lunes, 19 de noviembre de 2012

PLOP - de Rafael Pinedo











El fin del mundo es un barrizal.-


Autor argentino nacido en 1954. En un momento dado quemó sus escritos y sólo a los cuarenta años retomó la escritura. Con la publicación de Plop ganó en 2002 el Primer  Premio de Novela Casa de las Américas. Su brillante carrera literaria quedó truncada por una temprana muerte en 2006. Su vida atravesó todas las dictaduras, lo que sin duda destiló ese mundo apocalíptico en que se desarrolla su trilogía la destrucción de la cultura, integrada por la presente, Subte y Frío. Esta última obra resultó finalista del Premio Planeta Argentina en 2004, pero la novela no llegó a publicarse y ha permanecido inédita hasta que en 2011 fue editada  en Salto de Página

Plop es el protagonista. El nombre se lo pusieron por el ruido que hizo al nacer cayendo en el barro. Al contrario que los paisajes del libro, permanentemente lluviosos y embarrados, la prosa de Pinedo es seca, esencial. "Anduvieron un día y medio, casi sin comer. El paisaje era siempre el mismo: barro, hierro retorcidos, cascotes, basura, algún arbusto" p.39

El paisaje es inhóspito, las personas lobos en la intemperie, el lenguaje desnudo. Sus frases son cortas como trozos de cristal que te hieren.
"Llovía. Hacía mucho que llovía. Y hacía mucho frío.
No había nada para comer. La chancha estaba preñada.
Tenía guardia día y noche para que no se la comieran. Los cuerpos de los que morían la alimentaban.
El Comisario General había dicho que antes que sacrificar a la chancha, prefería comerse a su mujer.
Las mujeres parían hijos muertos". pág. 88
Los escasos personajes que pululan por este mundo devastado se organizan en pequeños Grupos. Desnudo de civilización y cultura, el hombre es pasto de sus instintos: hambre, sexo, mito. El sexo está presente constantemente, pero no se folla sino que se "usan" unos a otros, con indiferencia casi siempre.

Ludwig Meidner 
Los Grupos han descendido hasta un escalón próximo al salvajismo. Atacan y son atacados por un trozo de miseria, queman a los albinos que nacen y todo lo que han tocado, a los inútiles se los abandona o sacrifica. El canibalismo no les es ajeno. Una onza de carne, un pequeño objeto constituyen un tesoro.
"Cuando llegó el turno de su madre, ella no respondió. Alguno miró al Tuerto, que miró al suelo.
-¿Recicle o pira? -Dijo el Comisario General.
-A votar.
Fue un cañaveral de manos para el recicle.
La vieja Goro lo hizo bajar las suyas.
-Vos sos muy chico para votar.
Lo llevó a ver la operación. La aguja entre las cervicales, el despellejamiento, la carneada.
Siendo el hijo, le correspondía pedir algo: eligió un fémur, para hacer una flauta. Nunca la hizo.
La vieja lo trató de estúpido: podría haber canjeado mucho mejor los dientes, que están completos y todavía en buen estado. Tenían sólo treinta solsticios de uso." pág. 18
Desaparecida la sociedad y la civilización hay que crear una nueva. Esta nueva organización social se basa en la pura necesidad, en la supervivencia. Afloran nuevos ritos, nuevos tabús, nuevas ceremonias. Está prohibido ver comer a otro. También se castiga severamente que se te vea la boca o chupar. No hay relaciones familiares o sociales. Es como un experimento social en un entorno desesperado. En este entorno Plop se convierte en "el genio de la vida en el barro, el artista de la supervivencia en el barro", e inicia su escalada hacia el poder.


El paisaje apocalíptico nos remite al mundo de La Carretera, de Cormac Mc Carthy. Pero mientras en ésta la destrucción ha ocurrido hace poco; en Plop es remota. Las ciudades, los coches y los campos han caído en el olvido. Todo es barro y basura, restos oxidados.

No sabemos si se trata de un mundo en sus estertores o es el inicio de una nueva era. En todo caso es un mundo atroz. En este momento nace Plop y se abre camino hacia el poder armado de machetes y bolsas de ratas.  

Pinedo indaga una Antropología  precisa y cruel de la agonía de la raza humana. En La tierra permanece de G. Stewart, los supervivientes del apocalipsis se afanaban por mantener un rescoldo humanista orientado a la civilización. Plop es más salvaje.  Es una caricatura grotesca y terrible del mundo de hoy; deshumanizado, llevado a la extenuación, sin esperanza.

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