viernes, 10 de enero de 2014

A PROPÓSITO de LLEWYN DAVIS - de Joel y Ethan Cohen

-Inside Llewyn Davis-
EEUU, 2013








La historia de este cantante folk intentando abrirse camino en la Nueva York de la años sesenta es una gran película, pero con un pequeño vacío en su interior.

El estudio de personajes es espléndido y la fotografía magnífica mostrando la grisura de esas calles gélidas e inhóspitas. Del mismo modo la ambientación sesentera y la puesta en escena (puro Coen). En medio de la frustración aparecen toques de humor a veces ácido y casi siempre negro (como la recomendación del productor Bud Grossman para que se reúna con su compañero o la respuesta de su padre al cantarle la balada Shoals of Herring). Llewyn se pasa el día buscando en qué sofá dormir y en qué garito tocar. Siempre en ruta bajo el severo invierno. Pero creo que a este viaje al fracaso le falta grandeza. Hay como un divorcio entre el alma del artista Llewyn Davis y la vida que los Coen nos retratan. Nos transmite una persistente tristeza, pero no nos produce desgarro.

La mirada de los autores es distante, no se compadecen de este pobre desgraciado ni buscan nuestra empatía. Llewyn casi nos cae antipático. En vez del aura poética del fracaso sólo vemos a un pobre hombre que vive lampando. Y eso me desconcierta.

El guión toma como referencia la vida de Dave van Ronk, cantante folk que se estableció en el Greenwich Village de Nueva York. Tuvo muchos amigos a los que ayudó y promovió (Bob Dylan, Phil Ochs, Joni Mitchell) por lo que se ganó el apodo de Mayor of MacDougal Street. Contribuyó al renacimiento del folk acústico en la década de 1960. Pero el retrato que se traza de Llewyn no es precisamente amigable. Aprovecha los sofás de los amigos, pero con algunos se embronca e incluso a otros insulta.

Busco en mi memoria otras historias de perdedores y me asalta la de Eddie Felson El Rápido. Pero Eddie lucha y reconoce su fatum incluso en los breves atisbos de gloria. Como un héroe trágico vislumbra su inexorable caída. Llewyn me resulta mucho más vulgar o simplemente ciego y equivocado. Cuando un productor de Chicago le propone cambiar de música e incorporarse a un trío, no lo acepta y elige volver a la calle. Del mismo modo pierde los royalties futuros de una canción por cobrar rápido. E incluso cuando decide abandonar y enrolarse en la marina mercante, las puertas se le cierran. Ha perdido los papeles del sindicato. Llewyn es un condenado en una época sin dioses. No hay nadie contra quien blasfemar.

El destino le hace un guiño cruel cuando asistimos a su última actuación en el garito Gaslight Cafe. Al retirarse escucha las primeras estrofas de otro cantante que se postula. La peculiar voz y entonación nos advierte que es Bob Dylan.

Todo periplo tiene sus puertos que aquí toman la forma de encuentros con unos secundarios de lujo: una amiga a la que ha dejado embarazada (Carey Mulligan), un músico de jazz (el gran John Goodman) con quien viaja hasta Chicago charlando de viejas historias y música; y con un productor musical (Murray F. Abraham).

La película se articula en torno a una serie de claves. La definición que Llewyn hace del folk -una música que nunca es nueva ni tampoco envejece- parece un triste reconocimiento de su prisión o su impotencia. El nombre del garito -Gaslight- parece una metáfora de lo que la vida practica a Llewyn (hacer luz de gas). El gato que le acompaña durante gran parte de la película -se escapó de casa de unos amigos- se llama Ulises y los Coen se cuelgan de esta anécdota para recrear los peculiares viajes de este antihéroe. Siempre en sofás ajenos o en la carretera o en el metro, Llewyn no tiene una Itaca a la que volver.

La música es el segundo protagonista de la película. El inicio se reserva para la interpretación completa de Hang me, oh, hang me" por parte de Llewyn en el Gaslight. Esa es la pauta a seguir. Luego vendrán otras  como Fare Thee Well o Shoals of herring. Las viejas canciones folk de Van Ronk se convierten en el alma del film. A ello se suma que Oscar Isaac las canta en directo. No en balde antes del cine probó en el mundo de la música con su grupo The Blinking Underdogs, por lo que su protagonismo es absoluto.  

Una película intensamente triste con una fotografía espléndida que nos sumerge en un inhóspito e inclemente invierno neoyorkino. Echo en falta una aproximación más sociológica a la bullente época de los 60. 
Tanto el personaje principal como el desarrollo de la película me recuerda a otra de sus obras, Un tipo serio. Son dos cintas parejas, en las que los Coen montan un mecanismo psicológico y vital cercano al absurdo, basado en una reglas a veces indiscernibles que nos impiden ir más allá de ser meros observadores.


P.D.
Las canciones que puntúan la película son maravillosas. Quiero resaltar Hang me, Oh hang me; una tristísima balada con versos como 
"Colgadme, oh, colgadme hasta que esté muerto y enterrado ....  He recorrido el mundo entero ....  Estaba tan hambriento ....  He recorrido el mundo entero ....  Pappy era un jugador, él me enseñó a jugar ....  El rifle al hombro, el revólver en la mano, Dios lo sabe ....  He recorrido el mundo entero ....  Ellos pusieron la soga alrededor de mi cuello, me colgaron bien alto ....  Las últimas palabras que escuché me dijeron, no pasará mucho tiempo hasta que mueras, pobre muchacho .... He recorrido el mundo entero.

La otra se la canta Llewyn a su padre, marino retirado que se encuentra prácticamente senil en un geriátrico. Es una balada celta titulada Shoals of Herring y nos cuenta la historia de un grumete en el comienzo de su singladura tras los bancos de arenques: el trabajo duro, el maltrato de los veteranos, el recuerdo del hogar, convirtiéndose en todo un marinero a través de millones de kilómetros, tras los bancos de arenques...
Shoals Of Herring
O, it was a fine and a pleasant day
Out of Yarmouth harbour I was faring
As a cabin boy on a sailing lugger
For to go and hunt the shoals of herring 
O, the work was hard and the hours were long
And the treatment sure it took some bearing
There was little kindness and the kicks were many
As we hunted for the shoals of herring 
O, we fished the Swarth and the Broken Bank
I was a cook and I'd a quarter-sharing
And I used to sleep, standing on me feet
And I'd dream about the shoals of herring 
O, we left the home grounds in the month of June
And to canny Shiels we soon was bearing
With a hundred cran of the silver darlings
That we'd taken from the shoals of herring 
Now you're up on deck, you're a fisherman
You can swear and show a manly bearing
Take your turn on watch with the other fellows
While you're searching for the shoals of herring 
In the stormy seas and the living gales
Just to earn your daily bread you're daring
From the Dover Straits to the Faroe Islands
As you're following the shoals of herring 
O, I earned me keep and I paid me way
And I earned the gear that I was wearing
Sailed a million miles, caught ten-million fishes
We were sailing after shoals of herring

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