lunes, 9 de septiembre de 2019

PROYECTOS de PASADO - de Ana Blandiana




Por lo que sea no me percaté en su día del valor de este libro (1º edición en 2008); pero la intrépida editorial Periférica, consciente de su mérito, volvió a la carga reeditándolo (en 2017) y bien que se lo agradezco.

El sustrato inevitable de estos cuentos es la aterradora realidad de la dictadura comunista liderada por Ceaucescu en Rumanía. La mirada de Blandiana sobre los hechos, gentes y leyendas de su país es la de una poetisa comprometida con la denuncia del absurdo totalitario y con una vocación literaria que toma forma de resistencia moral. Los relatos tienen una atmósfera visionaria donde a menudo la fantasía irrumpe en una realidad áspera. De este modo en las páginas se dan cita lo testimonial, lo onírico, un cierto humor negro y un potente trasfondo simbólico.
Edición de 2008

Los relatos están contados en primera persona y en general suponen una crónica que, sin renunciar a la ficción ni a elementos surrealistas, dan cuenta de las costumbres y circunstancias de una sociedad rumana sometida hasta lo mezquino. Paradójicamente la imposición de esta sociedad realista del control y la uniformidad llega a cotas tan absurdas y psicopáticas que bordean lo fantástico: y de ello se sirve la autora para denunciar la dimensión grotesca de la existencia en un estado totalitario. 

La traductora y redactora de un prólogo imprescindible, Viorica Patea, lo resume perfectamente:
"Acontecimientos milagrosos, sobrenaturales y excepcionales se infiltran en los pliegues de lo cotidiano y remiten a los sentidos más profundos de lo real. Los relatos presentan una crónica de la vida diaria, pero recurren a lo fantástico como forma de expresión de una realidad que por motivos políticos permanece prohibida y sobre la cual se cierne el silencio."    
del Prólogo "Ana Blandiana, el lenguaje realista del relato fantástico".
Los cuentos del volumen se pueden reunir en tres grupos. Los más oníricos y misteriosos como Lo soñado, En el campo, La gimnasia nocturna y La lección de Teatro. Los que cobran la forma de una crónica delatora y desafiante como Reportaje, Imitación de una pesadilla, Aves voladoras para el consumo, Proyectos de Pasado o La iglesia fantasma. Y los más íntimos que tienen que ver con la identidad en un mundo alienante, como La lección de Teatro, Una herida esquemática o Lo soñado. La calidad de unos y otros en general es muy alta, siendo algunos de ellos extraordinarios.

Me extenderé un poco sobre los cuatro que más me han gustado: 

Proyectos de pasado es un relato magistral, paradójicamente carente de fantasía. En cambio la peripecia humana que relata es de una enorme profundidad. Justo al comienzo de un boda todos los asistentes son detenidos y deportados en pequeños grupos. El del tío Emil está compuesto por nueve personas entre las que se encuentran el párroco oficiante, el novio y la novia. Abruptamente son trasladados a una zona aislada del Bărgană, un inmensa y fértil llanura que es como un océano de tierra, convirtiéndolos de facto en unos extraños robinsones. Esta colonia penitenciaria, sin guardianes ni alambradas, se conforma como un microcosmos que representa a todo un país en régimen penitenciario. La diferencia es que en el Bărgană no hay policía, ni delatores.


Los camiones los abandonaron a su suerte arrojándolos allí con unas pocas herramientas, sus maletas y enseres. El absurdo y la radicalidad de este destierro, que se alargará durante 10 años, se convertirá en una experiencia límite, donde cada superviviente encontrará lo sustancial de sí mismo. El relato se articula mediante un narrador (la autora) que nos traslada lo escuchado a otro narrador (su tío Emil) el cual, años después de su reingreso todavía permanece confuso. Reflexiona sobre cómo nos construye la memoria y las propias experiencias por traumáticas que sean. En el  Bărgană, el riesgo de morir estaba presente cada día, la lucha con la naturaleza era tenaz y despiadada... y sin embargo, allí fue auténticamente feliz. Venció. Al fin y al cabo sufrieron las mismas penurias que en su vida normal; pero allí, en su angustioso destierro, eran libres.

"Reportaje" es otro de los relatos donde la realidad descrita es tan brutal y aterradora que por sí misma constituye una pesadilla. La narradora es una periodista enviada al Danubio para informar sobre las inundaciones que se están llevando de calle una isla artificial. El hecho de se trate de otro de esos proyectos megalomaníacos de un régimen enfebrecido obliga a preservarlo. La isla se deshace y hasta los cadáveres de los presos políticos que la construyeron salen a flote como un recordatorio diabólico de que tanto entonces como ahora, el "elemento del que disponemos a discreción es el elemento humano". La imagen de las filas de soldados formando un dique vivo con sus propios cuerpos, ayudándose de ramas y de los esqueletos de los antiguos deportados resulta estremecedora.

El relato tiene una gran carga simbólica: La isla simboliza esa falsa utopía que aliena a las personas; mientras que las aguas desatadas representan la rebelión de las fuerzas de la naturaleza. 
"Este era el Danubio, era el movimiento, la rebelión, la destrucción, la muerte, la fuerza vital capaz de otorgar magnitud e ímpetu a la basura misma, y fluía sin cesar en sí mismo y en el cosmos deseoso de contenerlo. Era el Danubio, al que siempre había temido, fascinante y ajeno, misterioso y devorador, hostil, poderoso, vivo."
Uno de los relatos más misteriosos y sugerentes es "La lección de teatro" y, en varios sentidos, me recuerda al magistral cuento de Cortázar "Las babas del diablo". Ambos tienen que ver con la creación y la interpretación, ambos tienen un carácter netamente parabólico; en ambos se esgrime lo fantástico como indagación liberadora que derriba los muros de una realidad espuria.

En este relato un actor acude a la llamada de un desconocido. En la finca, aparentemente asiste a un velatorio; pero, inopinadamente, todo se convierte en una especie de auto de fe, una extraña alegoría que entraña una revelación. Según la autora del Prólogo,
"los agujeros oscuros de la historia se revelan en parábolas y misterios. «La lección de teatro» es un relato transido de misterio, una zona negra que no se ilumina del todo y que descansa en una realidad sepultada en el tiempo. Nuestros conocimientos dependen de nuestra voluntad de ver: «Después de todo, no vemos nunca más que aquello que imaginamos de antemano que podemos ver». El narrador, un actor de cierto renombre, acude a la misteriosa llamada de un desconocido y asiste a una extraña obra de teatro que resulta ser una lección de historia. Delante del catafalco sobre el que yace un hombre, un ángel y un demonio entonan un recitativo acerca de su vida. Las barreras de la vida y de la muerte, del destino y de la historia se difuminan. Las palabras clave de esta representación constituyen el fondo léxico de la represión —casa, extraño, tarde, caña, grande, castigo, llevárselo, marmita— y esbozan la suerte de muchas víctimas anónimas. Configuran una realidad aterradora de la que no se puede hablar abiertamente y que se transmite sólo en un lenguaje cifrado o en el lecho de muerte. La vida de los desaparecidos en los campos de concentración se cuenta de manera indirecta y simbólica en escenas de teatro popular, inspiradas en antiguos ritos y costumbres. Allí, en el umbral de la muerte, el narrador descubre a través del destino de este desconocido, el triste final de su propio padre, ambos antiguos compañeros en un campo de concentración: «Fue como resolver un crucigrama que no había podido resolver a su debido tiempo y cuya solución se me ofrecía en la última página de la revista». Esta revelación, formulada en un terreno indefinido entre la muerte y la vida, es el legado del destino y de la Historia a otras generaciones, que tendrán que interpretarlo".
























Finalmente quiero destacar "La iglesia flotante", un relato en el que se entrecruzan valiosos elementos narrativos. Por un lado un hecho histórico, el traslado integral de un iglesia de madera desde un pueblo a otro y que, tras desaparecer en el río, adquiere la aureola de leyenda. Por otro lado, una reflexión de la narradora sobre la delgada frontera entre realidad y fantasía. Ambigüedad que le afecta a ella
"No habría sido la primera vez que descubría la total inadecuación a la realidad de algunos de mis recuerdos, convencidos de su propio realismo. Era consciencia de mi propensión (que disimulaba y a la que amaba como un vicio) a dejar que la fantasía se mezclara ilícitamente con las verdades del ambiente, adquiriendo su color e imitando su formas (hasta que ninguna mirada ajena, por muy atenta que fuera, pudiera distinguirlas)."
y también a la propia Historia del pueblo sublevado, ya que sólo después de la desaparición de la iglesia comienza el rumor de que el sacerdote que dirigía la operación era el mismísimo líder de la rebelión en Transilvania.
"Los documentos de la sublevación mencionan, sin embargo, un número insólitamente grande de rebeldes procedentes de este pueblo de los Cárpatos Occidentales que siguieron a su jefe hasta el final de los combates, en el terrorífico invierno de 1785. Cuando todo terminó, los supervivientes oriundos de Subpiatra regresaron silenciosos a sus casas, como si hubieran despertado de un sueño que habían creído real y al cual no querían renunciar, prefiriendo tomar la realidad por un sueño pesado e incomprensible. Las noticias de la ejecución en Alba Iulia los encontraron parapetados, con todos los puentes levantados, encerrados en un silencio inexpugnable, mirando hacia fuera con una mirada segura y desconfiada que, sin que sus labios se despegaran, decía, sin embargo, con bastante claridad: ´Os esforzáis en balde por espantarnos. Bien sabemos que todo eso ocurre exclusivamente dentro de esta pesadilla. La realidad es la otra, esa de donde acabamos de venir y donde las cosas son totalmente diferentes´. "
La iglesia recorría unos pocos metros cada día arrastrada por un montón de bueyes. Para cruzar el río se esperaron las heladas; pero a la postre la iglesia quedó atrapada en el hielo y al llegar la primavera terminó hundiéndose, llevándose con ella a los doce avezados campesinos que quisieron retenerla lanzando cabos. El trazo legendario de estos hechos se acrecienta con las noticias de que el párroco, que tan vehementemente había encabezado el traslado, era en realidad el líder revolucionario Horia, "constructor de iglesias y gran maestro en el arte del canto".

La nebulosa de toda esta leyenda será ratificada muchos años después por un hecho insólito: la narradora se encuentra la iglesia  llena de algas, con la iluminación ardiente de sus velas y los doce (apóstoles) lugareños que se ahogaron con ella, surcando de nuevo el Danubio ¡y hasta puede oír los cánticos!
A pesar de que la revuelta de Horia fue derrotada, el mito de la iglesia sobre las aguas vence las adversidades del destino. El sueño de la iglesia rompe la realidad, incita a la resistencia y refuerza la esperanza de la libertad.

En todos los relatos, sea en su centro o en la tangente, aparece reflejada la vida cotidiana aplastada bajo el poder omnímodo del Estado. Ahí es donde la fantasía de Blandiana actúa como instrumento de subversión. A través del absurdo y de estampas de una realidad tergiversada por una opresión política colosal, la autora logra testimoniar la barbarie de una sociedad degradada por la progresiva deshumanización, el miedo y la penuria. En "Reportaje" y "Proyectos de pasado" aparecen los campos de concentración. En "Aves voladoras para el consumo" la escasez vejatoria y las colas que llevan a una profesora a hacerse con una gallina e instalarla en el balcón ¡para acabar con una docena de pequeños y gordezuelos ángeles!; cuyo cuidado la sembrará de inquietud. En "Imitación de una pesadilla" se visualiza la enfermiza ambigüedad que subyace en la relación entre el verdugo y su víctima. La escena que describe es sencilla y aparentemente irreal. Una joven es retenida a la fuerza, en plena calle, ante la indiferencia de curiosos y amigos. Sus gritos y petición de ayuda resultan baldíos de modo que se vuelve sobre sí misma en busca de redención:  
"Por un momento sentí el impulso de darme la vuelta y de huir, para demostrarme a mí misma que era verdaderamente libre, pero al instante me di cuenta de que nunca más sería libre si no era capaz de explicarme por qué, durante aquella pesadilla, no lo había sido."
Por su parte el relato "En el campo" tiene que ver con la tragedia de la colectivización de la tierra que despoja a los campesinos de sus vínculos y tradiciones. Este es un relato fantasmagórico que en alguna medida me recuerda los territorios de Juan Rulfo. Aquí, una joven regresa al pueblo de su infancia para encontrarlo abandonado y habitado únicamente por viejos fantasmagóricos. La amenaza de podredumbre y muerte amenaza con atraparla para siempre.


Renée Magritte, La Connivence





















Para Blandiana "la realidad está cargada de signos misteriosos e indescifrables y de recuerdos incomprensibles de una vida que ha existido. Lo fantástico no disloca la realidad, sino que se nutre de ella" y supone un despertar a una percepción más compleja y misteriosa. Por esto mismo el sueño es una clave recurrente en su narrativa y poética. De hecho estos cuentos están colonizados por sueños e imágenes oníricas: inundaciones bíblicas, iglesias que vuelan remolcadas por golondrinas, figuras mitológicas, edificios donde el tiempo es una encrucijada, ángeles que intentan vivir como humanos para comprender nuestros pecados e iglesias arrancadas de su terreno que navegan presurosas por el Danubio. En uno de ellos encontramos a una mujer que se descubre dentro de un sueño e incapaz de determinar si es sujeto u objeto del mismo, se tumba para ser la soñadora y no lo soñado.

El sueño se convierte en una categoría de la vida y como señala la autora del Prólogo
"El sueño es el umbral de las realidades atemporales y arquetípicas en el que los personajes buscan su identidad. El sueño es una clave recurrente que vertebra tanto la poesía como la prosa fantástica de Ana Blandiana. En «El traje de ángel» el sueño adquiere la forma de un edificio con infinidad de estancias que conducen a la revelación de la alteridad y de la dimensión metafísica del ser. Este edificio laberíntico, evoca la casa en la que Ana Blandiana vivió durante su infancia en Oradea y que contenía los depósitos de libros prohibidos pertenecientes al antiguo obispado greco-católico. En «Lo soñado» —transposición narrativa del poema de Blandiana «Genealogía»— el yo poético se agita en el sueño e intenta dejar una huella de su existencia y de su revelación de ser soñado. El mundo nace de la sustancia efímera y siempre cambiante del sueño con el que sueña un demiurgo somnoliento y caprichoso."
Transcribo a continuación el poema "Genealogía", base del relato "Lo soñado". Ambos nos recuerdan, inevitablemente, al cuento "Las ruinas circulares" de Borges.

 

GENEALOGÍA
Alguien sueña con nosotros
Soñado a su vez
Por otro
Que es el sueño
De un determinado sueño.
Absortos por la somnolencia
También soñamos con un mundo
Salvajemente atormentado en el sueño.
Soñando
Somos el eslabón tierno
En la fila sin comienzo que no ha de acabar
Nunca,
Aunque
Bastaría
Un solo grito
Lo bastante fuerte como para poder despertar
A medias
Al primer Señor
Del sueño,
El que duerme
En los cimientos de los mundos
Soñados.




 ▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁ 

Otilia Valeria Coman, conocida como Ana Blandiana, nació en Timisoara en 1942. Es una de las conciencias artísticas y cívicas más importantes de la Rumanía contemporánea. Desde que a los 17 años empezara a publicar poesía estuvo perseguida por el régimen totalitario comunista. Al igual que Anna Ajmatova o Vaclav Havel, Ana Blandiana se transformó en la conciencia de su época, símbolo de valentía e integridad moral ante un poder totalitario. 
Su poesía traduce el asombro ante la belleza del mundo en ejercicios de ascesis. En ella cultiva un tono sincero y espontáneo pleno de inflexiones metafísicas. Para la autora, la escritura es el modo esencial de manifestación de un mundo cuyo misterio queda por descifrar.
Su primer libro de relatos, Las cuatro estaciones, data de 1977. El segundo es Proyectos del Pasado que, aunque inicialmente censurado, vio finalmente la luz en 1982.  Blandiana es autora de catorce libros de poesía, dos volúmenes de relatos fantásticos, siete de ensayos y una novela (El cajón de los aplausos, 1992)








GROTESQUE  ▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁▁

Ceaucescu se ganó la confianza del pueblo rumano cuando en 1968 se opuso a la entrada de las tropas soviéticas en Checoslovaquia y amenazó con el uso de la fuerza si la URSS se atrevía a invadir Rumanía. Estas circunstancias le reportaron el reconocimiento de muchos líderes mundiales; pero poco después asumió el papel de un dictador implacable que implantó un estado policial de corte estalinista. Alimentó la corrupción y el nepotismo, monopolizó los cargos más importantes en torno a su familia y vivió en la más absoluta opulencia mientras el pueblo se moría de hambre. Uno de sus proyectos más megalómanos fue construir el Palacio del Parlamento rumano, proyecto que llegó a consumir un tercio de la riqueza del país; pero no fue el único.

En los relatos de Ana Blandiana no sólo se reviven las interminables colas para conseguir cualquier producto de consumo, también el miedo y la sumisión. Los planes del régimen se sucedían a cual más megalómano y grotesco, como la obligación de las mujeres de tener cinco hijos "para engrosar las filas del ejército" o el que las bibliotecas tuvieran fondos de libros prohibidos, tal y como se recuerda en el relato "El traje del ángel". Por su parte en "Reportaje" se evoca el faraónico proyecto estalinista "canal Danubio-Mar Negro". En los años sesenta el gobierno abandonó el proyecto del canal y en su lugar se inventó el llamado "Plan de transformación de la naturaleza", que preveía, entre otros objetivos, la construcción de una isla artificial en el Danubio. Todos estos proyectos no fueron más que pretextos para la creación de campos de trabajos forzados, en los que morirían muchos de los presos políticos procedentes de todas las capas sociales, desde intelectuales a campesino.

Durante años, uno de los objetivos de Ceaucescu consistió en pagar la deuda externa, contraída por una política económica poco realista de enorme industrialización pero escasamente competitiva. Con el fin de obtener divisas se decidió la exportación masiva de toda la producción interna y la consiguiente implantación de un programa de duras restricciones económicas. El frío, el hambre y el terror se transformaron en medios para controlar a la población. Mientras la propaganda oficial celebraba en panegíricos interminables los «cincuenta años de luz» y los logros de un «nuevo» orden social. Lo absurdo y burlesco se trasluce en que en un país como Rumanía, productor de gas y petróleo, el suministro de gas, electricidad y agua se limitaba a unas pocas de horas al día.

En "La lección de teatro" se alude al "Plan de sistematización" decretado por Ceaucescu, que preconizaba la desaparición de los catorce mil pueblos del país, a fin de llevar a cabo la doctrina leninista que abogaba por la desaparición de las diferencias entre el pueblo y la ciudad. El plan preveía la destrucción de las viviendas individuales y su sustitución por bloques, para romper cualquier reducto de independencia y, así, poder controlar a toda la población. Al igual que los habitantes de las ciudades, y, sobre todo, de Bucarest, los campesinos vieron cómo sus casas eran arrasadas contra su voluntad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.