¡Bum!
Te sientas a las seis de la tarde a leer este libro y te levantas un par de horas después noqueado por su impacto. Casi como si te hubieras encerrado en un cine para ver a este Joe desequilibrado y tenaz.
En realidad, nunca estuviste aquí es novela negra hard boiled, de estilo urbano y callejones de atrás. La ciudad dura e indiferente, las mafias campando a sus anchas, los políticos corruptos actuando como caballeros y vendiéndose al mejor postor.
Joe es un exmarine, exFBI y expersona. Una infancia de maltratos, la guerra en Irak y haber estado infiltrado en lo más nauseabundo de la trata de blancas lo ha roto.
"Fue entonces cuando los engranajes de su mente se volvieron en su contra- su límite traumático, un límite muy alto, finalmente había sido alcanzado- y desertó. (...)
Había llegado a creer que él era el elemento recurrente -el elemento decisivo- de todas las tragedias que experimentaban las personas con las que se topaba. Entonces, si lograba minimizar su impacto y su responsabilidad, existía la sutil posibilidad de que los demás no sufrieran de nuevo. Era un delirio negativo y grandioso -un narcisismo invertido transformado en odio hacia sí mismo, una especie de innegable elemento de certeza en el estado paranoico de Joe: adonde él iba, le seguían el dolor y el sufrimiento." pag. 42,43
Ahora es un ser obsesionado con ser invisible que alquila sus servicios.
"Cuando pasaba por cámaras de seguridad la ocultaba clavándola en el pecho. La gorra negra de béisbol, que nunca se quitaba, escondía el resto de su rostro, que en su conjunto no era feo pero tampoco agraciado. Era otra cosa. Era una máscara que de haber podido se habría arrancado. Era consciente de que no estaba completamente cuerdo, así que se mantenía a sí mismo bajo estricta vigilancia, haciendo de carcelero y prisionero a la vez."
Su especialidad es rescatar a niñas desaparecidas en el mercado negro; de ahí que lo requiera el senador Votto, de Albany, para rescatar a su hija. Fue raptada con engaños a través de Facebook y está desaparecida; pero una nueva pista la sitúa en un prostíbulo en pleno Manhattan.
El estilo es seco y directo. La narración alterna el curso de la investigación con los recuerdos y pensamientos de Joe. A pesar de sus lacónicas 92 páginas, no creo que una película lograse trasladarnos con la misma intensidad la personalidad de este protagonista demoledor (su arma preferida es un martillo) y perturbado. "Desde hacía algún tiempo, pensaba en su cuerpo como un ataúd en el que había sido enterrado vivo": su desesperación, las palizas de su padre, su aplicación obsesiva a no ser nadie, sólo una máquina: "Joe odiaba su mente. Deseaba ser sacrificado como un perro."
Finalmente el trabajo se tuerce. Joe descubre que la intrincada red de corrupción llega a lo más alto. Se ha metido en un avispero y tanto él como todos con los que trata corren peligro. Una maraña de cadáveres comienza a cercarlo.
Quizás el desenlace peca de abrupto al explicar el embrollo en que le han metido en un par de páginas. Otro hubiera narrado esta investigación durante otras cien; pero entreveo que el objeto del libro es Joe, su historia, personalidad y métodos. La obra rinde homenaje a esos detectives amargos y rocosos de Chandler, al duro Parker de Richard Stark (Donald Westlake) y a la extrema crudeza del Burke de Andrew Vachss.
El autor deja a su criatura al inicio de su escalada para vengarse de los que han movido los hilos. Está sentado en la cama donde yace su primera pieza cobrada, con un martillo incrustado en todo lo alto. Genial.
Jonathan Ames (N. York, 1964) es un escritor, actor y cómico neoyorkino. Durante varios años fue columnista del New York Press; en sus artículos hablaba, sobretodo, de sus aventuras (o desventuras) sexuales. Personaje habitual de la escena cómica neoryoquina, también ha sido boxeador ocasional, apareciendo en el ring bajo el apodo de "El maravilloso arenque". En 2009 creó la gamberra serie de televisión Bored to Death, emitida en el canal HBO durante 3 años.
Bored to Death |
“Ex boxeador, crápula y hombre-espectáculo, este cronista de la noche neoyorquina tanto reparte un mandoble como mezcla como nadie las bromas sexuales, la ternura de los marginados y los argumentos más extremos (muchos de ellos reales y protagonizados por él mismo). Habitual en shows televisivos y en otros más íntimos como las presentaciones de las novelas, Ames logró convencer a la HBO para filmar sus cuitas más delirantes en las tres temporadas que ha durado la serie Bored to death. Su alter ego, es un escritor bloqueado que, ante la difícil segunda novela y con una sobredosis de lecturas de Chandler y Hammet encima, decide anunciarse como detective privado en Craigslist. El vino blanco tomado en taza de desayuno, la marihuana, Zach Galifianakis (dibujante de cómics sobre un superhéroe con unos genitales de tamaño subsahariano) y Ted Danson (sofisticado editor de una reputada revista) serán sus escuderos. (…) En primavera, Ático de los Libros (en su sello Principal) traducirá su desternillante Wake up, sir! Una mezcla perfecta de Don Quijote y Wodehouse, sus favoritos.”
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