viernes, 15 de septiembre de 2017

LA SOCIEDAD LITERARIA y el PASTEL DE PIEL DE PATATA de GUERNSEY - de M. A. Shaffer y A. Barrows










Querido lector:
Dado que estas leyendo esta entrada he de suponer que buscas una referencia sobre este libro en concreto o sobre alguno en general. Te puedo asegurar que éste no te defraudará. Te entretendrá y sobretodo, te emocionará. Me lo regaló una compañera de trabajo como venganza por haberle impuesto (el libro) Un monstruo viene a verme. Deseaba procurarme el nudo en la garganta que yo le induje. Conseguido.

Este es un libro epistolar. Lo componen docenas de cartas que la periodista y escritora Juliet Ashton cruza con su amigos, con su editor y sobre todo con los habitantes de Guernsey (una de las islas del Canal) que sufrieron la ocupación nazi y cuyas experiencias vitales durante la guerra, conforman el grueso de la trama. 

La verdad es que no soy fan de los libros epistolares; pero comencé a leer las primeras páginas y cuando volví a levantar la vista del libro me encontraba en la página 70. ¡Qué naturalidad en la expresión! ¡Con qué sencillez y profundidad se traslucen personas verdaderas en esas epístolas! 

El libro resulta en todo punto delicioso, fascinante y conmovedor. Durante los pocos días que me duró, no dejaba de preguntarme cómo era posible que las autoras hiciesen aflorar, de forma tan sutil y convincente, la personalidad y el carácter de cada una de las personas implicadas. A veces incluso con sólo un par de cartas; no más necesitó la rencorosa e intolerante señorita Adelaide Addison para destilar toda su bilis. 

Recién terminada la 2ª Guerra Mundial, la escritora Juliet Ashton está buscando argumento para su próximo libro. En esos momentos recibe la carta de un nativo de la isla de Guernsey. Le comunica que tiene un libro de su propiedad ("encontré su nombre y dirección escritos en la cubierta interior del libro") y le pregunta por otros libros del autor, Charles Lamb. Inopinadamente, en la carta se desliza un comentario sobre la Sociedad Literaria de Guernsey y Juliet no puede dejar de tirar de ese hilo narrativo que le llevará a descubrir a toda una comunidad verdaderamente peculiar.
"¿Puede mandarme el nombre y la dirección de alguna librería de Londres? me gustaría pedir por correo más libros de Charles Lamb. También querría preguntar si alguien ha escrito alguna vez la historia de su vida, y si lo han hecho, si me pueden mandar un ejemplar. Debido a su brillante y aguda inteligencia, creo que el señor Lamb debe de haber tenido una vida muy triste.
Charles Lamb me hizo reír durante la Ocupación alemana, sobre todo cuando escribió eso del cerdo asado. La Sociedad Literaria y el Pastel de Piel de Patata de Guernsey nació por un cerdo asado que tuvimos que esconder de los soldados alemanes, así que me siento cercano al señor Lamb." pág. 16
En medio de las precariedades de la guerra, unos cuantos vecinos se juntaron para cenar en secreto un plato de cerdo que habían logrado escamotear de los decomisos alemanes. La velada fue tan deliciosa que se alargó más de la cuenta y cuando volvían a sus casas fueron detenidos por violar el toque de queda. A uno de ellos se le ocurrió poner la excusa de que volvían de una reunión de la Sociedad Literaria de Guernsey. La excusa resultó convincente y a partir de ahí tuvieron que formarla y mantenerla. Esta simple anécdota cambió sus vidas y, después de varios años, también la de Juliet Ashton, que encontró allí la coartada para vertebrar su historia literaria y personal.

La galería de personajes resulta inolvidable: Dawsey es el hombre callado pero fuerte y leal, Elizabeth McKenna es un personaje que no aparece físicamente, pero que por su carácter vitalista, su honestidad y su enorme inteligencia emocional se convirtió en el pegamento de la Sociedad Literaria. También está Isola Pribby, una excéntrica mujer a la que muchos tachan de bruja, el sencillo granjero, la loca pero entrañable y siempre dispuesta vecina, la retrógrada que se ahoga en su miedo y su cólera, así como un cuestionable mayordomo que ante la huida del señor, se hace pasar por lord en plena ocupación alemana.
"He leído tus capítulos varias veces, y tienes razón, no funcionará. Una sucesión de anécdotas no hace un libro. Juliet, el libro necesita un centro. No me refiero a más entrevistas exhaustivas. Me refiero al punto de vista de una persona que pueda explicar qué estaba pasando a su alrededor. tal como está escrito ahora, los hechos, por muy interesantes que sean, parecen tentativas dispersas al azar. Me duele tener que escribirte esto, pero lo hago sólo por una razón. Tú ya tienes el centro, sólo que todavía no lo sabes.Estoy hablando de Elizabeth McKenna. ¿No te diste cuenta de que todos los que entrevistaste hablaban de ella tarde o temprano? Dios, Juliet, ¿quién pintó el retrato de Booker y le salvó la vida y bailó por la calle con él? ¿Quién se inventó la mentira sobre la Sociedad Literaria y luego hizo que sucediera? Guernsey no era su casa, pero se adaptó al lugar y a la pérdida de libertad. ¿Cómo?. Debía de echar de menos a Ambrose y a Londres, pero al parecer nunca se quejó. Fue a Ravensbrück por proteger a un trabajador esclavo. Mira cómo y por qué murió." pág 222
Amber Venz por Andrew Salgado
Uno de los rasgos que más destaca en el libro es la excentricidad de algunos personajes. Creo que sólo los ingleses poseen esta cualidad tan cautivadora como paradójica.  Su forma de vivir y concebir la vida suele ser absolutamente personal y nada convencional. Como decía Edith Sitwell, la excentricidad es algo muy vital, "es la lucha individual contra la docilidad, la búsqueda de algún antídoto que nos salve de la melancolía; la fundación, en definitiva, de un cielo en el que soportar nuestras existencias." Creo que este tipo de personas representan gozosas alternativas para afrontar la existencia humana. 
Estimada señorita:
Yo también soy miembro de la Sociedad Literaria y el Pastel de Piel de Patata de Guernsey, pero nunca le he escrito sobre mis lecturas, porque sólo leí dos cuentos de niños sobre perros fieles y valientes. Isola dice que quizás venga usted a escribir sobre la Ocupación y creo que debería saber lo que nuestros Estados ¡hicieron a los animales! ¡Nuestro propio gobierno, no los sucios alemanes! Les daría vergüenza contárselo, pero a mí no." pág 160
En la galería de tipos que nos proponen las autoras están representados una gran diversidad de vicios y valores: la heroicidad, la compasión, la intolerancia, la autenticidad, la arrogancia, la fraternidad... Las personalidades de esa pequeña comunidad de Guernsey y sus relaciones quedan reflejadas en el libro con una gran viveza y encanto.

Dado que Mary Ann Shaffer fue bibliotecaria, librera y editora no es de extrañar que el libro destile un profundo amor por la literatura como un nutriente esencial de la vida humana. 
"Me pregunto cómo llegó el libro a Guernsey. Quizás hay en los libros algún tipo de instinto secreto que les lleva a sus lectores perfectos. ¡Sería maravilloso que fuera verdad!" pág. 17
No quiero caer en ofrecer un catálogo de libros y autores que se comentan (las hermanas Bronté, Charles Lamb, Marco Aurelio, William Wordsworth,...). En todo caso se hace de refilón. Lo interesante que el libro muestra es cómo la literatura se convierte en un ingrediente activo en la vida de estos personajes. 
"El señor Skeeter se encaminó al frente de la habitación, nos fulminó a todos con la mirada y anunció que él no quería estar allí y que sólo había leído el estúpido libro de Marco Aurelio porque su queridísimo viejo amigo, Woodrow Cutter, se había metido con él porque no iba a las reuniones. Todo el mundo se volvió a mirar a Woodrow, y Woodrow, allí sentado, se quedó obviamente horrorizado y con la boca abierta.
"Woodrow -continuó Jonas Skeeter- vino a verme al campo cuando yo estaba ocupado amontonando el abono. Tenía un pequeño libro en las manos, y dijo que lo acababa de leer. Dijo que le gustaría que yo también lo leyera, era muy "profundo".
"-Woodrow, yo no tengo tiempo de ser "profundo", le dije.
"Él dijo: "Deberías buscar tiempo para leerlo, Jonas. Si lo leyeras, tendríamos más cosas sobre las que hablar en el Crazy Ida´s. Nos divertiríamos más que con una pinta de cerveza."
"Eso hirió mis sentimientos, no puedo pretender que no fue así. Mi amigo de la infancia se comportó con aires de superioridad durante algún tiempo, sólo porque leía libros para vosotros y yo no. Antes lo habría dejado estar, cada uno a lo suyo, como decía mi madre. Pero ahora, ha ido demasiado lejos. Me ha insultado. Se colocó por encima de mí en la conversación.
"Jonas -dijo-, Marco Aurelio fue un general romano, un guerrero poderoso. Este libro es sobre lo que pensaba, estando ahí entre los cuados. Eran bárbaros que se escondían en los bosques a esperar para matar a todos los romanos. Y Marco Aurelio, viéndose en apuros por culpa de esos cuados, se tomó tiempo para poner sus pensamientos por escrito en este pequeño libro. Tenía pensamientos largos, muy largos, y podríamos usar algunos de ellos, Jonas."
"Así que me tragué el dolor y cogí el maldito libro, pero he venido aquí esta noche para decir, antes que nada, ¡Vergüenza, Woodrow! ¡Debería darte vergüenza, poner un libro por encima de tu amigo de la niñez!
"Pero sí lo leí, y esto es lo que pienso: Marco Aurelio era un maniático, siempre midiéndose su bienestar mental, preguntándose qué había hecho, o qué no había hecho." pág 189
El tono directo y espontáneo nos lleva en volandas sobre las páginas. La acción se sucede rápida. De una preocupación vamos a otra. De un recuerdo a una invitación. El vaivén emocional siempre es interesante y nunca farragoso. Juliet está siendo asediada por un atractivo y poderoso editor norteamericano mientras le empiezan a llegar cartas de Gernsey. Los nativos de las islas establecen con ella un quid pro quo, lo que nos lleva a conocer tanto los recuerdos de la Ocupación, como la infancia y juventud de Juliet.

Según avanza, el libro se vuelve más oscuro, al relatarse las tragedias de la invasión nazi: Los trabajadores esclavizados de la organización Todt, la hambruna que atormentaba a invasores e invadidos, la amistad que surge entre aparentes enemigos, la detención y extradición de Elizabeth MacKenna dejando a su pequeña Kit a cargo de la Sociedad Literaria...

Viendo los embates que la vida lanzaba contra estos personajes, no pude dejar de recordar un cita de Rick Atkinson en Los cañones del atardecer (un relato que abarca desde el Día D en Normandía hasta la derrota de Alemania):  "la guerra nunca es lineal, sino más bien una empresa caótica y aleatoria de reveses y avances, torpeza e ímpetu, desesperación y euforia”. Como la vida misma. 






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Las autoras
Mary Ann Shaffer fue una escritora norteamericana nacida en 1.934. Falleció en 2.008, tras una larga enfermedad. Durante un viaje a la isla de Guernsey, la niebla le obligó a esperar en el aeropuerto durante horas. Esta circunstancia le permitió leer 'Jersey Under the Jackboot', un libro sobre la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Esto le sirvió de inspiración para la novela 'La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey'. Antes de concluirlo cayó enferma: "Debo darle las gracias de todo corazón a mi sobrina, Annie Barrows, quien me ayudó a terminar el libro cuando unos inesperados problemas de salud me impideron trabajar por un tiempo  después de vender el manuscrito. Sin pensárselo dos veces, dejó de lado el libro que estaba escribiendo y se puso a trabajar en el mío. Fue una suerte enorme tener una escritora como Annie en la familia. Esta novela no se hubiera terminado sin ella."





Guernsey
P. D.
"... En cuanto a la historia de Guernsey, no hay mucho que decir. Las islas pertenecieron en una ocasión al Ducado de Normandía, pero cuando Guillermo, Duque de Normandía, se convirtió en Guillermo el Conquistador, se llevó con él las islas del Canal de la Mancha en el bolsillo de atrás y las entregó a Inglaterra, con privilegios especiales. Estos privilegios fueron aumentados más adelante por el rey Juan, y ampliados una vez más por Eduardo III. ¿Por qué? ¿qué hicieron ellos para tener tal preferencia? ¡Absolutamente nada! Más tarde, cuando aquel pelele de Enrique VI tuvo que devolver la mayor parte de Francia a los franceses, las islas del Canal decidieron quedarse como un dominio de la Corona de Inglaterra, ¡y quién no!. " pág 127

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