Todos conocemos esos novelones de los que se dice que son el compendio de una época, la novela total donde la plebe, la aristocracia, las guerras, los amores y las miserias quedan retratadas con solvencia. León Tolstoi con su Guerra y Paz o Balzac con su Comedia Humana serían buenos ejemplos. Pues bien, Watchmen, respecto al cómic, es el cómic total. Nos presenta todo un mundo alternativo cargado con un potente fardo de pasado.
Existe un grupo de superhéroes, "Los Minutemen", que cuando comienza el cómic ha dejado bien atrás su época dorada. Mientras tanto una guerra total y destructiva amenaza al mundo. En este contexto distópico unos achacosos y nostálgicos Minutemen comienzan a ser asesinados uno a uno. El único que parece darse cuenta de lo que está ocurriendo es Rorschach que, en solitario, procede a una investigación al estilo clásico de Bogart, con sombrero y gabardina.
Los flashback donde conocemos a cada superhéroe, la propia investigación de Rorscharch, el devenir de los hechos actuales con la amenaza de la guerra atómica con Rusia, los capítulos de un libro donde se cuenta la historia de los Minutemen, y el cómic (Relatos del navío negro) que un niño lee (y nosotros también) sentado en la acera junto a un kiosko.... todos estos hilos y tramas establecen un diálogo entre sí complejísimo y hermoso que hace de este tapiz una obra maestra de elevadísimo nivel.
Técnicas narrativas tan novedosas como el uso del color como elemento dramático (los flashback tiene un colorido propio, el relato del Navío Negro tiene trama de puntos como los cómics antiguos), la composición de las secuencias utilizando primerísimos planos, el cómic dentro del cómic, los símbolos recurrentes como el reloj que se acerca a la hora de la guerra o la carita amarilla, la inclusión de textos ficticios procedentes de libros y periódicos de la época como aval de veracidad..., todo resulta genial.
Distopía, ciencia ficción, intriga y terror. Sus páginas constituyen toda una catarata de ideas, un abigarrado y fascinante pastiche de géneros donde no falta el de superhéroes, el noir con la investigación de Rorsarch sobre las muertes, la ciencia ficción con el doctor Manhattan, el terror con el cómic dentro del cómic "Relatos del Navío Negro", etc.
Tienen picante los puntuales acontecimientos donde la historia de Watchmen coincide con la de nuestro siglo XX (la guerra de Vietnam, la guerra fría, el caso Watergate). Pero la presencia de los superhéroes ha variado el desenlace. Asimismo no es baladí el hecho de que estos vigilantes realmente no tienen superpoderes y la propia reflexión que ellos mismos afrontan sobre sus motivaciones y su rol en la sociedad.
El cómic es un arte secuencial y en esta obra se realiza una exploración y muestra de todas las posibilidades que ello alberga. La narración gana en expresividad en páginas verdaderamente antológicas de secuencias de acción y movimiento, de evolución de primerísimo plano a plano general, de composición de páginas con cuadros simétricos, etc, etc. Siempre que me cruzo con algún amigo reticente al cómic le "obligo" a leer las 3 primeras páginas y quedan asombrados, ahí ya está todo: secuencias, crimen, personajes, acción.
No puedo dejar de señalar el guión y los diálogos siempre brillantes y algunas veces estratosféricos como en la secuencia en la que Rorschach está encarcelado. Tienen una mala leche y un ingenio maravillosos.
Aparte de todos los valores señalados, no conviene olvidar uno de lo más curioso: el efecto autoreferencial. Una ya famosa viñeta contiene el mensaje "¿quién vigila a los vigilantes?" Qué papel jugamos los superhéroes en la sociedad, qué nos empuja al antifaz y a las polainas?, se preguntan ellos mismos.
Aparte de todos los valores señalados, no conviene olvidar uno de lo más curioso: el efecto autoreferencial. Una ya famosa viñeta contiene el mensaje "¿quién vigila a los vigilantes?" Qué papel jugamos los superhéroes en la sociedad, qué nos empuja al antifaz y a las polainas?, se preguntan ellos mismos.
Claro, ¡qué podría hacer el gran Zac Snyder para trasladarlo a la pantalla! Pero yo creo que sale airoso porque las imágenes, el tono, la historia general del cómic está ahí. Por supuesto falta todo el músculo, toda la complejidad y profundidad del cómic del cual queda a distancia. Pero pese a todo la película es estimable y no resulta fallida.
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