sábado, 9 de junio de 2018

FARIÑA - creada por Ramón Campos

















Fariña recorre la década de los 80 en Galicia y nos muestra la transformación de los clanes que traficaban con tabaco en la ría, al más lucrativo negocio de la "fariña" (harina en gallego, forma coloquial de llamar a la cocaína). El recorrido concluye con la famosa Operación Nécora dirigida por el juez Baltasar Garzón, a principios de los 90. En medio queda el retrato de una sociedad que primero vivió en connivencia con los traficantes y después de algunos muertos y muchas sobredosis acabó rebelándose contra ellos.

La serie refleja muy bien todo lo que fue esa época que pudo acabar con Galicia convertida en una nueva Sicilia: una sociedad entera organizada alrededor del narcotráfico y sus capos. Fariña no es solo una serie de narcos, se ancla en una época y una zona muy concreta de la historia reciente de España. Una época en la que si pedías un Winston en una tienda, te preguntaban: "¿normal o de batea?". El tráfico de tabaco ofreció una salida a pueblos enteros que sufrían los recortes de plantilla y la reconversión industrial en los astilleros y la pesca. Los lunes al sol dejaron paso a las noches de planeadoras. La serie retrata muy bien la situación de muchas familias y el debate moral de convivir  con un negocio que sabían tan pernicioso como ilegal.
Los cabecillas de los clanes reunidos con "Terito": Charlin, Colombo, Oubiña y Bustelo.


El ritmo de la acción es sumamente intenso. Los hechos se suceden a ritmo vertiginoso y todos interesan. No hay ganga en sus secuencias, todo es fibra. Primero la lucha entre seguir con el tabaco o pasarse a la fariña; luego las tensiones entre clanes, a continuación toca endurecerse ante los brutales colombianos. Y siempre bajo la atenta y frustrada mirada de la policía que, conociendo lo que era público y notorio, no lograba sacar a la luz los mimbres del entramado y sus responsables.

Fariña en Libros del K.O.
La serie atesora múltiples virtudes. Una historia potente que adapta el libro del periodista Nacho Carretero. Un guión certero que no se anda por las ramas. Una realización muy eficaz que combina con pericia las necesarias escenas de acción (persecución de coches o entre lanchas y con helicópteros) con el conflicto personal o el drama social: Sito labrándose su autoridad social dando dinero para curar a enfermos o financiando al Club Juventud Combados. La apasionada y trágica historia de Leticia Charlín enamorada del hijo de un clan odiado. El enfrentamiento de Sito con Terito, de Sito con los colombianos, de Sito con sus amigos de infancia. 

Con justicia se relata el papel de la mujer en aquellos tiempos tan convulsos; ofreciendo soporte en los momentos mas necesarios: la hija de Charlín que aun siendo ignorada por su padre, en más de una ocasión le saca las castañas del fuego. O Esther Lago, la segunda mujer de Oubiña, que no duda en dirigir los negocios cuando él es encarcelado. O Carmen Avendaño, una madre que después de ver a sus dos hijos engancharse a las drogas empieza a denunciar y a hacer escraches cuando nadie se atrevía ni a nombrarlos. 
Pilar Charlín dirigiendo el cotarro

Tanto la factura técnica como la ambientación son impecables. La serie rezuma Galicia por los cuatro costados gracias también a una banda sonora muy cuidada donde abunda el rock de grupos gallegos: la canción de cabecera obra de Iván Ferreiro y temas de Os Resentidos, Los Cafres o Siniestro Total. 

Está muy bien reflejado el acento gallego, resultado sin duda de un elenco en su mayoría gallego. La entonación somera y el intercalado de un puñado de expresiones tópicas consiguen dar color local sin excederse ni caer en el ridículo.

Se aprecia un grandísimo trabajo en el guión. Hace evolucionar las situaciones con claridad a pesar de los innumerables personajes implicados: clanes familiares, policía, traidores, colombianos... Está muy bien medido el ascenso del nuevo capo para los nuevos tiempos. Sito Miñanco (Javier Reyes se doctora con este trabajo) después de aprender bajo las órdenes de "Terito" se hace con las riendas para dirigir a los clanes y meterse de lleno en el negocio de la cocaína. También está muy bien desarrollado su duelo con el sargento Castro de la guardia civil interpetado por Tristán Ulloa. Asimismo el frenesí del éxito y la impunidad (la apertura de un casino por parte de Colombo, el autobús lleno de prostitutas que viene de Portugal) o la violenta irrupción de los colombianos con sus sicarios (¡ay! esa corbata colombiana).

El capo "Terito" y su aprendiz de brujo Sito Miñanco

Las interpretaciones resultan de lo más convincente aupadas por un impecable trabajo de caracterización. La de "Terito" (Manuel Lourenzo) es poderosa y representa perfectamente al capo de la vieja escuela: sólo quería negocios con el tabaco y no le gustaban ni la coca, ni la sangre. Monti Castañeiras como Colombo podría acompañar al Robert de Niro de sus mejores tiempos con Scorsese. Por su parte Carlos Blanco interpretando a Laureano Oubiña nos traslada con enorme naturalidad la rudeza y el desenfado de un gañán. Ya he avisado del gran papel que hace Pilar Naviera como hija de Charlín. Una mujer fuerte y resolutiva que una vez tras otra es ignorada por su padre sólo por ser mujer.  

Antonio Durán "Morris"
Pero entre todos me quedo con el pequeño pero matón Manuel Charlín, interpetado con una fuerza tremenda por Antonio Durán "Morris". Mano de hierro en los negocios y con su familia, violento y echao palante: "el que no sepa mentir que no venga", le dice a su clan camino de una reunión. Una soberbia interpretación. 
Javier Rey por su parte, ha compuesto un Sito Miñanco que tiene las trazas de un verdadero icono. 

Habiendo leído los hechos en los periódicos y visto las noticias en los telediarios, me sorprenden varias cosas. La organización en clanes familiares, con hijos y esposas, llevando las riendas de los negocios. La cooperativa en la que se reúnen los clanes para mejor organizarse. Todo muy mafioso. La implicación de políticos locales y regionales. De hecho la denuncia de un exalcalde de O Grove (con sentencia revocada pero declarando los hechos probados) ha llevado a que una jueza decretara el secuestro del libro editado por Libros del K.O. Incluso en una escena aparece implicado el presidente de la Xunta, que define a los capos como empresarios que generan riqueza para Galicia. 
Sito Miñanco en Carabanchel con los colombianos

Curiosamente el contacto definitivo que empujó a Sito Miñanco hacia el tráfico internacional, lo realizó en la cárcel de Carabanchel. Allí conoció a los colombianos Gilberto Rodríguez Orejuela y Jorge Luis Ochoa, poderosos capos del cartel de Cali. Gilberto había sido detenido en España y a pesar de que los EEUU de Reagan reclamaban con insistencia su extradición, finalmente fue extraditado a Colombia, quedando allí en libertad poco después. En la cárcel encontraron la puerta por la que su mercancía podría acceder a Europa.

Una ramificación un tanto oscura que queda al margen de Fariña. En las memorias de Orejuela se llega a decir que el jet que los devolvió de Madrid a Bogotá era propiedad de Pablo Escobar. Pero en la serie lo que interesa es que los narcos colombianos se asentarían finalmente en A Coruña donde llegaron a regentar concesionarios.  

El último de los 10 capítulos nos recuerda la operación Nécora y su posterior juicio. 15 de los 48 detenidos quedaron libres gracias a un cóctel de buenos abogados y malas herramientas jurídicas. El juez Baltasar Garzón tuvo que enfrentarse a la falta de legislación para poder actuar contra este cartel. Se tuvo que amparar en la legislación internacional para detenerlos. Esta nueva delincuencia provocó que se crearan nuevas leyes, como la referida a los arrepentidos, para hacer posible la lucha contra el narcotráfico a este nivel.






Quien es quien en Fariña

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