domingo, 11 de agosto de 2013

El glamour

de Christopher Priest












Con una textura perfectamente realista, esta novela fantástica navega con armonía pasmosa por uno y otro lado de la finísima línea que separa realidad y ficción.

Richard Grey es una víctima colateral de un atentado con bomba. Cuando despierta no sólo su cuerpo está laminado, sino que los hechos de las últimas semanas han desaparecido de su memoria. A partir de ahí le acompañaremos en un intento de recomponer su vida y recuerdos. Aunque al atisbarlos, como a él mismo, se nos escapará si son verdaderos o inventados. 
"Una advertencia: no se esfuerce demasiado tratando de recordar. Hay un estado que se conoce como paramnesia, paramnesia histérica.
-No creo que sea un histérico, doctor Hurdis.
-Claro que no, en el sentido corriente. Pero a veces, alguien que ha perdido la memoria se aferra a una brizna cualquiera, la menor sugerencia de recuerdo,y esto puede llevar a toda una secuencia de recuerdos inventados." pág. 38
Ya de niño tuvo un enfermedad vírica que lo mantuvo en cuarentena, alejado de la escuela. En su vida no es extraña la soledad ni el aislamiento. Del mismo modo se encuentra en el hospital hasta que aparece Susan, que se presenta como una antigua novia. Entre ambos intentarán tejer ese tapiz inasible de los días. El propio narrador nos avisa: "Ésta es pues mi historia, contada con voces diferentes".

Porque la estructura de la novela se conforma con la narración de los mismos hechos realizada por tres personajes distintos. Todo ello repercutirá sobre la realidad y la memoria de una forma bastante ambigua.  
Richard establece un relato sobre cómo conoció y se enamoró de Susan mientras viajaban por el sur de Francia. Susan a su vez lo contradice, y refiere el viaje que los unió...recorriendo Gales. Sobre ambos relatos se cierne la sombra de Niall, un novio escritor con el que Susan mantiene una relación de fascinación y odio. 
El artista chino Liu Bolin
















Estos tres personajes principales poseen además el glamour, la capacidad de volverse invisibles para los demás, de no ser detectados. Es muy curiosa la reacción que producen a su alrededor. Si un glam desaparece en medio de una charla, los demás asumen sin extrañeza que hace rato se acabó y el glam se fue. De modo que los huecos en la memoria de Richard y los efectos del glamour sobre la personalidad de cada uno abocarán la narración hacia la inquietud y el desasosiego. 

La vuelta de tuerca definitiva se produce cuando Susan recupera los escritos de Niall donde se puede leer con las mismas palabras, el viaje de Richard por el sur de Francia, pero acompañado por Alexandra, la doctora que lo trataba. El autor logra hacer desaparecer nuestros asideros materiales. Ya no sabremos si se trata de un reflejo entre planos temporales, o quizá sea una mixtificación entre recuerdos ficticios y reales. 

Niall da en el clavo cuando le cuestiona a Richard, "¿Tienes buena memoria? ¿Puedes creer en todo lo que recuerdas o sólo confías en lo que te dicen?"

Y ahí está la otra gran fuerza de esta novela alucinada, la tensión de este triángulo amoroso tan inquietante como insólito. Niall es una fuerza de la naturaleza, el glamour para él no es una condena. Su ímpetu fascina a Sue, mientras que la sumisión de ésta, angustia a Richard. Verdaderamente es una historia tormentosa de pasiones enfermizas y violencia soterrada. Una relación envenenada por la presencia  de un Niall indómito y montaraz.
Liu Bolin
Susan nos guiará por ese lado oscuro e invisible por donde transitan las personas con glamour.
"Colectivamente, los invisibles eran un grupo paranoide, que se consideraba rechazado por la sociedad, despreciado, temido y arrastrado al crimen. La gente normal los aterraba, pero también despertaba en ellos una profunda envidia. En general se tenían miedo entre ellos, pero cuando estaban juntos se jactaban de sus conquistas personales. Había algunos otros a quienes la paranoia los llevaba al otro extremo, y afirmaban la superioridad inherente de los invisibles, la importancia del poder y la libertad que era parte de esta condición". pág 164 
A la paranoia se añade el aspecto parasitario, puesto que duermen, comen y viven pegados a las personas reales, invadiendo sus casas y sus frigoríficos. Ella misma realizó el aprendizaje en su infancia y constató la metáfora de la condición anónima. 
"En Londres aún la gente normal puede perderse en la multitud. Al cabo de las primeras semanas, ya me sentía cómoda, acostumbrada a la vida en una gran ciudad. Londres está hecha para invisibles,  profundizó mi condición anónima, y la transformó en un medio natural de supervivencia. Nadie tiene identidad en Londres, a no ser que la exhiba y la reclame." pág.160
El glamour favorece una serie de situaciones inquietantes e incluso punzantemente terroríficas. En una de ellas, Susan se encuentra en la cama entre los dos hombres, desconociendo Richard la presencia de Niall. En otra, Sue le demuestra a Richard cómo funciona el glamour arrastrándolo a hacer el amor en la habitación de una familia. Allí comprobará cómo sus habitantes se mueven y reaccionan de un modo sutil, pero siempre evitándolos
Obra de Liu Bolin
La novela cabalga por los territorios de la memoria, la realidad y el deseo; esa amalgama  extraña que nos esboza. 
Todos construimos ficciones. Ninguno de nosotros es lo que parece. Reordenamos nuestros recuerdos para adecuarlos a lo que pensamos de nosotros mismos, no para dar cuenta exacta del pasado. Cuando conocemos a otras personas, tratamos de proyectar una imagen que les guste o influya en ellas de algún modo. Cuando nos enamoramos, nos cegamos para lo que no queremos ver.
El impulso de rescribirnos a nosotros mismos como una ficción con apariencia real está presente siempre: en el glamour de nuestros deseos, esperamos que nuestro yo real no se vuelva visible. " pág. 298

Me gusta mucho esta vertiente de la literatura fantástica inglesa cuya peculiaridad la hace muy reconocible. Siendo fantásticas, las tramas están pegadas a lo contemporáneo derivando su sagaz mirada hacia ciertos pliegues de la realidad. Para apreciarlo, no hay más que repasar esta pequeña nómina de obras admirables que acompañan a las del propio Priest: Residuos de Tom MacCarthy, La fábrica de avispas de Iain Banks o incluso Una investigación filosófica de Philip Kerr que aúna trazas de ciencia ficción y novela negra.

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