viernes, 16 de julio de 2021

El INCENDIO - creada por Daisy Coulam



Deadwater Fell (El Incendio) abunda en un subgénero que me encanta y que le viene dando estupendos réditos a la televisión británica: un pueblo pequeño donde ocurre un crimen (o una desgracia) lo que desencadena una exploración de los traumas y secretos que esconden los habitantes de esa pequeña comunidad. Ahí están las muy notables Happy Valley o Broadchurch para confirmarlo. 

La serie resalta el contraste entre la rutinaria vida del pequeño pueblo escocés de Kirkdarroch, con sus picnics y mercadillos de caridad, y los turbios secretos que afloran cuando un hecho terrible la sacude. La tragedia llega en forma de incendio en la casa de un médico de familia en el que mueren su mujer y sus tres hijas. El drama se desarrollará desde la perspectiva de dos parejas, la del médico superviviente Tom Kendrick (David Tennant) y su esposa Kate (Anna Madeley), maestra de guardería; junto con sus amigos más cercanos, la también maestra Jess (Cush Jumbo) y su marido, el oficial de policía Steve (Matthew McNulty).

Steve será precisamente quien, sin pensárselo dos veces, irrumpirá en la casa incendiada para intentar rescatar a sus amigos. Aunque logra sacar a Kate, ya está muerta; mientras que a Tom logra salvarlo. Tras el impacto inicial, pronto se revelarán aspectos insospechados. El primero es que Steve se encontró con la habitación de una de las hijas cerrada a cal y canto con un candado; lo que impidió cualquier intento de salvarla. El segundo es que el forense descubre que tanto Kate como las niñas ya estaban muertas antes del incendio. ¿Qué demonios ocurrió en esa modélica familia?


En este comienzo fulgurante ya se inserta una escena clave, el accidente de coche que tuvieron unas semanas atrás Kate y Jess mientras aquella conducía fuera de sí, acompañada de sus hijas. Pronto saldrán a relucir los problemas de depresión que arrastraba Kate desde el parto de su última hija, la cual sufre parálisis cerebral.

La creadora de esta ficción, Daisy Coulam, está más interesada en el drama psicológico y emocional que en la investigación criminal. Y eso se agradece. A través de breves flashbacks irá componiendo el mapa de todas las relaciones y secretos que alberga esta pequeña comunidad, centrándose en lo que se esconde bajo la apariencia pulida y perfecta de una familia ejemplar. Daisy Coulam es una apasionada de las series documentales sobre crímenes; sin embargo -según explicó en una entrevista- "el problema que les veo es que siempre se enfocan en la figura del asesino. Mi objetivo con esta serie era analizar por qué ocurren estos sucesos y retratar a la víctima como la persona real que es".

Efectivamente el personaje de Kate ofrece un juego enorme a pesar de que su muerte ocurre al principio del primer episodio. Víctima o verdugo, su presencia es constante a través de los recuerdos de los otros personajes, los cuales irán componiendo el puzzle de su compleja personalidad. Por supuesto su amiga Jess la cree incapaz de llevar a cabo el asesinato de su familia. Y también recordará con amargura el reciente episodio en que ella misma fue seducida por el marido de aquella, Tom Kendrick.


La verdad de los hechos se decantará por la suma de pequeños detalles y frases que no fueron percibidos en el pasado en su verdadera intención. Jess irá recopilándolos poco a poco hasta alumbrar una nueva realidad donde quedará patente la fragilidad de las relaciones y las mentiras que todos ellos han ido acumulando.

La encuesta policial se hilvana perfectamente con la revelación de los distintos secretos que van aflorando. El guión de Coulam se estructura en base a brevísimos flashbacks que se intercalan a menudo ofreciendo nuevas facetas y giros que actualizan constantemente nuestra perspectiva. De este modo la trama social y familiar se vuelve impredecible dotando al relato de un intenso crescendo dramático. "Vemos radiografías, pero no vemos el dolor", llega a decir el médico, refiriéndose a que desconocemos lo más íntimo incluso de los más allegados. 

Para dar espesor a los personajes Coulam ha introducido toda una serie de variaciones muy contemporáneas sobre el tema de la maternidad. Ahí están los intentos frustrados de Jess para ser madre por inseminación. O la relación de paternidad compartida que se han inventado Jess y Steve respecto a los hijos de éste con su exesposa Sandra (Lisa McGrillis). O incluso la anciana madre de Tom, siempre protectora. 



El guión bucea con trazo sutil y decidido en un retrato emocional que encuentra a sus mejores cómplices en los actores protagonistas. Anna Madeley y Tenant llevan a cabo unas interpretaciones llenas de una ambivalencia que nos descoloca, y Cush Jumbo (que luego se convertiría en la mordaz abogada Lucca Quinn en la extraordinaria "The Good Fight") y Matthew McNulty nos trasladan unos personajes que se mueven entre los remordimientos y la necesidad de saber qué pasó realmente. 
Como nosotros.
Muy buena.

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