La Inteligencia Artificial (IA) ya ha llegado y está en boca de todos por la supuesta amenaza que representa... y no sólo para miles de puestos de trabajo. Esta es una serie de intriga y asesinatos que se desarrolla en un hotel perdido en los confines de Islandia; pero que se remata con un comentario muy relevante sobre el papel que podría jugar la IA.
Darby Hart (Emma Corrin) es un joven escritora que está en el candelero por la publicación de un libro "true crime" sobre su experiencia investigando a un asesino en serie de mujeres. También es hacker aficionada y admiradora de Lee Andersen (Brit Marling), una pionera en el campo del hackeo y las redes que se retiró para casarse con Andy Ronson (Clive Owen), multimillonario y máxima autoridad mundial en tecnología e Inteligencia Artificial. El éxito del libro hace que sea invitada por el gurú Ronson a un retiro de máximo nivel junto a ocho personas célebres por liderar sus campos en la ciencia, el arte o la tecnología. El reto que lanza a sus invitados es morrocotudo: el cambio climático ya es irreversible y la tecnología nos tiene que ayudar a mantener habitable la Tierra. Espera que entre todos puedan detectar y debatir las ideas que conformarán nuestro futuro.
El lugar del retiro es un hotel remoto y poco accesible en el borde del Círculo Polar Ártico. Es un especie de refugio construido por Ronson y está dotado de todos los avances que la tecnología puede ofrecer, incluida una avanzadísima IA recién creada por él que igual te prepara un baño caliente a 34º exactos que te resuelve una ecuación de fluidos o te ayuda a gestionar tus problemas de ansiedad. Cuando Darby llega allí se encuentra con dos sorpresas sucesivas. La primera es que entre los invitados está Bill (Harris Dickinson), su antiguo socio de investigación criminal, ahora convertido en Colmillo, un excéntrico artista callejero con modales de poeta maldito. La segunda ocurre esa misma noche, cuando Darby se lo encuentra muerto en su habitación. Todo el mundo lo ve como un accidente, pero Darby intuye que ha sido un asesinato e inicia una investigación por su cuenta.
La serie se articula en torno a dos líneas temporales que se van alternando. Por un lado seguimos la cruzada amateur que Darby y su compañero Bill mantuvieron contra el psicópata asesino de mujeres. Y por otro asistiremos en directo al desarrollo de la investigación que Darby lleva a cabo en el hotel, sin asistencia de la policía, ya que están aislados por una brutal tormenta.
Darby tiene un aspecto aniñado y frágil, siempre ensimismada con sus auriculares, pero es muy inteligente y decidida. Tras el éxito de su libro se la conoce como «la Sherlock Holmes de la Generación Z». Su afición detectivesca le viene por haber acompañado desde niña a su padre forense en docenas de autopsias y escenas del crimen. Pero también es una experta hacker muy sensible con los asesinatos de mujeres. Pirateó la base de datos de la policía y quedó abrumada por la cantidad de asesinatos de mujeres archivados sin resolver; así que se puso manos a la obra. El hilo que descubre son pequeñas joyas de plata que siempre aparecen junto a los cadáveres. Movilizando a la colonia hacker la pareja va tirando de ese hilo que les acaba llevando hasta el origen de la serie y la identidad del psicópata.
En paralelo asistimos al grueso de la investigación en el hotel, un espacio de lo más inquietante por estar aislado en medio del hielo y porque a pesar de la abrumadora tecnología que lo sustenta esconde secretos en cada habitación. La alerta de Darby tiene premio cuando descubre al experto biólogo saliendo del hotel y dirigiéndose a una montaña cercana. Desde allí lanza unas señales luminosas en código morse hacia la costa cercana... pero cuando al día siguiente intenta hablar con él, también aparece muerto.
Antes de meterse en un laberinto de cadáveres y pistas, la serie explora inquietudes contemporáneas como la dependencia de la inteligencia artificial, el perturbador rol mesiánico que adjudicamos a los empresarios tecnológicos y la inoperancia de gobiernos y sociedades ante el cambio climático.
Son sólo 7 episodios de intriga muy consistente que están muy bien rodados e interpretados; pero en sus episodios centrales encuentro un desagradable parón. En ellos los guionistas juegan al mismo juego que Agatha Christie estableciera en el clásico "Los diez negritos". Un espacio cerrado y un grupo de personas que debemos ir descartando como sospechosos mientras se suceden los asesinatos. Para mí es la parte menos interesante. Ahora bien la serie vuelve a activarse en los episodios 6 y 7 con el propio matrimonio Ronson en el centro de la intriga. ¿Los crímenes esconden un complot contra el magnate? ¿O un plan secreto de dominación?
Por su parte la investigación que llevan a cabo Darby y Bill profundiza en la relación personal de estos dos jóvenes revelando contradicciones muy contemporáneos. Muchos críticos han subrayado este desarrollo dramático como algo muy novedoso, donde se puede percibir el modo en que se relaciona la generación Z. Yo creo que no es para tanto. En cambio sí me llama la atención la dualidad sorprendente que se establece entre Darby y las mujeres asesinadas. Las mujeres víctimas tienen un rol tradicional, muy diferente del de su vindicadora; aunque éste no tiene por qué ser el de una mujer granítica o robusta. La fortaleza de Darby se cifra en su empatía y una fina inteligencia.
La guionista y actriz Brit Marling se encargado de dejar muy claras sus pretensiones:
“Queríamos entrelazar dos géneros, está el clásico whodunit [quién lo hizo], pero también la historia de los orígenes de Darby, que en realidad es una historia de amor y una road trip, mientras ella y Bill viajan por el oeste de Estados Unidos, dos detectives aficionados lidiando con un caso sin resolver y lo que ocurre con ellos mientras hacen ese viaje juntos. El whodunit hace que la historia de amor en ese viaje en coche sea más tensa, y la historia de amor hace que el misterio sea más emocional y con más peso. Esa especie de polinización cruzada era muy interesante”.
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Brit Marling y Zal Batmanglij son una actriz y un director que junto a Mike Cahill (director de I Origins) han compartido tareas de escritura y dirección en diversas películas independientes con gran reconocimiento en el festival de Sundance. Marling y Batmanglij buscaron ampliar horizontes narrativos creando la serie ‘The OA’, para Netflix; una historia compleja y enrevesada que fascinó e indignó a partes iguales. Brit Marling se estrenó como protagonista televisiva en la serie “Babylon”, un original policíaco creado por Danny Boyle.
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