miércoles, 21 de febrero de 2018

El CUADERNO de SARA - de Norberto López Amado

España, 2018

Acabo de ver la película  y me ha dejado frío.  Ahí había un historia sí, una cooperante perdida o secuestrada y una hermana que se lanza a rescatarla en medio del África más salvaje, la de los niños asesinos y las minas de coltán. Como reza el slogan de la película, aquí había un viaje que iba a cambiar muchas cosas: nuestra manera de percibir África, su desangramiento en guerrillas, la esquilmación de sus recursos y el viaje interior de Laura ("quizás más que a buscar a mi hermana, he venido para saber quién soy yo"). Pero todo se queda en poses y frases hechas. Ahí está el paisaje selvático, tremendo y estremecedor; pero la cámara apenas lo roza. Ahí está una guerrilla sangrienta e indiferente por la vida; pero apenas se nos transmite. En el guión están todos estos elementos dramáticos e interesantes; pero la narración no tiene garra y nos traslada unas pobres imágenes sin sentimientos.

Hay un grave divorcio entre la historia que intuyes y lo que relata la pantalla. Intuyes que la historia tiene pasión, drama, y que hasta podría acojonar ver a una europea rubia y guapa pasearse por en medio de un conflicto armado que hace tiempo perdió todo viso de humanidad. 
Pero no. 
El relato me resulta absolutamente plano. Es como si estuviésemos viendo la película desde fuera. Las espectaculares imágenes de la selva africana actúan sólo como mera ilustración. No hay una relación emocional entre las imágenes y lo narrado.

En el guión de Jorge Gerricaechevarría no cesan de aparecen temas interesantes (el papel de los cooperantes y las ONGs, la reinserción de los niños soldado, la esquilmación de la materia prima  en el tercer mundo para que el primero lo goce con sus aparatitos); pero ninguno tiene un potente desarrollo dramático.

El divorcio entre lo que la película quiere ser y lo que es resulta estrepitoso.
Más todavía.
Cuando concluye, la voz en off de Sara nos quiere revelar que el diario que logró rescatar de su hermana Sara antes de perderla definitivamente, ayudó a denunciar (¡?) la situación de África. ¿A qué situación se refiere si la misma Sara está tan confusa que no sabemos si está secuestrada o colaborando con los rebeldes asesinos?.

Quizás lo más interesante es el papel del debutante Iván Mendes, un ex niño soldado que acompañará a Laura a través de las hostiles selvas africanas.

La interpretación de Belén Rueda es excepcional, como casi siempre; lo que ocurre es que no tiene un contexto al que pegarse. El director le ha dicho, tú sufre. Y ella sufre y llora, pero su personaje está tan disuelto en un pobre reportaje que todo el esfuerzo parece en vano. 

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