viernes, 4 de agosto de 2023

AHMET HAMDI TANPINAR, novelista




 


 Ahmet Hamdi Tanpinar (Estambul 1901-1962) está considerado como el escritor turco más importante de la pasada centuria, así lo avala su compatriota Orhan Pamuk que reconoce la enorme influencia que ha tenido en su obra. Hijo de un juez, los distintos destinos de su padre le hiciereon viajar por toda Turquía. Estudió Literatura en la Universidad de Estambul y fue profesor universitario de Literatura, Historia del Arte, Mitología y Estética.

Escribió poesía, ensayo y novela, erigiéndose como un auténtico intelectual en años cruciales para Turquía, cuando se produjo el proceso de occidentalización del país y su acercamiento a Europa. A pesar de verse afectado por la imparable interiorización de los valores occidentales y el consiguiente abandono del pasado otomano, Tanpinar supo mantener una trayectoria muy personal acometiendo una profunda reflexión sobre los valores del antiguo Imperio Otomano y el Estambul del siglo XX, fusionando en su novelística elementos de la literatura oriental y occidental.

Su influencia es tan inequívoca que cada año se celebra en su memoria el Festival Literario Tanpinar, en Estambul. 


En este blog se ha reseñado su evocadora novela corta Lluvia de Verano (1955); pero también contamos en español con sus dos novelas más importantes, Paz y El Instituto para la Sincronización de los Relojes, traducidas directamente desde el turco por Rafael Carpintero.


Paz, (1954)
publicada por Sexto Piso en 2014, y considerada por muchos como la obra maestra de la literatura turca, trata la controversia de la occidentalización del país a partir de un exhaustivo análisis psicológico de sus personajes. 
Ambientada en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, en la «ciudad de dos continentes», la novela está llena de oposiciones simbólicas entre las que se debaten la historia y los personajes: Estambul y el Bósforo, amor y desamor, Oriente y Occidente, pasado y modernidad, ciudad y mar.
La obra es lírica, profunda y simbólica. Nos cuenta una arrebatadora historia de amor y desamor desde la magia del enamoramiento hasta la amargura del abandono que tiene lugar entre dos polos, el Bósforo lleno de belleza y encanto y la Estambul nostálgica y contradictoria que vive con la amargura de un pasado perdido.  
La historia comienza cuando Mümtaz reflexiona sobre la grave enfermedad de su primo Ihsan, un maestro e intelectual que ha sido su mentor desde que llegara a vivir con él tras la muerte de sus padres durante la ocupación aliada de los territorios otomanos después de la Primera Guerra Mundial. Al mismo tiempo, Mümtaz se ve atormentado por los recuerdos de su fallida relación amorosa con Nuran, y repasa los días alegres y amargos de su vida anterior en un confuso estado mental. Como trasfondo de la trama yace el inminente estallido de la Segunda Guerra Mundial, símbolo real y definitivo del desmoronamiento absoluto de una forma de vivir.
Tanpinar compone un grandioso y evocador cuadro impresionista alrededor de los atardeceres del Bósofo, el amor y la música sobre un mundo que se le escapa entre las manos.  

El instituto para la sincronización de los relojes (1962) 
es una novela de una riqueza inagotable que nos relata con fina ironía las dificultades de un hombre para adaptarse a los cambios de su tiempo. Centrada en Estambul la novela reflexiona sobre la pugna entre la modernidad y la cultura heredada. La obra gira alrededor de su protagonista, el tímido y apocado Hayri Irdal, el cual nos relata su larga vida, desde el sultanato de Abdülhamit hasta bien avanzada la República pasando por la Primera Guerra Mundial.
La novela constituye una feroz crítica contra la burocracia, la política en general y la estupidez humana, todo lo cual se hace patente cuando un poder centralizado y burocrático crea un organismo absurdo, El Instituto para la Sincronización de los Relojes (ISR).
La Primera Guerra Mundial supuso el desmantelamiento de vetustos imperios de los que nacieron estados más modernos. Mustafa Kemal, conocido como Ataturk -"El Padre de los Turcos"- se puso al frente de la recién creada República de Turquía y se comprometió a modernizar y occidentalizar la obsoleta máquina otomana. Sus reformas impactaron en todas las esferas de la sociedad: estableció la democracia representativa y la secularización del estado y la justicia, además de reconocer los derechos políticos de las mujeres. No se paró ahí, incluso intervino en la medición del tiempo, adoptando el calendario occidental y la división del día en 24 horas.

Ahmet Ahmdi Tanpinar tenía 22 años cuando, en octubre de 1923, se fundó oficialmente la República de Turquía. Vió con sus propios ojos la occidentalización de Turquía y por eso lo que nos muestra en "El Instituto..." nos suena tan auténtico. La obra es un relato sarcástico y mordaz sobre la occidentalización de la sociedad turca vista a través de los ojos de Hayri Irdal, “el hombre más simple y tonto del mundo”.

Hayri vivió en su primera juventud inmerso en la precariedad en trabajos ocasionales que casi no le alcanzaban para llegar a final de mes. Así empieza a contarnos sus aventuras y desventuras antes de convertirse en un hombre nuevo. Curiuosamente se ve envuelto en un extraño proceso judicial, de corte kafkiano, que lo pondrá en manos de un psicoanalista, gracias al cual conocerá a su salvador, Halit Ayarci. Halit será para Hayri lo que Ataturk para Turquía, el hombre providencial que logrará transformarlo. Con él llegará a ser subdirector de una de las instituciones más innovadoras y meritorias del mundo, "El Instituto para la Sincronización de los Relojes".

El Instituto es un monstruo disparatado. La mitad de los trabajadores son recomendados por el Gobierno y la otra son familiares de Hayri o Halit, Subdirector y Director, respectivamente. Todas las secretarias pasan sus horas de trabajo haciendo punto como posesas. Constantemente se abren estaciones de sincronización, en las que unas elegantes azafatas de uniforme ponen el reloj en hora a los transeúntes. Y esto es así porque en la antigua Estambul “todo tipo de prácticas religiosas se llevaban a cabo según el reloj: las cinco oraciones del día, la ruptura del ayuno y la comida de antes del amanecer en Ramadán”. Debido a ello, los relojes eran “la forma más segura de llegar a Dios”. El desatino llega a tal punto que se llega a establecer un sistema de multas, sorteos, descuentos, recargos y pagos a plazos para aquellos relojes que no vayan en hora; lo cual hace famoso al Instituto ya que los estambulíes lo ven como un faro del progreso.

El libro está lleno de pequeñas historias: la tía tacaña que resucitó, el diamante del almibarero, la Asociación Espiritista, la tortuga encomendada, el Doctor Ramiz, la historia del reloj, etc; atravesadas  por una galería de personajes a cual más pintoresco: un vidente adicto a la grifa, el café del caos, los buscadores de tesoros... 

Pero ocurre que Hayri es demasiado anticuado para los estándares de esa nueva y visionaria sociedad. En él conviven todavía lo nuevo y lo viejo, el progreso y la fe; por lo que ve con incredulidad el absurdo que le rodea. 

CINCO CIUDADES (1946)
Quizá sea la colección de ensayos más notable de la literatura turca moderna: cuadro histórico, arquitectónico, musical y literario de las cinco capitales del Imperio otomano, testigos del paso de las distintas civilizaciones que llegaron a asentarse en ellas. 
Aparte de Estambul nos encontraremos con cuatro grandes ciudades de Anatolia –Ankara, Erzurum, Konya y Bursa.

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