"A veces la persona que nadie imagina capaz de nada, es la que hace cosas que nadie imagina". Este mantra de superación se repite hasta en tres ocasiones en la película y nos señala dónde está el foco de la misma: en la personalidad y figura de Alan Turing. Un genio matemático que encabezó los trabajos desarrollados en Bletchley Park durante la Segunda Guerra Mundial, y que lograron desencriptar los códigos alemanes generados a través de la famosa máquina Enigma.
Con la personalidad de Turing (compleja y atormentada), la interpretación de Benedict Cumberbatch (apoteósica), la carrera contra el reloj para desencriptar los códigos y una ambientación de las que nos suele regalar el cine inglés, The Imitation Game es una notable película para disfrutar.
Juega la baza de la intriga como el nervio de nuestro interés; pero la carne y la sangre es toda de Alan Turing. Para ello se alternan en la pantalla tres líneas temporales: la época de estudiante (cuando ha de convivir con su enorme inteligencia, el buying y el descubrimiento de su sexualidad), el desarrollo de su trabajo en Bletchley Park, hasta romper el código Enigma; y un robo en su casa de Manchester, en 1952, que destapa ante la policía su orientación sexual. Hecho este de terribles consecuencias ya que, como homosexual, fue condenado por las leyes británicas a elegir entre castración química o cárcel. Eligió el primero lo que le llevó a sufrir calamitosos efectos secundarios. Finalmente se suicidó en 1.954.
La película es brillante (buen guión y portentosa actuación de Cumberbatch) pero no excelente, debido a una excesiva simplificación: ver al propio Turing empalmando cables y colocando tuercas es poco creíble. El espía infiltrado en Bletchley Park prácticamente no tiene recorrido. O subrayar el melodrama intercalando momentos sentimentales (el hermano de un descifrador va en un barco que no pueden salvar o el equipo de Turing lo respalda ante su jefe en plan Fuenteovejuna) vulgariza la sesión.
Pero la película es atractiva y convincente. Juega acertadamente la baza de la veracidad ya que no de la exactitud. El guionista Graham Moore ha trazado con habilidad una narración en la que todo encaja manteniendo un ritmo emocionante. Lo mejor es el acercamiento a un personaje tan potente como Turing, en el que se citan una personalidad tortuosa (arrogante y vulnerable) y circunstancias excepcionales. Todavía estudiante logra conmovernos cuando su amigo Christopher Morcom le enseña criptografía y él identifica esos galimatías con sus relaciones personales. Turing asume que desconoce esos códigos.
Pero la película es atractiva y convincente. Juega acertadamente la baza de la veracidad ya que no de la exactitud. El guionista Graham Moore ha trazado con habilidad una narración en la que todo encaja manteniendo un ritmo emocionante. Lo mejor es el acercamiento a un personaje tan potente como Turing, en el que se citan una personalidad tortuosa (arrogante y vulnerable) y circunstancias excepcionales. Todavía estudiante logra conmovernos cuando su amigo Christopher Morcom le enseña criptografía y él identifica esos galimatías con sus relaciones personales. Turing asume que desconoce esos códigos.
Me ha gustado especialmente el paralelismo que establece la película entre el conocido Test de Turing (una prueba para determinar la capacidad de una máquina para exhibir un comportamiento inteligente equivalente al de un ser humano) y la propia encuesta que la policía inicia contra Turing. Finalmente el detective le responderá: "me considero incapaz de evaluarlo a usted". El desarrollo de esta prueba es conocido como "El juego de imitación".
También es atractiva la relación que mantiene con su máquina a la que denomina Christopher, en homenaje a su primer amor adolescente. Esa relación me recuerda a la del doctor Frankenstein con su criatura. De todos modos una inexactitud más, ya que no hubo ninguna máquina con este nombre.
También es atractiva la relación que mantiene con su máquina a la que denomina Christopher, en homenaje a su primer amor adolescente. Esa relación me recuerda a la del doctor Frankenstein con su criatura. De todos modos una inexactitud más, ya que no hubo ninguna máquina con este nombre.
Cumberbactch nos deslumbró a todos en su aparición como Sherlock Holmes, pero a pesar de sus buenas interpretaciones en El Topo (Tinker, tailor, soldier, spy) o 12 años de esclavitud; parecía un talento desaprovechado. En este Juego de Imitación vuelve a refulgir y según la circunstancia podemos verle arrogante, inseguro, apasionado, soberbio o vulnerable. Magnífico.
Si doloroso es contemplar la ignomia de la sociedad británica para con Turing, no lo es menos comprobar que en la cinta prácticamente desaparecen las más de seis mil mujeres que trabajaron en Bletchley Park. Resulta muy curioso el papel de Keira Knightley. Es la única mujer que aparece y no pasa de ser un mero apoyo para el científico; pero en su ingreso se hace notar el machismo inherente a los puestos relevantes en general y de la ciencia en particular.
El guión de Grahan Moore se basa en la biografía escrita por Andrew Hodges, "Alan Turing: The Enigma".
P.D. Alan Turing recibió, en el año 1946, la Orden del Imperio británico, lo que no fue óbice para, posteriormente, condenarlo por homosexual. Tan sólo en 2013 fue indultado por la reina.
El resultado del trabajo capitaneado por Turing contra los códigos alemanes fue la máquina descifradora Bombe y varias computadoras electrónicas denominadas Colossus. Bombe exploraba las combinaciones posibles generadas por la máquina codificadora alemana ‘Enigma’. Fue una máquina de propósito especial, el de descifrar códigos, construida electromecánicamente con relés. Asimismo, trabajó en el desarrollo de la Colossus (que algunos consideran como el primer ordenador electrónico) que ya funcionaba con válvulas (tubos de vacío) en lugar de relés.
Siendo aún estudiante de postgrado, Turing publicó el artículo “On Computable Numbers, with an Application to the Entscheidungsproblem (o problema de decision)" en la revista Proceedings (1936) de la London Mathematical Society. Este texto es considerado la piedra angular de la informática moderna.
Siendo aún estudiante de postgrado, Turing publicó el artículo “On Computable Numbers, with an Application to the Entscheidungsproblem (o problema de decision)" en la revista Proceedings (1936) de la London Mathematical Society. Este texto es considerado la piedra angular de la informática moderna.
Al principio de la guerra tres matemáticos polacos Marian Rejewski, Jerzy Rózicki et Henryk Zygalski) lograron descifrar mensajes encriptados con la máquina Enigma. Se aprovecharon de un procedimiento ineficiente al principio de la transmisión; pero en diciembre de 1938 los alemanes incrementaron la seguridad de Enigma: introdujeron dos nuevos rotores que podían intercambiar con los tres que tenían. Estas máquinas inexpugnables son las que se utilizaban para las comunicaciones con los submarinos que interceptaban los convoyes procedentes de Norteamérica.
Después de un arduo trabajo con las computadoras y de forma increíble, Turing fue capaz de hacer saltar los códigos en una noche de invierno de 1939. Para ello se sirvió de unos pocos mensajes antiguos que los polacos habían descifrado a mediados de 1937. El hallazgo partió de intuir que en los mensajes cifrados se repetían ciertas palabras como, por ejemplo, Wetterbericht, ‘informe meteorológico´. Turing lo explica con detalle en las páginas 279-281 de The Essential Turing.
Aunque al final de la película se indica que gracias al trabajo de Turing la guerra se acortó dos años y se ahorraron millones de vidas; los historiadores atribuyen el mérito al conjunto de Inteligencia Ultra, que es como se conocía el proyecto de criptoanálisis de Bletchley Park. Allí llegaron a trabajar más de 10.000 personas en distintos turnos y llegaron a disponer de más de 200 Bombes. Más de seis mil de esas personas eran mujeres.
Acabada la guerra y por razones de táctica militar, las bombas se desmantelaron y todos sus logros se mantuvieron en secreto. A finales de los setenta, el Servicio de Inteligencia británico permitió al capitán W.F. Winterbotham escribir el libro The Ultra Secret publicado en 1974.
Acabada la guerra y por razones de táctica militar, las bombas se desmantelaron y todos sus logros se mantuvieron en secreto. A finales de los setenta, el Servicio de Inteligencia británico permitió al capitán W.F. Winterbotham escribir el libro The Ultra Secret publicado en 1974.
Recientemente se ha descubierto que el ejército sublevado de Franco dispuso de varias máquinas Enigma compradas a los alemanes.
Al abandonar, en 1948, la NLP, el trabajo de Alan Turing se dirigió hacia el campo de investigación de la Inteligencia Artificial, aunque el término no fue inventado hasta 1956 por John McCarthy, Turing ya lo avanzó en su "Juego de la imitación": la prueba consiste en separar en una sala a un hombre y a una mujer y en otra a un interrogador. Este último tiene que adivinar quién es hombre y quién es mujer, haciéndoles una serie de preguntas que ellos responden por escrito. El hombre debe tratar de engañar al interrogador, mientras que el objetivo de la mujer es ayudarlo.
En el Test de Turing el hombre es reemplazado por una computadora.
La idea es que si la persona que hace las preguntas no puede diferenciar entre el ser humano y la máquina, ésta debe ser considerada un ente pensante.
En 1954, con tan solo 42 años, Alan Turing murió envenenado con una manzana recubierta de cianuro. Se cree que este es el origen del logotipo de Apple.
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