domingo, 10 de octubre de 2010

De noche, bajo el puente de piedra

De LEO PERUTZ





En el propio libro se puede leer: “Las cosas más extraordinarias –escribió una vez el legado español a su rey- son cotidianas y de lo más común en la Corte de Praga".Y así es. 


Curioso y magnífico texto. Hasta la mitad piensas que se trata de un libro de relatos, bien que desarrollados en la misma época y ciudad. Pero según los vas asimilando, te percatas de que un personaje tiene continuidad aquí, otro allá y poco a poco te das cuenta que las historias forman un único puzzle, hasta el punto de que el primero y el último relato dibujan un círculo perfecto conteniendo al resto de historias.

Dijo Borges que quizás la única literatura posible sea la fantástica y este libro y su autor en general pueden pasar por ser sus epígonos. Después de muchos años detrás de esta obra, por fin la he podido disfrutar. Esperaré a la relectura de otras dos maravillas de este autor espectral,  “El Marqués de Bolívar” y “El maestro del juicio final”, para anotar sus reseñas.

El puente del título se encuentra en Praga. Esta ciudad y las tradiciones judías son los dos protagonistas principales. El libro es un fresco muy vitalista donde conocemos las vicisitudes graciosas y sobrenaturales de dos músicos y amigos, Koppel-Bär y Jäckele-Narr, o la quiebra insospechada de una promesa por comer en un mesón. Y también y sobretodo los amores: los amores del Emperador Rodolfo o los del caballero Waldstein cuyo viaje en pos del amor resulta sólo en apariencia largo. Y es que en muchas páginas las apariencias nos engañan, nos libran de destinos terribles o hacen aparecer el retrato de la amada en el estudio de un pintor que nunca lo pintó.

Aunque siempre la apariencia cae y nos deja solos ante la inmisericorde realidad. Como le ocurre al rico Meisl en “La vela consumida” o a “Enrique, el del infierno”. Finalmente y dada la constante presencia del dinero en los relatos referiré la moneda con dos caras que atraviesa todo el libro. De un lado el rico judío Mordejai Meisl y del otro el gran rabino Loev: la figura que quizás menos aparece a lo largo de libro, pero que una vez concluido te das cuenta de que lo ha estado sobrevolando como un fatum insoslayable cuyos cánticos y rezos has vislumbrado en muchas páginas.

El rabino que nos ha enseñado el camino de la Torá hacia la verdad y que acaba rompiendo -en su ánimo por resolver problemas- el equilibrio de las fuerzas del mundo, un desequilibrio tan sutil como el que puedan producir una rosa y un romero abrazándose en la ribera del río Moldava, de noche, bajo el puente de piedra. Excelente.


En este enlace hay más sobre el autor y la obra: http://ww.hislibris.com/de-noche-bajo-el-puente-de-piedra-leo-perutz/

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