domingo, 11 de septiembre de 2011

PÁJAROS en la BOCA - de Samanta Schewlin
















Notable recopilación de cuentos que sirven de presentación a una nueva autora. Su estilo es conciso y muy visual. La fantasía aletea sin cesar en sus escenas. Muchas de las narraciones nos conducen a un recodo donde la realidad pierde alguno de sus atributos y nos obliga a recomponer su sintaxis.

Samanta Schweblin nació en Buenos Aires en 1978. Su primer libro, El núcleo del disturbio (2002) obtuvo el premio Fondo Nacional de las Artes. En 2008 le otorgaron el premio Casa de las Américas por Pájaros en la boca, traducido a trece idiomas.

Cuando Samanta tenía doce años dejó de hablar. No fue porque tuviera algún problema en sus cuerdas vocales, sino porque la superaba la enorme diferencia entre lo que ella quería decir y lo que entendía la gente. Samanta y el lenguaje no eran amigos. Hasta que aprendió a dominarlo con una herramienta mágica: la literatura. “La literatura me dio la oportunidad de poder manipular el lenguaje con una pinza casi científica, aunque tome días, meses, años para decir exactamente lo que quiero decir”, declaró a la BBC. 

¿Qué es lo real y qué es lo fantástico en la literatura de Samanta Schweblin? Nada de lo que ocurre en estos cuentos parece perturbar a sus protagonistas. En sus cuentos nada está puesto al azar. Desde las primeras líneas nos embarca en una situación perturbadora. No obstante, el relato avanza en términos naturales, lo que conduce al lector a la perplejidad.
Schweblin tiene un extraordinario manejo del lenguaje. Logra que lo más interesante esté detrás de lo que se cuenta. 

Algunos relatos tienen ecos de Cortázar como el del título "Pájaros en la boca". De pronto un asunto totalmente fantástico se asienta en la realidad cotidiana, como brotando de uno de sus pliegues.
Me gustan especialmente "Cabezas contra el asfalto" donde un joven pasa de golpear cabezas contra el asfalto a visualizarlas y pintarlas. Pero su forma de ser totalmente introspectiva le augura nuevos problemas. También es excelente "Hacia la alegre civilización", de tono kafkiano. El tema es vivir el día a día en medio de la infinita postergación. Un hombre no puede conseguir billete en una estación, tampoco paran los trenes. Se acostumbra a vivir con otros en su misma circunstancia hasta que se confabulan para detener el tren. Cuando lo consiguen asisten a una nueva sorpresa.

El uso preciso del lenguaje, el misterio que impregna cada historia y el desenlace estremecedor son las circunstancias que redondean el libro.

Mis otros dos cuentos preferidos son "La pesada valija de Benavides" donde un hombre mata a su mujer y con ella en la maleta se presenta ante su psiquiatra. Éste llama a un manager que elabora con ella una performance. Finalmente "Matar a un perro", primer encargo para que un joven sea admitido en una banda de matones. Se trata de un relato redondo con un final desasosegante.

Hay un grupo de relatos muy cortos con un relativo tono simbólico. "El cavador", "Bajo tierra" y "Sueño de revolución". En ellos una escena o un personaje nos va arrastrando hasta un rincón desde donde todo cobra un nuevo y sorprendente sentido.

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