viernes, 2 de diciembre de 2011

Pedro Páramo

de Juan Rulfo

¿Qué tiene Pedro Páramo? Cada tanto vuelvo a él para encontrar su propuesta sin gastar. Literatura de quilates. La narración te lleva en volandas a pesar de ser una propuesta metafísica, casi fantástica.

"Todo parecía estar como en espera de algo.
-Hace calor aquí -dije.
-Sí, y esto no es nada -me contestó el otro-. Cálmese. Ya lo sentirá más fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija."



Juan Preciado, uno de los hijos de Pedro Páramo, viene a Comala en busca de su padre: el campo, el atardecer, la soledad. Se encuentra un pueblo fantasma. Cada fantasma lo recibe en su casa, es como si se abriera la niebla y se condensase una escena: el arriero, Eduviges, la caporala de la Media Luna, Donis. Llega un momento en que él mismo está muerto: fin de la primera parte. Hemos llegado a Comala y aquí yaceremos eternamente.


En la segunda parte el titular es el propio Pedro Páramo. Todo lo vamos conociendo porque desde la tumba donde está Juan Preciado se oye al fantasma de Susana, la mujer más querida por Pedro Páramo...

Hay muchos personajes, cada uno con su retazo de historia. En un momento Juan Preciado dice, "me mataron los murmullos de los muertos". Parece como si de cada piedra surgiese un murmullo... Efectivamente esto es la novela: un cúmulo de murmullos que van surgiendo.
De pronto oyes al cura Rentería, o los sueños de Susana, o los recuerdos de Damiana que se le negó una noche a Pedro Páramo.

"Pedro Páramo sentado en su equipal miró hacia el pueblo.." Esta sería la imagen. No hay más ley que la suya, todos bailan a su son y cuando se le muere Susana San Juan dice que en venganza dejará de cultivar, de sembrar, de vivir... dejará que se muera todo Comala en venganza... y él mismo al final muere, se desmorona como un montón de piedras en medio de un paraje inhóspito.


¿Qué me gusta? Cada voz aparece por sí misma, sin descripción ni presentación. El lector debe ir concatenándolas para reconstruir la historia. Lo veo como un escenario absolutamente a oscuras y de pronto un foco se dirige a una puerta: doña Eduviges habla con Juan Preciado. Otra vez a oscuras y un nuevo foco que se dirige al camino: por allí va el cura Rentería acusándose de todo el mal que ha hecho plegándose al poderoso de turno. De nuevo a oscuras, y un nuevo foco...


La economía es absoluta: 108 páginas en mi edición Planeta. Todas las revoluciones mexicanas se cuentan en 8 páginas y se ridiculizan en sólo media:  
"El Tilcuate siguió viniendo: -Ahora somos carrancistas. - Está bien. - Andamos con mi general Obregón. -Está bien -Se ha levantado en armas el padre Rentería ¿nos vamos con él, o contra él? - Eso ni se discute. Ponte al lado del gobierno...."
Los asuntos son muy esenciales. El patriarcado. La ponzoña del poderoso. Los hijos malcriados caminando veloces hacia la muerte.  La iglesia apelmazada al poder. La historia de amor imposible del que consigue todo menos lo que más ansía. El derrumbe final e insoslayable de todo poder humano.

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