - de Brady Corbet

EEUU - 2025


Parece que sólo se habla de las tres horas y veinte minutos que dura esta película; pero que nadie se asuste, tiene un gran ritmo y lo que cuenta mantiene alto el interés durante todo el metraje. A mí no se me hizo pesada en ningún momento. Otra cosa es que la considere extraordinaria.

La cinta narra la historia del arquitecto judío László Tóth (Adrien Brody), célebre en Europa por sus edificios estilo Bauhaus, pero que tuvo que huir a EE UU tras pasar por un campo de concentración nazi. En Norteamérica debe empezar de cero sufriendo el racismo y la desconfianza que los estadounidenses destilan hacia los inmigrantes. Vive con su primo al que ayuda en su tienda de muebles, pero acaban enemistados y él viviendo en un albergue. Por suerte le dio tiempo a realizar una biblioteca para el ricachón Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce), cuyo diseño llama la atención de una revista, lo que le otorga un incipiente prestigio. El propio Van Buren quiere rentabilizar el éxito y le encomienda el diseño y ejecución de un complejo religioso-cultural en homenaje a su madre muerta. Esta construcción y la relación tumultuosa con su mecenas serán el hilo conductor de esta película que aparece dividida en dos actos y un Epílogo.
 



El protagonista absoluto de la cinta es este arquitecto de talento único que revolucionó la forma de construir edificios y creó el estilo brutalista que da título a la película. Es en este sentido que la película me ha decepcionado. Seguimos la peripecia vital del hombre -su angustia por traer a su mujer retenida en Austria, su vivencia tormentosa con su familia, sus enfrentamientos con el ricachón y su entorno, su drogadicción- pero de sus ideas revolucionarias como arquitecto casi nada se dice.

Si enfocamos la película sobre el modo en que los emigrantes judíos fueron recibidos en EEUU el asunto es amargo. El propio primo se ha cambiado el apellido para tener su empresa y su mujer norteamericana no acepta a su primo judío. Finalmente logra enfrentarlos y acaba echando a László. Tampoco el hijo del ricachón deja de vigilarlo y un día le advierte "no te olvides, sólo os toleramos". En otro momento escuchamos por la tele la resolución de la ONU creando el estado de Israel, así como la proclamación por parte de Ben Gurión. 
Pero no está ahí el centro de la película.



Si, en cambio, enfocamos la película sobre las turbulentas relaciones entre el poder económico y el arte, ahí sí que hay tela que cortar (y pantalones que bajar). Mr. Van Buren es un tipo que quiere jugar el papel de mecenas del arte y la arquitectura, pero sobre todo quiere ganar dinero y que la gente le rinda pleitesía. Ninguna de estas dos cosas le ofrece László. Hay dos momentos brutales en que Mr. Van Buren le deja muy claro quién manda allí y quién debe obedecer. Uno es cuando decide cerrar la obra y despedir a todo el mundo y otro es más íntimo y descarnado. Por ese motivo el duelo interpretativo entre Pearce y Brody es colosal. Tóth será sucesivamente bendecido y admirado para decaer después a ser tolerado, posteriormente despreciado y finalmente abusado mientras lucha por hacer realidad su obra. László Tóth comprobará con amargura que huyó del fascismo para caer en el capitalismo más depravado.

No hay duda de que el director y guionista sitúa aquí el centro de su película tal y como ha referido en alguna entrevista: «Me interesa tratar aquello que alimenta ideologías tiránicas. El brutalismo como metáfora. Y, como en el caso de The Brutalist, los personajes que luchan y buscan mostrar su mundo interior aún en circunstancias claramente adversas». Este desequilibrio coercitivo, plenamente capitalista, se lo recuerda su mujer al pobre Laszlo con una cita de Goethe  «No hay mayor esclavo que aquel que se considera libre sin serlo».


Tengo que reconocer que esperaba mucho más de la película en cuanto a los tormentos y destellos creativos de un artista tan dotado. No hay nada de esto en El Brutalista. Se nos cuenta el detalle de sus desventuras como hombre, pero nada aparece sobre su inspiración o audacia como arquitecto. Sólo un par de frases me he podido llevar al gaznate. Una, que el hormigón es más barato que el mármol. Otra cuando le reconoce a su mujer que donará su sueldo para poder acabar la obra y ésta le pregunta "¿qué parte del edificio es la que pagamos?"; a lo que él responde, "la altura de los techos. La gente tendrá que mirar hacia arriba para ver la luz en este edificio".
Demasiado poco.

Aunque nos regala unas imponentes imágenes de las canteras a cielo abierto de donde se extrae el mármol de Carrara. Tenemos que esperar a un escueto Epílogo, con formato de reportaje televisivo, en el que vemos a un László ya anciano recibir un homenaje en Venecia. Allí su sobrina explica el sentido de su obra y la motivación de su estilo.

Después de reflexionar sobre la película me quedo con el potente carácter de biopic que ha conseguido. En este sentido me recuerda al film Tar (Todd Field). László Tóth no existió, pero como personaje es fascinante; el tejido que conforma su experiencia personal y el momento histórico que vive logra trasladarnos una intensa sensación de realismo y autenticidad. 







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M. Breuer - Iglesia de la Abadía de St. John´s - Minnesota















   El director ha reconocido que para escribir el guión se inspiró en dos libros, el del historiador de la arquitectura Jean-Louis Cohen, "Architecture in Uniform: designing and building for the Second World War" (2011); y otro donde se relatan los trabajos del arquitecto Marcel Breuer para diseñar los planos de la abadía de San Juan en Minnesota. Fue “una de las mayores fuentes de inspiración para The Brutalist” ha reconocido. Como Tóth, Breuer era húngaro de origen judío y se trasladó a los Estados Unidos antes de que estallase la guerra. 

Ayuntamiento de Boston




    Fue el mismísimo Le Corbursier quien acuñara en la década de 1950 el término béton brut (hormigón a la vista o en bruto), que más tarde se transformaría en “brutalismo” de la mano del crítico de arquitectura Reyner Banham. El ´brutalismo´ surgió durante la posguerra en el Reino Unido. Heredero en parte del racionalismo de Le Corbusier, plantea exponer al edificio de una forma honesta, con materiales a la vista, sin adornos.  De ahí que se construyese con hormigón desnudo (u otros materiales, siempre que quedasen a la vista), en edificios de grandes dimensiones y con paneles de hormigón enormes.

El brutalismo nació de la mano de las utopías sociales propias de aquélla época, aunque tuvo acogida y desarrollo a ambos lados del Telón de Acero durante las dos décadas siguientes. Posteriormente, en tiempos más cercanos a la actualidad, numerosos diseñadores trabajaron para que este estilo arquitectónico perviviera, aunque muchos de los edificios insignia del movimiento cayeron en el olvido o incluso fueron abandonados y finalmente derribados.

En España también hay edificios brutalistas.
Iglesia Nuestra Sra. del Rosario de Filipinas, de Cecilio Sánchez-Robles (1970) -Madrid-

Torres Blancas -Saenz de Oiza (1969) -Madrid-


Iglesia Sta. María de Sales, Viladecans (1967) de R. Kramreiter

lunes, 27 de enero de 2025

INCRUSTADOS - de Ian Watson



Es increíble la amplitud del arco argumental que consigue esta novela que casi no llega a las trescientas páginas en octavo. Nos lleva desde un experimento con huérfanos que sufren trastornos del habla por daño cerebral hasta un encuentro con alienígenas pasando por el relato lingüístico-antropológico sobre un tribu del Amazonas brasileño. La conjugación de todo ello nos habla del destino de la humanidad.

Aunque visto el propósito tanto de los alienígenas sp´thras como de los indígenas xemahoas también se puede decir que el asunto de esta fascinante novela es narrar el punto de encuentro entre mito y realidad. Se trata de una obra llena de ideas tan seductoras como son los límites de la conciencia, la percepción de la realidad y el papel que ahí juega el lenguaje; sin olvidar asuntos más mostrencos como la guerra fría o la colonización que sufren los pueblos indígenas.

El desarrollo de todos estos temas se lleva a cabo a través de tres líneas narrativas.
En la primera el lingüista Chris Sole dirige un experimento secreto con niños con trastornos del habla a los que trata con fármacos avanzados. Los niños están confinados en un entorno controlado vinculado a un lenguaje artificial que se les enseña para conocer cómo aprende el cerebro y cómo modela su entorno a partir del lenguaje. Se trata de "incrustar" un lenguaje artificial en los niños para comprobar si esto les provoca un cambio en su percepción de la realidad.
"—¿Ha oído hablar de un poema de un escritor francés, Raymond Roussel, llamado Nuevas impresiones de África? —El norteamericano negó con la cabeza—. Es un poema curioso. De hecho, resulta prácticamente ilegible. En un sentido literal, me refiero. No es que sea malo, ni de coña: derrocha ingenio. Pero es el ejemplo más bestia de lo que en lingüística llamamos autoincrustación, y eso es lo que aprenden mis chicos…
—Autoincrustación… ¿Cómo definirías ese concepto?
(...)
—La autoincrustación es un uso especial de lo que denominamos reglas de recursividad, reglas que permiten realizar la misma operación más de una vez cuando se construye un enunciado, de modo que se le puede dar la forma y la longitud que uno desee. Para comunicarse, los animales cuentan con una serie restringida de señales o bien con variaciones en la intensidad de una misma señal. En cambio, los humanos no tenemos esa limitación. Cada uno de los enunciados que construimos es una creación original, gracias a esta propiedad recursiva. «El perro y el gato y el oso comen.» «Comen el pan y el queso y la fruta, voraz y ávidamente.» Aunque usted nunca había oído estas oraciones concretas (son nuevas), las entiende sin problema. Eso es porque tenemos en el cerebro un programa flexible y creativo para el lenguaje. Pero la autoincrustación lleva la mente humana casi hasta el límite, lo que nos permite utilizarla para explorar la frontera…"
pág. 58

La segunda está vinculada a la primera puesto que el antropólogo-lingüista Pierre Darriand -antiguo amante de la mujer de Chris Sole- estudia el extraordinario idioma de la tribu xemahoa cuyo brujo, con la ayuda de una sustancia alucinógena, ha logrado articular el lenguaje incrustado con naturalidad, logrando vislumbrar otra Realidad. Pero esta prometedora investigación puede tener los días contados, ya que el hábitat y la cultura de estos indígenas brasileños están amenazados por una gigantesca presa auspiciada por EEUU, lo que convertirá su selva en un inmenso mar. Mientras el antropólogo apura su estudio un grupo ecoterrorista se prepara para plantar batalla a la presa.
"Nuestro Gobierno ha hipotecado la cuenca entera del Amazonas a Estados Unidos. Ha construido carreteras para Bethlehem Steel y King Ranch, en Texas. Los «Grandes Lagos» dividirán nuestro país en dos: una colonia de Estados Unidos, que explotará los minerales de la zona para abastecer su industria tecnológica, y un régimen tipo Vichy para los brasileños, un mercado de consumidores pasivos."
Cuando todas estas líneas narrativas están más tensas aparece una tercera, radicalmente nueva, puesto que allí se presenta una gigantesca nave espacial con los alienígenas Sp’thra, que llegan a la Tierra con un inaudito ánimo negociador. Como los antiguos fenicios buscan comerciar, pero en este caso con conocimientos. No en balde su nombre significa "mercaderes de signos"  y lo que más les interesa es el lenguaje xemahoa, por lo que Chris Sole es requerido como experto para negociar con ellos.
Hay muchas maneras de ver Esta Realidad, muchas perspectivas, y eso es lo que buscamos en nuestros trueques. Podría decirse que comerciamos con realidades… —Hablaba como un vendedor de curalotodos en pleno discurso de ventas. ¿O como un visionario obsesionado? Seguramente la segunda hipótesis se aproxima más a la realidad, concluyó Sole mientras el extraterrestre proseguía con vehemencia—: Nuestro objetivo es unir todas las perspectivas que existen, deducir los rasgos distintivos de Esta Realidad. A partir de este conocimiento, inferiremos las variantes de la realidad externas a ella ¡y así podremos asimilar la Otra Realidad, comunicarnos con ella, dominarla!
—En otras palabras —terció Sole, dejándose llevar también por el entusiasmo—, ¿lo que hacéis es explorar la sintaxis de la realidad, la manera en que una diversidad de seres «compone» literalmente su imagen de la realidad? ¿Catalogáis las lenguas que ha desarrollado cada especie, con cada tipo de cerebro, para trascender de algún modo esta realidad? ¿Es esa la idea? 
pág. 169
'Incrustados' critica al capitalismo y su proverbial voracidad, que es indiferente a su impacto cultural y ambiental. También a la guerra fría cuando intervienen EEUU y Rusia para tratar (desastrosamente) con los alienígenas; pero el asunto central que subyace a la narración es la naturaleza del lenguaje y cómo éste determina nuestra percepción de la realidad. Tanto la investigación para incrustar un lenguaje artificial en niños como la propia lengua xemahoa tienen que ver con la posibilidad de que la reestructuración de los lenguajes humanos podrían acercarnos más radicalmente a lo Real. No olvidemos que el lenguaje es una de las herramientas que nos hace conocer e interpretar la realidad, pero no deja de ser más que una capa que se extiende sobre lo real sin aprehenderlo de forma absoluta e inapelable.
"… su bruxo practica con asombrosa habilidad la incrustación profunda del lenguaje…, aquella incrustación rousseliana de la que hablamos hace tanto tiempo en África como la posibilidad más estrambótica.
Para ello, se vale de una droga psicodélica. Aún no he identificado su origen. Todas las noches recita las complejas leyendas de la tribu, cuya estructura se refleja en la estructura del lenguaje incrustado, que la droga le permite entender.
El habla incrustada salvaguarda el secreto del alma de la tribu, de sus mitos, pero también les permite experimentar la vida mítica al participar en los cánticos y las danzas. La lengua coloquial cotidiana (el xemahoa A) sufre un proceso de recodificación extremadamente sofisticado que descompone la linealidad habitual del lenguaje y reintegra al pueblo xemahoa en la unidad espacio-tiempo que los demás seres humanos nos hemos vuelto incapaces de ver. Y es que nuestros idiomas han erigido una barrera, un gran filtro, que separa la realidad de la idea que tenemos de ella.
En algunos aspectos, el xemahoa B es la lengua más auténtica con la que me he encontrado." pag 128


La novela se alinea con las teorías lingüísticas de Noam Chomsky referidas a que detrás de todos los dispares idiomas se esconde una gramática universal común. Watson plantea que incluso podría ser común a nivel galáctico ya que los alienígenas Sp’thra vienen recorriendo la galaxia recolectando idiomas y cerebros para completar el lenguaje universal de Esta Realidad y así poder acceder a la Otra Realidad, de donde suponen que vinieron Los Portavoces del Cambio ("The Change Speakers"), el dogma central de su cultura. Así es como la búsqueda de un lenguaje universal adquiere un componente mítico según el cual Los Portavoces del Cambio entraron en fase con los Spthra hace trece mil años para abandonarlos al poco tiempo de forma inexplicable. Algunos representantes terrícolas sugieren que estos Portavoces bien podrían ser la versión Sp´thra de Dios, cuya búsqueda supondría el ansiado regreso a la unidad primordial.

Watson no se atonta con estas posibilidades de trascendencia y mantiene los pies en el suelo. La narración es muy ilustrada pero en ningún momento se estanca. Además sabe que la codicia humana y la estupidez política no tardarán en hacer acto de presencia. 

En realidad la novela juega con los conceptos de dos escuelas lingüísticas contrapuestas, la del relativismo lingüístico propugnada por el antropólogo y lingüista Edward Sapir (1884-1939) y su discípulo Benjamín L. Whorf (1897-1941) que plantea que el lenguaje determina el modo de pensamiento. Y la del innatismo lingüístico de Noam Chomsky, que sostiene que los seres humanos nacemos con una predisposición innata para el lenguaje que Chomsky definió como “gramática universal”; una serie de reglas gramaticales y principios que son innatos y están codificados en el cerebro humano desde su nacimiento. Con esta base los niños pueden aprender cualquier idioma al que estén expuestos. 

 Aunque la crítica y el propio Watson sitúan su novela en oposición a la hipótesis de Sapir y Whorf, lo cierto es que percibimos el relativismo lingüístico tanto en los niños que hablan un lenguaje artificial, como en el brujo xemahoa. En ambos casos encontramos esa provocadora idea de que el lenguaje da forma a nuestras realidades colectivas e individuales.

Recientemente pudimos ver esta noción llevada hasta el extremo en la película La llegada de Denis Villeneuve, basada en el magistral relato de Ted Chiang, "La historia de tu vida". En esta historia el lenguaje de los alienígenas les había hecho desarrollar un modo de consciencia del tiempo simultáneo, en vez del secuencial que practicamos los humanos. En el relato podemos leer, "Nosotros experimentábamos los acontecimientos en un orden, y percibíamos la relación entre ellos como causa y efecto. Ellos experimentaban todos los acontecimientos a la vez".



Esta  hipótesis de Sapir y Worf ha aparecido en otros clásicos de la ciencia ficción como Los lenguajes de Pao, de Jack Vance; Babel-17, de Samuel R. Delany o Embassy Town de China Mièville, los cuales exploran mundos donde el lenguaje puede dar forma al pensamiento determinando la visión del mundo que tienen sus hablantes y condicionando sus capacidades cognitivas.

Otro aspecto llamativo de la novela es su estructura, el modo en que integra historias tan diversas en una trama perfectamente fluida y lineal. El propio Watson nos revela su modelo en los primeros capítulos del libro al hacer referencia al poema imposible de Raymond Roussel, "Nouvelles impressions d´Afrique", publicado en 1932. Allí podemos encontrar una narración en forma de oraciones subordinadas que integran otras oraciones subordinadas que a su vez integran otras oraciones subordinadas, etc. Este tipo de subordinación se conoce como incrustación. Del mismo modo podemos apreciar cómo Watson incrusta en su relato tramas y temas en los que se incrustan subtramas y subtemas en los que se incrustan.... 
Una audacia formidable.