jueves, 26 de enero de 2012

LOS DESCENDIENTES - de Alexander Payne



Basada en una novela de Kaui Hart Hemmings, que hace un cameo, Payne reincide en sus temas y sobre todo en su mirada. Una mirada profundamente humanista sobre las personas y sus relaciones:
"Cuando leí la novela me sentí fascinado por sus fuertes contrastes. Se trataba del retrato de un hombre que se enfrenta a una de las peores noticias posibles, a las personas más complicadas y las decisiones más dificiles de su vida. Me atrajo porque es una historia muy emotiva que se desarrolla en un escenario exótico."
Matt King (Clooney) es un abogado entregado a su trabajo en Hawaii, pero su mujer ha tenido un accidente y se encuentra en coma. De pronto se ve en una encrucijada. Ha de hacerse responsable de sus dos hijas, con las que casi no se ha relacionado, y responder ante una numerosísima familia de primos y parientes por una delicada decisión, ya que es el gestor de las propiedades familiares.

Para el director es "un individuo imperfecto en busca de su lugar en un mundo enloquecido, con sus agridulces emociones y sorpresas. No es ni un héroe ni tampoco un antihéroe."

El desarrollo de la acción no admite tiempos muertos. Los problemas se van presentando insobornablemente y la red que va atrapando al abogado, presenta cada vez nuevos nudos.
En un momento dado un personaje dice "sí, la vida puede llegar a ser muy complicada". No así la película que lograr retratar con sencillez lo complejo y con transparencia lo atormentado.
La naturalidad con que el guión afronta las situaciones te acerca emocionalmente a estos personajes. Si además las actuaciones  aportan sinceridad, la función está completa. Escritura e interpretación logran transmitir todos los matices, todas las zozobras y servidumbres de la vida.
El contexto geográfico elegido -Hawaii- es una valor añadido a la historia. La numerosísima familia del abogado Matt King, llena de tíos y primos, pertenece a la realeza local y todos ellos se enfrentan a la necesidad de vender unas propiedades que constituyen una de las últimas zonas vírgenes de las islas. 

Quizás Alexander Payne se soltó más la melena en "Entre copas", donde un humor amargo y unos diálogos brillantes nos ofrecían un producto más redondo.

En fin, me considero proclive a lo fantástico y la ciencia ficción; pero el frágil ser humano afrontando una pérdida, o el dolor y el perdón puede revelarte un pozo tan apasionante de explorar como un planeta extraño. Notable.

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