Guaridas

domingo, 14 de diciembre de 2025

LAS OCHO MONTAÑAS - de Felix van Groeningen y Charlotte Vandermeersch

2022

Esta película es como una moneda, tiene dos almas. En ella se nos narra la amistad perdurable entre dos muchachos que se conocen de niños en una aldea de montaña en Italia. Esa amistad sincera e incondicional durante décadas es una de las caras. La otra es la elección vital que cada uno hace para trazar el camino de su vida. Después de los años ociosos de juventud Bruno elige echar raíces en el lugar en que nació, «soy un montañés» concluye en un momento dado. Reconoce que ese es su lugar en el mundo y que su vida es plena entre las hermosas montañas de Grana, en el Valle de Aosta. Pietro por su parte ha vivido en Turín, un lugar que odia porque le obliga a permanecer solo y encerrado en un piso; por lo que el verano en Grana supone una visita al paraíso. Pero esta ambivalencia del invierno en la ciudad y el verano en la montaña ha despertado en él una desasosegante inquietud vital. La aplaca viajando por el mundo, tratando de encontrarse a sí mismo y donde echar raíces.

¡Qué importante y difícil es esto de encontrar tu lugar en el mundo! 
Esa búsqueda vital siempre me ha cautivado y conmovido. ¿Qué lleva a una arquitecta japonesa a vivir en una aldea de los Picos de Europa o a un profesor de Oxford a retirarse a un pueblecito de la Bretaña francesa o a un músico inglés de éxito a establecerse en Las Alpujarras granadinas? Esta búsqueda siempre es incierta y Bruno ya se lo avisa a Pietro cuando trasplantan un árbol y éste le pregunta si sobrevivirá: «No lo sé. Son muy fuertes donde brotan, pero vulnerables cuando se les mueve».





La película conmueve porque está contada desde lo esencial y con una sencillez pasmosa, casi documental. Aquí no hay melodrama. Ni trascendentalismo espurio. La cinta se apoya en unos paisajes de montaña majestuosos y en el atisbo de esos precipicios existenciales que rodean toda vida que quiere ser significativa. Los juegos infantiles explorando parajes secretos (una casa abandonada, un lago) y las aventuras conjuntas forjando el carácter (escalada a un pico nevado) conseguirán trabar un lazo que los mantendrá unidos para siempre. Todo ello a pesar de que Pietro se rebela contra su padre y deja de seguirlo a la montaña; pero tras quince años los dos amigos vuelven a encontrarse y además en un momento crítico, a punto de iniciar su vida adulta. Sus encuentros y peripecia vital nos irán revelando sus anhelos y dudas, mientras su amistad se robustece hasta retar a la erosión del tiempo. Allí donde estén, siempre podrán contar el uno con el otro. 

El ritmo de la película es trepidante sin ser de acción, apoyado en preciadas elipsis de tiempo (años) y espacio (en un fotograma Pietro sale caminando de una aldea en Nepal y en el siguiente aparece llegando a la montaña donde vive Bruno. Todo son hechos, vivencias. La cinta parece que asumiera aquello de que el tiempo se nos escapa entre las manos. Esos trozos de vida se desarrollan ante nuestra mirada en términos tan directos y esenciales que logran trasladarnos verdades muy profundas sin ninguna afectación. Algo que también hay que agradecer a las excelentes interpretaciones de Luca Marinelli y Alessandro Borghi.



En sus viajes como mochilero, Pietro acabará en Nepal donde un hombre le pregunta si está recorriendo las ocho montañas. Según el mito budista al que se refiere el título, el mundo es un círculo en cuyo centro está el gigantesco monte Meru, considerado el centro del universo físico y espiritual. Lo rodean ocho montañas y otros tantos mares. Así es como unos se empeñan en un único y difícil reto, mientras que otros prefieren explorar sendas más variadas y accesibles. 

Pietro y Bruno se sienten identificados con este relato, pero dudan (como la película) sobre cual de los dos caminos te hará sentirte más completo. La montaña se convierte así en un personaje más de la historia que se podría identificar con esa cosa que llamamos vida y que los dos jóvenes intentan desentrañar. 



La película supone un espectáculo visual incuestionable, por eso mismo me llama la atención el formato de la pantalla. No es el estandarizado y panorámico de 16:9, sino el más cuadrado de 4:3. Al principio se hace extraño, pero cuando empiezas a ver esas montañas que se elevan elocuentes y grandiosas, lo acabas comprendiendo. Se sacrifica la anchura de la pantalla para subrayar la altura y así poder encajar, con mayor equilibrio, a los protagonistas y a su alegórico entorno. El director de fotografía Ruben Impens realiza un trabajo impecable jugando con la luz y los grandes espacios. A este armonioso trabajo se suma el contraste que aportan las cuatro o cinco canciones que aporta el compositor Daniel Norgren. Ellas logran identificar unos preciosos momentos de perfecta contemplación y dulce melancolía.

La película es una maravillosa adaptación de la novela del mismo título de Paolo Cognetti (Milán, 1978), un escritor fascinado por la vida en soledad en medio de la Naturaleza, algo que practica durante varios meses al año. Las ocho montañas fue su primera novela, se publicó en 2011 y ganó el premio Strega en Italia, y el premio Médicis a la mejor novela extranjera publicada en Francia.

En su último tercio, la película vuelve a las difíciles relaciones entre padre e hijo. Tercer asunto que centra la novela. Los dos amigos acaban distanciados de sus progenitores, aunque el destino los acabará uniendo en torno al padre de Pietro, prisionero de un trabajo fabril en la ciudad del que escapa hacia una liberadora naturaleza.
Una película verdaderamente hermosa, llena de emoción, verdad y dolor.






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* Charlotte Vandermeersch ha protagonizado varias películas de su marido, Felix van Groeningen. En este caso ambos la han coescrito y dirigido. Este matrimonio belga ya me apuñaló el corazón con la desgarradora y musical "Alabama Monroe" (The Broken Circle Breakdown, 2012).
** He visto esta película en la plataforma gratuita Rtve Play.

viernes, 12 de diciembre de 2025

A LA DERIVA - de Joan Margarit



Ernest Descals


 


Quedaba el tren vacío en la Estación de Francia.
También era el final para nosotros.
En una papelera rosas rojas:
alguien que no llegó
y alguien que abandonó sus esperanzas.
Al pasar junto a ellas me dijiste:
Construyendo salvamos el recuerdo.
Las convertí en un símbolo.
Pensé que todo aquello que dejábamos
—como aquel ramo en la dudosa luz
de la Estación de Francia—
quedaría en quién sabe qué memoria.
Construimos, me decías, para nunca perdernos.
Y puede que la pérdida sea lo que nos salve
En el desconocido recuerdo de los otros.



Joan Margarit

jueves, 11 de diciembre de 2025

DECLARACIÓN de INDEPENDENCIA DE LA UNIÓN EUROPEA



El mundo está cambiando a toda pastilla y no precisamente para bien. Autócratas como el emperador pollo, Putin o los tecnobros amenazan la posibilidad de un mundo estable, justo y sostenible. Ellos pretenden un mundo asilvestrado donde nada valga la razón o el derecho, sino que impere con toda su crudeza la ley del más fuerte.

Europa, hoy más que nunca, es un oasis de democracia, justicia, libertad y protección social. Pero sus valores y su futuro ya están siendo socavados. Durante los últimos decenios Europa se ha venido acomodando a que EEUU velase por su seguridad y le cediese tecnología, mientras que China y Rusia nos proporcionaban energía y productos baratos. Esa acomodación ha generado dependencia, pérdida de soberanía y una peligrosa vulnerabilidad estratégica. También los ciudadanos y los políticos se han acomodado una situación conformista y carente de ambición. 

Desde hace años Europa es un tren de lujo al ralentí; no avanza hacia una mayor integración política, económica, jurídica o de defensa; sino que encalla y da alas a los euroescépticos y a la ultraderecha. 

Europa debe tomar las riendas de su destino o desaparecerá atomizada en pequeños estados cada vez menos justos y libres y en cambio más pobres y dependientes; tal y como desean los autócratas citados. Véase sino la reciente Estrategia diseñada por EEUU.





Ahora mismo Europa está en manifiesta inferioridad frente a estas amenazas y es incapaz de mostrarse con una actor principal en la escena mundial. Pero tiene poderosos valores y herramientas para serlo.
Lo mejor de este momento incierto es que ya disponemos de un diagnóstico. Sólo nos hace falta afrontar con decisión el tratamiento.

Un brillante elenco de mentes europeas lo han llamado DECLARACIÓN de INDEPENDENCIA de la UE. Me parece necesario, claro y preciso. Lo suscribo plenamente. Está publicado en ElPaís.com y he aquí un extracto:


"Europa debe, por tanto, extraer las conclusiones necesarias: su seguridad, prosperidad y democracia ya no pueden depender de la voluntad cambiante de Estados Unidos. La autonomía estratégica ya no es una opción, sino una necesidad. La Unión Europea debe ser capaz de actuar de manera independiente, asumir la plena responsabilidad de su propia defensa, y perseguir sus intereses y valores en la escena global con soberanía y credibilidad.

Una Europa más productiva y competitiva es condición previa del poder geopolítico y del bienestar social. Por ello, debemos garantizar para 2028 la plena aplicación de los informes Letta y Draghi sobre la finalización del mercado único y la competitividad europea. Además, necesitamos un presupuesto plurianual que apoye nuevas inversiones, públicas y privadas, en industrias clave e innovadoras. Por ello, instamos a la Comisión a que presente una nueva propuesta de Marco Financiero Plurianual (MFP), reforzada y más ambiciosa, capaz de financiar bienes públicos europeos, incluidas nuevas prioridades en defensa e investigación, preservando al mismo tiempo las dimensiones social y medioambiental, la cohesión y la agricultura, respetando el control parlamentario y el papel de las regiones y ciudades europeas, y financiada con verdaderos recursos propios de la UE."






El texto lo firman entre otros Enrico Letta, exprimer ministro de Italia y autor del informe Mucho más que un mercado; Josep Borrell Fontelles, exalto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y expresidente del Parlamento Europeo; Danuta Hübner, excomisaria europea de Política Regional y exeurodiputada; Hans-Gert Pöttering, expresidente del Parlamento Europeo; Jacques Attali, escritor y exasesor especial del presidente francés François Mitterrand; Paolo Gentiloni, excomisario Europeo de Economía y exprimer ministro de Italia; Daniel Cohn-Bendit, escritor y exdiputado al Parlamento Europeo; Robert Menasse, escritor; Isabelle Durant, exvicepresidenta del Parlamento Europeo y exsecretaria general interina de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo; Javier Cercas, escritor; Dominique Méda, profesora de la Paris School of Economics (PSL) – Paris-Dauphine; Andrew Duff, exeurodiputado y expresidente de la Unión de los Federalistas Europeos; Francisco Aldecoa Luzárraga, presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo y profesor; Michele Fiorillo, filósofo y coimpulsor de Citizens Take Over Europe, y Slavoj Žižek, filósofo.

sábado, 6 de diciembre de 2025

PREDATOR-BADLANS - de Dan Trachtenberg

2025


Definitivamente la saga Predator ha virado y ya no presenta películas de ciencia ficción o terror como las precedentes. Predator - Badlands es una gozosa película de aventuras con todas las de la ley.

La película tiene todo lo que se espera de una película de aventuras clásica: Un héroe que está en entredicho habrá de emprender un viaje iniciático que pondrá a prueba su valor y determinación. En el trayecto afrontará todo tipo de pruebas y peligros recorriendo un territorio exótico y hostil. En algunos casos encontrará por el camino  a algún que otro marginado al que se unirá para aprender juntos la fuerza del grupo y la lealtad. Aliados conseguirán su objetivo final, accediendo a un nuevo status.

Así ocurría en la Odisea que afrontó Ulises o en las singladuras que desafió Simbad. El joven D´Artagnan y el adolescente Jim Hawkins se embarcaron en la aventura de convertirse en adultos saliendo de la granja paterna como tuvo que hacer el propio Luke Skywalker. 

Esto ya nos dice que el terror y la violencia adulta característicos de la saga rebaja aquí el tono hasta convertirse en una aventura casi juvenil.



Lo novedoso en esta Badlands es que nuestro héroe será quien hasta ahora era el monstruo de las historias, un implacable depredador que recorre el universo buscando presas desafiantes. Efectivamente Dek es un joven y enclenque Yautja (Predator) destinado a ser sacrificado, ya que su bárbaro clan tiene por costumbre eliminar al eslabón más débil por el que puedan llegar a aniquilarlos. Pero, inesperadamente, recibe la ayuda de su hermano mayor, quien defiende su derecho a una cacería primaria donde poder demostrar hasta donde llega su fuerza y valor.

Para romper su imagen de debilidad Dek elige el mayor reto, enfrentarse al depredador más temido, el Kalisk, un monstruo invencible que reina en el mortífero planeta Genna. Allí  todo es letal, desde la hierba y las plantas hasta el más pequeño animal. Dek recorrerá la senda del guerrero para demostrar su destreza y valentía redimiéndose ante su padre o muriendo en el intento. 



El Kalisk no será su único enemigo en Genna, ya que la corporación Weyland-Yutani (la mítica compañía que opera tanto en Alien como en Predator) ha enviado a una fuerza de androides letales con el objetivo de capturar al monstruo y así poder replicar sus ventajas biológicas. Como buen Yautja, Dek no acepta la ayuda de nadie, pero las circunstancias serán tan extremas que le acabarán aliando con uno de estos androides, Thia (Elle Fanning). Aunque ella es diferente ya que tiene una programación científica y, además, ha perdido las dos piernas tras un encuentro con el Kalisk. Completará el trío un pequeño y simpático monstruito. Los tres unidos demostrarán carácter, valentía y lealtad. 

Dado que el monstruo ya no es un monstruo sino nuestro héroe un tanto vulnerable y la compañía que se va formando a su alrededor es de lo más estrafalaria, mi cabeza me llevó hasta Schrek, con su burro parlanchín y una princesa feúcha. Por ahí la película bordeaba el precipicio de un cuento infantil, pero unas buenas escenas de acción con unos necesarios toques de humor acabaron convirtiendo a esta pandilla de inadaptados en una muy entretenida película de aventuras al mejor estilo buddy movie (peli de colegas). 

Con todo me ha gustado mucho más la primera parte, en la que vas descubriendo un planeta lleno de peligros mientras los desconocidos liman asperezas. En cambio la segunda me ha parecido demasiado previsible, con una serie de enfrentamientos en que los androides quedan como simples autómatas.  



La saga Predator lleva con nosotros casi cuatro décadas. Se ha mantenido viva cambiando de tono y de época, cruzándose con Alien y dando arriesgados saltos cronológicos. Predator: Badlands llega como la séptima película principal de la saga y la novena si contamos los cruces con Alien. La historia se desmarca por completo de los anteriores episodios ya que transcurre en el mismísimo hogar de los predators, Yautja Prime, muy lejos de la Tierra donde solían buscar sus presas.

Cuando Disney adquirió los derechos de Predator, dentro del paquete de sagas propiedad de 20th Century Fox, buscó un director que revitalizase la franquicia y acertaron plenamente al darle la batuta a Dan Trachtenberg. Él supo dar un giro innovador a la saga dirigiendo Predator: La Presa (2022), donde se nos ofrece un sorprendente enfoque histórico llevando la acción hasta la Norteamérica del siglo XVIII. Posteriormente supervisó el largometraje animado Asesino de Asesinos que nos ofrece una interesante antología de intervenciones del depredador en tres periodos históricos distintos; la era vikinga, el Japón feudal y una batalla naval en la Segunda Guerra Mundial. Esta intromisión del jautja en territorios y épocas diversas parece enlazar mejor con el espíritu original de la primera, ya que subraya el contraste entre la trama de fondo que va por un lado y la irrupción violenta del depredador que la desbarata y reorienta.