miércoles, 29 de mayo de 2024

ALL EYES ON RAFAH

 


La guerra entre Israel y Hamás se está llevando por delante la credibilidad de los gobiernos del mundo, así como las instituciones y la legalidad internacional.  Cualquier persona decente estará horrorizada por los vídeos virales de estos últimos días en los que se ven tiendas de refugiados palestinos con personas quemadas dentro. Muchas de ellas niños. 

ESTO   ES   UNA   VERGÜENZA   PARA  TODO
EL   MUNDO   Y   HAY    QUE    PARARLO   YA

El pasado día 24 de mayo, la Corte Internacional de Justicia, máximo tribunal de las Naciones Unidas, ordenó a Israel el cese "inmediato" de sus operaciones militares en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. Tras cerca de nueve meses de guerra en los que la población gazatí ha sufrido cerco por hambre y ataques indiscriminados, la cifra de fallecidos palestinos supera ya las 35.000 personas. 

Israel ha hecho caso omiso del requerimiento de la CIJ. Con una infamia vesánica ha continuado lanzando ataques contra los refugiados en Rafah.

Sin ir más lejos este mismo domingo 25 de mayo el ejército israelí atacó un campamento de palestinos en Rafah causando 45 muertos, más de la mitad de ellos mujeres y niños, además de 200 heridos.

La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, en inglés) calcula que cerca de un millón de personas han huido ya de Rafah ante la ofensiva israelí. “Esto ha ocurrido sin ningún lugar seguro al que ir y en medio de bombardeos, falta de alimentos y agua, montones de residuos y condiciones de vida inadecuadas”, ha denunciado la organización.

Israel está masacrando a los palestinos.
Y lo peor de todo es que lo está haciendo con el apoyo moral y armamentístico de Estados Unidos, cuyo veto permite a Israel cometer todo tipo de atrocidades que escandalizan al mundo entero.



La Unión Europea tampoco está haciendo mucho. Se apresuró a imponer sanciones a Rusia por incumplir la sentencia de la Corte Internacional de Justicia que ordenaba a Rusia suspender con carácter inmediato sus operaciones militares en Ucrania; pero en el caso de Israel sólo tienen dudas y silencios. La valiente postura del Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, exigiendo el alto el fuego tanto a Israel como a Hamás, parece demasiado solitaria.

La Corte Penal Internacional ha cursado orden de arresto contra Netanyahu, su ministro de Defensa y 3 líderes de Hamás.

El fiscal de la Corte Penal Internacional ha pedido que se dicten órdenes de detención contra el líder de Israel, Benjamín Netanyahu, su ministro de defensa, Yoav Gallant, y los líderes de Hamás Yahya Sinwar, Mohammed Diab Ibrahim Al-Masri (Deif) e Ismail Haniyeh por presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad relacionados con la guerra de Gaza.

El fiscal de la Corte, Karim Khan afirmó que existen motivos razonables para creer que Netanyahu y Gallant son responsables de otros crímenes y delitos de lesa humanidad «cometidos en el territorio del Estado de Palestina». Entre ellos figuran «la inanición de civiles como método de guerra como crimen de guerra (...) dirigir intencionadamente ataques contra una población civil (y) el exterminio o asesinato».


Esta guerra aniquiladora se inició el pasado 7 de Octubre cuando Hamás dirigió distintos ataques contra Israel que dejaron 1.250 muertos y más de 250 personas capturadas como rehenes. Desde entonces, según las autoridades sanitarias de Gaza, al menos 35.300 gazatíes han muerto y más de 79.260 han resultado heridos por los bombardeos israelíes.


Todo el mundo occidental apoyó el derecho de Israel a defenderse.
Pero la guerra sólo ha añadido víctimas y un odio visceral muto que hace desear la aniquilación total del enemigo.
Sin embargo
ni Hamás podrá conseguir hacer desaparecer del mapa a Israel,
ni Israel podrá asesinar a todos los palestinos que, en mayor o menor medida, considera miembros de Hamás.

Hamás son unos terroristas y criminales.
Netanyahu y Gallant son unos criminales de guerra.
A todos ellos hay que detenerlos y juzgarlos.

La relatora de la ONU para los Derechos Humanos ha afirmado esta semana que considera que hay "motivos razonables" para creer que se ha alcanzado el umbral que indica la comisión del delito de genocidio contra los palestinos como grupo en Gaza. Francesca Albanese afirmó que negar la realidad y mantener la impunidad y el excepcionalismo de Israel ya no es viable.

“Cuando la intención genocida es tan conspicua, tan ostentosa, como lo es en Gaza, no podemos apartar la vista, debemos hacer frente al genocidio; debemos prevenirlo y debemos castigarlo”. 

martes, 28 de mayo de 2024

FALLOUT - de Geneva Robertson-Dworet y Graham Wagner


He de decir de entrada que nunca he jugado al videojuego Fallout que inspira esta serie.  También que en Filmaffinity la serie tiene un potente 7,5 que en IMDd asciende a un todavía mejor 8.5.

Todo esto viene a cuento de que acabo de ver la serie completa junto a dos jóvenes amigos que sí han jugado y que se han mostrado muy satisfechos con la serie. Uno me dijo: "Es una maravilla porque es el videojuego hecho película".

Pues bien. Debe ser eso. Que yo no he jugado al videojuego.
Porque esta exitosa serie a mí me ha parecido floja y hasta tontorrona. Como serie.

Recapitulemos.
La serie se inspira en el videojuego de una aclamada saga de rol y acción que transcurre en un mundo postapocalíptico en el que tienes que explorar, luchar y tomar decisiones contra todo tipo de amenazas en forma de personajes excéntricos, facciones agresivas y entornos donde abundan los misterios. Básicamente se trata de un juego de supervivencia en un mundo postapocalíptico.
Y así es en la serie.

El Ghoul y su perro

Estamos 200 años después del cataclismo nuclear que asoló la Tierra. La sociedad se ha derrumbado y nos encontramos con diferentes protagonistas que han de buscarse la vida en este mundo yermo y asilvestrado.

La principal es Lucy MacLean (Ella Purnell) muchacha encantadora y superpositiva que vive en el refugio 33, allí donde lograron refugiarse los más pudientes antes el cataclismo nuclear. En estos refugios se vive con la esperanza de que se limpie la superficie para poder volver a instaurar una sociedad civilizada. Pero todo se tuerce cuando los salvajes del exterior logran penetrar en el refugio y matar a un buen puñado de gente, llevándose secuestrado al líder y padre de Lucy. Ella se impone la misión de rescatarlo y por eso sale al mundo exterior.

En paralelo se nos presenta al Ghoul (el necrófago), una persona medio zombi que vivió antes del cataclismo nuclear y que aún permanece viva. A través de sus recuerdos nos asomaremos a aquella Norteamérica colorista  y feliz de los años 50 donde imperaba el odio al comunismo, el miedo a la bomba nuclear y al fin del mundo. De ahí que el gobierno cediera los derechos de construcción de refugios antinucleares a la corporación Vault-tec. Para que pudiera ofrecer un futuro digno a todo americano de bien.

El caballero Titus con su escudero

El tercer hilo narrativo proviene de la Hermandad del Acero. Una cofradía de monjes-soldados que disponen de un puñado de caballeros (así son llamados) que se introducen en armaduras robóticas para intentar hacer el bien en un mundo despiadado.

Los tres se encontrarán en el camino o lo que es lo mismo, en el Yermo, un lugar desértico con aldeas y granjas calcinadas donde los humanos malviven como ratas. El objeto que persiguen los tres es un científico escapado de las instalaciones gubernamentales con el secreto más grande del mundo. 

Pues bien, todo me parece un refrito de poca entidad y con situaciones bastante arbitrarias. El poblado al que llegan los tres es el Vertedero, que no es más que una aldeúcha repleta de detritus y chatarra de las que hemos visto unas cuantas docenas en películas de serie B. Allí tiene lugar la primera pelea entre el caballero Titus y el Ghoul... que resulta un tanto patética. La poderosa armadura del caballero no le sirve de mucho y sus puñetazos al aire parecen un baile infantil. Acaba humillado como si fuese un Geyperman barato. 

Por su parte el refugio 33 parece el paraíso de la felicidad. Todo el mundo sonríe sin parar y se llevan entre sí superestupendamente. Hasta los adultos se comportan como niños cándidos e inocentes. Son tan tontuelos y superpositivos que dan arcadas.  Esta ciencia ficción de andar por casa se mezcla luego con la fantasía de El Ghoul; una especie de cazarrecompensas que va por libre. Finalmente el muchacho de la Hermandad del Acero es blando y cobarde; además de carecer de cualquier carisma. Parece el conserje que ha pasado por ahí. 
  

Lucy es tan inocente porque ha estado siempre superprotegida en un entorno controlado. Se supone que saliendo al exterior se endurecerá. Pues no. Es tontuela y superpositiva como un dibujo infantil. La propia web de Prime la describe de esta forma tan pastelosa: "Forma parte de la Asociación de Jóvenes Fontaneros, del club de gimnasia y del equipo C de esgrima y practica educación física de nivel intermedio y tiro al blanco. Su gran pasión es enseñar historia de los Estados Unidos con un enfoque ético. En su tiempo libre le gusta ver películas con su padre, la jardinería (actividad que también hace con su padre) y el club de lectura familiar (de nuevo, con su padre). Es alegre y sorprendentemente directa y se caracteriza por su espíritu resolutivo americano." Pues eso.

La serie tiene trazos de western para que todo parezca más rudo. Por el aspecto desolado del paisaje y por imperar la ley del más fuerte. El mismo Ghoul viste y dispara como un cazarrecompensas y sin duda es el personaje más interesante. Un tipo amargado que sobrevive tomándose un brebaje y no deja de recordar sus tiempos de humano 200 años atrás. A la postre allí encontraremos la clave de todo lo que está pasando. La misteriosa poción que bebe sirve para todo, para evitar que se convierta en un monstruoso zombie; pero también para administrárselo a alguien herido o muerto, el cual renacerá completamente sano. Guau. Uno de esos médicos/charlatanes también sacados del western se lo administra a un escudero herido y logra recomponerle un montón de huesos rotos. Mientras que el Ghoul también se lo administra a un perro muerto logrando revivirlo completamente sano. Creo que la idea de un charlatán vendiendo botellines de poción mágica es supercorrecta.



Hay varias líneas de suspense que están resueltas de forma sólo regular. Una es que todos los líderes que se han venido eligiendo en el refugio 33 resulta que provenían de intercambios con el refugio 31: ¿Por qué esto es así y que esconde el refugio 31 en el que nadie ha llegado a penetrar? Como la serie ha venido dando bandazos entre el drama y la acción sin despegar mucho, en  ningún momento ha abierto el camino hacia lo cómico o grotesco, que en donde el misterio del refugio 31 hubiese encajado perfectamente (¡Ay!, aquellas cortinas que escondían al mago de Oz). De modo que cuando el misterio se resuelve no es más que una tontuna más.

Tanto Lucy como el escudero de la Hermandad del Acero son personajes antihéroes y anticlimáticos. Sosos.
Lo más interesante lo encuentro en los flashbacks que nos lanza El Ghoul de aquellos años previos al cataclismo; puesto que de aquellos polvos vienen estos lodos. Como dice un personaje, el gobierno privatizó el miedo al fin del mundo en una era nuclear. La corporación Vault-Tec recibió el encargo del gobierno para construir refugios antinucleares. Un monopolio de postín con grandes posibilidades para sacarle rendimiento. Pero se encontraron con un problema. Si hubiese acuerdos de paz todo el tinglado se vendría abajo y la enorme inversión se iría por el vertedero. ¿Qué solución encontraron los directivos de Vault-Tec para asegurarse el dividendo? (Te reto a que lo aciertes, je,je).

Sarita Catherine Louise Choudhury, como Lee Moldaver

Cuando en el capitulo final Lucy encuentra a su padre, ¡encarcelado en una jaula como un loro! al lado de la mesa de la malvada lideresa exterior, ésta le explicará la verdad y Lucy recibirá el sopapo de realidad que llevaba 10 capítulos buscando. Lee Moldaver, alias la Madre de las Llamas, es la líder de la resistencia contra la gente de Vault-tec. Fue ella la que dirigió el ataque al refugio 31 y fue quien captó en el pasado a la persona que acabó siendo El Ghoul. Ella será quien explique a todos (incluidos nosotros espectadores) que aunque parezca que la gente de los refugios es la decente y los rebeldes del exterior los villanos, puede que sea todo alrevés.

También les explica un concepto socioeconómico básico que, actualmente, mucha gente está olvidando: las empresas y corporaciones sólo buscan ganar dinero y cuanto más mejor. Si privatizas la sanidad, la prioridad de esa empresa sanitaria no va a ser tu salud, sino ganar más dinero. Si privatizas la guerra, la prioridad de esa empresa no va a ser ganar la guerra sino hacerla más onerosa, para mantener activo el flujo de pasta. 

Según estoy escribiendo esto me doy cuenta de que quizás por aquí hay una línea del relato que resulte más fiera y atractiva de cara a posteriores temporadas.


En resumen si la comparo con una estupenda serie postapocalíptica reciente como Silo, la distancia es sideral. En Fallout las ideas son poco originales, los efectos cantan que no veas (ese pez gigante o el oso que ataca al caballereo Titus son bochornosos), la acción es escasa y poco brillante, el entorno está muy visto y los personajes tienen el grosor de un papel de fumar... 
Aunque supongo que para los verdaderos forofos del juego, este universo brilla como una centella.

sábado, 25 de mayo de 2024

CIVIL WAR - de Alex Garland

2024

Al poco del estreno de esta película leí en algún medio que les parecía un acto de irresponsabilidad hacer una película con esta temática tal y como está el patio. 
A mí me parece lo contrario. 
Llevar la situación al extremo para poder ver a dónde nos dirigimos si no cambiamos el chip me parece sano y revelador. Los tiempos están chungos y hay que decirlo. El asalto al Congreso de EEUU no es una entelequia, ya se produjo recientemente. Y también hemos visto a civiles portando armamento de guerra para enfrentarse a personas que se están manifestando. Incluso en Europa se están produciendo asaltos a políticos. Peligroso y lamentable.

Aunque hay que decir con rotundidad que la película no va de enfrentamientos políticos. Incluso recibió críticas por evitar cualquier sesgo partidista y no identificar a las ideologías enfrentadas en esta guerra civil. La película sólo juega con los miedos que provocó la insurrección de aquel 6 de enero y sin intromisiones políticas nos sumerge en la brutalidad de un conflicto armado moderno. 
Esa es su esencia. 

Podría ser una de tantas contiendas de las que venimos viendo en los telediarios desde hace decenios, como Vietnam, Líbano o Afganistán. O incluso de ahora mismo cuando están activos conflictos armados a gran escala en Ucrania, franja de Gaza, Burkina Faso, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria y Siria.


La baza que juega la película es que esta guerra civil -salvaje y cruenta- tiene lugar en suelo estadounidense. Eso es lo morboso y terrible. Que lo que siempre se ha visto lejano y producto de sociedades poco articuladas o civilizadas, ahora se produce en suelo norteamericano. La periodista que encarna maravillosamente Kristen Dunst es ya muy veterana como para enfrentarse ahora con esto. En un momento dado reflexiona: "Cuando estaba en un conflicto, cada foto que enviaba a casa era como una advertencia. No hagáis esto... Y aquí estamos". La cinta que escribe y dirige Alex Garland simplemente nos demuestra que el derrumbe de una sociedad puede estar al girar la esquina y, además, que la guerra es igual de absurda y ciega tanto a diez mil kilómetros como en tu propia casa. O quizá más.

La película empieza con el presidente ensayando el tono que quiere dar a sus palabras en su próximo discurso televisado. Dice que la derrota de los "secesionistas" es inminente y repite elevando el énfasis: "Algunos ya la llaman la mayor victoria en la historia de la Humanidad". Tardamos pocos minutos en enterarnos de que esto no es más que otra fake news, un pequeño indicio de la típica retórica trumpiana.  Los "secesionistas" son las Fuerzas Occidentales (Western Force) y la Alizanza de Florida (Florida Alliance) que se han rebelado ante un poder alevoso. La neutralidad política de la que hace gala la cinta hace que esas Fuerzas Occidentales estén integradas por los estados de California (tradicionalmente demócrata) y Texas (tradicionalmente republicano). 

Lo que sigue a esta verborrea presidencial es un baño de realidad en su máxima expresión. Primero porque los rebeldes han ido avanzando desde el sur y ya están a las puertas de Washington, dispuestos a derrocar al presidente. Es entonces cuando un pequeño grupo de periodistas se plantea ir desde Nueva York a la Casa Blanca para hacerle una última entrevista. Y segundo porque junto a los periodistas vamos a vivir la refriega en primerísima línea de fuego, acompañando a los pelotones en sus asaltos y sintiendo la adrenalina y el espanto en carne propia. 
A esto me refiero con inmersiva. 
Los periodistas y la cámara (con nosotros los espectadores), avanzan muy pegados a los soldados en sus acciones y el magistral diseño de sonido hace el resto. Los disparos a bocajarro y las explosiones logran estremecerte en la butaca. Te sientes intimidado. 



La película sigue a un grupo de periodistas encabezados por los veteranos Lee Smith (Kirsten Dunst) y Joel (Wagner Moura) que recorren el frente de combate entre Nueva York y Washington. Se les ha unido la novata Jessie (Cailee Spaeny) y juntos pretenden documentar la caída de la Casa Blanca e intentar conseguir una última entrevista con el presidente.

El contexto sociopolítico está perfilado en dos brochazos. Estamos en 2077, escasea el agua y hay campos de refugiados. El presidente está en su tercer mandato (en EEUU sólo pueden aspirar a dos), ha disuelto el FBI y ha autorizado el ataque contra civiles con aviones no tripulados. Pero todo esto lo conocemos sólo por referencias. La película se centra en ofrecer un dantesco espectáculo de guerra y en el trabajo de los periodistas para documentarlo: escuadrones de la muerte, fosas comunes, ciudades incendiadas, ataques suicidas contra multitudes que esperan su ración de agua...

Garland mantiene un perfecto equilibrio entre los dos niveles narrativos, el del colapso social y el más íntimo, donde la protagonista muestra su fragilidad. Quizás la mirada amarga de Lee es el mejor resumen de esta incendiaria película. Todo esto se podía haber evitado.


La estructura itinerante del relato permite al director mostrar distintos episodios a cual más perturbador. Destacaré dos.

En un momento dado los periodistas llegan a un pueblo donde están desperdigados los restos de una feria navideña en medio del verano. El paisaje es un disparate y en ese momento reciben el disparo de un francotirador desde una casa cercana. Todo parece irreal. Al protegerse detrás de un camión encuentran allí a una pareja de francotiradores a los que preguntan de qué bando son. La respuesta refleja todo el absurdo y la brutal simpleza de la guerra: "Hay un tío en esa casa que quiere matarnos y nosotros queremos matarlo a él".

La otra escena es ya muy conocida. Los periodistas se cruzan con unos milicianos de los muchos que hay por los pueblos haciendo la guerra por su cuenta. Tienen abierta una fosa común donde están echando cadáveres. Su líder (un siniestro Jesse Plemons) lleva unas gafas de sol de color rojo brillante y con el fusil entre las manos pregunta a cada uno de ellos: "¿Qué clase de estadounidense eres?". Para disparar a bocajarro si no has nacido en la tierra del sueño americano. La escena es espeluznante y creo que su elevadísima graduación de patriotería y xenofobia tiene ecos de hoy mismo en muchas partes.
 




Cifro la fuerte tensión que se respira en la película en dos asuntos. Mostrar los horrores de la guerra de una forma contundente y homenajear a los reporteros de guerra. El cine tiene un gran historial con ellos. Sin sus documentos estaríamos ciegos ante la maquinación política y la barbarie. Tras su primera experiencia con un hombre a punto de asesinar a dos cautivos ya torturados, Jessie se cuestiona lo que están haciendo y Lee le recuerda que su trabajo no es hacerse preguntas o involucrarse: "Tomamos fotografías para que otros puedan hacerse esas preguntas". Y ahí entramos nosotros, los espectadores.

Porque Civil War funciona como un buen reportaje periodístico. las fotografías en blanco y negro que se congelan mientras las está haciendo Jeesi nos recuerdan a las ya vistas de Bosnia, Libia o Gaza. Así que nos muestra el horror para luego dejarnos sacar nuestras propias conclusiones.

También hay un homenaje implícito en el nombre de la protagonista. Lee Smith es un claro homenaje a la famosa reportera Lee Miller, que dejó de ser modelo en N. York y artista en París para acompañar a las tropas aliadas en la segunda Guerra Mundial. Fue la primera fotoperiodista en entrar junto a los soldados en el campo de exterminio de Dachau  y enviar sus fotos a la revista Vogue. Lo que vio la impresionó de tal modo que añadió una nota: "Os ruego que me creáis. Esto es cierto". 

Aunque también aparece plasmada esa zona moral de color grisáceo en la que a veces se mueve los periodistas de guerra. Joel llega a reconocer que asistir a los combates se la pone dura; aunque la escena más sobrecogedora le muestra bromeando con un soldado mientras tras él fusilan directamente a varios rehenes y Jessie los fotografía. Garland introduce innumerables contrastes en su película y sobre estas imágenes monta la alegre canción de De La Soul, "Say No Go": para ilustrar la desconexión emocional del grupo ante el asesinato.


'Civil War' es una experiencia cinematográfica muy convincente que, además, te reconcilia con las salas de cine. No creo que se aprecie igual en otros formatos, sea tv o tablet. En la sala se percibe nítidamente que la acción es emocionante, las imágenes poderosas, el sonido apabullante y la música genial, ejerciendo un comentario irónico. 

Garland nos envía esta cinta como Lee Smith enviaba sus fotografías, como una advertencia de lo espeluznante que es la guerra y los demonios que libera.  







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Alex Garland es el guionista de 28 días después o Nunca me abandones. Ha dirigido y guionizado las películas Ex-machina, Aniquilación y la hipnótica serie de ciencia ficción Devs.

lunes, 20 de mayo de 2024

EL BENDITO ARTE de ROBAR - de Christopher Brookmyre


Esta novela sobre robos es de lo más ingeniosa y lenguaraz. Como lectores caemos rendidos ante la increíble gama de trucos de magia que realiza el ladrón más culto del mundo, hijo de un mago fracasado de Las Vegas. Los magos se suelen aprovechar de nuestra propia inclinación al engaño y así lo hacen tanto el protagonista con sus adversarios como el autor del libro con sus lectores. Nos muestran sus cartas marcadas mientras despliegan ante nosotros un auténtico complot.

Zal Innez es un diabólico ladrón y amante del arte que además aprendió el oficio de mago de su padre. Ahora está siendo chantajeado por un poderoso capo para que cometa un robo de arte de gran envergadura. A modo de entrenamiento, Innez y su banda atracan un pequeño banco de Glasgow utilizando métodos tan poco ortodoxos como disparar polvos pica-pica, amenazar con pistolas falsas o dibujar obras de arte para tranquilizar a sus rehenes. 
"-Bueno, si necesitas las dos manos para rascarte, y no puedes ver nada porque te lloran los ojos, no disparas muy bien ¿verdad?"

Durante este delirante asalto, Zal conoce a la detective Angelique de Xavia estableciéndose entre ambos una fuerte atracción que ineludiblemente estará sembrada de trampas y medias verdades; "sólo porque sea un ladrón de bancos no significa que sea el malo" le espeta Zal. Con los dos advertidos, el siguiente acto del robo en la galería de arte se convertirá en un retorcido juego del gato y el ratón en el que cada uno de los dos cree saber más que su contrario. 
—No quiero dar a entender que puedo ser más lista que él; me volvería loca intentándolo. Pero sé esto: no nos está pidiendo que miremos hacia otro lado. Sabe que no podemos hacer eso.
—Cierto. Si este tipo está planeando otro atraco en mi terreno, créeme que voy a poner todas las barreras para impedirlo. Y estaré esperando que tú hagas lo mismo, incluso si, como sospecho, tienes cierta debilidad por él.
—Daré lo mejor de mí, señor. No sé trabajar de ninguna otra manera. Pero si me perdona, me siento obligada a infectarle con el pequeño virus que soltó en mi cabeza.
—¿Y cuál es?
—Le dije que, con Parnell o sin Parnell, no teníamos otra alternativa que hacer todo lo posible para detenerlo. Me preguntó que cómo sabía que no era con eso con lo que él contaba."



Resulta de lo más acertada la cita de Oscar Wilde que encabeza el capítulo I: "Dale a un hombre una máscara y dirá la verdad". Lo que pasa es que no sabemos cuándo Zal tiene puesta la suya y cuándo no. El libro está especialmente lleno de desorientaciones, engaños y referencias culturales. Los atracadores al banco portan máscaras de payasos y se presentan así: "mi nombre es señor Jarry y mis colegas son el señor Dalí, a su lado el señor Chagall, detrás del mostrador el señor Ionesco." Para mostrar después una educación exquisita invitando a damas, niños, ancianos y enfermos a abandonar la "atracción" mientras inician una larga espera entreteniendo a los rehenes con canciones y recreando obras de arte en las ventanas a la vez que les preguntan para ver quién lo acierta primero. 

El dominio narrativo de este circo de tres pistas es espectacular. Brookmyre hace que todo sea muy fácil a pesar de montar un juego de lo más enrevesado. La puesta en escena es sumamente inteligente. La novela se abre con un rijoso sicario del mismo capo que atenaza a Zal para mostrarnos paralelamente que el cártel está viviendo cambios. Luego el atraco al banco está narrado desde distintos puntos de vista como el de una sus trabajadoras o el de un músico callejero; para finalmente entrar en escena, por todo lo alto, los protagonistas: Zal y Angelique. Su relación siempre es equívoca y revela un juego de alta ironía.
    "—Tengo la impresión de que no ha sido tu día hasta ahora dijo Jarry con una voz de repente más suave.
    —En eso tienes razón dijo ella, sorbiendo una gota de líquido que afirmaría y juraría ante el más alto tribunal del país que era mucosidad.
    —Quién sabe, a lo mejor todavía hay tiempo para arreglarlo.
    —Hay que recuperar un gran déficit, créeme.
    —¿Cómo de grande?
    —¿Te refieres a más allá de ser arrastrada a trabajar en mi día libre, de entrar haciendo rápel en un banco con rehenes, de ser tomada prisionera por atracadores de banco situacionistas, de que me golpee con un arma tu psicópata impuesto por los sindicatos y de que se burle de mí un listillo con máscara de payaso armado con una pistola de la policía que yo he traído aquí?
    —Sí dijo riendo . Eso son cosas de poca monta. ¿Qué más te pasa?
    "Tú lo has pedido".
    —Cumplo treinta hoy.
    —Mierda. Eso tiene que doler."
Angelique es una agente de la Unidad Especial de Respuesta Armada que salvó al Reino Unido de tener su propio 11S terrorista; aunque lo más amable que recibió fue que "una acción disciplinaria sería inapropiada". Impidió una masacre aniquilando a los terroristas que pretendían volar un enorme proyecto hidroeléctrico; pero se saltó el protocolo. Actúa siempre con criterio propio y por eso le han sacado del estadio de fútbol donde estaba viendo a sus adorados Rangers, para enfrentarla a estos saltimbanquis. Aunque la verdad es que después del fiasco del atentado se siente vulnerable: ese mismo día cumple 30 años y sigue sola mientras recuerda que "ha matado a más hombres que con los que se ha acostado". 

Tampoco la historia de Zal Innez es floja, saltando de ciudad en ciudad siguiendo a su padre mago. Zal es muy culto y un apasionado del arte. Junto a unos amigos acabó formando el Colectivo de Artistas Fracasados especializado en robar los cuadros de los ricachones. 
"Has de comprender que estamos hablando de Nueva York y de la gente del arte: la gente más presuntuosa, hueca y moderna del mundo. Se volvió cool haber sido robado por nosotros.
-Estás de broma.
-No, no. De repente, no eras nadie a menos que te hubiera desvalijado el CAF."
Así es como llamó la atención del capo que ahora le extorsiona para que haga este trabajo. Zal es inteligente y sagaz como un zorro; un ladrón que siempre juega con lo inesperado y que sabe que su jefe le tiene guardada un jugarreta. Por eso realiza el robo del banco e implica a la policía, ofreciéndoles la posibilidad de detener a un pez gordo. Un complot de lo más erizado. El lector, como la policía, estará siempre a dos velas, cinco pasos por detrás. No podrás dejarlo.


Brookmyre no es el típico escritor de novela negra. Sus obras están repletas de humor negro, sátira social y caracterizaciones maravillosas. En El Bendito Arte de Robar no falta nada de ello: la religión del fútbol, la veleidad del arte, el techo de cristal de Angelique por ser mujer y asiático-escocesa, las soflamas ultraliberales y una prosa cincelada por una inteligencia subversiva.

La acción es ingeniosa y atractiva, pero no lo son menos sus variopintos personajes. Como esos dos rehenes en el banco que a pesar de estar maniatados son capaces de enzarzarse a patadas llevados por su forofismo por los Celtics y los Rangers. 
"-Somos un club irlandés que resulta que juega en una liga escocesa. y lo que para unos es un terrorista para otros es un luchador por la libertad. Si quieres hablar de un club que promueve el sectarismo, no somos nosotros los que no hemos fichado a un católico en cien años."
Pero los que tienen más presencia son el sicario filósofo y un periodista que tras su momento de gloria escribiendo los discursos de un político de éxito no está dispuesto a penar y se mete en una facción terrorista. Sus testimonios nos sumergirán en las cloacas del ser humano cuando el primero nos endilga su teoría económica de la mamada y el segundo nos vomita su bazofia de racismo y xenofobia. Esa es otra de las características de Brookmyre, sus peroratas y "despotricamientos" sobre temas tan diversos como el racismo, el nacionalismo, la religión, la violencia, el sexo, el fútbol o el envejecimiento. 

He aquí sin más la perorata/teoría del capitalismo según el sicario.
"Hasta tu solícita mujer que tanto te adora tiene que fingir interés de vez en cuando. Y si lo que necesitas es sobreactuación, una furcia puede hacerlo mejor que nadie. Solo los afeminados o los lechuguinos ególatras creen que cambia algo si a la zorra le importa una mierda o no.
Lo que esos payasos no entendían era que estabas pagando por su desinterés tanto como por su atención. Esa mirada aburrida era una parte esencial de la experiencia de una mamada comercial. ¡Por los clavos de Cristo!, sería un insulto a tu inteligencia suponer que está disfrutando, así que había una sinceridad impagable en la naturaleza de la transacción al aparentar que le importaba un carajo, sin falsos sentimientos o amabilidades ficticias. Una mamada es un curro, no una afición, ¿te enteras? No lo hace por placer, lo hace porque necesita la pasta y tú vas a dársela en cuanto logre que te corras. Dos cuadras más abajo, la chica que voltea las hamburguesas en McDonald’s tendrá aún más pinta de aburrida por todavía menos pasta, pero tu puto Big Mac no tendrá un sabor diferente por más que ella sonría.
Era una cuestión de capitalismo crudo, sincero, de la vieja escuela, preglobalizado. Tú necesitabas sus servicios, ella necesitaba tu dinero y nadie iba a simular que había ninguna otra cosa en juego. Ni branding ni declaraciones altisonantes ni tarjetas de fidelización. ¿Estás a favor del «no logo»? Ve a que te hagan una felación como Dios manda."
Como se ve el lenguaje es culto, grosero y sarcástico. Nos ofrece réplicas tan cáusticas como cuando Zal se disculpa ante Angelique por un secuaz que casi la dispara: "Mis disculpas, agente. Es un rollo corporativista. todas las bandas de atracadores han de emplear a un zumbado psicótico. No se puede discutir con los sindicatos."
La novela está escrita con una maestría diabólica. Brookmyre despliega una intriga desternillante y muy cinematográfica  presentándonos un cóctel rocambolesco de suspense, sátira social y romance.






Chris Brookmyre (Glasgow, 1968) es un reconocido autor de Tartan Noir y presidente de la Humanist Society of Scotland. Ha recibido varios premios a lo largo de su carrera, entre los que se incluyen el Critic’s First Blood Award por su primera novela Quite Ugly One Morning, o el Scottish Crime Book of the Year por Black Widow (2016). El bendito arte de robar es su séptima novela y es una lástima que no haya más traducidas al español.

viernes, 17 de mayo de 2024

HERMANAS HASTA LA MUERTE - creada por Sharon Horgan



Escribo esta reseña sin saber el resultado final. Ya es de madrugada y he cubierto mi ración de dos capítulos por noche, así que hasta mañana no veré si el cuñado más cabrón, misógino y racista visto en los últimos tiempos muere definitivamente a manos de las hermanas Garvey... sin que éstas resulten imputadas.

Como estas cinco hermanas deseo que "El Capullo", así es como lo llaman, desaparezca de la faz de la tierra. Está casado con Grace, una de ellas, a la que humilla constantemente cercenando sus relaciones y socavando su confianza en sí misma. Se trata de un tipo tóxico hasta la extenuación, mendaz y manipulador. Sus maquinaciones y trapacerías no tienen fin... y está acostumbrado a salirse con la suya.


Las Garvey siempre han estado muy unidas debido a la muerte prematura de sus padres. Esto hizo que la hermana mayor -Eve (Sharon Horgan)- tomara las riendas de la familia, consiguiendo trenzar unos potentes vínculos fraternales; pero el controlador y misógino J. P. mantiene secuestrada psicológicamente a la dulce Grace (Anne-Marie Duff) con argucias machistas (eres débil, no serás capaz, yo te protejo, te debes a tu casa). 

No sólo eso. 
También jodió en el pasado a otra de las hermanas, Becka (Eve Hewson),  prometiéndole invertir en su negocio para dejarla en la estacada en el momento clave. Además amenaza a otra, Úrsula, con hacer pública una aventura extramatrimonial de la que se ha enterado... Y todo ello porque el tipo es un fanático religioso aunque se pajea a escondidas ante el ordenador.

Pero su proyecto estrella es reventar la promoción laboral de Eve ya que ambos trabajan en la misma empresa. Las maliciosas insinuaciones que de macho a macho intercambia con el jefe amenazan con torpedear definitivamente la carrera de la mayor de las Garvey. 


Argg. Es un capullo integral y merece morir.
Si hasta denuncia falsamente a un vecino timorato acusándole anónimamente de pedófilo. Su pecado era ser amable con Grace e intentar consolarla cuando la veía llorando.

Así que lo que tenemos por delante es una deliciosa miniserie de diez episodios que se apoya en el intríngulis de cómo conseguirán las hermanas deshacerse de él. Cosa nada fácil; porque entre el miedo de estar cometiendo un crimen y la suerte que tiene el cabrón, todo se complica enormemente... lo cual es ideal para desarrollar todo tipo de situaciones dramáticas y cómicas en una serie rebosante de humor negro y sororidad.

La serie comienza precisamente con el entierro del malvado J.P. (Claes Bang). Las hermanas están eufóricas pero han de mantener la compostura. Nada sabemos de cómo se ha llegado hasta aquí, por eso el desarrollo se articula en dos líneas narrativas llenas de suspense. Por un lado iremos conociendo las andanzas pasadas de J.P. y los proyectos que inician las hermanas para deshacerse de él. Por otro, en el presente, las hermanas deberán afrontar un peligro inesperado, la investigación de la compañía de seguros que ha de pagar a la viuda por la muerte accidental de J.P.


Ambas líneas son de lo más sabroso y sus constantes giros logran ponerte de los nervios. Los planes de las Garvey se suceden y a veces son de los más estrafalario (una trampa en forma de congelador o durante un juego de paintball), pero aunque se acercan mucho a su objetivo, siempre acaban fracasando. 

Mientras que en el presente han de sujetar sus nervios cada vez que aparecen los hermanos Claffin. Efectivamente la batalla enfrentará a dos grupos de herman@s malheridos; ya que Thomas y Matthew acaban de heredar la empresa de seguros de su padre, quien se ha suicidado incapaz de hacer frente a todos los pufos y estafas que ha ido acumulando. Así que ambos tendrán que elegir entre declararse en bancarrota o investigar desesperadamente a las hermanas para buscar un resquicio con el que librarse del pago.



Como en toda comedia que se precie todo ha de estar bien trabado, así que Becka acabará enrollándose con Mathew para que la investigación y la relación caminen por el borde del precipicio; a la vez que, también ella, es la masajista de la madre de J.P., lo que le dará la oportunidad de descubrir un secreto familiar de lo más perturbador.

En cada capítulo no sólo se nos irá desgranando un nuevo plan de asesinato, sino también las circunstancias personales de cada hermana; a cual más peculiar. El trazo de los personajes y unas interpretaciones de altura (esas miradas cruzadas, esos silencios) consiguen que te involucres emocionalmente en el juego.
 
Pero no nos equivoquemos, la parte del maltrato a Grace es seria. 
J.P. es un personaje magníficamente dibujado, capaz de intuir una debilidad para extorsionarte o de hurgar maliciosamente en el teléfono de sus cuñadas. Un tipo perfectamente odioso, a la vez apuesto, sibilino y opresor.
 


Mañana sabré si las Garvey consiguen quitárselo de en medio... 
Pero qué digo.
Si la serie comienza precisamente con su entierro.
Pero entonces ¿Quién lo hizo? ¿Y cómo?
Lo dicho, una serie  mordaz y brillante con un tremendo suspense.


















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Dos notas:
1.- La serie está basada en una original belga titulada Clan que fue escrita por Malin-Sarah Gozin y Bert Van Dael en 2012. La actriz y guionista Sharon Horgan recibió el encargo de su adaptación internacional. 
Aparte de reservarse el papel de Eve, quiso potenciar las dinámicas familiares sobre el tono histriónico del original para lo cual trasladó la acción a su Irlanda natal. Ciertamente la interacción entre personajes y entorno ofrece una fresca veracidad. Incluso la página oficial de Irlanda dedica a la serie un artículo con las encantadoras rutas de su rodaje. 

2.- El paquete musical de la serie es excepcional. La canción de Leonard Cohen Who by fire reinterpretada por J.P. Harvey adorna la obertura y subrayando los momentos claves encontramos temas de Fiona Apple, The Pogues, Marlena Shaw o Billie Holiday. Un soundtrack lleno de exquisitez.