Guaridas

lunes, 27 de enero de 2025

INCRUSTADOS - de Ian Watson



Es increíble la amplitud del arco argumental que consigue esta novela que casi no llega a las trescientas páginas en octavo. Nos lleva desde un experimento con huérfanos que sufren trastornos del habla por daño cerebral hasta un encuentro con alienígenas pasando por el relato lingüístico-antropológico sobre un tribu del Amazonas brasileño. La conjugación de todo ello nos habla del destino de la humanidad.

Aunque visto el propósito tanto de los alienígenas sp´thras como de los indígenas xemahoas también se puede decir que el asunto de esta fascinante novela es narrar el punto de encuentro entre mito y realidad. Se trata de una obra llena de ideas tan seductoras como son los límites de la conciencia, la percepción de la realidad y el papel que ahí juega el lenguaje; sin olvidar asuntos más mostrencos como la guerra fría o la colonización que sufren los pueblos indígenas.

El desarrollo de todos estos temas se lleva a cabo a través de tres líneas narrativas.
En la primera el lingüista Chris Sole dirige un experimento secreto con niños con trastornos del habla a los que trata con fármacos avanzados. Los niños están confinados en un entorno controlado vinculado a un lenguaje artificial que se les enseña para conocer cómo aprende el cerebro y cómo modela su entorno a partir del lenguaje. Se trata de "incrustar" un lenguaje artificial en los niños para comprobar si esto les provoca un cambio en su percepción de la realidad.
"—¿Ha oído hablar de un poema de un escritor francés, Raymond Roussel, llamado Nuevas impresiones de África? —El norteamericano negó con la cabeza—. Es un poema curioso. De hecho, resulta prácticamente ilegible. En un sentido literal, me refiero. No es que sea malo, ni de coña: derrocha ingenio. Pero es el ejemplo más bestia de lo que en lingüística llamamos autoincrustación, y eso es lo que aprenden mis chicos…
—Autoincrustación… ¿Cómo definirías ese concepto?
(...)
—La autoincrustación es un uso especial de lo que denominamos reglas de recursividad, reglas que permiten realizar la misma operación más de una vez cuando se construye un enunciado, de modo que se le puede dar la forma y la longitud que uno desee. Para comunicarse, los animales cuentan con una serie restringida de señales o bien con variaciones en la intensidad de una misma señal. En cambio, los humanos no tenemos esa limitación. Cada uno de los enunciados que construimos es una creación original, gracias a esta propiedad recursiva. «El perro y el gato y el oso comen.» «Comen el pan y el queso y la fruta, voraz y ávidamente.» Aunque usted nunca había oído estas oraciones concretas (son nuevas), las entiende sin problema. Eso es porque tenemos en el cerebro un programa flexible y creativo para el lenguaje. Pero la autoincrustación lleva la mente humana casi hasta el límite, lo que nos permite utilizarla para explorar la frontera…"
pág. 58

La segunda está vinculada a la primera puesto que el antropólogo-lingüista Pierre Darriand -antiguo amante de la mujer de Chris Sole- estudia el extraordinario idioma de la tribu xemahoa cuyo brujo, con la ayuda de una sustancia alucinógena, ha logrado articular el lenguaje incrustado con naturalidad, logrando vislumbrar otra Realidad. Pero esta prometedora investigación puede tener los días contados, ya que el hábitat y la cultura de estos indígenas brasileños están amenazados por una gigantesca presa auspiciada por EEUU, lo que convertirá su selva en un inmenso mar. Mientras el antropólogo apura su estudio un grupo ecoterrorista se prepara para plantar batalla a la presa.
"Nuestro Gobierno ha hipotecado la cuenca entera del Amazonas a Estados Unidos. Ha construido carreteras para Bethlehem Steel y King Ranch, en Texas. Los «Grandes Lagos» dividirán nuestro país en dos: una colonia de Estados Unidos, que explotará los minerales de la zona para abastecer su industria tecnológica, y un régimen tipo Vichy para los brasileños, un mercado de consumidores pasivos."
Cuando todas estas líneas narrativas están más tensas aparece una tercera, radicalmente nueva, puesto que allí se presenta una gigantesca nave espacial con los alienígenas Sp’thra, que llegan a la Tierra con un inaudito ánimo negociador. Como los antiguos fenicios buscan comerciar, pero en este caso con conocimientos. No en balde su nombre significa "mercaderes de signos"  y lo que más les interesa es el lenguaje xemahoa, por lo que Chris Sole es requerido como experto para negociar con ellos.
Hay muchas maneras de ver Esta Realidad, muchas perspectivas, y eso es lo que buscamos en nuestros trueques. Podría decirse que comerciamos con realidades… —Hablaba como un vendedor de curalotodos en pleno discurso de ventas. ¿O como un visionario obsesionado? Seguramente la segunda hipótesis se aproxima más a la realidad, concluyó Sole mientras el extraterrestre proseguía con vehemencia—: Nuestro objetivo es unir todas las perspectivas que existen, deducir los rasgos distintivos de Esta Realidad. A partir de este conocimiento, inferiremos las variantes de la realidad externas a ella ¡y así podremos asimilar la Otra Realidad, comunicarnos con ella, dominarla!
—En otras palabras —terció Sole, dejándose llevar también por el entusiasmo—, ¿lo que hacéis es explorar la sintaxis de la realidad, la manera en que una diversidad de seres «compone» literalmente su imagen de la realidad? ¿Catalogáis las lenguas que ha desarrollado cada especie, con cada tipo de cerebro, para trascender de algún modo esta realidad? ¿Es esa la idea? 
pág. 169
'Incrustados' critica al capitalismo y su proverbial voracidad, que es indiferente a su impacto cultural y ambiental. También a la guerra fría cuando intervienen EEUU y Rusia para tratar (desastrosamente) con los alienígenas; pero el asunto central que subyace a la narración es la naturaleza del lenguaje y cómo éste determina nuestra percepción de la realidad. Tanto la investigación para incrustar un lenguaje artificial en niños como la propia lengua xemahoa tienen que ver con la posibilidad de que la reestructuración de los lenguajes humanos podrían acercarnos más radicalmente a lo Real. No olvidemos que el lenguaje es una de las herramientas que nos hace conocer e interpretar la realidad, pero no deja de ser más que una capa que se extiende sobre lo real sin aprehenderlo de forma absoluta e inapelable.
"… su bruxo practica con asombrosa habilidad la incrustación profunda del lenguaje…, aquella incrustación rousseliana de la que hablamos hace tanto tiempo en África como la posibilidad más estrambótica.
Para ello, se vale de una droga psicodélica. Aún no he identificado su origen. Todas las noches recita las complejas leyendas de la tribu, cuya estructura se refleja en la estructura del lenguaje incrustado, que la droga le permite entender.
El habla incrustada salvaguarda el secreto del alma de la tribu, de sus mitos, pero también les permite experimentar la vida mítica al participar en los cánticos y las danzas. La lengua coloquial cotidiana (el xemahoa A) sufre un proceso de recodificación extremadamente sofisticado que descompone la linealidad habitual del lenguaje y reintegra al pueblo xemahoa en la unidad espacio-tiempo que los demás seres humanos nos hemos vuelto incapaces de ver. Y es que nuestros idiomas han erigido una barrera, un gran filtro, que separa la realidad de la idea que tenemos de ella.
En algunos aspectos, el xemahoa B es la lengua más auténtica con la que me he encontrado." pag 128


La novela se alinea con las teorías lingüísticas de Noam Chomsky referidas a que detrás de todos los dispares idiomas se esconde una gramática universal común. Watson plantea que incluso podría ser común a nivel galáctico ya que los alienígenas Sp’thra vienen recorriendo la galaxia recolectando idiomas y cerebros para completar el lenguaje universal de Esta Realidad y así poder acceder a la Otra Realidad, de donde suponen que vinieron Los Portavoces del Cambio ("The Change Speakers"), el dogma central de su cultura. Así es como la búsqueda de un lenguaje universal adquiere un componente mítico según el cual Los Portavoces del Cambio entraron en fase con los Spthra hace trece mil años para abandonarlos al poco tiempo de forma inexplicable. Algunos representantes terrícolas sugieren que estos Portavoces bien podrían ser la versión Sp´thra de Dios, cuya búsqueda supondría el ansiado regreso a la unidad primordial.

Watson no se atonta con estas posibilidades de trascendencia y mantiene los pies en el suelo. La narración es muy ilustrada pero en ningún momento se estanca. Además sabe que la codicia humana y la estupidez política no tardarán en hacer acto de presencia. 

En realidad la novela juega con los conceptos de dos escuelas lingüísticas contrapuestas, la del relativismo lingüístico propugnada por el antropólogo y lingüista Edward Sapir (1884-1939) y su discípulo Benjamín L. Whorf (1897-1941) que plantea que el lenguaje determina el modo de pensamiento. Y la del innatismo lingüístico de Noam Chomsky, que sostiene que los seres humanos nacemos con una predisposición innata para el lenguaje que Chomsky definió como “gramática universal”; una serie de reglas gramaticales y principios que son innatos y están codificados en el cerebro humano desde su nacimiento. Con esta base los niños pueden aprender cualquier idioma al que estén expuestos. 

 Aunque la crítica y el propio Watson sitúan su novela en oposición a la hipótesis de Sapir y Whorf, lo cierto es que percibimos el relativismo lingüístico tanto en los niños que hablan un lenguaje artificial, como en el brujo xemahoa. En ambos casos encontramos esa provocadora idea de que el lenguaje da forma a nuestras realidades colectivas e individuales.

Recientemente pudimos ver esta noción llevada hasta el extremo en la película La llegada de Denis Villeneuve, basada en el magistral relato de Ted Chiang, "La historia de tu vida". En esta historia el lenguaje de los alienígenas les había hecho desarrollar un modo de consciencia del tiempo simultáneo, en vez del secuencial que practicamos los humanos. En el relato podemos leer, "Nosotros experimentábamos los acontecimientos en un orden, y percibíamos la relación entre ellos como causa y efecto. Ellos experimentaban todos los acontecimientos a la vez".



Esta  hipótesis de Sapir y Worf ha aparecido en otros clásicos de la ciencia ficción como Los lenguajes de Pao, de Jack Vance; Babel-17, de Samuel R. Delany o Embassy Town de China Mièville, los cuales exploran mundos donde el lenguaje puede dar forma al pensamiento determinando la visión del mundo que tienen sus hablantes y condicionando sus capacidades cognitivas.

Otro aspecto llamativo de la novela es su estructura, el modo en que integra historias tan diversas en una trama perfectamente fluida y lineal. El propio Watson nos revela su modelo en los primeros capítulos del libro al hacer referencia al poema imposible de Raymond Roussel, "Nouvelles impressions d´Afrique", publicado en 1932. Allí podemos encontrar una narración en forma de oraciones subordinadas que integran otras oraciones subordinadas que a su vez integran otras oraciones subordinadas, etc. Este tipo de subordinación se conoce como incrustación. Del mismo modo podemos apreciar cómo Watson incrusta en su relato tramas y temas en los que se incrustan subtramas y subtemas en los que se incrustan.... 
Una audacia formidable. 

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