viernes, 31 de julio de 2015

MAPS to the STARS - de David Cronenberg




















Regreso al ecosistema autófago de Beverly Hills.
Bruce Wagner es el guionista y alma de esta cinta, un despiadado entomólogo de la flora y fauna hollywoodiense. Creció en Hollywood. A los 25 años recibió el encargo de escribir un guión que entró de inmediato en producción. Un éxito para un escritor novel; pero la película se fue torciendo y todo acabó en pesadilla.

Años más tarde tradujo esa experiencia humillante y traumática en una novela Fuerza Mayor (esa cláusula que concede a las aseguradoras la decisión última para rentabilizar su inversión en cine). En ella el guionista Bud Wiggins, talentoso y desvergonzado, conduce limusinas para las estrellas mientras busca el camino para el estrellato. Cinco años más tarde, en 1996, publicó I´m losing You (la usual excusa teléfonica para cortar) que algunos tildan de obra maestra de la crueldad. Entre una y otra, Wagner escribió el guión de alguna película de Freddy Krueger hasta llegar al guión del cómic primero y luego la serie de Wild Palms: conspiración, neurosis, gurúsy celebrities desnortadas. Por el camino había dejado caer un guión delirante sobre el glamour más patológico, Escenas de la lucha de sexos en Beverly Hills (1989) de Paul Bartel. 

Este Mapa para visitar a las estrellas nos ofrece el retrato descarnado de una fauna disfuncional y neurótica. Los protagonistas viven en una antiutopía: son ricos y tienen éxito, pero a la vez tremendamente vulgares y vacuos. Y no nos engañemos, bajo el humor negro azabache se esconde el horror, el pánico existencial de unos personajes sometidos al vértigo constante de vivir en el vacío.

Havanna (Julianne Moore) quiere redimirse de los malos tratos que sufrió de niña. Agatha (Mia Wasikowska), quiere redimirse de haber inducido al suicidio a su hermano y de haber incendiado la casa familiar. Benjie (Evan Bird) es un niño actor  tumbado por el éxito. El padre de Agatha y Benjie es un gurú de la autoayuda que asiste a Havanna en caóticas sesiones de autoafirmación.  Él y su mujer sobrellevan con angustia haber descubierto tardíamente que viven en incesto. 

Todo es como un grotesco guiñol. Havanna llega a decir "todo es un casting publicitario". Que es como decir, vivimos hacia afuera, sin esencia. En otra escena se muestra exultante, bailando y cantando, ante la muerte de un niño que la lleva a triunfar en un casting. La mordacidad de Wagner es feroz; aunque él mismo ha reconocido que el vitriolo de sus obras escritas ha sido suavizado en la película.

La cinta ilustra un círculo cerrado y fatal que gira alrededor de dos celebrities. Havanna, una estrella madura con un trauma materno a cuestas, y Benjie, un niño actor-estrella que es un auténtico psicópata de 13 años. Ambos comparten agente, neurosis y un tipo de madres posesivas y despiadadas. El catalizador de sus locuras va a ser Agatha, una joven que al inicio de la película llega a Hollywood buscando un Mapa de las Estrellas, pero que en cambio nos conducirá al Backstage más sórdido. 

Agatha es la hermana de Benjie y ha estado ingresada en un psiquiátrico tras incendiar el feliz hogar familiar. En su nueva vida trabajará como asistenta personal de Havanna.

Julianne Moore se sale. Ajada, grosera, histérica. Fabulosa. La cámara no tiene piedad con Havanna. Como un bisturí penetra en la amargura de su vida sexual e incluso no teme ser escatológica asomándose a su wc.

Dos hechos parecen haber definido el mundo de Wagner. Crecer en Hollywood y conducir limusinas para celebrities. Wagner presenció la conversión de Juliette Lewis a la Cienciología y vio claro el efecto de estos cultos tan dudosos como artificiales en la volátiles mentes de las estrellas.

A David Cronenberg le va como anillo al dedo este submundo alucinado de actrices neuróticas, estrellas infantiles en rehabilitación o hermanas esquizofrénicas.  El Dr. Extraño que Cronenberg guarda en su interior, desde aquellas desiguales pero apasionadas Razas de noche, eXistenZ o Inseparables, ha vuelto a salir pero mezclándose con la precisión de su actual reencarnación en cineasta clásico (Una historia de violencia, Promesas del Este). 

El director retuerce esta sátira inclemente, enredándola con drama y cuento de fantasmas hasta encontrar una nueva y grotesca parada de monstruos para exhibir. 

Según veo la película me parece que trata de la neurastenia en las gentes del cine; pero hacia la mitad concluyo que el cine es la excusa. No es una actualización de El juego de Hollywood o El crepúsculo de los dioses. Va un poco más allá, o se queda un poco más acá. Todos los personajes son neuróticos. Esconden una anomalía muy cercana al pánico existencial.
Wagner no desea fáciles paralelismos con héroes del escándalo como Lindsay Lohan. Él nació en Los Angeles. Escribe drama sobre un ecosistema muy concreto y muy real.



P.D. Hay un poema enroscado en toda la película, Libertad  de Paul Éluard. Wagner lo utiliza como un encantamiento, una letanía que repiten los dos hermanos hasta el desenlace fatal.

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