sábado, 29 de septiembre de 2012

Todos tenemos un plan




de Ana Peterbarg



La obra es una propuesta de cine negro pero no urbano, sino en la agreste naturaleza. La región es la del Delta, en el Tigre, que alberga mansiones de la aristocracia económica de otros tiempos; pero también recovecos y rincones pantanosos donde malviven seres marginales.
Hasta allí llega Agustín, después de suplantar a su hermano gemelo. Insatisfecho de su vida como pediatra y con un matrimonio que no le ilusiona, huye a los pantanos donde se hace pasar por su hermano. El ecosistema humano que se encuentra es denso y malévolo. Su hermano Pedro pertenecía a una pequeña banda con algunas cuentas pendientes. Agustín encontrará de nuevo el amor, pero el entorno lo acabará fagocitando.

El paisaje humano y físico me recuerda a Winter´s bone: hombres viviendo en precariedad, desperdigados en un medio rural hostil que acaban reaccionando entre sí como animales. 

La película comienza con Pedro y la joven Rosa sacrificando a la reina de sus colmenas para mejorar la producción. La metáfora darwinista impregna todo el resto de la cinta. Sólo los fuertes sobreviven. El nuevo derrotero que ha tomado Agustín va a exigir de él una fortaleza inusitada: sufre la tortura policial mientras investigan su implicación (la de su hermano) en el secuestro y muerte de un tendero; y el regreso del cabecilla de la banda le pone en un brete. Decidido a afrontar una nueva vida, apechuga con todo.

Son muy destacables las interpretaciones, todo el elenco raya a gran altura. Viggo Mortensen está inmenso y a pesar de su corpachón se nos aparece como un corderito en medio de los lobos. Soledad Villamil nos regala una interpretación vibrante de modo que se nos hace muy corto su papel. La escena que comparte con Viggo en la celda, donde ella descubre la suplantación, resulta admirable. El malvado Daniel Fanego es todo un hallazgo: su presencia transmite amenaza y su gesto insidia.



Viggo Mortensen tiene una implicación muy personal en el film del que comenta: 
"Lo que tiene de interesante y original, para mí, esta película, es que de alguna manera se llega a la verdad a través de la mentira. El personaje de Agustín miente. Obviamente lo hace cuando hace de su hermano Pedro, pero hasta cierto punto ha mentido también como Agustín." 
Y también: 
"En nuestra película, como en toda historia enmarcada en el género del cine negro, policíaco, casi todos los personajes de alguna manera son culpables y fracasados, con una gran frustración. Pero a la vez todos esos personajes tienen la oportunidad de demostrar coraje, y cierta garra que les hace llegar a entenderse a sí mismo." 

La película tiene un desarrollo dramático reconocible gracias sin duda a la labor de Ana Cohan, guionista también de la estupenda Sin retornoPero en este caso la cinta adolece de un problema de ritmo.  Justo en su parte central parece que se estanca y el personaje de Agustín flota en una indeterminación engorrosa. También se echa en falta una mayor contundencia a la hora de plasmar el mal. 

De todos modos una buena película.

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