viernes, 24 de junio de 2022

CITA con EL PELIGRO - de Helen MacInnes



Esta lectura es una gozosa escapada a los clásicos de espías y sin duda la elección es un acierto pleno. Lo primero que llama la atención es que fue escrita en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial, casi a la vez que lo hechos que narra, lo que dota a la novela de una frescura e incertidumbre insuperables. Tanto el carácter de los bretones, como la descripción del territorio o las relaciones con los alemanes resultan de lo más genuino, así como la sombría y melancólica tensión de la guerra al fondo.

En 1941 el comandante inglés Martin Hearne es lanzado en paracaídas sobre la Bretaña francesa en plena ocupación alemana. Su objetivo es espiar los movimientos de las tropas nazis y sus preparativos sobre el terreno para una eventual invasión de Inglaterra, de ahí el título original, Assignment in Brittany. Hearne ha sido seleccionado porque habla francés y ya ha estado previamente en Francia; pero sobre todo porque tiene un parecido enorme con un soldado francés recientemente evacuado desde las playas de Dunkerque, Bertrand Corlay. El soldado tiene su granja familiar en el pueblo bretón de St. Deodat, cerca de las costas de St. Malo y del Mont Saint Michel, por lo que regresar allí después de la convalecencia se convertirá en una tapadera inmejorable. 

El reto es morrocotudo puesto que tiene que engañar primero a su novia y luego a su fiera madre; pero también a la anciana criada, al jornalero y a cualquier vecino con quien se cruce. Sólo ha tenido unas semanas para entrenar su acento y preguntar minuciosamente a Bertrand Corlay por cualquiera de sus relaciones o circunstancias de vida, por lo que desde el primer minuto el riesgo es extremo. 

La novela comienza con Hearne ya en el avión a punto de saltar y aunque esta primera parte de acercamiento al pueblo resulta un tanto morosa, una vez instalado allí los hechos se precipitan y todo resulta excitante. No se trata de una novela de espías al uso, con sabotajes, acción y viajes constantes. Al contrario. Aquí sólo hay un salto de avión al comienzo y el resto se circunscribe a un pequeño pueblo y sus alrededores; pero lo cierto es que la tensión y el suspense anida en cada página... máxime cuando no dejan de surgir situaciones inesperadas: un americano que llega de incógnito a la granja, unos diarios que Corlay guardaba en secreto, una joven que cita a Hearne de forma subrepticia sin que éste sepa nada de ella o el encuentro con un bretón de otro pueblo que le ofrece indicios de ser un colaborador de los nazis. Todo ello hace que el agente inglés transite constantemente por el borde de un precipicio.

Una de las mejores cosas que hace el libro es trasladarnos la inquietud que supone la suplantación de un hombre por otro, situación más difícil todavía cuando se enfrenta al carácter bretón; tan rebelde y huraño como desconfiado, sobre todo con los forasteros. La idiosincrasia y el corazón bretón están retratados de forma vívida a través de taberneros, pescadores y granjeros que intervienen activamente en los sobresaltos de la trama. Una de las más brillantes ideas es la utilización del exacerbado sentimiento nacionalista bretón por parte de los nazis. 



Pero con todo, el mayor atractivo de la novela es la increíble cantidad de situaciones insospechadas con las que Hearne tiene que lidiar: la visita de la Gestapo a la granja con el americano escondido, la traición de un miembro de la resistencia con quien se tiene que encontrar para transmitir los mensajes o una relación secreta que mantenía Corlay y cuya información escamoteó a Hearne. Hay secuencias memorables como la persecución a la que es sometido Hearne por el laberinto de callejuelas del Mont Saint-Michel que, para colmo, acaba desembocando en el estuario donde acechan las arenas movedizas.

Otra escena de gran potencia dramática es la que transcurre en un tabernucho del puerto de St. Malo, cuando se enfrentan dos grupos de bretones sospechando traición unos de otros mientras Hearne y el norteamericano Myles están en medio. Y por supuesto la captura del espía por parte de la Gestapo, en la que el inglés ofrece todo un alarde de sangre fría retando a los agentes con los datos verídicos de su "personaje", en un peligroso juego del gato y el ratón.  

Todo ello se completa con multitud de observaciones prácticas de las que se sirve Hearne para detectar el peligro y que recuerdan a las famosas deducciones de Sherlock Holmes. Por ejemplo observando el tipo y calidad de los libros que hay en una casa o la liberalidad con que alguien usa el aceite en la cocina o el tipo de ropa y zapatos que porta una persona: todos ellos pequeños datos que le ayudan a calibrar a las personas y descubrir a un posible delator. 

Seguramente todo ello tiene que ver con los viajes de la autora y con el hecho de que su marido, Gilbert Highet, fuese un espía del MI6 además de erudito en lenguas clásicas. De hecho las situaciones narradas  son tan variadas e imprevisibles y la forma de actuar de Hearne tan perspicaz e ingeniosa que, según parece, el ejército de los EE.UU. utilizó la novela para entrenar al personal destinado a misiones encubiertas en la Francia ocupada.

Cabe añadir que el estilo de este sorprendente y trepidante thriller es sobrio y directo, del mismo modo que las situaciones huyen de lo melodramático.








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Helen MacInnes (1907-1985), fue una escritora y bibliotecaria escocesa nacida en Glasgow. En 1937 ella y su marido, Gilbert Highet, emigraron a los Estados Unidos donde él trabajó en el Departamento de Lenguas Clásicas en la Universidad de Columbia de N. York, mientras conservaba su puesto en el MI6 británico. MacInnes comenzó a publicar durante la 2ª Guerra Mundial, escenario de muchas de sus 21 novelas de espionaje e intriga. Posteriormente también publicaría tramas basadas en la Guerra Fría. Su libro de 1944, The Unconquerable, ofrece una descripción tan precisa de la resistencia polaca que algunos críticos y lectores pensaron que estaba usando información clasificada proporcionada por su marido. 
Varios de sus libros fueron adaptados a la gran pantalla como The Venetian Affair, publicado en 1963 y ambientado en París y Venecia, en el que se involucraba a agentes soviéticos y células durmientes. Otros libros de éxito de MacInnes son The Salzburg Connection (1968) y La red del cazador (1974) en el que la hija de un famoso escritor refugiado en Occidente escapa de Checoslovaquia vía Austria, abandonando a su marido que es oficial de la policía política checa. La huida atraviesa la campiña austríaca con sus pintorescos castillos y posadas, mientras Irina comienza a sospechar que un traidor la está ayudando y que ella misma no es más que un cebo. 

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