miércoles, 30 de julio de 2014

ANARCHY: La NOCHE de las BESTIAS - de James DeMonaco

The Purgue: ANARCHY
EEUU, 2104








Suelta de lobos.-


Increíblemente el guionista y director de la mediocre The Purgue vuelve a la carga, sólo un año después, con la misma historia pero nuevo enfoque. Y bien que se agradece.


Lo que en la primera era un simple asalto a una casa con ninguna variable y algún aburrimiento, en esta nueva visita a la Noche de las Bestias el guión se desdobla y avanza por el tablero recorriendo con cierta audacia sus esquinas.

Los Nuevos Fundadores de América resuelven la violencia y el paro (¡?) dejando los instintos libres durante 12 horas, una vez al año. En ese plazo el asesinato será legal, los individuos se liberarán de la bestia y en consecuencia la sociedad será más civilizada (¡?).

No merece la pena analizar los aspectos morales de esta idea de partida. Ese grito de "¡Depúrate, libera a la bestia!" que ofrece la película es demasiado tosco. Como una caricatura lleva hasta el límite ideas como la ley del más fuerte o el clásico de Hobbes, homo homini lupus est. En cambio como ficción bien merece la pena seguir los vericuetos que plantea. Porque DeMonaco -esta vez sí- escarba las implicaciones y otea las posibilidades con una acción bien llevada, unos cuantos brochazos de crítica social y ausencia de moralina. El trazo de un apetecible cine de serie B.

En la famosa noche, un policía sale a buscar venganza pero en su camino ayuda a una pareja que huye indefensa y a una madre e hija que están a punto de morir. Los cinco se verán obligados a cruzar la ciudad en busca de la salvación. Lo que en la cinta original era un simple punto de partida, ahora encuentra las voces de distintos personajes y la trama eleva su punto de mira, ofreciéndonos un zoo más amplio y complejo.


Con esta estructura de un grupo cruzando la ciudad y superando todo tipo de trampas no puedo dejar de recordar el clásico de Walter Hill, The Warriors. De este modo el director consigue abrir el plano, que la historia evolucione y cambiar la escala del relato. 

Sus diversas situaciones me hacen bandear. Unas me parecen carentes de sutileza (los ricos como depredadores), otras me parecen gamberras (el broker colgado en las puertas de Wall Street) y un puñado de ellas turbadoras como reflejo de la sociedad.

Situación general: Es a la vez lo más efectivo y lo más flojo de la película. En un instante te mete en situación; pero los atisbos de explicación política y debate social son apáticos. Lo peor de todo es el intento de vestir esta purga como una refundación de la patria, llegando a la santificación de sus Nuevos Padres.




Situación particular: De lo más interesante del film. El policía que busca venganza (un estupendo Frank Grillo) es sometido al tamiz de situaciones y contrastes. Veremos el resultado cuando al final tenga a su víctima encañonada. Por otro lado, la joven que pierde a su novio y reacciona buscando venganza, ilustra lo más evidente y fácil. Pero hay tres aspectos mucho más interesantes. Cuando llegan sanos y salvos al piso de la amiga y se produce allí una reacción de tomarse la justicia por su mano. También las dos reacciones que aluden a motivaciones económicas: la del abuelo que se ofrece como víctima para resolver las penurias de su hija y nieta. La de los terroríficos moteros que como aves de carroña sobrevuelan la ciudad: "Nosotros no matamos, tío ¡Sólo buscamos dinero!" 

El Sistema, siempre el sistema
Aunque la película favorece una conclusión bastante tosca, los ricos son los malos, los pobres son carne de cañón; no falta algún apunte interesante. El papel que juega el sistema político para favorecer la convivencia y defender al más débil. El papel de esas brigadas asesinas que transitan en anónimos camiones con objetivos bien definidos. El necesario contrapunto del rebelde (Michael K. Williams) desvelando el verdadero sentido y alcance de la purga.

La película se remata con dos imágenes sumamente irónicas y acertadas. El grupo de ricos que compra víctimas para organizar cacerías humanas y la consabida bandera norteamericana cambiando sus barras por armas. Áquí sí que hay metáfora.

La caza del hombre tiene muchos y variados antecedentes. Desde la más reciente y demoledora Funny Games, de Michael Haneke hasta la más clásica El Malvado Zaroff, pasando por ejercicios de perversión como Ellos o Los extraños.

Hemingway, que vivió en directo las dos guerras mundiales y la guerra civil española llegó a decir: "Sin duda, no hay cacería como la caza de hombres y aquellos que han cazado hombres armados durante el suficiente tiempo y les ha gustado, en realidad nunca se interesarán por nada más"



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