miércoles, 30 de junio de 2010

La MIRADA del OBSERVADOR - de Marc Behm








Un pasillo lleno de puertas cerradas.-
es un libro sangriento, criminal y poético en el que sus dos personajes principales se asoman al abismo de su existencia....y se despeñan desde la misma página 30. El resto de la novela tiene la textura de una pesadilla que transcurre ágilmente durante tres décadas y alrededor de cien asesinatos.
El detective es nombrado simplemente como "el Ojo" y tiene la cualidad de convertirse en un hombre invisible a pesar de estar presente en todos los acontecimientos. La acción va saltando de ciudad en ciudad y las identidades (y pelucas) de la mujer fatal objeto de la observación, van cambiando con tal celeridad, que toda la obra podría calificarse como una desesperada huida hacia adelante.

La narración tiene detalles magistrales como el de la canción "La Paloma", que va apareciendo periódicamente constituyendo un leit motiv que une a las dos figuras. Magistral es el personaje y la escena donde aparece la psiquiatra que ejerció de Pigmalión en la juventud de Joanna Eris, la protagonista.
Pero lo más interesante es acompañar a El Ojo por ese camino roturado por la desesperación, cargado con un insoportable fardo de culpabilidad por una hija perdida. Hay páginas memorables donde El Ojo se ahoga en una pesadilla recurrente y que nos dan la medida del sufriento humano.

Existen muchos momentos en que la desintegración de su mente parece inminente, en que el trágico desenlace asoma tras la esquina, pero siempre todo continúa, como si algo les abocase a apurar hasta las heces del amargo brebaje de la vida.

El final, sencillo y directo, consiguió emocionarme.
Magnífica y acertada la colección de RBA "Clásicos de novela negra" e impagables sus prólogos donde te hacen sentir sentado en un bar charlando con un colega de algo que verdaderamente nos gusta.

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