domingo, 5 de abril de 2015

El ARCHIVISTA - de Benoît Peeters y François Schuiten

-Cómic-
Norma Editorial.









El Archivista se enmarca dentro del ciclo Las Ciudades Oscuras, una serie de cómics en torno a ciudades imaginarias que conforman un mundo paralelo al nuestro.
El ciclo comienza en junio de 1982, con la publicación del primer volumen titulado Les Murailles de Samaris y continúa hasta nuestros días. En total se han publicado una decena de cómics a los que habría que añadir todo un corpus de guías, libros de ilustraciones, mapas y falsos documentales que acercan este mundo a una realidad concluyente y palpable. 
"¿Qué demiurgo podría ofrecernos este mundo? Los documentos que he recogido son de origen y de aspecto tan diverso, están fechados en épocas tan alejadas entre sí, que me parece inconcebible que un sólo mortal haya tenido la posibilidad de crearlos. 
Un hombre, quizas, pudo tener las cualidades necesarias para imaginar el conjunto de las Ciudades oscuras: Eugen Robick. "Urbatecto", es decir, inventor de ciudades, es descrito como hábil dibujante, escritor de talento, trabajador infatigable.
Su nombre reapareció en el curso de mi investigación más a menudo que cualquier otro. Su Cuaderno de viaje hace de él un incomparable testigo. Sus Reflexiones de un constructor dejan entrever un diseñador de primer orden. Pero también se trata de él en El misterio de Urbicanda, ese curioso opúsculo en el que tan a menudo, bajo la censura, se adivina el panegírico. El R. de Brok que la firma, ¿no podría ser ese Robick con el que comparte tantas cartas?"
Francois Schuiten y Benoît Peeters han creado en Las Ciudades Oscuras un mundo fantástico que explora una realidad alternativa a la nuestra, con la que confluye en determinados momentos. La característica más acusada de estas ciudades es una extraña excelencia arquitectónica. Además los distintos tomos, personajes y aventuras mantienen un alto grado de consistencia interna que nos remite al relato de Borges "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" (de hecho el Archivista encuentra entre las referencias a la ciudad de Mylos, la Puerta de Uqbar).
Recordemos que el maravilloso cuento de Borges es una filigrana de líneas cruzadas entre realidad y ficción. Una conversación entre el narrador y Bioy Casares, donde éste cita a un sabio de Tlön, deriva en el intento de verificar la fuente en la Anglo-American Cyclopedia.  En principio no encuentran nada; pero el examen de una edición distinta les revela cuatro páginas adicionales con una entrada dedicada a Uqbar, región de un planeta imaginario llamado Tlön. Todo parece ser obra de una sociedad secreta de sabios y científicos que, durante siglos, se han confabulado en la tarea de describir minuciosamente la historia, geografía, lenguaje y cultura de un mundo imaginario donde impera la filosofía idealista. Poco a poco este contacto con el planeta imaginario de Tlön comenzará a erosionar la realidad e incluso a invadirla. Esta reflexión de El Archivista parece extraída del propio relato.
 "Este universo es de una complejidad tal que ningún cerebro, por notable que sea, hubiera podido concebirlo ni, sobre todo, realizarlo.
Solamente un amplio grupo de artistas y sabios de todas las disciplinas hubiera podido, quizás, llevar a cabo una tarea semejante. Reunidos en una sociedad más secreta que cualquier otra, podrían haber prolongado siglo tas siglo este loco engaño.
Esta última solución, sin embargo, no me satisface más que las anteriores. Ningún creador, estoy seguro,habría podido privarse de someter su obra a la tiranía de un sistema de coherencia. Con mayor motivo, el amplio grupo de hombres necesario para la puesta a punto de las Ciudades oscuras no hubiera dejado de apoyarse sobre un plan tan riguroso como preciso, al que se tendría que haber sometido cada uno de sus miembros."
En este mundo las ciudades -su urbanismo y arquitectura- son siempre protagonistas, hasta tal punto, que condicionan la vida y muerte de sus habitantes. Sus hombres y mujeres viven allí como suspendidos en un remoto espacio-tiempo que esconde algunas "pasarelas" con el nuestro.

Este grupo de historias tienen una textura steampunk, esa mezcla de un pasado donde la investigación científica y el desarrollo industrial causaban maravilla y un futuro tecnológico no muy lejano al nuestro. 

Aunque El Archivista fue publicado en tercer lugar, creo que es la mejor puerta de entrada al mundo de Las Ciudades Oscuras. La investigación de Isidore Louis, encargado de la sección de Mitos y Leyendas en el Instituto Central de los Archivos, se erige como piedra angular del ciclo, al propiciar un acercamiento de conjunto a las ciudades y personajes que encontraremos en el resto de volúmenes.


Isidore, arrinconado en un desván, enterrado entre volúmenes e informes, recibe el encargo de recopilar y ordenar todo lo referido a un misterioso universo: "Las Ciudades Oscuras: Informe sobre un curioso caso de superstición", lo titula. Aunque lo afronta con reticencia, poco a poco quedará fascinado y hasta se verá involucrado al intuir su existencia. El relato de este archivista nos revela un difuso mapa de ciudades maravillosas.
"Quizá sea una leyenda, pero tal amplitud, de tal calidad de presencia, que se distingue de cualquier invención similar. No hay aquí nada maravilloso, no hay delirio, ni genios ni unicornios, ninguna de esas grotescas naves que revolotean de una estrella a otra, sino un mundo completo con sus arquitectos y sus leyes, sus técnicas y sus escándalos, sus religiones y sus locuras. Un mundo que, si bien tiene más de un punto en común con el nuestro, parece haberse desarrollado de forma más sistemática y, si me atrevo a decirlo, más armoniosa."
Realmente este volumen no puede considerarse un cómic en sentido estricto, ya que tiene una estructura narrativa muy peculiar. Sus páginas impares constan de una sola y espectacular viñeta en color, mientras que las pares consisten en una escueta columna con una viñeta en blanco y negro, referida al archivista; y un texto a sus pies, donde se desgrana el relato como una especie de voz en off.

Las viñetas a página completa son láminas encontradas por el Archivista e ilustran su investigación. Como única referencia de un mundo imaginario son sumamente evocadoras. Las distingue una hermosa elegancia, tan esbelta como solitaria. Nos sugieren retazos de ciudades como Xhystos (con majestuosos edificios donde abundan las curvas y volutas), Iblis, Brüsel (ciudad anegada por el agua), Calvani (cuyos edificios de acero y cristal remedan elegantes invernaderos) o Mylos (ciudad/máquina, abarrotada de matrices, turbinas y gigantescos tornos). Muchos de sus diseños rememoran el art nouveau.
"La elección del art nouveau no fue por azar ni el simple resultado de una afinidad personal. De entrada, este estilo nos había parecido propicio para la concepción de una ciudad entera, tan grande como el campo que abarcaba. Lejos de interesarse únicamente por las fachadas y los vitrales como muchos continúan creyendo, los arquitectos de la época se apasionaban por todos los objetos a su alcance. Crearon muebles, diseñaron vestidos, inventaron vajillas y papel pintado como si nada debiese escapar a su empeño.

Un estilo como ése, donde es fácil imaginar hasta que punto sería inhabitable en la realidad (el mismo Horta dejó su sublime casa pocos años después de haberla construido), debía constituir, para una historia, un marco especialmente excitante. en seguida pudimos imaginar el sistema político de la villa, su clima, el modo de vida de sus habitantes...                                                                                      Benoît Peeters
Las Puertas del Tiempo
Una de las láminas más misteriosas no tiene que ver con ciudades. Se trata de las Puertas del Tiempo, una "de las representaciones más antiguas del continente oscuro". Las referencias más enigmáticas se multiplican por sus páginas, como la del "urbatecto" Eugen Robick, cuya presencia planeará sobre toda la serie, o las que aluden a la Red, "monstruosa evolución cristalina de un cubo de materia desconocida que parecía haberse desarrollado primero en Urbicanda, ciudad que debió de ser borrada seguidamente del mapa por un cataclismo."

Las Ciudades Oscuras aúnan la arrebatadora belleza de las arquitecturas diseñadas por Schuiten con los imaginativos argumentos elaborados por Peeters. Verne por la aventura incógnita, Kafka por la psicosis existencial, Borges por el juego de espejos entre realidad y ficción, Calvino por sus Ciudades Invisibles, Piranesi por sus alegóricas arquitecturas, Antonio Sant´Elia por sus diseños futuristas y sobretodo Victor Horta por sus innovadoras construcciones art nouveau; se pueden rastrear en estas Ciudades con admiración.

En el plano narrativo la serie también multiplica sus registros: podemos encontrar desde fotomontajes hasta álbumes que alternan el color y el B/N, historias lineales que siguen a un protagonista o historias corales con varias líneas argumentales que terminan confluyendo. Y siempre, una fuerte tensión entre el hombre y su entorno urbano, entre lo personal y lo colectivo.

El propio Archivista escribe
"Quedan tantos lugares, tantas historias que evocar; las extrañas experiencias de los sabios del Monte Michelson, los fastuosos carnavales de Alaxis, la curiosa aparición de una nube en el templo de Samarobriva. Pero no quiero dar a este primer informe aires de catálogo.".
La serie de Las Ciudades Oscuras comienza en 1982 con Las murallas de Samaris, a la que siguieron La Fiebre de Urbicanda, El Archivista, la Torre, la Ruta de Armilia, Brusel, La Chica Inclinada, La Sombra de un Hombre, La Frontera Invisible y, el último aparecido, La Teoría del Grano de Arena.








Estudios sobre las ciudades oscuras:
-En Tebeosfera.
-Universidad Politécnica de Madrid: Las Ciudades Oscuras, la Arquitectura Protagonista
-David Conte Imbert: Una topografía de la desubicación.




François Schuiten:
Es conocido principalmente por la serie Las Ciudades oscuras. Nacido en una familia de arquitectos, este dibujante y escenógrafo belga ha realizado innumerables anuncios, ilustraciones, serigrafías y litografías, y también una serie de sellos para la compañía de correos belga.
Con guiones de su hermano Luc Schuiten también ha publicado otras serie titulada  Las Tierras Huecas. También, y a cuatro manos con Claude Renard, la serie Métamorphose -Metamorfosis-, que incluye los álbumes Aux médianes de Cymbiola y Le Rail.

Autorretrato de Schuiten
Ha participado en la concepción gráfica de varias películas como Taxandria de Raoul Servais (1994), The Golden Compass de Chris Weitz (2007) y Mr. Nobody de Jaco Van Dormael (2009).

François Schuiten ha realizado también numerosas escenografías, y pabellones como los del Gran Ducado de Luxemburgo para la Exposición Universal de Sevilla de 1992 o el pabellón belga en la Exposicion Universal de Aichi, Japón en 2005, entre otros.

La colaboración con Benoît Peeters se ha alargado hasta guionizar entre ambos dos documentales ficticios: Le Dossier B (1995) yL'Affaire Desombres (2002).

Benoît Peeters nació en París, en 1956. Después de licenciarse en Filosofía en la Sorbona, escribe su primera novela Omnibus (1976), y poco después decide dedicarse a la escritura, multiplicando también sus trabajos como guionista, editor, crítico o comisario de exposiciones.

También ha realizado trabajos con otros dibujantes, como Frédéric Boilet,  Anne Baltus y Alain Goffin, Entre sus trabajos teóricos destacan los dedicados al mundo de Tintín del que es un experto.
Ha realizado también varios cortos y documentales  y ha dirigido multitud de exposiciones, varias de ellas dedicadas a Hergé.

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