Nacido en Palencia
en 1984, Escandar Algeet (padre sirio y madre palentina) consiguió con éste, su
primer libro, un pequeño bestseller dentro del campo de la poesía en España.
Hasta ahora lleva nada menos que 8 ediciones.
“La prosa y los
versos de Escandar Algeet Abarquero son un auténtico hostiazo, unas veces de
amor a la vida y otras veces por el amor a pegarse contra ella (casi todas las
noches). Sentimientos que hacen temblar.” Dice una contraportada tan escueta como
acertada ya que este joven poeta escribe
a corazón abierto. Es capaz de desnudarse en cada página con poemas que tañen
esa punzada que es la palpitante vida. Su lenguaje es natural y desnudo, por
eso es tan fácil vernos retratados en sus versos. De Algeet sobrecoge la sinceridad que transmite y cómo te hace partícipe de su intimidad.
Entre sus poemas predominan
los asuntos íntimos y personales, pero también hay relatos de historias y
fulgores de momentos. El libro incluye poemas en prosa y hasta un pequeño guión
de cine.
En ElCadillacNegro.com
encontramos su itinerario:
Después de estudiar en Ponferrada aterrizó en Madrid “Con la idea de hacer cine como primera intención, pronto comenzó a frecuentar ciertos círculos literarios que por aquel entonces tenían en el Bukowski Club su cuartel general. Allí recitó, bebió y vivió. Y si no fue allí sería en cualquier otro sitio de los alrededores de Malasaña donde conoció a Marcus Versus, se gustaron, ambos eran más o menos frutos del desguace, y se convencieron de hacer algo. Marcus Versus comenzaba por aquel entonces (hablo de finales de 2008) la aventura de (intentar) sacar adelante la editorial de poesía Ya lo dijo Casimiro Parker, y sin duda la inclusión de Escandar en su “nómina” fue su primer gran acierto. Sin mucho ruido sacaron en diciembre de 2009 “Alas de mar y prosa”, una colección de textos en los que cabía la poesía, la prosa e incluso el guión cinematográfico, y que venía a ser un collage de recuerdos de infancia y juventud, de sus primeras historias en Madrid y de sus últimos desamores. Con un lenguaje directo, a ras de suelo, pero con espacio para los sueños y las pesadillas, el libro fue sorprendentemente comiéndose ediciones (en la actualidad va por la octava). En esta primera entrega se encontraba “Co-razones”, un poema muy re-conocido en las redes sociales (que se están convirtiendo en un formidable vehículo para esta nueva poesía) y que en muchas ocasiones se ha adjudicado a Carlos Salem, de quien tomaba un verso en su inicio, confusión que ellos mismos han hecho suya"
Escandar Algeet, aficionado a los poemas, los amigos y los bares |
CO-RAZONES
No hace falta que
me digáis eso de que perdéis la cabeza
por eso de que sus
caderas...
ya sé de sobra que
tiene esa sonrisa
y esas maneras
y todo el remolino
que forma en cada paso de gesto que da.
pero además la he
visto seria ser ella misma
y en serio que eso
no se puede escribir en un poema.
por eso, eso que me
cuentas de que mírala cómo bebe las cervezas
y cómo se revuelve
sobre las baldosas
y qué fácil parece
a veces enamorarse.
todo eso de que
ella puede llegar a ser ese puto único motivo
de seguir vivo y a
la mierda con la autodestrucción...
todo eso de que los
besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento que me sé desde el día que me
dio dos besos y me dijo su nombre.
pero no sabes lo
que es caer desde un precipicio y que ella aparezca de golpe y de frente
para decirte,
venga, hazte un peta y me lo cuentas.
no sabes lo que es
despertarte y que ella se retuerza y bostece,
luego te abrace,
y luego no sepas
cómo deshacerte de todo el mundo.
así que supondrás
que yo soy el primero que entiende
el que pierdas la
cabeza por sus piernas
y el sentido por
sus palabras
y los huevos por un mínimo roce de mejilla.
que las
suspicacias,
los disimulos
cuando su culo pasa,
las incomodidades
de orgullo que pueda provocarte
son algo con lo que
ya cuento.
quiero decir que a
mí de versos no me tienes que decir nada,
que hace tiempo que
escribo los míos.
que yo también la
veo.
que cuando ella
cruza por debajo del cielo solo el tonto mira al cielo.
que sé como agacha
la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior.
que conozco su voz
en formato susurro
y formato gemido
y en formato
secreto.
que me sé sus
cicatrices
y el sitio que la
tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría,
y me sé lo de sus
rodillas
y la forma que
rozar las cuerdas de una guitarra.
que yo también he
memorizado su número de teléfono
pero también el
numero de sus escalones
y el número de
veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías.
que no solo conozco
su última pesadilla,
también las mil
anteriores,
y yo sí que no
tengo cojones a decirla que no a nada
porque tengo más
deudas con su espalda
de las que nadie
tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo).
que sé la cara que
pone cuando se deja ser completamente ella,
rendida a ese puto
milagro que supone que exista.
que la he visto
volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos,
y la he visto
formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la puso el camino,
y la he visto
hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: no me hablen de
paisajes si no han visto su cuerpo.
que lo de
"mira sí, un polvo es un polvo",
y eso del tesoro
pintado de rojo sobre sus uñas
y solo los sueños
pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre.
que te entiendo.
que yo escribo
sobre lo mismo.
sobre la misma.
que razones tenemos
todos.
pero yo
muchas más que
vosotros.
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