martes, 8 de marzo de 2011

La INVESTIGACIÓN - de Stanislaw Lem









Antes que nada declaro mi admiración absoluta por este autor, siempre brillante, siempre ameno, en muchas ocasiones profundo.

Ciberiada, Memorias encontradas en una bañera, Solaris, Diarios de las estrellas, la fiebre de heno o la presente son muestras de su talento.

En "La investigación" asistimos primero a pequeños e insólitos movimientos de cadáveres y posteriormente a la definitiva desaparición de los mismos de tal manera que parecieran haber revivido.... La investigación es policial aunque el crimen es prácticamente inexistente. Los meandros de la encuesta, las sospechas, la recolección de pistas hace que el interés vaya en aumento en proporción inversa a las explicaciones plausibles que van cerrándose poco a poco hasta acotarse prácticamente a las metafísicas.

Acertadamente sucede en Inglaterra, de lo que se beneficia la obra al contar con un escenario bendecido por la literatura de género. Asimismo los tipos y las relaciones sociales descritas se benefician de ese punto de hieratismo y excentricidad que tan bien acompaña a estos relatos.

Sin embargo que nadie espere una resolución al uso. El interés no es meramente desenmascarar al criminal sin más, sino algo más ambiguo, más filosófico. Por otra parte nada nuevo en Lem que siempre ha utilizado los "géneros" de la ciencia-ficción o el policíaco para hablar del ser humano, de sus contradicciones, de su azaroso status vital y todo ello sin menoscabo de la trama y el entretenimiento.
"¿Y si el mundo no es un rompecabezas cuyas piezas sueltas tenemos ante nosotros, sino una sopa en la cual nadan al azar unos fragmentos que sólo por casualidad se congregan de vez en cuando, formando un conjunto coherente? (...)
Nuestros rostros, nuestros destinos, son moldeados por la estadística, somos una resultante de los movimientos brownianos, unos esbozos inacabados, unos proyectos trazados al azar.
De pegamento nos sirven la religión y la filosofía, recogemos siempre y componemos unos jirones que se desmembran en la estadística, para darles un sentido que serviría de campana a nuestra gloria, para que sonara al unísono. Mientras tanto, no hay más que la sopa... El orden matemático del mundo es nuestra oración a la pirámide del caos." pag. 209
He colocado una imagen de la edición de Bruguera -que es la que leí y he releído- como homenaje a todo lo que nos regaló esta editorial en los años 70 y 80. Ahora aparece, cómo no, en una nueva edición de la estupenda Impedimenta.

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