jueves, 29 de mayo de 2014

TRANSMETROPOLITAN - de Warren Ellis










Spider Jerusalem es un periodista visceral, aguerrido, carismático, mordaz e iconoclasta que está comprometido con la verdad y peleado con todo el mundo. Él será nuestro guía y santón en la ciudad de Los Angeles de un futuro enloquecido y abigarrado, saturado de tecnología y drogas de diseño.

Su presentación es genial. Después de haber triunfado y arrasado con artículos y libros, se hartó de todo y huyó a las montañas. Allí le conoceremos, greñudo y misántropo, clamando a los cielos como un eremita lunático. Pero una amenaza de demanda por parte de su editor lo arranca del lugar. Tiene que volver a trabajar. Ha de volver a la ciudad.

La ciudad es un caos inhumano, un compendio de todos los pecados y corrupciones que se puedan imaginar. Hay granjas para criar cuerpos humanos con que practicar la antropofagia. Se venden cremas hechas con fetos del tercer mundo. El distrito 8 está ocupado por la secta de los transientes que están mezclando su genoma con el de alienígenas para experimentar como otra especie. En la ciudad se crea una religión nueva cada seis horas y existen drogas para todo (potenciadoras de la libido, anticancerígenas, etc). Los apartamentos de los pudientes están dotados con bloques de materia con expendedor, capaces de proporcionarte cualquier cosa (un desayuno o unos zapatos) a partir de la simple basura ¡que los ricos han de hurtar a los pobres!. En la ciudad existen más de mil canales de tv agresivos y omnipresentes cuyas pantallas inundan habitaciones y fachadas hasta la saturación.

"Esta ciudad no se permite decaer o degradarse. Crece salvajemente. Es un caos brillante y apestoso. Cobra fuerza de sus miles de culturas y de los miles que nacen cada día. No es perfecta. Miente y engaña. No es una utopía, ni es la montaña...pero está viva. Eso no puedo discutirlo." Reflexiona Spider.
Y también, "Ciudad bajo mis pies. Estoy en casa". Su mascota es una gata con dos caras, tres ojos y fumadora de tabaco negro ruso sin filtro. El bloque de materia de su apartamento es adicto a una droga que sintetiza él mismo. La exmujer de Jerusalem sometió su cabeza a criogénesis con la orden expresa de que la activen únicamente cuando se aseguren  de que su marido esté bien muerto.

"Sabe cómo sacar a relucir el lado oscuro de cada persona, animal o cosa. Es un bastardo, pero lo hace por nuestro bien. Spider Jerusalem tiene que estar en la ciudad para poder escribir, pero además necesita que le odien"  llega a comentar su editor.

Spider escribe una columna para el periódico "The Word" que se titula "Odio todo esto" (I hate it here). No sólo es un bastardo, también es un salvaje violento, ácido y herético. Un especimen políticamente nada correcto que igual le pega un tiro a un camarero borde que una patada en los huevos al jefe de prensa del candidato a presidente. Un tipo acostumbrado a salirse con la suya, saco de todo los vicios y consumidor de todas las drogas en una ciudad que es como una gigantesca alcantarilla. Pero también y al mismo tiempo es un tío legal, enfrascado en una cruzada por la verdad y dispuesto a desenmascarar todo tipo de corruptelas. Por qué te fuiste, le pregunta su editor. "Los fans, Royce. Me pescaron una vez en Bank Street y quisieron robarme el bazo. Los fans y el ruido y la tele y la mierda y....Ya no podía llegar hasta la verdad" le llega a reconocer Spider.

A la ayudante que le han asignado le chuta un clinic reconcentrado en lo que se comen una hamburguesa.
"-Las únicas herramientas son nuestros ojos y nuestras cabezas. No es sólo el acto de ver con los ojos. Es entender correctamente lo que vemos.
-Ah, la vida como autopsia.
-Eso es. Destripar al mundo y olerle las entrañas, eso hacemos." 

En su primera aventura entrevista a Fred Cristo, un antiguo colega que ha pasado de manager musical a líder de los transientes (¡al cambiar de especie se cambia de perspectiva y de necesidades! clama Fred Cristo) que amenaza con la secesión del distrito Los Angeles 8.  Barricadas en los barrios, gente nuevamente engañada por el mesías de turno y el mesías utilizado por oscuros intereses. Pero ahí está Spider.

El guionista Warren Ellis es un transgresor. En sus guiones no le hace ascos ni a la violencia ni al sexo, ni a la política ni a la religión, ni al poder de los medios, ni a las drogas. Seguro que observa a su (nuestro) alrededor y añadiendo un poco de colorido y mucho más vitriolo nos lo retrata al límite. Las columnas de Spider servirán de pie de foto, como por ejemplo describiendo la carga policial contra los manifestantes. (¡Dios mío qué actual! Cuando el gobierno de España quiere considerar delincuentes a todos los manifestantes):
"Es una demostración de fuerza. ¿cómo se atreven a ignorar
la autoridad de Centro Cívico? ¿Como se atreven esos monstruos
a pensar por sí mismos?
Veo a un transiente claramente desarmado, con media cara colgando
y tres polis pegádole patadas.
Uno de ellos se está acariciando el miembro erecto.
Lo siento. ¿Es una observación demasiado dura para vosotros?
¿Se parece demasiado a la verdad?
Que os jodan.
Si a alguien en esta ciudad de mierda le importara
una polla de perro muerto la verdad, esto no ocurriría.
No vería a una mujer transiente con sangre en la cara
acurrucada en el portal de un sex-shop, agarrándose la barriga.
Nadie tendría los ojos ensangrentados por los sprays de incapcidad
o las nervo-bombas que la poli lanza por Cranberry.
                                             ...
¿Os gusta esto? ¿Os gusta cómo describo la mierda
que les pasa a gente con la que os cruzásteis
por la calle la semana pasada? Bien.
Os lo merecéis. Por vuestro silencio.
Veréis, las cosas son así: Centro Cívico y los polis
hacen lo que les sale de los huevos, y vosotros os quedáis sentaditos.
Vuestro jefe hace lo que quiere,
el capullo del peaje, el gorila del bar,
los seguratas que os cachean al entrar en la clínica,
los periódicos y teleprensas que os mienten porque sí,
hacen lo que quieren. ¿Y vosotros qué hacéis?
Pagarles.
Este "disturbio", esta tormenta de mierda que cae
sobre un puñado de fetichistas ingenuos y orgullosos;
pagásteis por ello. Tragáoslo.
Debe gustaros que os mienta gente con una autoridad
que jamás se ha ganado."
Spider echando a los mercaderes del templo

Uff. Y luego dicen que la ciencia ficción es evasión. Como el propio Ellis o H.G. Wells, como Orwell o Vonnegut, o más recientemente Neill Blomkamp, yo creo que el futuro puede ser una gran metáfora para explorar el presente. 

El primer arco argumental es la presentación de nuestro héroe y los disturbios del distrito 8. El segundo abarca su cruzada contra las religiones. El tercero es "el volcado" de una persona en un disco duro y el trauma de los revivos (postcriogénesis) que, al asomarse a este mundo acelerado y disoluto, entran en shock.

Estas son algunas historias y columnas de Spider Jerusalem que se complementan con las posteriores de El año del Bastardo y La nueva Escoria, centradas en las elecciones presidenciales. Periodismo y realidad, ese es el vértice de la obra... Una realidad que aunque trasladada al futuro, delirante y deformada, se muestra terca con vicios que son presente: corrupción política, transgénicos, drogas, manipulación, exclusión social, tv embrutecedora... La codicia y el crimen campan a sus anchas en la ciudad. Los políticos nos esconden para qué son elegidos.


Todo eso convierte a Spider en un indignado (otra invasión del presente): "A las cuatro he decidido no suicidarme. En vez de eso, mataré al mundo entero." El arma que utiliza es su columna periodística (aunque también usa de vez en cuando un transfornador intestinal que provoca vómitos y diarrea).

La serie nació en el sello Helix y a partir del número 13 pasó a Vértigo. Esos 12 primeros números definen al detalle el mundo, el personaje y el tono de la historia. A partir del ahí se abre una nueva época con la saga titulada El año del Bastardo (The year of the Bastard) dividida en seis partes. Esta saga está centrada en la campaña electoral para presidente y en ella, Ellis vuelca sus calderas hirvientes de crítica social y descarnada visión. En estos números nos presenta a La Nueva Escoria: los desheredados, los expulsados del sistema. Spider se convertirá en su voz, porque debajo de la carcasa de odio y violencia, él ama a la Humanidad.
Aunque no resulta una voz complaciente.

"Quieres saber qué es votar. 
Te voy a decir qué es votar.
Imagina que estás encerrado en un enorme
club subterráneo lleno de pecadores, putas, gente rara
y cosas innombrables que violan rottweilers para divertirse.
Y no podéis salir hasta que todos votéis qué haréis esta noche.
Tú quieres sentarte y ver "Reserva del partido republicano" (un reality) en la tele. 
Ellos quieren practicar el sexo con personas normales 
usando cuchillos, pistolas y órganos sexuales que tú ignorabas que existían. 
Así que tú votas por la tele y todos los demás 
hasta donde te alcanza la vista vota por joderte a navajazos.
Eso es votar.
De nada."

El perro policía Stomponato que odia a muerte a Spider Jerusalem
Las portadas y contraportadas son geniales y contundentes. Texto y viñetas van a la par, la acción inunda las páginas, pero también las sentencias y la reflexión crítica. Hay páginas espectaculares ocupadas por una sola viñeta que incluso puede estar apaisada y que transmite un mensaje rotundo y concluyente: la de Spider orinando sobre la ciudad, la que nos presenta al presidente ("La bestia") en pantuflas, o  la de un miembro de los pro-vida entrando en su sede armado y temiendo un atentado proabortista.

Los detalles y profundidad de este mundo imaginado por Ellis y dibujado por Darick Robertson son incontables tanto en la definición de los personajes (las dos ayudantes de Spider, los dos candidatos a presidente o el machacadísimo perro policía Stomponato) como en los objetos (productos de belleza, comida, los cigarrillos de Spider que se llaman Carcinoma Angels o la tecnología) y en los entornos, véanse esas calles sobrecargadas y purulentas.


Todo se entrelaza para sumergirnos en un mundo febril. En los pinceles de Robertson quizás haya un exceso de colorido para ser ciencia ficción y caústica, pero su trazo es poderoso y contundente.

Pulula por las páginas un disco amarillo y sonriente como el de Watchmen, sólo que este tiene tres ojitos. Según Fred Cristo simboliza el recordatorio de que toda la gente es escoria. 

En 1997, Warren Ellis dejó de lado las medias y los superpoderes que servía a Marvel para escribir algo muy diferente y más salvaje. Este Transmetropolitan trenzado con elementos ciberpunks que nos remite a obras eminentes como Snow Crash, La naranja mecánica y Blade Runner. Pero sobre todo invoca y homenajea al periodismo gonzo de Hunter S. Thompson, un periodista que no creía en la objetividad y sí en experimentar cada historia en sus propias carnes. Se puede apreciar el mimetismo de Spider con el autor tanto en lo físico (calvicie, gafas, cigarrillo) como, sobretodo, en su actitud y pasión.

El periodista gonzo  -Hunter S. Thompson-
Thompson cabalgó con Los Angeles del Infierno durante meses, documentando sus orgías, robos y borracheras a lomos de sus Harley-Davidson mientras escribía el libro que lo lanzaría al estrellato. Este periodismo extremo se pudo leer durante décadas en las páginas de la revista ‘Rolling Stone’. El outsider que juzgaba a la sociedad de forma tan descarnada decidió suicidarse a principios de 2005.

En total, la serie de Transmetropolitan consta de 60 números con un par de bonus que editó el sello Vértigo una vez la serie concluyó. En los 10 primeros está la historia principal y en ellos se encuentra la raíz, el tono y la acidez que permeará el resto. Existe un volumen 0 -extremadamente raro de encontrar- dedicado a los dos números especiales de la serie. Lleva por nombre Tales of Human Waste

Un completísimo artículo con la historia editorial de la serie, la inspiración de los personajes y un análisis estilístico y técnico muy detallado lo encontraréis en zona negativa.

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