viernes, 28 de febrero de 2025

EMILIA PÉREZ - de Jacques Audiard


Por fin he podido ver Emilia Pérez en el cine: muy buena. Una película sobre violencia, redención y muerte.

Cuando te dicen que vas a ver una película que es como un narco-corrido en el que el temido jefe de un cártel de México quiere empezar una nueva vida convirtiéndose en la mujer que siempre ha soñado ser y que encima tiene números musicales... se te puede ir la olla. Pero la verdad es que la película es coherente y audaz. No es la primera película sobre un capo que quiere cambiar de vida alejándose del crimen y la violencia. Que en este caso el cambio afecte hasta el género y el sexo, ¿Por qué no?.

Rita (Zoe Saldaña) es una abogada a la que contrata el capo Manitas del Monte para ayudarlo a salir de México y someterse en secreto a una cirugía de reasignación de sexo. Siempre se ha sentido mujer pero la ciénaga donde se ha criado le ha obligado a ser más cabrón que nadie para sobrevivir. Ahora ya está en la cima del crimen pero esta vida que lleva le es tan insatisfactoria que ha llegado a pensar en el suicidio. Aunque piensa que no puede quitarse de en medio sin haber intentado siquiera alcanzar la vida que anhela. Ya como Emilia Pérez (Karla Sofía Gascón) regresará a México años después para estar cerca de sus hijos y su esposa (Selena Gómez).

Yo creo que más que en el narcotráfico la película se centra en quién quiere ser Emilia Pérez, una persona que quiere vivir como siempre se ha sentido, y en eso me resulta notablemente sincera. Desde el primer número musical la película emite un oscuro magnetismo; aunque me sorprende el cambio moral que se produce con el cambio de sexo. Ya como mujer y lejos de su horda de sicarios, Emilia se muestra cariñosa y empática; llegando a crear una fundación para rescatar a las víctimas de los cárteles. ¿Será por el hecho ser/sentirse mujer? La violencia suele ser cosa de hombres.😒


La película tiene tiros, muertes y amputaciones y está contada con mucho brío. México tiene una realidad muy cruda y la cinta se sumerge allí con sólo un par de trazos porque lo que interesa son los personajes. Sus dudas y urgencias. Ahí es donde entran los números musicales que en modo alguno son un pegote, al contrario; están encajados de un modo coherente pues recogen de forma lírica los lamentos y temores de los personajes. Además no son canciones cantadas a pleno pulmón como en un musical al uso; sino que muchas veces son susurradas, con voz rasgada, como cantadas para uno mismo. Por eso las canciones no solo no menoscaban la acción, sino que elevan el nivel dramático del relato gracias a unas interpretaciones -sobre todo de Zoe Saldaña y de Karla Sofía Gascón- sentidas y espectaculares. 

La cinta tiene tres números excepcionales, con canciones debidas a la estrella pop francesa Camille con partitura de Clément Docul. El primero, con el que se abre la película, nos muestra a Rita en un mercado cuyas gentes le hace los coros, mientras expone sus dudas redactando el alegato de un caso imposible.

La segunda es con el tema "Aquí estoy yo" y nos muestra a los familiares de las víctimas de violencia que quieren dar cuenta y testimoniar. Un alegato profundo y dramático.




El tercero nos habla de la corrupción de todo el sistema social mexicano. Cuando ya Manitas del Monte se ha convertido en Emilia Pérez y vuelve a su México natal monta una Fundación para recuperar los cadáveres de las víctimas y que sus familiares puedan enterrarlos y guardar luto. Para conseguir fondos organiza una gala benéfica con ministros, gobernadores, empresarios, jueces y capos indistintamente. Ahí es donde Rita se lanza a bailar y cantar "El Mal", una pieza poderosa y acusatoria cuya letra desgrana la complicidad entre el crimen y las instituciones gubernamentales. La canción tiene un estribillo que repite "hablan, hablan, hablan"; refiriéndose a todos estos tipos que discursean y hablan sin parar pero no hacen nada para resolver la situación.

Emilia acaba enamorándose de Epifanía (Adriana Paz), una mujer maltratada y violada que entona la última y estremecedora canción de la película en nombre de los "condenados". Así vemos a la propia Emilia Pérez cuando vuelve a México ya convertida en mujer. Sospechamos que está condenada.



Chapeau para Audiard, el cineasta francés autor de las estupendas “Un prophète” (“Un profeta”) y “De rouille et d’os” (“De óxido y hueso”). Ha escrito y dirigido         1. un musical 
                                     2. en español
                                     3. en el territorio del narco
                                     4. con una protagonista trans.
Genial extravagancia que el director ha sabido llevar a puerto solventemente. Aunque Emilia Pérez no está basada en hechos reales, sí se inspira en un personaje del libro Écoute (2018) de Boris Razon, un amigo del director francés. Según ha explicado él mismo en el libro hay un personaje secundario que desea hacer la transición para convertirse en mujer. Le atrajo la idea y pidió permiso para desarrollarla.

Lamentablemente en la carrera de la película se han cruzado todo tipo de polémicas. Primero por unos tuits ofensivos que Gascón publicó hace tiempo. Y también en México se la ha criticado por la imagen distorsionada que da del país, por presentar a un narcotraficante como una heroína y por la ausencia de actores mexicanos. Estoy de acuerdo en que la dicción española de Selena Gómez es desafortunada, pero en lo demás no.
Esto es ficción. 
Si además tiene música, la estilización de la realidad se agudiza, como en una ópera. Emilia viene de ser un narcotraficante en México, pero igual podría haber sido un pirata en las costas del Índico. Audiard ha explicado así el germen de su película: "Algo me impacta profundamente de México: todos estos problemas de personas desaparecidas. Hay regiones enteras a las que no se puede ir porque no son seguras. Quería hacer un musical, entonces ¿por qué no en el contexto de una tragedia?"



viernes, 21 de febrero de 2025

LA VIDA SECRETA de LOS ESCRITORES - de Guillaume Musso


Esta novela es deliciosa por dos motivos muy poderosos. Porque tiene una intriga absorbente y muy original, y porque nos muestra los engranajes con los que un escritor construye una novela. Ah.

Nathan Fawles se convirtió en un escritor famoso y legendario con sólo tres novelas; pero desde hace 20 años no escribe nada y vive retirado del mundo en la isla mediterránea de Beaumont. Nadie sabe el motivo de este silencio por lo que todo el mundo habla del "misterio Fawles", aunque según su agente no hay tal. Fawles no da entrevistas ni recibe visitas; pero en el otoño de 2018 dos personas que no se conocen entre sí están empeñadas en visitarlo y desentrañar su misterio. Son Raphaël Bataille y Mathilde Monney. El primero es un escritor novel que —con una novela bajo el brazo— busca el consejo literario de su escritor favorito. La segunda es una periodista con un as en la manga que piensa que le abrirá las puertas. El mismo día en que los dos acechadores desembarcan en la isla aparece —atado a un árbol— el cadáver de una mujer a la que han torturado. Rápidamente las autoridades acordonan la isla. Nadie puede entrar o salir de ella. Comenzará entonces un peligroso juego de imposturas y verdades a medias entre Raphäel, Mathilde y Fawles hasta revelar una funesta verdad.  
"Era un escena hermosa, Mathilde era hermosa. A Fawles le habría resultado muy fácil dejarse llevar en ese instante, pero sabía que todo aquello no era más que un juego de manipulación entre dos personas convencidas de que estaban controlando a la otra. Fawles sospechaba que ese juego traería cola."
Viñeta de "La vie sècret des écrivains" - de Miles Hyman


Se trata de un thriller muy efectivo y de lo más imprevisible que comienza pacíficamente en un isla soleada hasta que las sombras de un fatídico pasado van dando la vuelta a todo lo que dábamos por sentado. La novela incluye unas cuantas escenas muy perturbadoras entre las que destaca el descubrimiento de un sótano con todos los elementos de tortura y la revelación final de Fawles. También contiene una insólita historia en torno al camino que recorre una cámara de fotos perdida -desde Hawai a Taiwan pasando por Alabama- antes de convertirse en la prueba que desatará la acción. Este fantástico itinerario me recuerda a las historias azarosas de Paul Auster y será este sencillo objeto el que empezará a romper la cerradura del "misterio Fawles".

Visto el campo en que juegan sus protagonistas -escritores, periodistas- la novela también incluye unos cuantos dardos sobre el periodismo y el mundo de la edición. 
"Las publicaciones de su cuenta eran un ejemplo perfecto de lo peor que podía crear el pseudoperiodismo 2.0: temas licenciosos, titulares anzuelo, broncas, lapidaciones, chistes malos, retuits sistemáticos de vídeos alarmistas y de todo aquello que pudiera degradar la inteligencia, azuzar los bajos instintos y alimentar miedos y obsesiones. El clásico propagador casero de intoxicación y de teorías cuasiconspirativas que siempre se queda bien parapetado detrás de la pantalla."
La estructura de la novela es una narración en paralelo que sigue por un lado las vicisitudes de Raphäel y por otro las de Mathilde. El primer tercio del libro tiene un tono periodístico, el segundo de pura investigación y en el tercero aflora un verdad insólita y muy dolorosa. En esta última parte es el escritor el que toma la batuta para relatar los hechos en los que todos ellos están implicados porque son los que les han traído hasta aquí. Es un relato oscuro y desgarrador en el que están mezclados turbios acontecimientos de nuestra historia reciente como la guerra en los Balcanes. 

Viñeta de "La vie sècrete des écrivains" de Miles Hyman

La parte de la investigación de Mathilde tiene el atractivo de una investigación con múltiples giros para ir desvelando el "misterio Fawles"; mientras que la de Raphäel nos ofrece un juego metaliterario cautivador. Con él la obra se abre a una nueva dimensión, la de una novela dentro de la novela. Como el propio Raphäel llega a constatar la investigación criminal y la investigación sobre la profesión de escritor están asombrosamente entrelazadas.  

Esto se aprecia con rotundidad cuando Raphäel se percata de que está viviendo unos hechos que por sí mismos constituyen una novela... y se pone a escribirla. El momento en que Raphäel abre su portátil y se pone a escribir el primer párrafo de su nueva novela es mágico: lo leemos y recordamos haberlo leído 150 páginas atrás ¡es el mismo párrafo con que comienza el libro que tenemos entre manos! De modo que nos encontramos leyendo una novela que está ocurriendo en tiempo real mientras el autor participa de los hechos y nos los relata mientras están ocurriendo.


Me resulta fascinante este juego de espejos entre un escritor que abomina escribir y otro que anhela empezar y lo hace convertido en un personaje de su propia novela. Además Musso añade a la novela una genial Apostilla titulada "¿De dónde viene la inspiración?", que supone un triple salto mortal sobre este juego de espejos en torno a la autoría de la novela.

Pero no nos engañemos la novela desarrolla una intriga magníficamente tramada, con asesinatos, pistas falsas y un final impresionante. Mathilde es una periodista que en el fondo busca una venganza personal pero se encontrará con una terrible verdad.

El juego metaliterario permea toda la novela. Aparece en las citas que encabezan cada capítulo y el propio libro que se abre con una de Umberco Eco en "La isla del día de antes": "Para sobrevivir, hace falta contar historias". Esto es lo que hace esta novela, contar historias que se entretejen logrando implicar tanto al escritor como al lector.
"Mathilde lo atacó por otro frente.
—Los novelistas son los mayores mentirosos de la historia, ¿no?
—No, esos son los políticos. Y los historiadores. Y los periodistas. Pero los novelistas, no.
—¡Claro que sí! Cuando en sus novelas hacen como que cuentan lo que es la vida, están mintiendo. La vida es demasiado compleja para someterla a una ecuación o encerrarla en las páginas de un libro. Tiene más fuerza que las matemáticas o la ficción. Las novelas son ficción. Y la ficción, técnicamente, es una mentira.
—Es todo lo contrario. Philip Roth lo expresó de maravilla: «Es el tipo de relato que suministra al narrador una mentira mediante la cual puede expresar su indecible verdad».






















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Nacido en 1974, Guillaume Musso comenzó a escribir durante sus estudios y ya nunca dejó de hacerlo. Desde hace años es un escritor superventas en Francia. Sus novelas han sido traducidas a 44 idiomas y varias de ellas han sido adaptadas al cine. "La vida secreta de los escritores" es su libro número 17. Su novela de misterio "Y después..." se ha adaptado al cine, con Romain Duris y John Malkovich en los papeles protagonistas. Desde hace años, se ha consolidado como uno de los escritores imprescindibles de la literatura de suspense francesa, con títulos como "La llamada del ángel" y "Central Park".  
"La huella de la noche" -que sirvió de inspiración para una serie de televisión-, "La vida secreta de los escritores" y "La vida es una novela", publicadas por la Editorial AdN, fueron todo un éxito mundial. 

ENGRANAJES de LA ESCRITURA - por Guillaume Musso







La novela "La vida secreta de los escritores" de Guillaume Musso narra una venganza que sigue los trazos de una investigación criminal; pero esta investigación también lo es sobre un escritor que ha dejado de escribir, otro que acude a él para aprender y sobre el mismo hecho de escribir. Todo ello aderezado con un montón de citas y reflexiones de autores contemporáneos y clásicos que afrontan esta paradójica tarea.
Tras leer el libro no he podido resistirme a incluir aquí algunas de ellas.
  




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"—Oiga, lo único que quiero es que me dé algunos consejos. Para aprender a escribir mejor.
—¿Consejos? ¡No hay consejo que sirva para que un escritor mejore! Si tuvieras dos dedos de frente, ya te habrías dado cuenta solito.
—Dedicarle un poco de atención a los demás no hace daño a nadie.
—Nadie puede enseñarte a escribir. Es algo que tienes que aprender solo.
Fawles se quedó pensativo y bajó la guardia un momento para acariciarle la cabeza al perro antes de proseguir:
—Bueno, querías un consejo y te lo he dado. Y ahora, largo de aquí."









En el libro se reproducen varias entrevistas con el escritor retirado, en una de ellas habla sobre el anhelo de conocer a la persona que hay tras el escritor, cosa que él deplora:

"—Al igual que Margaret Atwood, opino que querer conocer personalmente a un escritor porque te gustan sus libros es como querer conocer a un pato porque te gusta el fuagrás.
—Pero ¿no resulta legítimo el deseo de preguntarle a un escritor sobre el significado de su trabajo?
—No, no es legítimo. La única relación válida con el escritor es leerlo."











"Fawles negó con la cabeza.
—Son falsas. Emociones artificiales, las peores…
Hizo crujir los dedos y detalló lo que pensaba:
—Una novela es emoción, no intelecto. Para provocar emociones primero hay que vivirlas. Tienes que sentir físicamente las emociones de tus personajes. De todos tus personajes: tanto héroes como villanos.
—¿En eso consiste realmente el oficio del novelista? ¿En crear emociones?
Fawles se encogió de hombros.
—Al menos, eso es lo que me espero yo cuando leo una novela.
—Cuando vine a pedirle consejo, ¿por qué me contestó que me dedicara a algo que no fuera querer convertirme en escritor?
Fawles suspiró:
—Porque no es un trabajo para los que tienen la mente sana. Es un trabajo para esquizofrénicos. Una actividad que requiere una disociación mental destructiva: para escribir tienes que estar a la vez en el mundo y fuera de él. ¿Entiendes lo que quiero decir?
—Creo que sí.
Sagan lo formuló a la perfección: «El escritor es un pobre animal encerrado consigo mismo». Cuando escribes, ya no vives con tu mujer, tus hijos ni tus amigos. Más bien, finges que vives con ellos. Pero, en realidad, te pasas la existencia con tus personajes durante un año, o dos, o cinco…
Ya estaba lanzado:
—Ser novelista no es un trabajo a tiempo parcial. Si eres novelista, lo eres veinticuatro horas al día. Nunca tienes vacaciones. Siempre estás en guardia, siempre al acecho de una idea, de una expresión, de un rasgo de carácter que podría nutrir a un personaje."










                                                ☙☘❧

 


"—Pero falta lo esencial.
«Claro, cómo no…».
—¿Y qué es lo esencial? —pregunté, ofendido.
—¿A ti qué te parece?
—No lo sé. ¿La originalidad? ¿Las ideas nuevas?
—No, a las ideas que les den, las hay por todas partes.
—¿El motor de la historia? ¿La adecuación entre una buena historia y unos personajes interesantes?
—El motor déjaselo a los mecánicos. Y las ecuaciones, a los matemáticos. Eso no te va a convertir en un buen novelista.
—¿Dar con la palabra justa?
—Dar con la palabra justa viene bien en las conversaciones —se burló—. Pero un diccionario lo puede usar cualquiera para trabajar. Piensa, ¿qué es lo que importa de verdad?
—Lo que importa es que al lector le guste el libro.
—El lector importa, cierto. Escribes para él, estamos de acuerdo, pero intentar gustarle es la mejor forma de que no te lea.
—Bueno, pues entonces, no lo sé. ¿Qué es lo esencial?
—Lo esencial es la savia que irriga la historia. La que tiene que poseerte y recorrerte como una descarga eléctrica. La que tiene que quemarte las venas para que no tengas más remedio que llegar al final de la novela como si tu vida dependiera de ello. Eso es escribir. Eso es lo que va a cautivar y sumergir al lector hasta perder sus puntos de referencia y acabar tan metido en la historia como tú."







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Finalmente incluiré dos extractos, uno sobre el eterno debate entre estilo y argumento y otro sobre las emociones de lector que todos ansiamos:

"Los mil euros que había pagado por aquella lección de escritura (en tres sesiones de cuatro horas) me habían dejado tan irritado como arruinado. Puede que Dufy tuviera razón, pero, personalmente, yo opinaba todo lo contrario: el estilo no era un fin en sí mismo. La primera virtud de un escritor es saber cautivar al lector con una buena historia; un relato capaz de arrancarlo de su existencia para arrojarlo al meollo de la intimidad y de la verdad de los personajes. El estilo solo era el medio de inervar la narración y de volverla emocionante"




"Con esa forma de escribir única, me parecía que Fawles se dirigía directamente a mí. Sus novelas tenían vida, eran fluidas e intensas. Aunque no soy admirador de nadie, me había leído y releído sus libros porque me hablaban de mí, de mi relación con los demás, de lo difícil que me resultaba gobernar mi vida, de lo vulnerables que son los hombres y de lo frágil que es nuestra existencia."

domingo, 16 de febrero de 2025

Un ASESINATO en EL FIN DEL MUNDO - creada por Zal Batmanglij y Brit Marling



















La Inteligencia Artificial (IA) ya ha llegado y está en boca de todos por la supuesta amenaza que representa... y no sólo para miles de puestos de trabajo. Esta es una serie de intriga y asesinatos que se desarrolla en un hotel perdido en los confines de Islandia; pero que se remata con un comentario muy relevante sobre el papel que podría jugar la IA.

Darby Hart (Emma Corrin) es un joven escritora que está en el candelero por la publicación de un libro "true crime" sobre su experiencia investigando a un asesino en serie de mujeres. También es hacker aficionada y admiradora de Lee Andersen (Brit Marling), una pionera en el campo del hackeo y las redes que se retiró para casarse con Andy Ronson (Clive Owen), multimillonario y máxima autoridad mundial en tecnología e Inteligencia Artificial. El éxito del libro hace que sea invitada por el gurú Ronson a un retiro de máximo nivel junto a ocho personas célebres por liderar sus campos en la ciencia, el arte o la tecnología. El reto que lanza a sus invitados es morrocotudo: el cambio climático ya es irreversible y la tecnología nos tiene que ayudar a mantener habitable la Tierra. Espera que entre todos puedan detectar y debatir las ideas que conformarán nuestro futuro. 

El lugar del retiro es un hotel remoto y poco accesible en el borde del Círculo Polar Ártico. Es un especie de refugio construido por Ronson y está dotado de todos los avances que la tecnología puede ofrecer, incluida una avanzadísima IA recién creada por él que igual te prepara un baño caliente a 34º exactos que te resuelve una ecuación de fluidos o te ayuda a gestionar tus problemas de ansiedad. Cuando Darby llega allí se encuentra con dos sorpresas sucesivas. La primera es que entre los invitados está Bill (Harris Dickinson), su antiguo socio de investigación criminal, ahora convertido en Colmillo, un excéntrico artista callejero con modales de poeta maldito. La segunda ocurre esa misma noche, cuando Darby se lo encuentra muerto en su habitación. Todo el mundo lo ve como un accidente, pero Darby intuye que ha sido un asesinato e inicia una investigación por su cuenta.



La serie se articula en torno a dos líneas temporales que se van alternando. Por un lado seguimos la cruzada amateur que Darby y su compañero Bill mantuvieron contra el psicópata asesino de mujeres. Y por otro asistiremos en directo al desarrollo de la investigación que Darby lleva a cabo en el hotel, sin asistencia de la policía, ya que están aislados por una brutal tormenta.

Darby tiene un aspecto aniñado y frágil, siempre ensimismada con sus auriculares, pero es muy inteligente y decidida. Tras el éxito de su libro se la conoce como «la Sherlock Holmes de la Generación Z». Su afición detectivesca le viene por haber acompañado desde niña a su padre forense en docenas de autopsias y escenas del crimen. Pero también es una experta hacker muy sensible con los asesinatos de mujeres. Pirateó la base de datos de la policía y quedó abrumada por la cantidad de asesinatos de mujeres archivados sin resolver; así que se puso manos a la obra. El hilo que descubre son pequeñas joyas de plata que siempre aparecen junto a los cadáveres. Movilizando a la colonia hacker la pareja va tirando de ese hilo que les acaba llevando hasta el origen de la serie y la identidad del psicópata.

En paralelo asistimos al grueso de la investigación en el hotel, un espacio de lo más inquietante por estar aislado en medio del hielo y porque a pesar de la abrumadora tecnología que lo sustenta esconde secretos en cada habitación. La alerta de Darby tiene premio cuando descubre al experto biólogo saliendo del hotel y dirigiéndose a una montaña cercana. Desde allí lanza unas señales luminosas en código morse hacia la costa cercana... pero cuando al día siguiente intenta hablar con él, también aparece muerto.



Antes de meterse en un laberinto de cadáveres y pistas, la serie explora inquietudes contemporáneas como la dependencia de la inteligencia artificial, el perturbador rol mesiánico que adjudicamos a los empresarios tecnológicos y la inoperancia de gobiernos y sociedades ante el cambio climático.

Son sólo 7 episodios de intriga muy consistente que están muy bien rodados e interpretados; pero en sus episodios centrales encuentro un desagradable parón. En ellos los guionistas juegan al mismo juego que Agatha Christie estableciera en el clásico "Los diez negritos". Un espacio cerrado y un grupo de personas que debemos ir descartando como sospechosos mientras se suceden los asesinatos. Para mí es la parte menos interesante. Ahora bien la serie vuelve a activarse en los episodios 6 y 7 con el propio matrimonio Ronson en el centro de la intriga. ¿Los crímenes esconden un complot contra el magnate? ¿O un plan secreto de dominación?

Por su parte la investigación que llevan a cabo Darby y Bill profundiza en la relación personal de estos dos jóvenes revelando contradicciones muy contemporáneos. Muchos críticos han subrayado este desarrollo dramático como algo muy novedoso, donde se puede percibir el modo en que se relaciona la generación Z. Yo creo que no es para tanto. En cambio sí me llama la atención la dualidad sorprendente que se establece entre Darby y las mujeres asesinadas. Las mujeres víctimas tienen un rol tradicional, muy diferente del de su vindicadora; aunque éste no tiene por qué ser el de una mujer granítica o robusta. La fortaleza de Darby se cifra en su empatía y una fina inteligencia.



La guionista y actriz Brit Marling se encargado de dejar muy claras sus pretensiones:
“Queríamos entrelazar dos géneros, está el clásico whodunit [quién lo hizo], pero también la historia de los orígenes de Darby, que en realidad es una historia de amor y una road trip, mientras ella y Bill viajan por el oeste de Estados Unidos, dos detectives aficionados lidiando con un caso sin resolver y lo que ocurre con ellos mientras hacen ese viaje juntos. El whodunit hace que la historia de amor en ese viaje en coche sea más tensa, y la historia de amor hace que el misterio sea más emocional y con más peso. Esa especie de polinización cruzada era muy interesante”.







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Brit Marling
y Zal Batmanglij son una actriz y un director que junto a Mike Cahill  (director de I Origins) han compartido tareas de escritura y dirección en diversas películas independientes con gran reconocimiento en el festival de Sundance. Marling y Batmanglij buscaron ampliar horizontes narrativos creando la serie 
‘The OA’, para Netflix; una historia compleja y enrevesada  que fascinó e indignó a partes iguales. Brit Marling se estrenó como protagonista televisiva en la serie “Babylon”,  un original policíaco creado por Danny Boyle.

domingo, 9 de febrero de 2025

Dr. NO - de Percival Everett



Este libro es una parodia o mejor dicho, una cáustica travesura. Con un desparpajo inusitado Everett urde una trama típica de James Bond, con un malvado ególatra y poderoso que quiere apropiarse del mundo. 

El multimillonario John Sill reconoce que quiere convertirse en un villano como los que enfrenta James Bond. Aúna los perfiles del Dr. No y de Goldfinger para conseguir su doble objetivo; por un lado fraguar la tecnología de la "nada", capaz de hacer desaparecer ciudades y áreas enteras (al estilo de Dr. No); y por otro apoderarse de Fort Knox (al estilo de Goldfinger). Aunque no para adueñarse del oro allí guardado sino de una caja de zapatos que contiene... nada. Para conseguirlo contrata al profesor universitario Wala Kitu, un “matemático experto en nada” que anda perdido buscándola. Él será nuestro protagonista y narrador; a través de su voz Percival Everett vuelve a utilizar el absurdo para hacer una brillante crítica de los valores norteamericanos.

Como se ve el argumento es tan fabuloso como inverosímil, pero en las manos prestidigitadoras de Everett esta travesura deviene en sátira que igual apunta a la política que a la cultura popular, al racismo o a la filosofía. Y todo esto mientras desarrolla una novela de acción que sigue el esquema clásico de las aventuras de James Bond. Ahí están las instalaciones secretas y ultratecnológicas del malvado, su cuartel general escondido en una isla, el sicario invencible, el yate de megalujo lleno de hermosas mujeres o la reunión de secuaces en la que Sill expone su plan a la vez que se deshace del típico socio dubitativo mediante la típica escotilla que se abre a sus pies haciéndolo caer en la típica piscina de tiburones. 


Pero no todo es juego. La novela entrega novedades nada inocentes. No es casualidad que los dos personajes principales sean hombres de raza negra. Sill quiere vengarse de América y su idiosincrasia, causantes de su orfandad. Su padre fue asesinado por una versión ficticia de James Earl Ray, asesino de Martin Luther King Jr.; mientras que un jefe de policía blanco mató a su madre. En una escena de prisión que recuerda el enfrentamiento de Ray con el hijo de Luther King, en 1997, Sill se enfrenta al asesino de su padre. 
"—Gracias por tu tiempo —dijo—. Una cosa sí te puedo decir: América lo pagará. Tú me importas un carajo. Sería como enfadarse con una bala.
—Maté a tu padre, chaval.
—Ya lo sé. Pero no te voy a quitar la vida. Tampoco tiene mucho valor. Te voy a quitar tu mundo.
Fue entonces cuando John Sill decidió hacerse villano.
¿Pero cómo convertirse en villano, en enfermedad cultural, en enemigo del sistema? Para contestar esa pregunta, John Milton Bradley Sill acudió a lo que mejor conocía: las películas de James Bond."
Everett lo condimenta todo con elementos de lo más extravagante, como el héroe de la historia que está dentro del espectro autista y habitualmente se desconcierta ante la simple realidad. Además es dueño de un perro con una sola pata, Trigo, con el que tiene diálogos filosóficos mientras duerme. 
"—Levanta una pezuña —le instruí. Levanté yo también la mano vacía— ¿Qué tienes en la pezuña?
—Nada.
—¿Qué tengo en la mano?
—Nada.
Asentí con la cabeza.
—Así pues, se podría decir que tanto mi mano como tu pezuña están llenas de nada. ¿Estás de acuerdo?
Trigo asintió con la cabeza.
—¿Y mi mano es más grande que tu pezuña?
—Sí.
—Por tanto, mi mano contiene más nada que tu pezuña. Si mi mano contiene más, ¿cómo es posible que lo que hay en tu mano sea igual que lo que hay en la mía?
Trigo me mordió."

© Tasia Graham en Financial Times



Kitu anda perdido buscando la nada por lo que se dedica a no hacer nada: "Me he pasado la carrera entera en mi pequeño despacho de George Street, Providence, buscando y contemplando la nada. No la he encontrado. Me parece triste que el simple hecho de adentrarme en el tema que me interesa estropee ya de forma necesaria mi estudio. Trabajo mucho y me gustaría poder decir que no tengo nada que mostrar."

El hecho de que la historia se cuente desde su perspectiva, con su mirada perpleja y singular, le da al relato un aire de extrañamiento muy apropiado. Quizás no sea la mejor novela de Everett, pero seguro que es una de las más divertidas y perspicaces. Tanto los malabares con la "nada" como el personaje de Kitu, mirando al mundo desde su burbuja, son dos asuntos muy potentes. 

"Me llamo Wala Kitu. Wala quiere decir nada en tagalo, aunque no soy filipino. Kitu quiere decir nada en suajili, aunque mis padres no son de Tanzania. Mis padres, matemáticos los dos, sabían que dos negaciones forman una afirmación, de manera que es así como me llamo". Desde el mismo umbral de la narración ya se aprecia que estamos entrando en un verdadero laberinto mental. Así comienza esta novela mordaz e inteligente: 
"Me acuerdo de que soy extremadamente olvidadizo. O eso creo. Creo saber que soy olvidadizo. Me acuerdo de haber olvidado cosas, pero no recuerdo qué cosas, ni tampoco la sensación de olvidarlas. Cuando era niño, mi madre intentaba convencerme de que era olvidadizo diciéndome: «¿Te acuerdas de cuando te olvidaste de tu cumpleaños?». Y creo que le contestaba: «¿Cómo me iba a olvidar de eso?». Pero era una pregunta trampa. Decir que sí habría supuesto admitir que me olvidaba de las cosas, mientras que decir que no habría sido un ejemplo más de olvido. «El cerebro hace lo que puede», le decía. Si nos acordáramos de todo, no habría lenguaje para recordar ni tampoco para olvidar. No habría nada importante. En realidad, nada es importante. La importancia de nada es servir de baremo de lo que es no nada. ¿Es lo mismo decir «nada» que decir «la nada»? A los estudiantes les encanta especular con esas cosas. La realidad es que la nada no existe; la argumentación simplista de esta afirmación es que la observación de la nada requiere a un observador, y por tanto la presencia del espectador niega lo que habría sido una ausencia pura, lo que habría sido en efecto la nada. Si la nada cae en un bosque y no hay nadie para verla, ¿acaso es pura nada? Un argumento mejor, que abarca tanto el simple como todos los demás, es que se puede deletrear nada. Puede que Parménides fuera un desarrapado, pero sabía lo que decía."

Aunque habituales, estas reflexiones paradójicas no estorban el ritmo de la acción ya que el complot en marcha nos lleva en volandas. Wala Kitu viaja a toda velocidad en el jet privado de Sill, recorriendo sus fortalezas en Córcega o en Kentucky, pero sin estar seguro de si es su cómplice, su enemigo o su prisionero. En ocasiones huye, queriendo salirse de la conspiración; pero siempre es devuelto al redil. Un cómplice de Sill le intenta convencer de la virtud de la operación terrorista:
"-Profesor, piénselo de esta manera. Este país siempre nos ha dado nada y siempre nos la dará. Nosotros se lo hemos dado todo. Creo que ya es hora de que le devolvamos la nada. ¿Qué le parece?"
En medio de la aventura y las persecuciones Everett desliza su habitual mirada política, aquí centrada en el racismo sistémico estadounidense, los agravios a las minorías, los prejuicios y los sesgos de la misoginia... pero sin olvidar el toque irónico y ligero. Una de las mejores cosas que hace Everett es normalizar a personajes negros en roles tradicionalmente blancos, como genios científicos o multimillonarios. Así podemos verlos triunfar y tropezar y hasta podemos reírnos de sus sandeces y sarcasmos.... como lo haríamos de cualquier blanco:
"—¿No le molesta que se vaya a ver afectada tanta gente negra, Señor Sill? -preguntó Farnsworth.
—Los sacrificios son inevitables —dijo Sill—. Si todo el dinero que tengo ha ejercido algún efecto en mi, es convertirme en blanco."
La lectura es a la vez ligera, inteligente y divertida. No en balde esta novela fue finalista del premio National Book Critics Award de ficción de 2023 y recibió el premio literario PEN America. Los jueces estimaron que “Es un libro extraño y brillante”. Everett es un estilista del absurdo y la sátira, hace que Kitu nos relate su peripecia con un estilo directo y desenfadado, que recuerda al de un colega que nos refiere una pesadilla. El asunto de la "nada" le permite al autor lanzarnos toda una batería de felices equívocos y fuegos artificiales entorno al concepto de la nada y la imposibilidad de definir su ausencia: 
"Acabo de recibir una beca que espero que no lleve a nada".

A un matemático le preguntan si prefiere tomar un café frío o encontrarse con Dios. Y contesta que prefiere el café frío.
—¿Por qué? —le pregunté.
—Pues porque le han dicho que nada es mejor que conocer a Dios y que el café frío es mejor que nada."
 
 
"Tengo que estar listo para lo que venga, pero sobre todo listo para nada. Si puedo estar ahí y afirmar la nada y por tanto negarla, entonces Sill tendrá la nada, o mejor dicho, no tendrá nada, o por lo menos tendrá menos de lo que tenía de entrada o más de lo que quiere."
-Arte Abstracto de ecuaciones Algebraicas-

Las reflexiones no son hueras, llegan hasta el cuestionamiento del Big Bang, el comentario de ecuaciones de sistemas no lineales e incluso llegan a plantear cuestiones existenciales sobre la nadería en que nos movemos: "No solo me veía incapaz de articular el problema y de representarlo simbólicamente, sino que ni siquiera podía estar seguro de que el problema fuera real y significativo."

Pero no solamente el asunto de la nada es disparatado, la obra atesora una galería de personajes a cual más extravagante. Al lado del impasible Kitu y su perro Trigo tenemos a Eigen Vector (por el complejo concepto algebraico lineal) una introvertida colega profesora de la que Kitu se enamora aunque ella sienta atraída por la aventura y la liberación que supone Sill. Además la trama se complica por la presencia de un agente del gobierno que los persigue, cuyo nombre es Bill Clinton, y la de un sacerdote católico, esbirro de Sill, que es ateo y nihilista y que encima se llama Damien Karras. 

... Y si afinamos nuestra percepción en torno a ese enojado y dinámico multimillonario que se esfuerza por provocar un impacto perdurable en el mundo de una manera grotesca, ¿Quién se nos viene a la mente? Si señores, el joker Kekius Maximus.

La mayor parte de las obras de Percival Everett se pueden catalogar como comedias desenfrenadas, pero este genio transgresor no da puntada sin hilo. Así ocurrió con su anterior novela, Los árboles, 2022, una comedia de ritmo rápido qua apunta directamente al racismo y la violencia policial. En ella narra una venganza con tintes zombis en respuesta a una serie de linchamientos racistas. Como en las películas de Jordan Peele, este autor utiliza lo paranormal para representar la espantosa experiencia afroamericana que regresa fantasmalmente para acechar a la conciencia de los Estados Unidos de América. 






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Percival Everett
nació en Georgia (EE.UU) en 1957. Ha escrito treinta libros. En España se han publicado Dr. No, Cancelado, X, Los Árboles, James, Cuánto azul y No soy Sidney Poitier. Pertenece a esa clase de autores no comerciales, muy valorado por la crítica por su originalidad y su voz satírica.
Vive en Los Ángeles y es Catedrático en la University of Southern California. Ha ganado el premio Pen Club de Estados Unidos y el de la Academia Americana de las Artes y las Letras entre otros muchos.

miércoles, 5 de febrero de 2025

LA LOTERÍA - de Miles Hyman




"La lotería" es un famoso relato de Shirley Jackson que fue publicado en 1948, pero que aun hoy en día sigue siendo relevante y perturbador. En él se nos narra la extraña tradición de un pueblo que todos los 27 de Junio reúne a sus habitantes para celebrar una lotería. Aparentemente es una celebración más de las que pautan cada año, como la fiesta de la vendimia o el Halloween, pero una vez conocido el ganador, el premio nos dejará helados.

Miles Hyman (1962) es un ilustrador y autor de cómics especializado en adaptaciones literarias -como ha hecho con La Dalia Negra de J. Ellroy o La vida secreta de los escritores de G. Musso-; pero además coincide que es nieto de Shirley Jackson. Por eso le ha costado más de treinta años afrontar la adaptación gráfica del pasmoso relato de su abuela.

Lo que nos aterra de esta historia es la indiferencia y normalidad social -casi jovialidad- con que los vecinos de este pueblo ejecutan un concurso de consecuencias trágicas. Todos aceptan el día de la Lotería como algo cotidiano. En una viñeta vemos a los parroquianos llegar a la plaza y saludarse cordialmente mientras "vigilaban a sus hijos y hablaban de la siembra y de la lluvia, de tractores y de impuestos". En otra un vecino comenta que lleva siete décadas participando en la Lotería y en otra una mujer comenta lo rápido que pasa el tiempo de un año a otro.



Se trata de una tradición y las tradiciones están para respetarlas parece subrayarse. Este día 27 ha aparecido soleado, acaban de terminar las clases y los niños juegan en las calles amontando piedras, los granjeros acuden desde sus campos y las amas de casa desde sus hogares. La tradición está tan asentada que incluso se refleja en un refrán: "Cuando en junio la lotería yo el trigo recogería". La Lotería es pues inamovible; como las estaciones o las cosechas sucede cada año.

Los jóvenes y sus ganas de cambios o la modernidad no tienen sentido en este engranaje que une férreamente a los habitantes del pueblo. Alguno desliza un rumor que enseguida es desestimado:
"-Dicen que en un pueblo del norte están hablando para suprimir la lotería.
-Vaya panda de cretinos...Cuando oyes hablar a los jóvenes, nada es lo bastante bueno para ellos."
Tanto el relato de Shirley Jackson (lo puedes leer aquí) como esta adaptación nos invitan a una ceremonia comunal que inopinadamente se desliza hacia la barbarie, mientras los lectores miramos de reojo a esa caja que esconde una papeleta con un círculo negro. El misterio del premio nos mantiene en vilo el corazón.

Como muchas de las obras de Shirley Jackson el comienzo es casi insignificante mientras nos introduce en la vida cotidiana e inocente de esta comunidad. Hyman aprovecha esta presentación para enlazar unas primeras páginas sin texto alguno. Sólo vemos a personas en su quehacer diario hasta que, de pronto, como si sonasen las campanas llamando al Angelus, vemos a todo el mundo abandonar sus tareas y dirigirse a la plaza del pueblo. Las viñetas son estáticas y realistas, con trazo fuerte y sombras duras. Parecen fotografías antiguas sobre cómo se vivía en este pueblo.

Hyman tiene un estilo clásico y rotundo. Parece más un ilustrador que un historietista, por eso esta narración le viene como anillo al dedo. Estamos ante una narración puramente visual. Cada viñeta es como un estampa con una composición y un colorido únicos que acentúan la frialdad y el distanciamiento que percibimos en el relato. Es como que sospecháramos que nos acercamos a un abismo.



La novela gráfica tiene la virtud de mantener el timing de la historia original. Todo es normal, las conversaciones y las expresiones de los rostros son neutrales. Todo es amable hasta que se conoce el ganador de la Lotería. Es entonces cuando un huracán nos golpea. No nos explicamos lo que ocurre y la actitud complaciente de toda la población nos deja sin respuestas a los interrogantes que palpitan en nuestro interior.

Leyendo este estupendo volumen sobre una ceremonia a la postre horrenda he recordado la película de Ari Aster, Midsommar; cuyos rituales sangrientos sobrecogen a los joviales visitantes. La inocencia escalofriante con que los llevan a cabo desgrana asuntos como el origen bárbaro de los rituales, la conformidad social, la sacralidad de las tradiciones o la permisividad con las atrocidades. En este sentido también me ha recordado al concepto de la banalidad del mal de Hannah Arendt. Recordemos que esta filósofa, en su ensayo sobre el juicio a Eichman en Jerusalén, se planteó una pregunta que la tenía extrañada: ¿por qué Eichman no parecía un malvado, sino una persona normal, cuando había sido plenamente consciente de haber contribuido al horror del holocausto? Como las personas que participan en la Lotería, Eichman se consideraba "un buen ciudadano".







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Edición polaca de ´La Lotería´
´La Lotería´ es un cuento publicado en la revista The New Yorker el 26 de junio de 1948 y hoy su fama es universal; pero su publicación produjo un auténtico terremoto. Los lectores enviaron cartas enojadas a la redacción durante todo el verano y muchos incluso cancelaron sus suscripciones en protesta por una historia que parecía distorsionar los "buenos" valores estadounidenses. Hubo gente que creyó que el relato hablaba de una ciudad real, porque en la década de 1940 era común que la gente se reuniera en centros rurales de todo Estados Unidos para participar en loterías con premios en efectivo, con los que los ayuntamientos pretendían estimular el comercio local. 
Recordemos también que era la época de la caza de brujas impulsada por el senador McCarthy, cuando se perseguía ferozmente la disidencia política y la delación era una moneda común entre amigos y familiares.  

En una entrevista en DarkBlog el propio Miles Hyman comentó por qué el cuento de su abuela sigue vigente:
"Se publicó aproximadamente entre el final de la Segunda Guerra Mundial y cuando toda la locura anticomunista empezó a afianzarse en los Estados Unidos. Es una obra que comenta el pasado reciente, pero también predice lo que está por suceder en la cultura norteamericana. Sigue siendo completamente relevante e importante, yo diría incluso esencial, hablar de algo todavía presente en nuestras sociedades. Cuando escribí el libro, se publicó después de las elecciones presidenciales de 2016. Mucha gente me preguntó si era una alegoría sobre las elecciones y las emociones que despertaron en la cultura estadounidense. No lo fue. Pero entiendo por qué esta historia sigue siendo una obra importante, año tras año: porque nos lleva a algo muy incómodo sobre la naturaleza humana. Y nos muestra de una manera implacable, casi despiadada, lo fácil que es para personas que se consideran normales, correctas, ceder de repente ante algo inhumano, violento y que probablemente va en contra de la mayoría de sus principios."



* Miles Hyman nació en Vermont, pero vive en París. Asistió a la Wesleyan University, donde estudió Literatura, así como Grabado con David Schorr, antes de mudarse a París para asistir a la École des Beaux-Arts. Sus ilustraciones aparecen regularmente en la prensa francesa y estadounidense. Su obra ha estado expuesta en galerías de todo el mundo. Ha ilustrado numerosas obras para diversas editoriales y cientos de portadas de libros, así como decorados para películas. Ha colaborado con Le Monde, GQ, Libération, The New Yorker o The New York Times.
 Puedes aprender más sobre la obra de Miles Hyman visitándole en su página web: www.mileshyman.com; o en: www.facebook.com/mileshyman.visualarts. También puedes aprender más sobre la creación de este libro en la siguiente página de Facebook: www.facebook.com/thelotterygraphicnovel.