viernes, 3 de febrero de 2017

WESTWORLD - de Jonathan Nolan y Lisa Joy

Westworld es un parque de atracciones futurista dirigido por el Dr. Robert Ford (Anthony Hopkins). El parque está inspirado en el salvaje Oeste y la diversión que procura es una inmersión completa en ese ambiente. Las instalaciones cuentan con figurantes androides de apariencia plenamente humana; por lo que los visitantes pueden dar rienda suelta a sus deseos, sean ruines o caballerescos. Podrán salvar a la chica o mantener un duelo, convertirse en atracadores, violadores o asesinos....podrán cumplir cualquier deseo o atrocidad con la garantía de que no sufrirán daño alguno. 

La serie está basada en la película de Michael Crichton, de 1973, y según su creador Jonathan Nolan, "inspirándonos en el concepto increíblemente evocativo de la película original, queríamos trasladar una cuestión: si te vieras inmerso en un mundo de fantasía, uno en el que pudieras hacer todo aquello que quisieras, ¿descubrirías cosas de ti mismo que no hubieras querido saber?". La co-creadora Lisa Joy añade, "también queríamos explorar lo que significa ser humano desde un punto de vista externo, a través de los ojos de los 'anfitriones': las inteligencias artificiales con forma humana que son la atracción principal del parque."

Se presentó la serie para llenar el hueco que dejó Juego de Tronos y enseguida todo el mundo la relacionó con Lost, por la abundancia de misterios y conspiraciones. Yo prefiero señalar sus vínculos con la mítica Blade Runner: los anfitriones están en trance de convertirse en perfectos replicantes y también hay un juego muy significativo en el que participan fotografías (la que encuentra el padre de Dolores) y recuerdos.


En el clásico los robots se rompen y matan a los huéspedes. La serie va mucho más allá planteando cuestiones netamente filosóficas: memoria, ética, conciencia, poder o motivación. Desde el principio se plantea como una indagación sobre los límites: de las fantasías del ser humano por un lado y de la conciencia en la inteligencia artificial por otro. ¿En qué momento o bajo qué circunstancias, un androide puede llegar a ser autoconsciente?. Y lo que es más importante, esa consciencia le llevará indefectiblemente a tomar sus propias decisiones.
"Creía que las historias nos volvían más nobles, arreglaban lo que estaba roto en nosotros y nos convertían en la persona con la que siempre hemos soñado. Pero las mentiras revelaron una verdad más profunda. La prisión de nuestros pecados.", dice el Dr. Ford. Los sueños tienden a convertirse en pesadillas.  
El lugar donde los clientes pagan por encontrar su versión más intrépida y aventurera, puede convertirse en una vorágine mortal. Después de 30 años abierto, con más de 1.400 "huéspedes" diarios y 100 narrativas interconectadas en marcha, el parque está realizando una actualización. Las rutinas y los bucles establecidos en la actuación de los androides se están empezando a romper. Los cambios en la programación les produce "ensueños", una especie de recuerdos que, del mismo modo que enriquece su personalidad, los vuelve impredecibles.

El Dr. Ford y Dolores,  "¿te cuestionas tu realidad?"
Este asunto de la memoria y la consciencia es central en la serie. Muchos de los 10 capítulos de esta primera temporada comienzan con un careo entre el programador y alguna de sus criaturas. Una pregunta habitual es, "¿Te cuestionas la naturaleza de tu realidad?". Otra es, "¿Sabes dónde estás?". En alguna ocasión Dolores responde, "sí, estoy en un sueño." Acostumbrada a la granja, el carromato y los caballos, no entiende el mundo de electricidad, cristal y acero que se le presenta en el laboratorio.



Esa confrontación entre realidad y sueño es fascinante. Cuando Maeve (Thandie Newton), la encargada de las chicas del saloon, despierta sobre la mesa de operaciones, ante el estupor de los ingenieros, no podemos dejar de recordar al pobre Segismundo de "La vida es sueño", de Calderón; o incluso revisar nuestro concepto de lo sobrenatural.


En el subsuelo de este valle desértico que recuerda a Monument Valley, se encuentra la sala de máquinas de esta gigantesca maqueta, controlada por un melancólico y enigmático mago de Oz, el Dr. Ford, y su jefe de programadores, Bernard Lowe (Jeffrey Wright).


El conflicto va a operar tanto en la superficie como en los laboratorios subterráneos. En el Oeste seguimos sobretodo a dos anfitriones, Dolores Abernathy (Evan Rachel Wood) y el noble pistolero Teddy Flood (James Marsden). Pero también transita por allí un huésped depravado, el Hombre de negro (Ed Harris), que mata y destripa todo lo que encuentra. Está obsesionado con descubrir los límites del parque, quizás donde el juego se convierta en algo real y los huéspedes incluso puedan sufrir. Por eso lo recorre implacablemente desde hace años. Rastrea dos leyendas que apenas susurran los anfitriones: el Laberinto y el territorio donde campa el brutal asesino Wyatt.
























El parque está hecho para satisfacer cualquier deseo por más depravado que sea. Sexo salvaje, armas para disparar y alcohol para envalentonarse en una aventura sin fin. Prueba de que la vida que los huéspedes dejan atrás es alienante y anodina. El Dr. Ford aporta una aguda reflexión

"Los huéspedes no vuelven por las cosas obvias que hacemos. Las cosas chillonas. Regresan por las sutilezas, los detalles. Ellos vienen porque descubren algo que imaginan que nadie había notado antes. Algo de lo que se enamoran. No están buscando una historia que les diga quiénes son. Ya saben quiénes son. Están aquí porque quieren vislumbrar quiénes podrían ser."
El capítulo 4 representa la frontera entre una serie al uso (con acción y personajes desenvolviéndose en un territorio) y el verdadero carácter abstracto de esta insólita serie. No en balde los dos protagonistas de este capítulo son Ford y el Hombre de negro, dos poderosos antagonistas: el creador del juego y el jugador más avezado. 


Este paralelismo entre dos personajes se reproduce en diferentes ámbitos: 
Robert Ford y Arnold Weber fueron los dos compañeros que idearon y escribieron el código de todo el parque. Diferían en sus concepciones y Arnold murió en extrañas circunstancias; aunque sus líneas de código no dejan de aflorar en algunos anfitriones. Maeve llega a decir, "es como que tuviese dos personas en mi cabeza discutiendo todo el rato. Tengo algunas partes del código escrito que son muy antiguas y elegantes....¿quién es Arnold?"
Del mismo modo Maeve y el Hombre de negro nos ofrecen su contraste: ella llega a manipular su código para poder salir del parque a la realidad; mientra que él viene de la realidad y busca el corazón del parque.
El Dr. Ford y Bernard Lowe

Diferentes mitos se conjugan para dar forma a la serie: el del dios creador de una inteligencia autoconsciente (de nuevo Blade Runner), el de Jekyll y Hyde, el del eterno retorno, el de Eurídice saliendo de los infiernos, el de la evolución y el superhombre, el mito de la frontera, el del más allá....

Resaltaré tres asuntos que me parecen capitales en el desarrollo de la serie: la memoria, la consciencia y las líneas temporales. 
Dolores y Maeve son dos de los anfitriones que primero empiezan a recordar y por ahí se origina su liberación. Aunque en un principio toda la memoria era borrada al final del día: "Imagina lo jodidos que estarían si estos pobres recordaran lo que les han hecho los huéspedes". En el capítulo titulado The Bicameral Mind, los ensueños se revelan como una forma de "conocer al enemigo", tal y como la manifiesta a Bernard el Dr. Ford. Sin el recuerdo de esas experiencias dolorosas, jamás estarían preparados para la revolución.
Se trata de una idea procedente del budismo: Para alcanzar el mayor grado de consciencia se necesita el desgarro del dolor: El Dr. Ford tiene un cargo de conciencia por haber perdido a su compañero. Bernard sufrió la pérdida de su hijo enfermo. Maeve empieza a recordar el asesinato de su hija a manos del Hombre de negro... mientras Dolores y Teddy están recuperando ensueños verdaderamente trágicos.

La serie posee una cualidad de intriga y secreto en grado sumo. Del mismo modo que asistimos a la superposición de las distintas capas de recuerdos con que los androides están construyendo su consciencia; nosotros como espectadores recibimos retazos y piezas de la historia con las que hemos de construir un gigantesco puzzle, que sólo en el capítulo final se nos mostrará en todo su esplendor.
Dolores y William

Memoria, sufrimiento, ensayo y error se encadenan en esa forja de la consciencia. Ya en el episodio piloto, Bernard le dice a su jefe que los ensueños que ha introducido en la última actualización produce errores. ¿Errores?, le contesta el Dr. Ford, "Te da reparo usar esa palabra y sin embargo tú eres el producto de tres mil millones de ellos. La evolución forjó la totalidad de la vida en este planeta usando una sola herramienta: el error."

Por su parte, el complejo entramado del tiempo que ha utilizado la serie es una de sus bazas más complejas e inteligentes. Sólo al final descubrimos que en cada capítulo han convivido diversos pasados y el presente sin más indicación que la desaparición repentina de algunos personajes. Las conversaciones entre Arnold y Dolores ocurren en una fase preparatoria del parque. Mientras que la llegada del joven y pusilánime William con su cuñado, se produce con el parque ya funcionando. William se obcecará con salvar a Dolores y esta atormentada misión lo transformará en un ser depravado y perverso. En el presente han transcurrido treinta años y tanto William, como Dolores y el Dr. Ford ya han hecho acopio de un bagaje particular de tragedia y dolor para convertirse en otras personas.
Fotograma de la intro



La serie es compleja y sutil. A la belleza visual de la intro hay que añadirle un exquisito cuidado por los detalles, a los que carga de significado. Como la mosca que se posa en el rostro de Dolores o cuando Bernard no puede ver una puerta que le indica el Dr. Ford.


Esta carga de profundidad con que ilumina sus imágenes tiene su cumbre en el capítulo final, cuando se desvela el Laberinto de la consciencia como un "don divino", ilustrado de forma originalísima con una pintura de Miguel Angel.


La Creación de Miguel Angel



Westworld es una serie pletórica de historias cruzadas y personajes, de teorías sobre el conocimiento, los mitos y la narración. Sus tramas esconden giros insospechados y secretos asombrosos. Su factura es tan evocadora, intrigante y compleja que no encuentro mejor modo de reseñarla que reproducir tres de sus diálogos más sugerentes.

-Arnold y Dolores conversan al comienzo del capítulo 4.

-¿Puede ayudarme?
-¿Qué es lo que quieres?
-No lo sé, pero este mundo ....me parece que hay algo malo en este mundo. Algo que se mantiene oculto. O eso, o me está pasando algo muy malo...Podría estar enloqueciendo
-Quiero que pruebes una cosa. Es un juego. Un secreto. Se llama, el Laberinto.
-¿Qué clase de juego es?
-Un juego muy especial, Dolores. La meta es hallar su centro. Si lo logras, quizás puedas ser libre.
-Creo...creo que quiero ser libre."
-El Dr. Ford y un viejo cow-boy que recuerda a Buffalo Bill charlan en el capítulo 5.
-Me cuenta alguna historia amigo?
-Sí ¿por qué no? De niños mi hermano y yo queríamos un perro y nuestro padre nos trajo un viejo galgo. ¿Nunca ha visto un galgo verdad Bill?
-Vi muchos duelos en mis tiempos.
-El galgo es un perro de carreras. Se pasan la vida corriendo en círculos , persiguiendo un trozo de fieltro con forma de conejo. Un día lo llevamos al parque ; mi padre nos advirtió de lo rápido que era pero no pudimos resistirnos . Mi hermano le quitó la correa y...en aquel instante , el perro vio un gato. Debió parecerle un trozo de fieltro ...y corrió. No he visto nada más hermoso que aquel perro corriendo, hasta que al final acabó cazándolo y para horror de todos nosotros mató al gatito, Lo hizo pedazos. y se quedó allí, sentado , confuso. El perro se había pasado la vida intentando alcanzar ese chisme y ahora no sabía qué hacer.
-Una maravilla de historia socio. Brindamos por la dama de los zapatos blancos?

-Al principio del capítulo 7, Bernard está recordando cuando leía un cuento a su hijo fallecido. El pasaje corresponde a Alicia en el País de las Maravillas y quien habla es el Sombrerero Loco:

"-Si yo tuviera un mundo mío, todo sería absurdo. Nadie sería lo que es, porque todo sería lo que no es".
Dicho y hecho. 

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